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Popurrí de cuentos para ser leídos tomando café
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Popurrí de cuentos para ser leídos tomando café
Libro electrónico37 páginas32 minutos

Popurrí de cuentos para ser leídos tomando café

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Información de este libro electrónico

Cuentos e historias breves para leerse tomando un exquisito café. Esta serie de cuentos y relatos fueron escritos durante mi estadía en Atenas, Grecia como espectadora, testigo y protagonista de algunos de los hechos aquí relatados. Todas las historias están salpicadas del ambiente de la ciudad, su gente, sus costumbres y mi fantasía. Los personajes aquí presentes son creaciones biográficas ficcionalizadas desde una perspectiva literaria y mitológica. Espero lo disfrutes. 

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento24 feb 2021
ISBN9781393040842
Popurrí de cuentos para ser leídos tomando café

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    Vista previa del libro

    Popurrí de cuentos para ser leídos tomando café - Patricia Gisele Tessari

    Índice

    1. Balas que no matan

    2. Peleas de Agua

    3. Descripción gráfica

    4. Desvestir los ojos

    5. Días de conocidos

    6. Ella habla dormida

    7. Italia

    8. Los androides también te engañan

    9. La calle de las prostitutas

    10. La niña de Alepo

    11. La división del mundo

    12. Sin palabras

    13. Los dedos en el dulce de leche

    14. Por el resumidero

    15. Remembranza al cacao

    16. Ritual de la siesta

    17. Jueves por la mañana

    18. Cama vacía

    19. Niña tristeza

    20. Pancho Villa.

    Balas que no matan

    Ambos escuchaban desde lo cerca cómo se aproximaban, casa a casa, puerta a puerta. Muchas de las voces son conocidas, voces que antaño se escuchaban jugando en los patios, andando en bicicleta por la vereda, jugando a la mancha; algunos de los niños más arriesgados se animaban a andar por la calle con sus patinetas. Aquellas voces se escuchaban no muy lejos, gritando sordamente. Gritos secos, golpes y muerte.

    Ambos sabían que se aproximaban, pero no se podía hacer otra cosa que no fuera seguir haciendo el amor. Aquí están ahora, son los disparos, algunos al aire, otros directo en la carne, en las almas, en los ojos, en las manos, en los cuerpos.

    Estos dos cuerpos no podían ser masacrados, no les pertenecían. Se pertenecen el uno al otro. Enredados estaban, besándose largamente. Ella mordía su labio superior y él le acariciaba el pelo mientras la penetraba.

    Cada vez más cerca; el ruido de los pasos que se acercan, el estrépito de las puertas romperse quebraba la armonía. Otra vez disparos, otra vez gritos, otros gemidos.

    No queda más opción que seguir haciendo el amor, continuar amándose mientras la muerte se acerca inminente, inherente.

    Caen trozos del cielo sobre ellos, pero no hay por qué detenerse, no hay por qué parar. No hay necesidad.

    Los pasos embotados se escuchan otra vez, dentro de la casa, dentro del salón, dentro de la habitación, y algo fantástico ocurre. En un instante eterno no hay balas que maten, no hay balas que lastimen, no hay dolor que los toque, no hay injusticia que los persiga; solo una larga pasión que los envuelve mientras se siguen amando, mientras se siguen mezclando uno con el otro.

    Las paredes caen, los escombros se desparraman por el suelo. Ladridos, gritos y golpes. Un orgasmo prolongado, más besos, más caricias y algunas lágrimas de amor que se repiten eternamente. Escuchándose.

    Peleas de agua

    ¿POR QUÉ SERÁ QUE CADA vez que llueve, la nostalgia se hace presente a mi cabeza como una bomba de tiempo? La siento llegar como a una tía que viene de visita cada tercer domingo del mes. Sé que está

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