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Memorias De Un Migrante Michoacano
Memorias De Un Migrante Michoacano
Memorias De Un Migrante Michoacano
Libro electrónico147 páginas1 hora

Memorias De Un Migrante Michoacano

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Hasta aqu esta pequea historia de una parte de mi vida, espero te haya resultado interesante. La he querido compartir principalmente porque es mi manera de dar las gracias a toda la gente buena que me he encontrado en el camino, a toda la gente que me ha apoyado desinteresadamente, a toda la gente que sin tener la obligacin ha compartido espacios y momentos conmigo.


Tal como he narrado, las dificultades han sido parte de mi vida y si bien me he logrado sobreponer a todas ellas, no ha sido fcil y no lo he logrado solo. Simplemente no puedo imaginar lo difcil que hubiera sido no contar con el apoyo de mi esposa y de mis hijos, todos y cada uno de ellos me han ayudado a seguir adelante y me han enseado mucho acerca de mi mismo y de la vida.


He all la mejor parte de mi vida: mi familia. Gracias a ellos por estar conmigo, gracias Sara por acompaarme en esta travesa y por darme a unos hijos maravillosos, gracias Bernardo por tu tenacidad y ejemplo, gracias Sarita por tu amor y tu cario y gracias tambin a t Alan, porque tu existencia no la olvido. Gracias a mis padres, mis hermanos, mis amigos. Gracias a este laberinto de causas y efectos que me ha permitido vivir.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento3 jul 2014
ISBN9781463383671
Memorias De Un Migrante Michoacano
Autor

Bernardo Villaseñor Garcia

Bernardo Villaseor Garca De origen Mxicano, Don Bernardo nace en una pequea localidad de Michoacn, ah vive su felz niez al lado de sus padres y hermanos. Pero un dia deciden que es momento de avanzar pero en su pueblo no hay mucho qu hacer para salir adelante. De ah decide tomar a la edad de 17 aos la decisin ms importante de su vida: irse a probar suerte a los Estados Unidos. No sera una tarea fcil, pero su decisin y perseverancia lo llevaran a ocupar un lugar muy especial dentro de la comunidad mexicana en Illinois. Cruzar la frontera se dice fcil, pero slo quienes lo han vivido saben la dura experiencia que significa. De ah se desprende el enorme orgullo que une a los migrantes de todo latinoamrica. Un relato sincero y con humor de las travesas que vive Don Bernardo para poder pasar la frontera, con la cual se puede identificar igual un mexicano, panameo, hondureo y latino en general que haya osado arriesgarse a pasar la linea de Mxico-Estados Unidos de Amrica.

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    Memorias De Un Migrante Michoacano - Bernardo Villaseñor Garcia

    Copyright © 2014 por Bernardo Villaseñor.

    Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.:   2014908012

    ISBN:   Tapa Dura               978-1-4633-8366-4

                 Tapa Blanda            978-1-4633-8368-8

                 Libro Electrónico   978-1-4633-8367-1

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Las opiniones expresadas en este trabajo son exclusivas del autor y no reflejan necesariamente las opiniones del editor. La editorial se exime de cualquier responsabilidad derivada de las mismas.

    Fecha de revisión: 26/06/2014

    Palibrio LLC

    1663 Liberty Drive

    Suite 200

    Bloomington, IN 47403

    Gratis desde EE. UU. al 877.407.5847

    Gratis desde México al 01.800.288.2243

    Gratis desde España al 900.866.949

    Desde otro país al +1.812.671.9757

    Fax: 01.812.355.1576

    ventas@palibrio.com

    615515

    CONTENTS

    AGRADECIMIENTOS

    PRÓLOGO

    CAPÍTULO 1

    JUNIOR SE ENROLA EN EL EJÉRCITO DE LOS U.S.A.

