Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Aprendizaje salvaje
Aprendizaje salvaje
Aprendizaje salvaje
Libro electrónico180 páginas5 horas

Aprendizaje salvaje

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Aprendizaje salvaje es un recorrido al corazón de la pasión por el hacer, por gestionar y por liderar procesos de transformación de grandes sistemas y de estructuras rígidas de la política pública educativa, pero su propuesta puede trasladarse a ramas profesionales de otros sectores. La autora comparte abiertamente y con lenguaje directo su recorrido, sus logros, sus fracasos y la obstinada acción y transformación al servicio del aprendizaje en el sistema educativo a través de todas las fases del proceso.

Aprendizaje salvaje es un libro con doble entrada, pero con una sola respuesta: el aprendizaje como objetivo absoluto de todo sistema educativo. Es una invitación a explorar el detrás de escena de la creación, la planificación y el liderazgo de las políticas públicas con el acento puesto en los desafíos planteados por mujeres en cargos de alto impacto. Una lectura que invita a educadores, familias, amantes de la innovación, del liderazgo y del aprendizaje a repensar el real sentido y el propósito de la educación.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento28 dic 2020
ISBN9781005818760
Aprendizaje salvaje

Relacionado con Aprendizaje salvaje

Libros electrónicos relacionados

Métodos y materiales de enseñanza para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Aprendizaje salvaje

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Aprendizaje salvaje - Mercedes Miguel

    portada

    Mercedes Miguel

    APRENDIZAJE

    SALVAJE

    verde

    Índice

    Prólogo

    Transformación sistémica

    Vulnerabilidad

    Hacer banco

    Montañas

    Priorizar

    Problemas

    Ser federales

    Foco

    Menos es más

    Acupuntura

    Ministerio de Aprendizaje

    Aprender a enseñar

    70 %

    Ser faro

    Resistencia

    Malas noticias

    140 caracteres

    Tiempo

    Orgullo

    Actitud

    Mujeres

    ASICS

    Niñas primero

    Generación Z

    Transformación colectiva

    Aprendizaje salvaje

    Enjaulados

    Experienzaje

    ¿Caminamos?

    Luota opettajiin

    Fuck up Forum

    Rompiente

    Ikigai

    Movimiento

    Regaderas

    Bienvenido futuro

    Sembrar

    Gratitud

    Momento de agradecer

    Acerca de Mercedes Miguel

    © de la presente edición, Mercedes Miguel, 2020.

    Edición: Juan González del Solar, @en_gerundio, www.engerundio.com

    Ilustraciones de tapa e interiores: Lucía Bouzada

    Diseño y diagramación ePUB: Sofía Olguín, en base al diseño de Daniela Coduto

    PRÓLOGO

    Después de diez años en cargos públicos, de reuniones, eventos, actos, viajes oficiales, campañas, elecciones, notas de radio, televisión, entrevistas, charlas... los botines oficiales están colgados. Agradecida por lo vivido, por las oportunidades y por la confianza que me han dado mis jefes para ejercer mi cargo; he servido a mi país con el corazón celeste y blanco y sigo creyendo en el poder único de la buena política: la que hace, construye y transforma la realidad. En la política que cambia la trayectoria de la vida de las personas, abonando su dignidad y sembrando confianza en su capacidad para hacer futuro.

    Ya no uso la ropa oficial, mis zapatos arreglados me miran con nostalgia, mis vestidos se preguntan si saldrán de ahí algún día. Hoy me acomodo en ropa liviana, vieja, querida, amiga, mientras voy y vengo entre pensamientos, recuerdos, fotos, informes de gestión, presentaciones, datos, videos, notas y todo lo que tuve que recuperar para sentarme a escribir estas líneas. Más de una vez me emociono y llego a las lágrimas. Hemos logrado tantas cosas y recibido tantos abrazos, sonrisas y caras felices en diversos rincones de esta amada tierra diversa que es la Argentina.

    Dejo en este libro mi recorrido.

    En la primera parte, Transformación sistémica, comparto mis logros —nuestros logros—, mis aciertos, mis errores; quería, sobre todo, compartir la certeza de que es posible una educación que genere aprendizaje, desarrollo y crecimiento, una educación que logre verdaderas mejoras académicas, verdaderas mejoras de valores, de proyección y de confianza. Quise abrir las puertas para generar aprendizaje entre quienes somos parte del ecosistema educativo de la Argentina, la región y el mundo.

