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El Enigma Del Corazón Petrificado
El Enigma Del Corazón Petrificado
El Enigma Del Corazón Petrificado
Libro electrónico286 páginas4 horas

El Enigma Del Corazón Petrificado

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Cuatro jvenes intrpidos son los protagonistas de esta novela de aventuras que hace viajar al lector de Pars al continente americano. Quien cuenta la historia de manera singular es un apreciado objeto, propiedad de uno de los protagonistas, el recin estrenado periodista que uno tras de otro va ganndose los casos que investiga y que incluso llega a esclarecer.

Las relaciones entre los cuatro amigos se forjarn entre la seduccin y la pasin mientras, cada uno desde la perspectiva de su profesin, se involucrarn en una hazaa ms all de lo verosmil, que les llevar a un encuentro inesperado en las inmensas montaas de Los Andes, en el Sur de Argentina.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento5 feb 2016
ISBN9781480825734
El Enigma Del Corazón Petrificado
Autor

Luis J. Marolo

Luis José Marolo was born in Carrera, Argentina, and later moved with his family to Buenos Aires where he learned the art of high fashion and design. While in his twenties, he relocated to America and continued his career in Beverly Hills. Today Luis resides in Southern California with his family.

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    El Enigma Del Corazón Petrificado - Luis J. Marolo

    Copyright © 2016 Luis Marolo.

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    Esta es una obra de ficción. Todos los personajes, nombres, incidentes, organizaciones y diálogos en esta novela son o bien producto de la imaginación del autor o son usados de manera ficticia.

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    Ciertas imágenes de archivo © Thinkstock.

    ISBN: 978-1-4808-2567-3 (tapa blanda)

    ISBN: 978-1-4808-2573-4 (libro electrónico)

    Número de Control de la Biblioteca del Congreso: 2015920634

    Fecha de revisión de Archway Publishing: 2/2/2016

    ÍNDICE

    Cascada de Oro

    Una Misión Imposible

    Maxine Letalier

    Un Nido en las Palmeras de Santa Mónica

    Preguntas y Respuestas

    Bulevar Romántico

    La Graduación

    Los Angeles Times

    Brad Lonnegan – Detective Inspector

    En Contra de su Voluntad

    Viaje Imprevisto y el Hallasgo de la Argentina-Rostow

    La Posta de Facundo Vega

    Lihue el Cacique Mapuche

    Parque Prehistórico y Misterio en el Cerro de los Cinco Picos

    Los Newton’s

    Pérdida Irreemplazable

    Dedicado a mis hijos, Andrea, Luis y Chesare, y en especial para mi compañera y esposa, Leona y, su inmensa paciencia.

    CASCADA DE ORO

    Si ahondamos en la mente del más erudito de los sabios, no llegaremos a dilucidar el conflicto que llegó a crear en mi vida el reciente egresado periodista. El joven en uno de esos momentos de inquietud, se atreve a manipular el orden de los factores establecidos. La juventud y la pasión van de la mano, por esa causa no se detiene a considerar las consecuencias que puede originar su repentina decisión. Él joven al posar sus ojos en mi, no logró resistir mis encantos. ¿Espero que lo halla encandilado mi belleza? ¡A no ser, de que sus intensiones no sean otras-más que beneficiarse de mi fama internacional!…Es indudable de que esta persona se favorece por el sólo hecho de estar a mi lado. De cierta manera justifico su atrevida actitud, dado de que tuvo la hidalguía de valorar mi fino linaje. El joven no se detuvo a analizar mis compromisos anteriores. Sin prejuzgar mi pasado, decide qué seré su inseparable compañera en la gestión que esta por emprender. Nuestra historia comienza en un hermoso día otoñal.

    El atardecer lentamente se poza sobre la sofisticada metrópoli, el mágico fulgor del Astro Rey decora con matices de acuarelas la bella ciudad de París. René, observa como el crepúsculo se trasforma en una brillante estela de colores. El magnifico espectáculo, es la excusa perfecta por la cuál dejar el estudio y salir a rondar la ciudad en mi compañía, con la lírica intención de admirar el hermoso atardecer.

    La famosa Rue de Rivoli, nos llevó por sus tradicionales aceras hasta la majestuosa Torre Eiffel, de lo alto de su cúspide contemplamos el magnifico espectáculo de una puesta de sol inolvidable. Febo, quien utilizando sus infinitos poderes, se aplica en su totalidad al momento de decorar con tonos anaranjados y rojizos, la ya hermosa Ciudad Luz.

