está plagado de pantallas. Ofrecen pasatiempos, recomendaciones para los viajeros y mucha, mucha publicidad. Entre colores chillones y gesticulaciones imposibles, un anuncio se impone. Muestra a un par de fontaneros que, tras un duro día de trabajo, paran a descansar en su rincón favorito. Un lugar apacible, en el que suelen compartir risas, confesiones y anécdotas. Una esquina compuesta por la amable sombra de un árbol, un banco y una máquina de bebidas. Pero, al llegar, la máquina ha desaparecido. Vemos el abatimiento en el rostro de uno de ellos. Como en todo buen spot, el conflicto se resuelve rápido: la máquina estaba siendo reparada y ya están colocando otra, más moderna, pero igual de acogedora. Ah, y de su interior sale
POR UN PUÑADO DE YENES
Apr 09, 2024
4 minutos
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