Gente de tango. Tomo 2
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Siguen desfilando así en estricto orden alfabético directores, arregladores, ejecutantes, cantores, autores y compositores que supieron abrazar con pasión al tango y lo llevaron por todos los confines. La pretensión de la obra, una vez completados sus tres tomos, es cubrir del modo más amplio posible la historia de esta música, sistematizándola sobre la base de quienes dedicaron a ella sus mayores afanes.
Como se expresó en la contratapa del tomo anterior, la nómina de artistas que encararon esta tarea es tan amplia que nunca sería posible incluir en este diccionario biográfico a todos ellos. De todos modos, la idea del autor es que el reconocimiento alcance al menos implícitamente a todos, y en especial a aquellos ignotos para el gran público porque sólo pudieron aportar esfuerzos muy humildes. Vuelve a transitarse entonces a partir de estas reseñas todo el siglo XX y la primera década del actual. Surgen así, como ya ocurriera en el tomo anterior dado el ordenamiento adoptado, ciento dos nuevos personajes cuyas vidas recrean en este tomo las épocas de la guardia vieja, la era decariana, la época de oro de los años cuarenta y cincuenta, las orquestas y los cantores de las décadas del sesenta y el setenta, y las dos últimas décadas del siglo pasado y la primera del actual, con su renovación musical que afortunadamente en la mayoría de los casos mantuvo la esencia y la mística que sustenta al tango.
Queda solo ahora pendiente el Tomo III que cerrará las trescientas seis biografías objeto de este homenaje a la "Gente de Tango", cuya inmensa mayoría ya no está entre nosotros, pero perdura en el recuerdo y el afecto de quienes tienen "su corazón envuelto en tangos".
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Gente de tango. Tomo 2 - Carlos Federico Torres
Carlos Federico Torres
Gente de tango
Biografía de 306 personajes que engrandecieron al género musical que nos indentifica
Tomo Ii
Biografías 103 a 205
Gente de tango. Tomo II
Torres, Carlos Federico
Gente de tango : Tomo II / Carlos Federico
Torres - 1.a ed. - Santa Fe : Universidad Católica de Santa Fe, 2020.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-950-844-151-5
1. Tango. I. Título
cdd 793.3
© Torres, Carlos Federico, 2016-2020
© Universidad Católica de Santa Fe, 2016-2020
Echagüe 7151, Santa Fe (s3004jbs), República Argentina.
Todos los derechos reservados.
Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio sin previa autorización por escrito.
Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723
Corrección a cargo de Mirta Rosa de Papini Dirección editorial: María Graciela Mancini
Diseño editorial: Carlos Federico Borra, Matías Ariel Libonati
Epub: Mariel mambretti
Fotografías de portadas en los tres tomos a cargo de Mikele Borra
Índice
Prólogo al tomo ii
Biografías
103. Domenech, Andrés
104. Domínguez, Ángel Adolfo
105. Donato, Edgardo Felipe Saverio
106. Dumas, Enrique
107. Durán, Jorge
108. Echagüe, Alberto
109. Expósito, Homero Aldo
110. Falcón, Ada
111. Falgás, Andrés Salvio Miguel
112. Famá, Ernesto
113. Farace, Salvador Pablo (Nito Farace)
114. Federico, Domingo Serafín
115. Federico, Leopoldo
116. Ferrari, Oscar
117. Figari, Carlos
118. Filiberto, Juan de Dios
119. Fiorentino, Francisco (Fiore)
120. Firpo, Roberto
121. Flores, Celedonio Esteban (El Negro Cele)
122. Florio, Roberto
123. Fontán, Abel
124. Francini, Enrique Mario
125. Franco, Ernesto Francisco
126. Fresedo, Osvaldo Nicolás
127. Fugazot, Roberto
128. Galé, Rodolfo
129. Gallucci, Arturo Hércules
130. Galván, Argentino Liborio
131. García, Carlos
132. García, José
133. García Jiménez, Francisco
134. Gardel, Carlos
135. Garello, Raúl
