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La Purificación En La Profecía. El Purgatorio
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Libro electrónico222 páginas5 horas

La Purificación En La Profecía. El Purgatorio

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Me llam poderosamente la atencin la obra del Dr. Argimiro Ruano sobre escatologa, la lectura de sus cuadernos de teologa pastoral, para tomarlos como base de mi tesis doctoral, especialmente el tema de la escatologa bblica, tema a su vez, que llama la atencin de lectores, no solo cristianos sino tambin aquellos que buscan conocer un poco del ms all, despus de la muerte.
De acuerdo a las palabras de Roberto Fernndez Valladares, profesor de la Universidad de Puerto Rico, esta obra es esencial para aprender los fundamentos teolgicos y bblicos acerca del purgatorio y el pensamiento de Lutero acerca de esta doctrina. El Dr. Fernndez contina afirmando: el anlisis que hace de la fe y purificacin por la fe es una de las mejores partes del libro, sobre todo la explicacin de estos dos principios: creerse justificado no es estar justificado, y la fe no justifica, sino la gracia de la fe. Este libro es fundamental para todo creyente y los animadores pastorales de nuestras comunidades.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento30 mar 2016
ISBN9781506512471
La Purificación En La Profecía. El Purgatorio
Autor

Dr. Hernán Afanador Kafuri

Hernan Afanador-Kafuri, nació en la población de Dagua, Valle del Cauca, Colombia, Sur América, en septiembre de 1954, en el seno de una familia cristiana. Terminó sus estudios de escuela superior o bachillerato en 1974 e inmediatamente ingreso al seminario de la arquidiócesis de Cali, Colombia, donde cursó sus estudios de filosofía para luego continuar sus estudios de teología en el seminario de la arquidiócesis de Manizales. Fue ordenado sacerdote dentro de la iglesia católica romana, el cuatro de diciembre de 1982. En marzo de 2001 fue recibido en la iglesia episcopal de los Estados Unidos, donde labora actualmente. Comenzó sus estudios para obtener el doctorado en el Graduate Theological Foundation (GTF) of Indiana, graduándose finalmente en mayo de 2008, obteniendo así su doctorado tras defender su tesis: “the purification in the propfesy. The purgatory”.

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    La Purificación En La Profecía. El Purgatorio - Dr. Hernán Afanador Kafuri

    Copyright © 2016 por Dr. Hernán Afanador Kafuri.

    Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.:   2016902847

    ISBN:   Tapa Dura              978-1-5065-1246-4

                 Tapa Blanda            978-1-5065-1248-8

                 Libro Electrónico   978-1-5065-1247-1

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Las opiniones expresadas en este trabajo son exclusivas del autor y no reflejan necesariamente las opiniones del editor. La editorial se exime de cualquier responsabilidad derivada de las mismas.

    El texto Bíblico ha sido tomado de la versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso.

    Reina-Valera 1960™ es una marca registrada de la American Bible Society, y puede ser usada solamente bajo licencia.

    Fecha de revisión: 24/03/2016

    Palibrio

    1663 Liberty Drive, Suite 200

    Bloomington, IN 47403

    Índice General

    Origen de esta Disertación

    PRIMERA PARTE

    JUSTIFICACIÓN Y PURIFICACIÓN

    1. La purificación profética, personal

    2. Base profética de Teología de la Purificación

    3. Purificación por el fuego.

    4. No salirse de la Profecía

    5. Seudoteología de la liberación sin purificación

    6. Se justifica y purifica a seres de carne

    7. Sensación de impureza en el proceso de purificación

    8. Sensación de utoinsuficiencia en el proceso de purificación

    9. ¿Le pertenecen al justo sus obras?