    CAPÍTULO 2

    BERNARDO RELATA SU VIDA

    CAPÍTULO 3

    MIS NEGOCIOS

    CAPÍTULO 4

    MI BODA CON SARITA

    CAPÍTULO 5

    FALLECIMIENTO DE MIS PADRES

    CAPÍTULO 6

    LÍDER COMUNITARIO

    EPÍLOGO

    APÉNDICE A

    RECUERDOS Y MÁS RECUERDOS

    Agradecimientos

    Primero que nada, agradezco a Dios, a mis padres, a mi esposa, a mis hijos, a mi familia, a mis amigos, a la Dra. Stephanie Schultze, al periodista León Martínez y a todos los que de manera directa o indirecta me ayudaron en la elaboración de este libro, mi más sincero agradecimiento.

    Prólogo

    Conocí a Bernardo Villaseñor hace poco más de 20 años y a pesar de que al inicio nuestra relación fue meramente de trabajo, poco a poco se fue abriendo una amistad, la cual agradezco ampliamente.

    Por el año 1991, yo iniciaba una carrera como ejecutivo de cuentas de una estación de radio local y si bien contaba con cierta experiencia en casi todo lo que es la radio, lo único que me faltaba era vender y por ese entonces no había otro remedio.

    Con mi escasa experiencia en este ramo, me presenté en la Joyería Latina para hablarle a Sarita sobre la radio para la que trabajaba, con la intención de ofrecerle un paquete de publicidad para una campaña con nosotros.

    Y aunque nuestra entrevista fue breve, Sarita me invitó a regresar otro día, para cuando Bernardo regresara de viaje, puesto que se encontraba en su natal México. Solo fue cuestión de esperar unos cuantos días y entonces lo conocí, le hablé de nuestra estación y de muy buena gana iniciamos una campaña de publicidad de Joyería Latina.

    De esta manera inició nuestra relación comercial, y en muy poco tiempo me di cuenta de su carácter sencillo, abierto, sin rodeos y a la vez, de su continua e intensa conexión con México, con Michoacán en especial, su estado, al que siempre ha estado ligado, al que nunca dejó de ir y donde siempre ha tenido algún negocio que lo ha mantenido ocupado allá y acá.

    Pero no solo lo conozco como comerciante, dueño de dos o tres negocios, sino también como líder comunitario, siempre tratando de ayudar a sus comunidades; a los michoacanos en particular, tanto a los que han emigrado a Estados Unidos como a los que se han quedado en su tierra, razón por la cual se ha envuelto en diversos organismos no lucrativos.

    Fue uno de los que, con ayuda de otros más, sin duda pavimentaron las vías que hoy se han abierto entre la comunidad de michoacanos del Medio Oeste de Estados Unidos con los funcionarios gubernamentales de Michoacán. Incansable colaborador con sus paisanos, lo he visto brindar ayuda desinteresada a quienes como él, han tenido que abandonar sus terruños para perseguir el sueño de todo hombre: crecer.

    Recuerdo sus constantes viajes Morelia con otros directivos, desde el sexenio del gobernador Víctor Manuel Tinoco Rubí y no me refiero a viajes de placer, de ninguna manera, por el contrario, recuerdo que no eran épocas sencillas pues el gobierno de Michoacán, vaya usted a saber por qué, pero simplemente no cumplía con los planes que había prometido a los michoacanos del Medio Oeste de EEUU, pero esa labor incansable de Bernardo junto con la de un par de líderes michoacanos logró la apertura entre la comunidad de michoacanos emigrantes con el gobierno de su estado natal, la cual continúa hasta la actualidad y se observa más fortalecida que nunca.

    Así fue que se convirtió en uno de los principales miembros de la Federación de Michoacanos del Medio Oeste. Y aunque posteriormente tuvo que abandonarla por algunos desacuerdos, el paso del tiempo le dió la razón: No fueron pocos los clubes que abandonaron a la Federación, y entre todos tomaron fuerza, fuerza que alentó a Bernardo para crear otra organización, la Asociación de Michoacanos, surgiendo así la Asociación de Migrantes Michoacanos de Illinois (ACMMI por sus siglas). Años más tarde, lo invitaron a integrar la Sociedad Cívica Mexicana de Illinois, uno de los organismos más respetados del estado hasta ahora y en el cual fue electo presidente.

    Mi conocimiento sobre su andar en nuestra comunidad, obedece a la cercanía que Nuevo Siglo tiene con la misma, desde los inicios de la Cámara de Comercio de la Calle 47, de la cual fue parte activa y uno de los pioneros de la misma, ocupando diversos cargos, incluyendo la presidencia.