136. Garralda, Alberto Julián
137. Garrido, Armando
138. Gavioli, Romeo
139. Gobbi, Alfredo Eusebio
140. Gobbi, Alfredo Julio Floro
141. Gómez, Alberto
142. González Castillo, José
143. Goñi, Orlando
144. Goyeneche, Roberto
145. Graña, María
146. Greco, Vicente Leonidas
147. Grela, Roberto León
148. Ibáñez, Teófilo
149. Iriarte, Rafael (El Rata Iriarte)
150. Iriarte, Raúl
151. Irusta, Agustín
152. José Ricardo
153. Jovés, Manuel
154. Juárez, Rubén
155. Kaplún, Raúl
156. Laborde, Armando
157. Lafuente, Carlos
158. Lamarque, Libertad
159. Larroca, Oscar
160. Laurenz, Pedro
161. Lavallén, Víctor
162. Le Pera, Alfredo
163. Ledesma, Amanda
164. Ledesma, Argentino
165. Leocata, Luciano
166. Lesica, Rodolfo (El Rolo Lesica)
167. Libertella, José Nicolás (Pepe)
168. Lipesker, Félix
169. Lipesker, Leo
170. Lomuto, Francisco Juan
171. Maciel, Enrique
172. Maciel, Jorge
173. Maderna, Osmar
174. Maffia, Pedro Mario
175. Magaldi, Agustín
176. Maglio, Juan (Pacho)
177. Maida, Antonio
178. Maida, Roberto
179. Maizani, Azucena
180. Malerba, Ricardo
181. Mamone, Pascual
182. Mancini, Roberto
183. Mancione Alberto
184. Manzi, Homero
185. Manzi, Osvaldo
186. Marambio Catán, Juan Carlos
187. Marcó, Héctor
188. Marconi, Néstor Eude
189. Marcucci, Carlos
190. Marino, Alberto
191. Maroni, Enrique Pedro
192. Martel, Julio
193. Martínez, José
194. Matos Rodríguez, Gerardo Hernán
195. Mauré, Héctor
196. Mederos, Rodolfo
197. Mendizábal, Rosendo Cayetano
198. Mendoza, Luis
199. Merello, Tita
200. Merico, Salvador
201. Misé, Mauricio
202. Montero, Miguel
203. Morán, Alberto
204. Mores, Mariano
205. Negro, Héctor
Bibliografía
Prólogo al tomo ii
Tal como lo prometiera en el Tomo i, ahora se agregan otras 102 biografías de personajes que de un modo u otro hicieron su invalorable aporte al enriquecimiento del tango. Queda pendiente para dentro de muy poco tiempo la edición del tercero y último tomo, en el que otras 102 biografías permitirán totalizar las 306 con las que se completará este trabajo.
No puedo dejar de mencionar una lamentable circunstancia acontecida cuando el primero de los tomos se encontraba en proceso de edición. Me refiero al fallecimiento de Raúl Ernesto Suffriti, mi colega en la profesión de Contador Público pero fundamentalmente un amigo que me honrara escribiendo el prólogo de este libro. El 2 de junio de este año 2014 Raúl nos dejó físicamente, permaneciendo en cambio el imborrable recuerdo de una vida intensamente vivida en los muchos ámbitos en los que se desempeñó. La nota publicada en el diario El Litoral de la ciudad de Santa Fe pocos días después de su fallecimiento y que se agrega luego de esta presentación, refleja nítidamente el lugar que Raúl por propios merecimientos ocupaba en el entramado social de Santa Fe.
Por otra parte, quiero agradecer a la señora Mirta Liliana Rosa su valiosa tarea de correctora, la que ha continuado también en lo referente al Tomo iii. Seguramente algunos errores que se me pudieron escapar en el primero de los tomos, en el que ella no participó en esa función, ya no se repetirán en estos dos últimos, teniendo en cuenta la minuciosidad con la que Mirta encara estas tareas y los profundos conocimientos que posee del idioma castellano y de su sintaxis.
También deseo señalar mi reconocimiento a la Universidad Católica de Santa Fe, y en especial a la Doctora Graciela Mancini responsable de su Sello Editorial, por esta nueva demostración de apoyo y confianza con la que vuelven a distinguirme. Honrado por esta Casa de Estudios como docente de su Facultad de Ciencias Económicas desde el año 1978, también siento la satisfacción de formar parte del grupo de autores que dan a conocer sus trabajos a partir del apoyo de esta entrañable Universidad.