    Mi compañero, el Joven René, actualmente cursa sus estudios de psicología en la prestigiosa Universidad de París. En el entorno de esta fascinante ciudad, se desarrolla parte de nuestra historia. La cuál comenzó con un magnifico atardecer y continua con una de esas mañanas otoñales de nubes grises y ocres, que dejan caer una fina llovizna sobre la antigua urbe; las calles y las aceras se espejan con el agua reflejando las figuras de los jóvenes estudiantes camino de la universidad. La bruma que colma el ambiente se acopla al ánimo de los jóvenes y crea en la clase escolar uno de esos días alicaídos. Él profesor, al observar la pobre disposición de sus discípulos. Saluda a los alumnos enérgicamente…

    ––¡Buenos días señores, observo que la apatía se ha instalado en este foro! ¿Tal vez exista entre ustedes una mente alerta que nos pueda deleitar con la historia del día…?

    Hubo un instante de incertidumbre en la clase. Sorprendida advierto que mi compañero el tímido René, alza su mano y requiere la atención del catedrático…

    ––Señor profesor, si me permite, estoy al tanto de un conflicto familiar, que talvez merezca ser mencionado como la historia del día –dice el joven alumno tímidamente.

    ––¡Congratulaciones René! Ya que está con vida, puede comenzar el relato de ese conflicto –contesta el profesor con un dejo de asombro.

    ––Profesor, la historia es extensa, no se si usted… –él joven expone una excusa tratando de salir del compromiso que él mismo se asignó. Su intento no dio el resultado esperado, el profesor interrumpe…

    ––No se preocupe, tome todo el tiempo que la historia requiere. Prosiga René.

    ––Gracias profesor…comienza…bueno, se puede decir de que…la relación entre los hermanos Cercéeles no era la más deseada, entre ellos se creo una inusual desavenencia. Sucede que Marcel, el mayor de los hermanos, trabaja junto a su padre en las duras tareas de la modesta finca familiar, el arduo esfuerzo que requieren las labores del campo no siempre se encuentran renumerado de manera equitativa y, Marcel sufre las consecuencias de esa injusticia. En cambio Chiquét, el hermano menor, en contra de la voluntad de su familia, tomó empleo en una de las importantes fincas de la región, guiado por la codicia que lo domina. La ambición no hace más que nublar el sentido común del joven. La avaricia se apodera de su personalidad y controla todas las decisiones que debe tomar. La perversa codicia es la causa que altera su conducta.

    Es posible que el dinero, haya creado entre los hermanos una especie de animosidad. El joven Chiquét, al tener empleo obtiene el beneficio de percibir un sueldo fuera del núcleo familiar, en cambio Marcel, carece de ese vital privilegio. El hermano menor utiliza las carencias monetarias de Marcel, con la simple intención de frustrar a su hermano. Cuando esto ocurre Marcel contesta con una sonrisa…

    ––Querido hermano. ¡Sí el destino me quiere rico, conoce la casa!

    Las divergencias no logra separar a los hermanos. Deben convivir en la modesta cabaña de sus padres y compartir el humilde cuarto.

    La jornada laboral en el campo está llegando a su fin. Las sombras del atardecer envuelven lentamente las bellas laderas. El ambicioso Chiquét, se haya afanoso trabajando en una de las parcelas de la opulenta finca. El joven se halla en la tarea de cavar un hoyo con la intención de cultivar su última planta de olivo. Se esfuerza al lanzar la pala al fondo del poso, su brazo vibra al impactar la herramienta con lo que él cree es una piedra. Trata de eludir el escollo pero no lo consigue. El obstáculo ocupa toda la base de la cavidad del poso. Frustrado se arrodilla y comienza a excavar con sus manos, tratando de extraer la roca que retraza su labor. Las desnudas manos toman contacto con un objeto que al tocarlo no aparenta ser una roca, no lo es, todo lo contrario, se sorprende al encontrarse con una sólida tapa de hierro….Solamente de imaginar lo sustancial que puede ser el hallazgo, su curiosidad se acrecienta y sus manos se aceleran rápidamente. En pocos minutos lleva a la superficie el obstáculo que entorpecía su trabajo. Al contemplar el objeto que acaba de extraer, los ojos de Chiquét se agrandan de incredulidad. Su corazón se acelera, frente a él se encuentra un antiquísimo cofre. Seguramente fue enterrado de prisa por algún famoso pirata perseguido por las autoridades. Podría haber sido Jean Laffit oh, tal vez Estede Bonnet, estos sicarios a principios del siglo XVIII, rondaban los mares europeos y americanos. Saqueando las ciudades y aterrorizando a sus pobladores.

