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Luces de bohemia: Luces de bohemia
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Luces de bohemia: Luces de bohemia
Libro electrónico155 páginas1 hora

Luces de bohemia: Luces de bohemia

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Información de este libro electrónico

Max Estrella, poeta ciego, y su falso amigo, Don Latino de Hispalis, son dos bohemios asiduos a las tertulias literarias madrileñas. A Max lo llaman “el Victor Hugo de España” por su verdadero genio literario; sin embargo, su situación económica cae tan bajo que, para conseguir unas monedas, incluso tiene que empeñar su capa. Esta obra es un recorr
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento14 ene 2022
ISBN9786076219454
Luces de bohemia: Luces de bohemia
Autor

Ramón Del Valle-Inclán

Ramón del Valle-Inclán (1866-1936) fue un dramaturgo, poeta, novelista y periodista nacido y muerto en Galicia. En sus primeros escritos se identificó con la corriente modernista. Más tarde se le incluyó como parte de la generación del 98. Manco del brazo izquierdo y dueño de una larga y blanca barba, con la publicación de Luces de bohemia dio vida al esperpento, nuevo género literario inspirado en Goya, y en la distorsión que puede adquirir la realidad, según en qué superficie se refleje.

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    Luces de bohemia - Ramón Del Valle-Inclán

    Couverture : RAMÓN DEL VALLE-INCLÁN, Luces de bohemia, Castillo EdicionesPage de titre : RAMÓN DEL VALLE-INCLÁN, Luces de bohemia, Castillo Ediciones

    DIRECCIÓN EDITORIAL: Cristina Arasa

    COORDINACIÓN DE LA COLECCIÓN: Mariana Mendía

    EDICIÓN: Mario Carrasco Teja y Libia Brenda Castro

    FORMACIÓN: Mario Carrasco Teja

    ILUSTRACIÓN DE PORTADA: Juan Palomino

    REDACCIÓN DE CONTENIDOS DE SECCIONES DIDÁCTICAS E ICONOGRAFÍA: Mario Carrasco Teja

    TEXTO: Ramón del Valle-Inclán

    Luces de bohemia

    PRIMERA EDICIÓN DIGITAL: septiembre de 2017

    D. R. © 2017, Ediciones Castillo, S. A. de C. V.

    Castillo ® es una marca registrada.

    Insurgentes Sur 1886, Col. Florida.

    Del. Álvaro Obregón.

    C. P. 01030, México, D. F.

    Ediciones Castillo forma parte del Grupo Macmillan.

    www.grupomacmillan.com

    www.edicionescastillo.com

    infocastillo@grupomacmillan.com

    Lada sin costo: 01 800 536 1777

    Miembro de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana.

    Registro núm. 3304

    ISBN Digital: 978-607-621-945-4

    Prohibida la reproducción o transmisión parcial o total de esta obra por cualquier medio o método, o en cualquier forma electrónica o mecánica, incluso fotocopia o sistema para recuperar la información, sin permiso escrito del editor.

    La transformación a libro digital de este título fue realizada por Nord Compo.

    PUERTAS DE ACCESO

    Tres paseos por la misma ruta

    Noche. Albores del siglo XX. Dos bohemios recorren la zona céntrica de un Madrid absurdo, brillante y hambriento: tres certeros adjetivos con los que Ramón del Valle-Inclán definió la acción de Luces de bohemia y, de paso, la España de su época.

    Absurdo porque con esta obra dramática se inauguró el esperpento como género literario.

    Brillante porque la lucidez y lucimiento de los protagonistas resplandece y se multiplica en sus diálogos, al tiempo que los rostros y las frases se deforman en los espejos cóncavos hasta adquirir un aparente sinsentido que no por eso deja de mostrarse fulgurante.

    Hambriento porque, estómagos vacíos aparte, la miseria, injusticia, opresión, inconformidad social y avidez por el reconocimiento artístico motivan y avivan el paseo a lo largo de las calles y establecimientos de la capital española.

    Don Ramón del Valle-Inclán escribió Luces de bohemia en 1920. Su primera publicación se hizo por entregas, en la revista España. Semanario de la Vida Nacional. En su origen la obra contaba con doce escenas y en 1924 el autor incorporó tres más, cuando la editorial madrileña Renacimiento la publicó en forma de libro, en el número XIX de la colección Opera omnia, en una edición supervisada por el propio Valle-Inclán.

    Aunque ésta es una obra de teatro, su creador jamás vio encarnar a los personajes más allá de la tinta y el papel. En un principio, a causa de las dificultades para el montaje debido a los numerosos cambios de escenario (diferentes interiores y exteriores), y más tarde, por la censura de la dictadura franquista (que abarcó de 1939 a 1975).

    Esta última fue la razón para que la obra no se representara completa en España hasta 1970, si bien se hicieron algunos montajes previos, con escenas y pasajes suprimidos a causa de su contenido sociopolítico. En realidad, la primera puesta en escena íntegra se llevó a cabo en París (y en francés), en 1963.

    La obra está repartida en quince escenas y posee una estructura simple por su linealidad, pero compleja por sus múltiples lecturas. Su clave bien puede cifrarse en esos tres adjetivos que definen la acción y donde la propia ciudad de Madrid no sólo se erige como escenario, sino como otro miembro del reparto que ofrece sus arterias para una travesía nocturna y circular.