    10. De llamados a justificados

    11. De justificados a glorificados

    SEGUNDA PARTE

    TEOLOGÍA DE LA PURIFICACIÓN

    1. Oscuridad y fe en el más allá (pp. 21-44)

    2. Ver a Dios (pp. 45-71)

    3. La purificación 'total', profecía (pp. 73-98)

    4. Purificación con 'fuego'

    5. Entre el Juicio y la Luz Eterna (pp. 119-140)

    TERCERA PARTE

    LUTERO CONTRA EL PURGATORIO

    6. Cómo fue lo de Lutero (pp. 149-176)

    7. El Purgatorio desde el texto bíblico (pp.177-206)

    8. La justificación por fe, luteranizada, no justifica ni purifica

    9. La 'Declaración conjunta católico-luterana sobre la justificación' (1999).

    10. Pedagogía pastoral y Teología de la Purificación

    11. Estilo y texto del Dr. Ruano

    a.   Entre la muerte biológica y la resurrección de la carne (pp. 35-36)

    b.   Justificación general y purificación personal (pp. 37-39)

    c.   No es suficiente llegar a juicio con los pecados perdonados (pp. 39-42)

    d.   Significados bíblicos de 'ver' a Dios (pp. 51-54)

    e.   Fuego purificador (pp. 106-109)

    f.   Algunas vidas purificadas antes de morir

    12. Conclusión. Escatología y metodología de la humildad.

    Bibliografía

    Origen de esta Disertación

    La presente disertación se debe a la lectura de Escatología en Puerto Rico. Los Cuadernos de Teología Pastoral del Dr. Ruano, del doctor Hayr Gutiérrez Herrera (Graduate Thelogical Foundation, South Bend, Indiana, 2007)¹. Cuenta con la recomendación del hebraísta y editor de Biblia Plenitud, doctor Samuel Pagán (pp.185-187).

    El doctor Hayr menciona en su obra la del doctor Ruano Teología de la Purificación. El Purgatorio en la Profecía, en términos de que amerita una extensa tesis doctoral (p. 127) .Y la menciona con énfasis. "¿Existen antologías proféticas del Juicio, del Purgatorio y del Infierno, en pos de una escatología profética pura, comparables a las del doctor Ruano?" (p. 36). No es apreciación aislada.

    Cuando apareció impresa Teología de la Purificación. El Purgatorio en la Profecía, el catedrático de la Universidad de Puerto Rico, Roberto Fernández Valledor, la presentaba en el órgano de la Conferencia Episcopal Puertorriqueña: Este libro de doscientas cuarenta y cuatro páginas resulta imprescindible para conocer las bases escriturísticas y teológicas del Purgatorio, así como el pensamiento de Lutero sobre esta doctrina [...]. El análisis que hace de la fe y purificación por la fe es una de las mejores partes del libro, sobre todo la explicación de estos dos principios: 'creerse justificado no es estar justificado', y 'la fe no justifica, sino la gracia de la fe' [...]. Este libro es fundamental para todo creyente y los animadores pastorales de nuestras comunidades (El Visitante de Puerto Rico, 19 de oct. 1991, p. 19).

    El doctor Hayr Gutiérrez recoge otro juicio autorizado: el del catedrático de la universidad Pontificia de Puerto Rico, Tomás de la Puebla, quien (p. 14) comparando la presentación que hace del Purgatorio el Catecismo de la Iglesia Católica (Números. 1030, 1032, 1033) con la ampliación del doctor Ruano, concluye que ésta es más informativa. El Catecismo de la Iglesia tiene una página bien escrita sobre el Purgatorio; pero no compara con la amplitud y la riqueza del contexto escriturístico [del libro] ni con el énfasis en la fundamentación teológica de la necesidad de la purificación [...]. Debe ser consultado por quien quiera escribir sobre los mismos temas --y no es poco decir, escribe el catedrático De la Puebla.

    En la línea de estos críticos, reclamamos atención hacia esta obra. Sobresale, no sólo como contribución a la historia de la Teología en la región del Caribe, sino a la bibliografía teológica en general.

    PRIMERA PARTE

    JUSTIFICACIÓN Y PURIFICACIÓN

    2

    1. La Purificación profética, personal

    2. Base profética de Teología de la Purificación

    3. Purificación por el fuego

    4. No salirse de la Profecía

    5. Seudoteología de la liberación sin purificación

    6. Se justifica y purifica a seres de carne

    7. Sensación de impureza en el proceso de purificación

    8. Sensación de insuficiencia propia en el proceso de purificación

    9. ¿Le pertenecen al justo sus obras?