    Diversas emociones difíciles de discernir lo invaden y exaltan sus sentidos. Los segundos se convierten en siglos en sus ansias de poner al descubierto el contenido de su hallazgo. El perno que cierra el cofre se encuentra totalmente corroído. Chiquét aplica toda su fuerza con intención de destrabarlo pero no lo consigue. Contrariado se detiene unos segundos. –Entretanto el sol desaparece lentamente detrás de las onduladas laderas. Sus pálidos rayos iluminan las escasas nubes que reflejan su luz sobre el predio.

    Las sombras de la noche hacen que Chiquét apresure su cometido. Necesita conocer el contenido del interior de ese arcano cofre de hierro. Ansioso se dirige en busca de un objeto contundente. No lejos del lugar halla una sólida roca. Regresa con la improvisada herramienta y comienza a asestar violentos golpes al cerrojo, el que no tarda en rendirse y caer partido en pequeños fragmentos. Son instantes dramáticos que vive el ambicioso Chiquét. En instantes tendrá la oportunidad de verificar el contenido del interior de ese increíble hallazgo. La morbosa fiebre de la codicia hace que todo su cuerpo se estremezca de ansiedad. Se retira un par de pasos del objeto, luego se acerca lentamente al supuesto preciado cofre y, lentamente se hinca a su lado. Su actitud se asemeja a la de un beato feligrés que ofrece una plegaria. Empapado en sudor coloca sus manos cubiertas de lodo sobre la tapa del corroído cofre. Dirige su vista hacia las grises nubes rogando que se produzca el deseado milagro. Poder llegar a ser poseedor de una gran fortuna.

    Lentamente alza la derruida tapa que lo separa de sus sueños y, queda al descubierto el contenido del cofre, el ambicioso joven, abre sus ojos de forma desmesurada y su mirada se congela en esa antigua arca, la que tiene en su interior, la fortuna que ambicionó durante toda su corta vida: su tesoro, sólo suyo. Lo puede palpar acariciar y tocar, hasta puede apreciar el sabor del oro, monedas que brillan bajo la luz de la luna como diamantes recién tallados. Tiene en sus manos un cofre repleto del precioso metal. Exaltado observa afanoso a su alrededor, lo hace por temor de ser visto por quienes hace tres siglos azotaron estas tierras. El pirata o el filibustero que al verse perseguido y acorralado por las autoridades no tuvo otra opción que enterrar su tesoro en el sitio en el que él lo halló.

    El poseer riqueza, genera la responsabilidad de proteger lo adquirido. Ése es el dilema que debe afrontar el ambicioso Chiquét, que no consigue controlar sus emociones ni razonar claramente. Se pregunta qué hacer con el valioso botín. Su problema se magnifica al ser sutilmente subyugado por la frívola ‘codicia’. Ésta condición que se asemeja a nombre de mujer, hace que se resista a compartir con su familia el valioso hallazgo.

    Debe hallar un sitio seguro en el que ocultar su tesoro. Decide esperar unos minutos, necesita la complicidad de las sombras de la noche. Por el momento el galpón puede servir de escondite. En un futuro cercano decidirá cuál será el resguardo definitivo.

    Al arribar al hogar su familia se encuentra en plena cena. Se higieniza rápidamente y toma asiento en la mesa. En silencio sin demostrar emoción alguna comienza a ingerir los alimentos como si no hubiese ocurrido absolutamente nada. Marcel, quien se halla rendido después de sostener un día intenso de trabajo. Al finalizar de cenar comenta…

    —Estoy extenuado, hoy trabajamos como bestias. ¿No es así, padre?

    ––Hijo mío, las bestias no trabajan por su propia voluntad. Los humanos forzamos a los animales a trabajar en nuestro beneficio. Nosotros lo hacemos con el sólo propósito de subsistir y ellos son obligados a cumplir –indica el padre.

    ––Cuanta razón tiene padre, deberíamos tratar a los animales con un poco más humanidad. ¿No cree usted?

    ––Tú lo has dicho, hijo. ¡Se gana más con una caricia que con un azote! –asegura.

    ––Padre, con su permiso me retiro a descansar. Madre, comenzaré a leer el libro que usted dejó en la mesa de luz –dice al tiempo que deja la mesa. –En cambio Chiquét que hasta el momento guardo silencio. Tratando de ocultar su júbilo por el afortunado hallazgo y, se dirige a su hermano irónicamente…

    ––Marcel, la noche recién comienza. La taberna nos esta esperando, deberíamos ir a tomar unas cervezas. Espero que uno de estos días te decidas a salir de parranda con tu hermano –ríe irónicamente. –Marcel, quien va rumbo al dormitorio oye el comentario de su hermano: responde…

    ––Ve y disfruta de las cervezas Chiquét. ¡Pero no rompas las castañas hombre! Sabes muy bien que no puedo acompañarte. Recuerda, la buena fortuna ya se acordará de este labrador…Todo a su debido tiempo hermanito –termina diciendo al final de la escalinata.