    En la segunda parte del libro, Transformación colectiva, me puse más cómoda, apasionada y salvaje. Los invito a recorrer el mundo, a reflexionar —espero— sobre los puntos de inflexión del aprendizaje que hoy se presentan y se abren: los nuevos vientos, lo que podemos esperar del futuro, las barreras generacionales, el vértigo de la innovación y, sobrevolando todo, el aprendizaje colaborativo necesario para sembrar aprendizaje que perdure en el tiempo.

    Verán que, a lo largo de estas páginas, los temas necesariamente se cruzan y retoman, pero aun en los casos en que debí repetirme prioricé que cada capítulo se valiera por sí mismo; tengo la esperanza de que entre los diferentes textos vayan armando los suyos.

    Les doy la bienvenida a Aprendizaje salvaje y les deseo un lindo recorrido.

    TRANSFORMACIÓN

    SISTÉMICA

    VULNERABILIDAD

    celeste2

    Cuando decidís salir del sillón de tu casa para asumir un lugar público, tenés que tener algo muy claro: te van a criticar. A partir de ahí, hay que aprender qué hacer con eso. En lo personal, recibo y tomo nota de las críticas con sentido y con fundamento expresadas con respeto: me nutren y me sirven para mejorar. Las otras —marketinera barata, tu problema, Miguel, es que tenés cara de oligarca, Mercedes Miguel es una boluda que dice boludeces—, que no dejen ni un gramo de tinta en el recuerdo.

    Cómo recibimos las críticas tiene directa relación con la vulnerabilidad, pero a la vez este concepto tiene que repensarse. Mucha gente considera que ser vulnerable es igual a ser débil; a todos/as¹ ellos/as les recomiendo enfáticamente The power of vulnerability (El poder de la vulnerabilidad), charla TED de Brené Brown que superó los 47.6 millones de vistas, donde habla con maestría de la importancia y el valor de la vulnerabilidad y donde ofrece un concepto que llevo siempre conmigo: sin vulnerabilidad no hay empatía. ¿Cómo puedo entender la necesidad del otro si no asumo la propia?

    Y, para gestionar en lugares de extrema responsabilidad y visibilidad, debés tener empatía si querés liderar con conciencia y escucha sincera. Cuando recibís críticas de personas que no sabés quiénes son —ni si les pagan para eso—, al principio las leés varias veces, reaccionás, contestás, bloqueás… hacés todo lo que no hay que hacer. Con el tiempo, se aprende a no poner la energía donde no hay que ponerla, se aprende a calmar el ego reactivo y a dejar que todas esas críticas hechas para verte reaccionar pasen y no te hagan perder tiempo valioso.

    De todos mis aprendizajes, el relacionado con las críticas agresivas, anónimas o de perfectos desconocidos es de los que más atesoro. La crítica de color, la falta de toda experiencia y conocimiento de lo que se dice, no la tomo. Aprendí que el que hace se equivoca. Equivocarse es condición necesaria para aprender. Hoy, con la crítica a un clic en un teléfono celular, todo se vuelve más fácil para quien la escribe. Lo difícil para quien la recibe es discriminar y, desde ahí, valorar la vulnerabilidad —propia y ajena— y su potencia para estar conectados, conscientes y abiertos a la mejora constante; aprender a tomar como críticas las que son profundamente constructivas es un aprendizaje que nos acompaña para toda la vida. Ser vulnerable no es ser débil; por el contrario, la vulnerabilidad empodera y potencia la empatía, tanto para recibir la necesidad del otro como para no escuchar su necedad improductiva.

    1. Reconozco y adhiero a todo tipo de lenguaje inclusivo que contribuya a la eliminación de estereotipos de género, de sesgos sexistas y de toda forma de discriminación como base de la desigualdad. He resuelto, a fin de facilitar la lectura, utilizar la alternancia masculino/femenino en todos los casos, sin que esto suponga bajo ningún aspecto la ausencia de reconocimiento de otras identidades de género no binarias.

    HACER BANCO

    rosa30

    Juego al hockey desde los 9 años. Mi equipo del Club Atlético de San Isidro son mis amigas. Jugamos de memoria. Nos conocemos, nos entendemos. No competimos entre nosotras, competimos, nosotras, contra otras. Los jueves daban el equipo y el banco.