    10. De llamados a justificados

    11. De justificados a glorificados

    1

    La purificación profética, personal

    La secuencia bíblica justificación-purificación, sobresale, tanto en extensión como en contenido, en Teología de la Purificación. El Purgatorio en la Profecía. Sin justificación no hay glorificación (Rm 8, 29). Sin purificación no hay justificación. La purificación es preámbulo indispensable de glorificación.

    Todo, bíblica y escatológicamente concatenado. Ruano cita a Karl Barth-,el cristianismo que no sea en su totalidad escatología, no tiene nada en absoluto que ver con Cristo, a quien, por ser puro, sólo se tiene acceso por la purificación (1 Jn 3, 3). Sólo los limpios de corazón llegarán a la visión de Dios (Mt 5, 8).

    La purificación va con la Profecía. No hay 'justo' sin compromiso con ella. La población profética la componen justos e impíos. Dos actitudes frente ala limpieza moral, y sus consecuencias. 'Ahora' diferente, y 'después" diferente.

    Tristeza ahora, alegría después. Se va, se va llorando, al llevar la semilla; mas se vuelve, se vuelve entre gritos de jubilo al traer las gavillas (Sal 126, 6). Yo os aseguro que lloraréis y os lamentaréis y el mundo se alegrará. Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo (Jn 16, 20). Y, al revés: Clamaréis por el dolor de corazón y por el quebrantamiento del espíritu aullaréis (Is 65, 14).

    De un lado, el justo. Participa en la herencia de los santos (Sb 5, 5). En la eternidad, ceñida su corona, celebra su triunfo, porque venció en la lucha por premios incorruptibles (4, 2). Saliste al encuentro al que con alegría obraba la justicia, a los que se acordaban de Ti en sus caminos [...]. En esos hay perpetuidad ¿y seremos salvos?" (Is 64, 5).

    Del otro lado, el descaminado. Equivocamos el camino de la verdad; la luz de la justicia no nos alumbró, no salió el sol para nosotros (Sb 5, 6). Amparados en la tiniebla moral ('obras de las tinieblas' en san Pablo), todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos llevaron como viento. Y nadie hay que invoque tu Nombre, que se despierte para tenerte; por lo cual escondiste de nosotros tu rostro, y nos dejaste marchitar en poder de nuestras maldades (Is 54, 5-8). Opacidad y obnubilación mentales como resultado. Lo que uno siembre, eso cosechará (Ga 6, 7). Siembras diferentes, cosechas diferentes.

    Diferente la acumulación de luz y gozo final del justo, como las estrellas por toda la eternidad (Dn 12, 3). He aquí que mis siervos cantarán por júbilo del corazón (Ibíd]). En aquel tiempo cantarán este cantar en tierra de Judá [...]: 'abrid las puertas, y entrará la gente justa, guardadora de verdades. Tú le guardarás en completa paz, cuyo pensamiento en Ti persevera; porque en ti se ha confiado. Confiad en Jehová perpetuamente, porque en el señor Jehová está la fortaleza de los siglos (Is 26, 1-4).

    Quien vino a completar a los Profetas (Mt 5, 17), clasifica la convivencia humana, como ellos, en doble rango: el de los muchos llamados a ser justos y el de los pocos decididos a serlo, o decididos, perseverando (Mt 20, 16; 22, 14).

    La Profecía se refiere a la intimidad de unos y otros por analogía con las áreas entrañables de la biología (corazón, riñones, sexualidad, lomos ³), bajo la ineludible 'mirada' de Yahvé. ¡Oh Yahvé Sebaot, juez de lo justo, que escrutas los riñones y el corazón! (Jr 11, 20).