    EL afortunado joven toma su chaqueta y deja la casa riendo. Llega agitado a la taberna. Se abre paso entre los parroquianos hasta llegar a la barra del bar. De manera jactanciosa pide un porrón cerveza y de un solo sorbo deja el recipiente vacío. No logra continuar bebiendo ni permanecer en el lugar, es que se halla inquieto, nervioso. Tiene en mente el sitio en el que ocultó el tesoro. Este puede ser descubierto por un integrante de su familia.

    El joven agricultor debe ocultar su fortuna en un sitio que sea menos accesible. Apresurado, emprende el regreso y lo hace en silencio. Ingresa sigiloso en el galpón. En la densa oscuridad sin dificultad recupera el cofre. Desconfiado se asegura de que las monedas de oro se encuentren en su totalidad en el interior del arca. Apremiado por su propia codicia, decide que la buhardilla que se encuentra sobre el dormitorio que comparte con su hermano, es un sitio seguro y el más difícil de acceder. Sosteniendo el pesado cofre en uno de sus brazos y, con sumo cuidado lentamente comienza a escalar la débil escalera que lleva al altillo; llega extenuado al final de la escalinata. Da dos pasos al frente en plena oscuridad, no alcanza ver al negro gato que duerme plácido sobre el morral. El joven Chiquét, nervioso y envuelto en tinieblas, tropieza con el felino, quien sorprendido en su placido sueño escapa maullando a los gritos. Exasperado por el bullicio, gira desorientado y trastabilla, sin poder hallar asidero pierde el balance, está por caer, desesperado trata de proteger entre sus brazos el preciado cofre, finalmente pierde el equilibrio y cae… caaeee…y se desploma de bruces abrazado a su tesoro. Al caer, la fuerza del impacto hace que se abra una brecha en el maltrecho piso. El antiguo cofre escapa de sus brazos. La corroída tapa no resiste el fuerte golpe y, salta…salta y al final la tapa se desprende de la caja ante la ávida desesperación de Chiquét, quien herido en lo más profundo de su inconciente codicia, observa como todo el contenido del cofre se cuela rápidamente por la amplia brecha que el pesado cofre abrió en el piso. Las monedas brillantes como el sol forman una cascada de oro y caen y caen estrepitosamente sobre la cama en la que se encuentra leyendo Marcel…Desesperado, Chiquét presencia la fuga de su fortuna, se está diluyendo de sus manos, de la misma forma que llegó a él…Jamás había experimentado tremenda angustia.

    Sin considerar los riesgos, desciende la escalera con tal ímpetu que casi no toca los peldaños. Corriendo se dirige al dormitorio: su desconsuelo comienza, al encontrar a su hermano sonriendo feliz, recogiendo las monedas de oro. –Marcel, incrédulo al comprobar que sus vaticinios se han convertido en realidad y, la realidad se hace presente al ver a su hermano ingresar en la habitación como una tromba. En el rostro de Chiquét, se pueden observar muestras de que esta visiblemente perturbado. Su preciada fortuna se halla en manos de su hermano Marcel, quien exhibiendo una amplia sonrisa de satisfacción, expresa…

    ––Chiquét, recuerdas, te advertí en diversas ocasiones. ¡¡Si el destino nos quiere rico la casa la conoce. Somos ricos Chiquét!! dice Marcel abrazando a su hermano.

    ––Es todo profesor –señala René, esbozando una pálida sonrisa.

    ––Muy bien René, congratulaciones, es una buena historia.

    El relato de mi estimado amigo René, fue entretenido y el final inesperado. Les diré, que mi peregrinar no finaliza en la bella ciudad de Paris. Es qué la acción en la historia, me tiene como protagonista. En….