    Cuando me tocaba hacer banco luego de una semana de tremendo entrenamiento y esfuerzo, era muy duro; pero, finalmente, cada una de esas frustraciones resultó uno de los aprendizajes más significativos de mi vida. Amo mi deporte en equipo porque me formó para estar dentro y fuera de la cancha. Reconozco y no respeto el egoísmo del que juega solo, así como en instantes se reconoce a quienes han sido o son parte de un deporte colectivo.

    La vida está llena de momentos banco. Esos momentos en los que esperabas que las cosas fueran de una forma y salen de otra. Aspirás a estar en un lugar que creés que te ganaste por tu esfuerzo, dedicación y técnica… y te mandan al banco. ¿Hay algo peor que ver el partido de afuera? Siempre que tuve una cancha cerca quise estar adentro. Y dejarlo todo. Pero no dejo de tener claro que hacer banco cada tanto viene bien para forjar la autorreflexión y bajar los humos, para mirar al equipo de afuera y proyectarte. Como dice Abby Wambach en su libro Forward (Delantera), lo malo no es hacer banco, es que estar en el banco no te permita salir de él.

    Amo a mis amigas cuando vamos juntas al vestuario y repliqué algo de eso en mi gestión: cuando estábamos bajo mucha presión, armaba lo más parecido a charlas de vestuario para lograr que el grupo no tuviera fisuras internas, algo que fue siempre una regla de oro. Creo que eso forjó un grupo humano que ha sabido ser equipo siendo todos/as y cada uno/a bien diversos/as.

    Siempre pedí más. Siempre los/as empujé hasta el límite. Porque confío en ellos/as, porque sabía que son extremadamente capaces. La vida está llena de momentos banco. Celebro y agradezco saber lo que significa y lo importante que es y todo lo que nos enseña, para siempre, haber hecho banco.

    MONTAÑAS

    verde

    Saber y no actuar es no saber; así, con esta cita de Wang Yang Ming, comienza Let my people go surfing (Dejar a mi gente ir a surfar), uno de esos libros que llevo siempre conmigo cuando salgo en viajes prolongados. Lo compré gracias a la recomendación de un hermano, cuenta la autobiografía del gran montañista, surfer y empresario Yvon Chouinard, creador de Patagonia, una de las marcas más queridas, respetadas y estudiadas en las últimas décadas. La historia de la marca y su cuidado por el medioambiente es larga y los invito a que la investiguen, así como siempre recomiendo este libro.

    Dediqué muchos años de mi vida a transformar, innovar e intentar mejorar procesos, estructuras, marcos normativos, políticas públicas, siempre con la absoluta intención de mejorar. Muchas veces, ante evidencia pura e irrefutable, me preguntaba cómo había sido posible que alguien que hubiese visto semejante realidad no hubiera hecho nada para modificarla. No sé si siempre tenía certeza de cómo serían los pasos durante el proceso —no fueron pocos los errores ni las dudas—, pero sí sabía cuáles eran y, por sobre todo, sabía que había que hacerlo, que había que intentarlo, porque lo que estaba en juego era mucho más importante que cualquier otra limitación, ya fuera intelectual o, mucho peor aún, fundada en el temor al cambio.

    Chouinard modificó sus elementos de escalada y los materiales de producción de su ropa para no dañar el medioambiente que tanto ama y —tal como lo indica el nombre de su libro—, siendo él mismo un aficionado al surf, dejó el camino abierto para que sus empleados fueran a surfar cuando había olas: Chouinard vive su empresa como su vida y entiende el valor de la confianza en un equipo que ama lo que hace, así como entiende que trabaja con cosas que se rompen y que ellos están al servicio de ellas, y no al revés.

    Cuando me enfrentaba a un daño empírico que se le estaba haciendo al sistema —el cual aún persiste—, con niños/as de por medio, me detenía a buscar la forma de cambiarlo y resolverlo. Viendo los pasos, el proceso, las profundas dificultades y conflictos, pero, por sobre todo, teniendo muy clara la necesidad de hacerlo.

    ¿Qué miedo puede ser mayor que el de no gestionar con coraje y conciencia? En

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1