    Con el nacimiento de Nuevo Siglo, nuestra relación comercial se incrementó, nuestras pláticas se hacían más amplias y así lo fui conociendo mejor, conocí de su enjundia para los negocios, nada lo detenía. Recuerdo una ocasión en la que se le había metido la idea de poner un restaurante y puso manos a la obra: rentó el local más apropiado, compró todo el equipo necesario y cuando estaba listo para abrir…simplemente le dijeron en el City Hall que no había licencias para este tipo de negocios en ese lugar. Pero no se detuvo, malbarató el equipo y puso una tienda de ropa y discoteca, que tampoco funcionó, entonces, me dijo en una ocasión, no tuve más remedio que vender flores, y en efecto, el local lo convirtió en lo que aún es Florería Sarita, aunque ya con otros dueños pero el nombre y el negocio sigue funcionando.

    También conocí de la expansión de Joyería Latina, a un local más amplio, con un mejor surtido y en una esquina muy comercial como lo es la Calle 47 y Wood, la esquina de oro, así fui conociendo su visión para los negocios y en una ocasión en Joyería Latina me confió que meses antes, una periodista alemana, la especialista en Comunicaciones Dra. Stephanie Schultze del Instituto de estudios para Latinoamérica de la Universidad Libre de Berlín estuvo en Chicago para realizar un estudio sobre los emigrantes, y durante su estancia lo entrevistó, pero quedó tan impresionada con lo que Bernardo le contó de su vida que le propuso escribirla y ella misma se propuso para tal propósito.

    Lamentablemente el tiempo pasó y luego de varios meses o años le envió algunos escritos, pero éstos eran escasos, seguramente la distancia complicó el proyecto; aun así la idea seguía siendo magnífica, así es que yo me interesé en el plan, hablamos durante varios días y le dije que con un poco de paciencia, podría ir escribiendo poco a poco la historia de su vida.

    Eso fue tal vez hace poco más de tres años, cuando empezamos a aumentarle horas a los días, buscábamos un lugar para hablar, a veces en un restaurante mientras desayunábamos, o en la oficina de ACMMI o en uno de sus negocios.

    Ocasionalmente las entrevistas se espaciaban más de lo deseado debido a sus constantes viajes a México, pero lo cierto es que, si bien conocía a Bernardo, a través de nuestras entrevistas lo conocí aún más. Así me enteré de su pasión por los negocios, conocí de los días en los que decidió no ser un asalariado, sino buscar algo propio, donde él decidía, siempre con el apoyo de Sarita, su esposa y de sus hijos.

    Me enteré también de sus negocios en Michoacán, su tierra, de la que nunca se ha desligado, sobre el invernadero que logró instalar y luego sobre la cría de ganado bobino y como desde hace más de 30 años en que inició la aventura de autoemplearse ha logrado mejorar su situación y la de los suyos instalando negocios tanto en el área de Chicago como en Michoacán.

    Naturalmente, en gran parte de estos proyectos ha contado el decidido respaldo de Sarita, su esposa que desde siempre ha aceptado la ausencia esporádica de Bernardo, sus constantes viajes a Michoacán aunque en ocasiones lo acompaña, y en otras viajan junto con sus hijos.

    Su vida me pareció fascinante y conforme me la iba contando, más se fue ganando mi aprecio, a partir del cual me ha resultado placentera la tarea de escribir acerca de él, porque su vida viene a ser un fiel reflejo de la de otras tantas personas que emigramos de nuestro querido México o de otros países de Latinoamérica, en búsqueda del multicitado sueño americano.

    Por todo lo anterior es que no me extrañaría que usted amable lector, se sienta identificado con Bernardo mientras lea su historia, tanto si es emigrante o familiar de alguno, puesto que le resultaran familiares esas anécdotas de sus cruces en la frontera y sus varios regresos, por no decir deportaciones, pero siempre con el deseo y la esperanza de reunir algún dinero para enviar a sus padres, a sus hermanos, a su familia. No me extrañaría pues, que las aventuras

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