    Yahvé no dejará sin castigo al impío, no importa el papel oculto que jueguen en su actitud las hormonas: Que es testigo de sus riñones, observador veraz de su corazón. (Sb 4, 6)⁴. La presencia del justo en la comunidad es de signo contrario. Florece el justo como palmera, crece como un cedro del Líbano. Plantado en la casa de Yahvé, da flores en los atrios del Dios nuestro (Sal 92, 13-14).

    De los dos tipos de referencia profética a la purificación, el nacional, (colectivo), y el personal, el primero puede estar darse perfectamente en detrimento del segundo (Hb 9, 9). El ritualismo litúrgico del descuartizamiento de ovinos y bovinos por levitas y sacerdotes, las nubes de incienso y los cantos colectivos, puede quedarse en mero espectáculo de entretenimiento, o de acompañamiento. Liturgia compatible con intimidades menos limpias del asistente. Somos como impuros todos nosotros, como paño inmundo todas nuestras obras justas (Is 64, 5).

    La asistencia al espectáculo ritual, con la atención a la vistosidad del acto, transcurre bajo la mirada del asistente presidencial, Yahvé, tan atento como invisible a la limpieza interior de cada cual. Tal será el pueblo como el sacerdote: yo le visitaré por su conducta; sus obras le devolveré (Os 4, 9).

    "Harto estoy de holocaustos de carneros y de sebo de cebones; y sangre de novillos y machos cabríos no me agrada (Is 1, 11). El humo del incienso me resulta detestable (1, 13). No tolero ayuno ni asamblea festiva. Vuestros novilunios y solemnidades aborrece mi alma (1, 14). Y al extender vosotros vuestras palmas, me tapo los ojos para no veros. Aunque menudeéis las plegarias, yo no oigo (1, 15).

    La observancia del calendario litúrgico grupal, no garantiza lo que cabría esperar de él a nivel personal. No es la observancia grupal de un calendario ritual la finalidad que pone en él el Dios nacional. Finalidad es, uno por uno, cada asistente.

    Es Dios 'justo' produciendo 'justos'. Juez de lo justo, que escrutas los riñones y el corazón (Jr 11, 20). Tú que escrutas corazones y entrañas, ¡oh Dios justo!. (Sal 7, 8-10). "Yo, Yahvé, exploro el corazón, pruebo los riñones para dar a cada cual según su camino, según el fruto de sus obras" (Jr 17, 10).

    Yahvé observa individualmente. "Tú que al hombre pagas con arreglo a sus obras" (Sal 62, 12). Y las obras son propiedad de cada cual. Al justo profético, uno por uno, le caracterizan sus obras. Es en ellas donde proyecta 8al igual que el injusto) lo secreto del alma.

    El autor judío-cristiano del Apocalipsis se incorpora a esa tradición profética de 'justicia'. A los hijos de simpatizantes con la idolatría, "les voy a herir de muerte: así sabrán todas las iglesias que yo soy el que sondea los riñones y los corazones, y el que os dará a cada uno según sus obras" (2, 23).

    En la asamblea litúrgica, es, individuo por individuo, de quien Yahvé, y después su Hijo, esperan purificación en efectivo. Mas Tú amas la verdad en lo íntimo del ser y en lo secreto me enseñas sabiduría. Rocíame con hisopo, y seré limpio, lávame, y quedaré más blanco que la nieve (Sal 51, 6-7). Así fueren vuestros pecados como la grana, cual lana blanquearán. Y así fueren como el carmesí, cual lana quedarán (Is 1, 18).

    Jesús, no sólo refrenda la purificación personalizada, sino que prescinde de la liturgia espectacular del Templo, asistida por una clase litúrgica, pulcritud social por fuera, ('sepulcros blanqueados'), carroña por dentro.

    En la Nueva Alianza, como en la Antigua, convive el justo con el despreocupado por la santidad moral, o que no la tiene como prioridad. Jesús se refiere constantemente a eso en sus parábolas. En la del Sembrador facilita pedagógicamente las cosas invitando a ver el sembradío (Mt 13, 18-23) donde el agricultor ('el Padre') tiene que contar con vegetación indeseable, y un final de cosecha con mucha más paja que trigo.

