“MÁS DEL 95% DE LA LUBINA Y DORADA QUE CONSUMIMOS SON DE ACUICULTURA DE UN AMBIENTE CONTROLADO”
Dónde reside la piña debajo del mar? ¿Quizá en que el pescado fresco se valore por ser de aquí, de las costas españolas? ¿En la trazabilidad, en la sostenibilidad? Ahondando en la cuestión y, como ocurre en tierra con las frutas y hortalizas, surge otro tema, el de respetar la temporada. Esta es una travesía que parte del mar, de Levante, bajo el sello Crianza de Nuestros Mares, recala en el principal puerto de España, que no es otro que la meseta madrileña y echa el amarre en las Islas Canarias.
“Más del 95% de la lubina y dorada que consumimos en el mercado son de acuicultura, procedente de un ambiente controlado”, dice Garazi Rodríguez, responsable de los planes de producción y comercialización de Apromar, la Asociación Empresarial de Acuicultura de España, organización profesional sin ánimo de lucro, de alcance nacional y reconocida por la Unión Europea. “Nuestro objetivo es promover la acuicultura sostenible”, remarca Garazi. Y ello lo logramos bajo el sello Crianza de Nuestros Mares, un marchamo que garantiza el origen y la frescura, la calidad y la seguridad alimentaria de nuestras lubinas, doradas y corvinas. De hecho, desde 2021 nuestro lema es Si te va lo”.