    UNA MISIÓN IMPOSIBLE

    Sí señores, una misión casi imposible. Antes de continuar con el relato, debo informarles de que en este capitulo de mi existencia: no estoy feliz! Debí abandonar mi querido Paris. Por razones ajenas a mi voluntad. En estos momentos me encuentro en la costa oeste de los Estados Unidos. Añorando las calles de mi ciudad y al Joven René. Por esos azares del destino, en estoy en manos de un apuesto ‘joven,’ quien detrás de sus ambiciosos anhelos, posee diversas cualidades que identifican su personalidad. –Por ejemplo la inconciencia de no reparar en nuestras abismales diferencias. Está conducta lleva al joven a involucrarme en su vida. Además pretende que narré sus aventuras periodísticas. ¡Seguro de que estoy envuelta en una complicada situación! –La verdad, deseo continuar en su grata compañía. Creo que talvez haya encontrado solución. Sí señor, recurriré al Dios que posee el poder de convertir la naturaleza muerta en una plena de vida. ¿Se dan cuenta ustedes? La misión que tengo que llevar a cavo, es casi imposible. Debo relatar sus aventuras y, tengo que convertirme en un ser todo poderoso, quien sin estar de cuerpo presente, tiene que poseer el poder de ver, oír, presentir, vislumbrar y pronosticar las actividades de mi compañero y, de las personas con quien se deberá involucrar en el futuro. ¿Cómo haré para resolver el dilema de la comunicación? Porqué estas facultades, no se obtienen, así-cómo-así, de manera silvestre. Él futuro periodista, me a puesto en un serio aprieto.

    No dude un segundo y tomé la decisión de dirigir mis plegarias al Dios que posee el poder de otorgar el don del habla. Según la mitología griega fue Prometeo, quien creó la raza humana. Por suerte mis ruegos fueron escuchados por el Dios griego. Les diré de que en estos momentos, poseo el don de poder articular y comunicar los pasajes de su carrera periodística y, la de ésta historia. Si ustedes deciden criticar mi intervención en ésta gestión. »Deben comprender con quién están tratando.«

    No debemos negar de que existen constantes renovaciones en la vida de nuestro planeta. El hecho de crear lo inexistente es un fenómeno que despliega en sí un velo de misterio. Seguramente el enigma se acrecienta con el inusitado suceso que termina de ocurrir. Estoy aludiendo a la increíble mutación que acaba de suceder. Horas atrás no poseía el poder de trasmitir mis pensamientos, gracias al Dios Prometeo, tengo la capacidad de ingresar de manera furtiva, en la mente de todos los integrantes de esta historia. ¿Qué-tal?

    Se preguntarán: ¿Quién es este engreído personaje? –Contestaré sin preámbulos: En el exquisito mundo de la moda, soy el más preciado complemento y, demás, la prenda esencial. La que debe poseer en su vestuario la elegante dama o el distinguido caballero. Por estas definidas bondades que me distinguen. Él principal participante de está historia, me atesora como una de sus más preciadas pertenencias. No debo defraudar sus ilusionadas expectaciones. Seré la cómplice ideal y la camarada fiel. Describiré en detalle todos los sucesos de su carrera periodística…Solamente me queda revelar la parte sublime de nuestro furtivo encuentro, que sucedió de esta manera…

    La mañana nos sorprende con un intenso temporal: El clima ideal para aquellas personas que desean gozar de un día lluvioso y, usan este evento como pretexto para concurrir al cinema, o tal vez visitar un complejo comercial. Esta última opción es la que tomó el joven estudiante. Una vez en el lugar el joven decide recorrer diversos comercios. El aroma a café atrae su atención, no le vendrá mal una infusión de cafeína. En el momento en que se dispone a ingresar en el Café, llega hasta él una fragancia seductora. Dirige su atención a quien porta el cautivador aroma. Lo seduce la tímida mirada de la hermosa joven. Sin eludir sus bellos ojos retoma sus pasos y se dirige en busca de la sutil mirada. Sin advertirlo, el joven se encuentra en una tienda de artículos diversos. El local se halla colmado de ávidos clientes. Se molesta por perder de vista a la bella joven. Contrariado y melancólico, continúa deambulando por los angosto pasillos, los cuáles se encuentran abarrotados con mercadería de segunda mano, muchos de estos al ser manipulados por los clientes, parte de ellos caen al piso dificultando el paso.

    El futuro periodista camina por los pasillos sin tener en cuenta la inmensa cantidad de objetos que lo rodea. Se nota en su mirar que se halla lejos de ese sitio. Su mente se encuentra colmada de nostalgia y recuerdos, estos ubican al joven caminando por las descoloridas baldosas de la acera que lo lleva a la antigua casa de sus padres. Su madre, siempre esperando con un beso.

    Concentrado en sus recuerdos continúa caminando por los pasillos, por esa causa tropieza con uno de los objetos que yacen dispersos en el piso. El pie del joven toma contacto con mi frágil anatomía. Se detiene, baja la vista y me observa enfadado como si yo fuera la culpable de haber interferido en sus reflexiones. Se toma el trabajo de alzarme. Seguro lo hizo con la intención de colocarme en el próximo estante: no lo hace, fija su mirada sobre mi. Observo con agrado el cambio radical en su actitud, el gesto de enojo desapareció de su

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