    La convivencia del trigo con los yerbajos y la cizaña es pedagogía en Jesús. Su Palabra cae en suelos diferentes, con destino, por lo mismo, diferente. La que cae en corazones duros como piedra, se pierde totalmente. La que cae a lo largo de los caminos es la de los ahogados por las preocupaciones, las riquezas y los placeres de la vida, y no llega a madurar (Lc 8, 14). Seguidores inmaduros. La que cae entre abrojos, son los que oyen la Palabra, pero las preocupaciones del mundo, las seducciones de las riquezas, y las demás concupiscencias, les invaden y ahogan la Palabra y queda sin fruto (Mc 4, 19). Arbustos con alguna que otra promesa de flor en ciernes, pero que no llega al fruto.

    El Padre es viñador (Jn 15, 1), y no cuelga los frutos del árbol (pasivo). Espera que el árbol (la persona) los produzca a través de su savia. Y, teniendo en cuenta la contaminación ambiental, el árbol que da fruto, el Padre (viñador) lo limpia para que dé más fruto (15, 2). Porque la tarea de purificación (personal) transcurre obstaculizada por la convivencia.

    El Apocalipsis cristiano sigue al de Daniel. "Muchos serán lavados, blanqueados y purgados; los impíos seguirán haciendo el mal; ningún impío comprenderá nada; sólo los doctos comprenderán". (Dn 12, 10). Los ocupados en la purificación conviven con despreocupados por ella (1 Co 5, 9-13). Jesús no disimula que entre los que le rodean los hay que morirán en pecado (Jn 8, 24), moralmente sucios.

    La convivencia cristiana hacia la eternidad transcurre en esa entremezcla de los unos con los otros: "El que es injusto, sea injusto todavía" (Ap 22, 11)⁵. No se da justificación instantánea. Pasa por un proceso de purificación progresivo, y en la medida en que el de la impureza es más y más regresivo.

    La Nueva Alianza, fundada en la donación de la sangre de Jesús ('para el perdón de los pecados') es, toda ella, anti-pecado. Desde la anunciación de su nacimiento. Darás a luz un hijo a quien pondrás por nombre Jesús ('Yahvé salva'), porque él salvará a su pueblo de sus pecados (Mt 1, 21). Aparece en operación de limpieza. "En su mano tiene el bieldo para limpiar su era y recoger el trigo en su granero; pero la paja la quemará con fuego que no se apaga" (Lc 3, 17).

    El 'Cordero de Dios', que quita el pecado del mundo (Jn 1, 29), 'trasladado el sacerdocio' termina con la liturgia espectacular de purificación impersonal. Porque trasladado el sacerdocio, necesariamente se cambia la Ley (Hb 7, 12). Además de que la Ley no llevó nada a la perfección (Hb 7, 19).

    Nuevo sacerdocio, universalizado. Es de todos y cada uno de los elegidos, no privativo de una clase litúrgica. Todo bautizado en su nombre, es sacerdote del Cordero de Dios, y con él, con la propia conciencia por altar de los sacrificios.

    Sacerdocio santo. Santidad en efectivo, no ritual o ministerial de celebración social. "Cual piedras vivas, entrad en la construcción de un edificio espiritual para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por mediación de Jesucristo" (1 P 2, 5).

    Sacerdocio regio: No existen clases inferiores desde el nuevo sacerdocio. Todo santo es rey. "Pero vosotros sois linaje elegido, sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido para anunciar las alabanzas de Aquel que os ha llamado de las tinieblas a su admirable luz, vosotros que en un tiempo no erais pueblo, y que ahora sois el Pueblo de Dios, de los que antes no se tuvo compasión, pero ahora son compadecidos" (2, 9).

    Pecador, desclasificado, contribuyente religioso del montón para el ampuloso sacerdocio del Templo, Pedro el obrero, el pescador, el obreramente vestido, lo declara pasado a la historia. Es convicción de las primeras comunidades cristianas (Ap 1, 6; 5, 10). Serán sacerdotes de Dios y de Cristo y reinarán con él mil (indefinidos) años (20, 6). La purificación

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