    Hagamos pues aquí, a marcha veloz, tres distintos paseos por la misma ruta escénica.

    Antes de eso revisaremos la trama y algunos de los personajes (sólo algunos, pues en total hay cerca de sesenta), muchos de los cuales ocultan entre bambalinas las identidades de figuras del ambiente artístico, social y político de la época.

    La mala estrella de un poeta

    En Luces de bohemia presenciamos la última noche en la vida del poeta ciego Máximo Estrella (Max o, como se denomina él mismo, Mala Estrella), el cual pena por el mundo con el alma y el bolsillo en bancarrota. El protagonista va acompañado por Don Latino de Hispalis, periodista, literato y, para mayores referencias, pillo y un poco farsante. Estos dos personajes son émulos tragicómicos de Dante y Virgilio, así como de Don Quijote y Sancho Panza e incluso de Lázaro de Tormes durante sus fortunas y adversidades con el ciego. ¹

    El periplo se inicia en el guardillón o desván donde Máximo habita en condiciones miserables junto con su mujer, Madama Collet, y la hija de ambos, Claudinita. Max acaba de enterarse de que el medio donde colaboraba canceló sus crónicas semanales y, por lo tanto, el único ingreso familiar. Se encuentran en tan mal trance, que Mala Estrella pondrá sobre la mesa la posibilidad del suicidio colectivo.

    Tales pensamientos se disipan cuando aparece Don Latino con otra mala noticia: acaba de malbaratar unos libros que debía vender a nombre del poeta, y él mismo dispuso ya del exiguo pago que había conseguido.

    Para recuperar aquellos volúmenes, ambos escritores se encaminan hacia la cueva del librero Zaratustra. Tras fracasar en esa empresa, enfilarán a degustar unos quinces de morapio (un vaso de vino costaba quince céntimos, de ahí el eufemismo) en la taberna de Pica Lagartos, lugar donde Enriqueta la Pisa Bien exigirá a Max la devolución de un décimo de lotería que se convertirá, a su vez, en el pretexto para continuar la acción en la Buñolería Modernista, donde los dichos de borracho llevarán al protagonista a la cárcel y de allí a un nuevo e inopinado destino.

    En las últimas escenas de Luces de bohemia se ve al protagonista pasar por una suerte de estrambótico vía crucis: muere en la duodécima, lo velan en la decimotercera, lo entierran en la decimocuarta y se transfigura en antihéroe esperpéntico al cabo de la última, cincelado para la posteridad en la sentencia repetida por un borracho a lo largo de la acción: ¡Cráneo previlegiado!.

    Como una película: basada en hechos reales

    Valle-Inclán se inspiró en un personaje real para dar vida a Max Estrella: Alejandro Sawa (1862-1909), escritor y periodista español. En la placa conmemorativa en el número 7 de la calle Conde Duque de Madrid, donde Sawa vivió y murió, se lee REY DE LOS BOHEMIOS: varios de los seguidores de este monarca eran de la generación del 98, un grupo al que pertenecieron importantes intelectuales de la época, entre éstos Miguel de Unamuno (aludido en la escena séptima de manera humorística) y el propio Valle-Inclán. También fue cercano el escritor nicaragüense conocido como Rubén Darío —su nombre real era Félix Rubén García Sarmiento (1867-1916)—, máximo representante del modernismo y personaje destacado en las escenas novena y decimacuarta.

    Sawa se hallaba casado con una francesa de nombre Jeanne Poirier, encarnada por Madama Collet en la obra, y ambos tuvieron una hija: Elena (Claudinita). El escritor compartió con Valle-Inclán la amistad con Rubén Darío y, durante su residencia en París, conoció nada menos que a Victor Hugo y a Verlaine. Trabajó para Casa Garnier (en la obra, Don Latino afirma haber realizado algunas traducciones para esa editorial), además de escribir para los periódicos La Correspondencia de España y El Heraldo de Madrid, dos de los varios títulos reales y ficticios mencionados por los personajes.

    Cuando Alejandro Sawa falleció, en marzo de 1909, Valle-Inclán escribió a Rubén Darío una carta para comunicarle el deceso de su amigo, en la cual se observan varios paralelismos más con el sino de Max Estrella:

    Querido Darío:

    Vengo a verle después de haber estado en casa de nuestro pobre Alejandro Sawa. He llorado delante del muerto, por él, por mí y por todos los pobres poetas. Yo no puedo hacer nada, usted tampoco, pero si nos juntamos unos cuantos algo podríamos hacer. Alejandro deja un libro inédito. Lo mejor que ha escrito. Un diario de esperanzas y tribulaciones. El fracaso de todos sus intentos para publicarlo y una carta donde le retiraban la colaboración de sesenta pesetas que tenía en El Liberal, le volvieron loco en sus últimos días. Una locura desesperada. Quería matarse. Tuvo el final de un rey de tragedia: loco, ciego y furioso.

    Loco, ciego y furioso con el final de un rey de tragedia: palabras con las que, once años atrás, Valle-Inclán prefiguraba ya los rasgos de su protagonista.

    Como Sawa-Estrella y su familia, parte del dramatis personæ (la suma de personajes) posee una equivalencia con personas reales de la bohemia de la época, cuyas identidades han sido identificadas por los estudiosos de

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