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La perdiz con reclamo en la España rural y urbana
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Libro electrónico166 páginas1 hora

La perdiz con reclamo en la España rural y urbana

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"La presente obra no es un libro cinegético al uso, es mucho más. Junto al relato de los autores sobre alguna jornada cinegética, algo muy propio de la literatura cinegética, el lector encontrará abundante información legal, técnica, económica, institucional e incluso culinaria sobre una modalidad que es mucho más que caza, es también cultura, historia e incluso, para algunos, una forma de vida".
IdiomaEspañol
EditorialExlibric
Fecha de lanzamiento19 oct 2017
ISBN9788416848829
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    La perdiz con reclamo en la España rural y urbana - Antonio Gallardo Romero

    ello.

    CAPÍTULO I

    APUNTES HISTÓRICOS SOBRE LA CAZA DE PERDIZ CON RECLAMO

    Antonio Romero Ruiz

    La caza de perdiz con reclamo hunde sus raíces en la noche de los tiempos, los orígenes de la caza de la perdiz deben remontarse a la Prehistoria. Los íberos, que ya las cazaban con reclamo, utilizaban para atraparlas una especie de lazo denominado zalagarda. Su técnica consistía en atraer a las perdices al lugar donde se instalaban los lazos con un reclamo amarrado en una estaca. Los pueblos que colonizaron Iberia (fenicios, cartagineses, griegos y romanos) también la practicaban. Existe constancia en el municipio andaluz de Porcuna de mosaicos romanos del siglo V y VI a. C., que representan iconografías tituladas Cazador de perdices en un conjunto escultórico llamado Cerrillo Blanco.

    Mosaico romano. Amman, Jordania.

    Aparece en unas de las fábulas de Esopo (circa 560-620a. C.), una de las principales referencias en los siglos V y VI a. C: La perdiz y el cazador. En la Biblia hay referencias a la perdiz y a la modalidad de perdiz con reclamo. Los animales son tratados en las tierras donde se escribió la Biblia, otorgándole a cada uno un significado, y de sus hábitos y comportamientos la humanidad puede aprender.

    Observemos a la perdiz, heb. Qôrê, el que grita, o el que llama.

    Aunque es muy común en Tierra Santa, abunda en el desierto de Judá, la perdiz se menciona solo dos veces en la literatura sagrada: en el 1 Samuel 26:20, donde David al ser perseguido por el rey Saúl, compara su situación a la de una perdiz a la que han salido a dar caza en el monte; y en el Jeremías 17:11, donde se hace referencia a su hábito de empollar huevos ajenos, como símbolo de la insensatez de adquirir riquezas injustamente, pues estas duraran poco.

    Aristóteles (siglo IV a. C), en su obra Investigación sobre los animales, hace también referencias a la perdiz y a la modalidad de caza llamada reclamo. Plinio el Viejo (siglo I) en su libro Historia natural, hace varias alusiones a la perdiz y a sus funciones en aquella época para acompañar al hombre en sus faenas de caza. Griegos y romanos nos dejaron un legado de mosaicos de gran belleza con imágenes de pájaros enjaulados. En El Quijote, Cervantes escribe váyase usted señor Hidalgo con su perdigón manso. Felipe II (1527-1598) dictó una ley prohibiendo la caza de perdiz con reclamo bajo multa de 6000 maravedís y seis meses de destierro, al tiempo que él mismo abatía perdices con otros medios.

    En la cultura medieval las aves, asociadas al elemento aire, casi siempre representan la espiritualidad, las almas. Odón de Túsculo elaboró una clasificación comparativa con los hombres: los sencillos serían como las palomas, los astutos como la perdiz, los confiados como el halcón, los sociables como las golondrinas y los que buscan la soledad, como la tórtola.

    En época más moderna, Alfonso XIII de Borbón, quien desde el mismo momento de su nacimiento en mayo de 1886, era rey, al haber fallecido su padre, Alfonso XII, cinco meses antes, el mismo año que juraba la Constitución, acabando con la regencia de su Madre María Cristina de Habsburgo-Lorena, promulgaba la Ley de caza de 1902, en la que se prohibía el reclamo, excepto a los dueños de los cotos, lo cual generó gran

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