Cenicienta y la zapatilla de cristal

Por Federica Leva y Aurora Stella

¿Quién no conoce a Cenicienta, el cuento de hadas que siempre ha hecho soñar a las niñas y a menudo también a las mujeres adultas?

Una chica hermosa y amable, una madrastra malvada, dos hermanastras envidiosas y un príncipe al que conquistar. ¿Podrá Cenicienta alcanzar su felicidad para siempre?

Para ustedes, el famoso cuento de Charles Perrault retranscrito y enriquecido con nuevos detalles (pero siempre fiel al original), e ilustrado en color.

Edad de lectura: de 5 a 99 años (porque nunca se es demasiado joven, ni demasiado viejo para soñar)

• Idioma: Español
• Editorial: BadPress
• Fecha de lanzamiento: 21 jul 2021
• ISBN: 9781667407760

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Este libro es una obra de ficción. Los personajes y lugares mencionados son invenciones del autor y pretenden dar veracidad a la narración. Cualquier analogía con hechos, lugares y personas, vivas o muertas, es absolutamente casual.

¿Quién no conoce a Cenicienta, el cuento de hadas que siempre ha hecho soñar a las niñas y a menudo también a las mujeres adultas?

Una chica hermosa y amable, una madrastra malvada, dos hermanastras envidiosas y un príncipe al que conquistar. ¿Podrá Cenicienta alcanzar su felicidad para siempre?

Para ustedes, el famoso cuento de Charles Perrault retranscrito y enriquecido con nuevos detalles (pero siempre fiel al original), e ilustrado en color.

Edad de lectura: de 5 a 99 años

Había una vez, en un reino mágico muy lejano, un caballero rico que tenía una esposa y una hija. La niña se llamaba Claire porque tenía el pelo del color del oro y los ojos tan azules como el cielo, y era tan brillante como un día de mayo. Era amable y cariñosa, y era la alegría de sus padres.

Pero un mal día, cuando Claire aún era una niña, la joven madre cayó enferma. Los constantes cuidados del médico y las oraciones de los sirvientes fueron inútiles. Una noche, la madre llamó a su hija, secó sus lágrimas y la abrazó. «Hija mía, no llores y recuérdame siempre con cariño», le dijo. «¿Podrías hacerme una promesa?»

Claire asintió, sollozando.

«Sé siempre buena y bondadosa, y yo velaré por ti desde el Cielo. Si lo haces, nunca estarás sola».

Luego cerró los ojos y expiró.

Claire cumplió su promesa y llegó a ser tan buena como un ángel. Todos los días iba a llevar flores