Carlos Federico Torres
Santa Fe, 30 de diciembre de 2014
Biografías
103. Domenech, Andrés
Pianista y compositor nacido el 16 de diciembre de 1901 en Rosario, ciudad en la que su padre se desempeñaba como director de la escuela Castro, en la que Andrés cursó sus estudios primarios.
Tomó sus primeras clases de música con el maestro Juan B. Massa y con el profesor Alfonso Ingro completó sus estudios de armonía. Luego de componer dos fox–trots en su ciudad natal, en 1923 se radicó en Buenos Aires, donde ingresó como empleado de la empresa comercial Romero y Fernández, en la que permaneció durante muchos años. No obstante, en ese mismo año, dio a conocer su primer tema, titulado El gaucho se va, con glosas de Jesús Fernández Blanco, quien de este modo también escribió sus primeros versos para el tango, siendo luego el letrista de varias de las composiciones más difundidas de Domenech.
El segundo tango de éste fue Copetín, vos sos mi hermano, con letra en este caso de Diego Flores, un letrista ignoto, lo que ha dado lugar a que en algunas ocasiones, erróneamente, se adjudicaran estos versos a Celedonio Esteban Flores. Este tema luego fue grabado por Carlos Gardel, el 22 de octubre de 1927, con el acompañamiento de las guitarras de José Ricardo y Guillermo Barbieri.
Dedicado durante un tiempo al acompañamiento de cantores, se desempeñó en grabaciones efectuadas por Tita Merello, entre otros. Y ya en la década de los años treinta, musicalizó varias películas del incipiente cine sonoro.
En tanto, con letra de Fernández Blanco, compuso la música para diversas revistas estrenadas en teatros de barrio.
Cabe destacar que además de los temas mencionados con anterioridad, Domenech compuso tangos de mucha difusión. Lonjazos, por ejemplo, con versos de Fernández Blanco, fue grabado por las orquesta de Rodolfo Biaggi con la voz de Carlos Acuña y, en el año 1954, por la formación de los maestros uruguayos Puglia y Pedroza, en este caso con las voces a dúo de Oscar Nelson y Luis Fleitas.
Telarañas, una vez más con letra de Jesús Fernández Blanco, fue llevado al disco por Alfredo De Ángelis, con Carlos Dante y Oscar Larroca cantando a dúo, y también por Armando Portier, en este caso con la voz de Héctor Darío, el 3 de julio de 1957.
La orquesta de Domingo Federico a su vez grabó La culpa la tengo yo, con versos de Adolfo Avilés, con el cantor Ignacio Díaz, registrado para rca Victor el 10 de abril de 1944, día del debut discográfico de la aludida formación, y también para el mismo sello Tango del querer, con letra de Raúl Lleras, con las voces de Carlos Vidal y Oscar Larroca, en este caso el 6 de septiembre de 1945.
Otras de sus composiciones fueron Barbijo, seleccionada para el gran premio de honor de un concurso organizado por el sello Odeon en 1933; Rosa de sangre, tema que en el año 1934 obtuvo la medalla de oro en un concurso organizado por el Teatro Sarmiento, y Qué vergüenza, tango compuesto en 1939 cuya letra escrita por Francisco García Jiménez contenía un crítico alegato acerca del inicio de la Segunda Guerra Mundial, producido en septiembre de ese año cuando la Alemania nazi invadió la parte occidental del territorio de Polonia.
Menor repercusión tuvieron en cambio sus tangos Reíte hermano, Del viejo barrio porteño, Te vas, te vas de mi lado, Calesita, Eterno soñador, Ojos criollos y Busco mi amor.
Desarrolló además una importante actividad gremial, siendo uno de los socios fundadores de sadaic.
Con sólo 48 años de edad, Domenech falleció el 2 de septiembre de 1950.
104. Domínguez, Ángel Adolfo
Bandoneonista, director y compositor nacido en el barrio de San Telmo, en Capital Federal, el 15 de septiembre de 1918.
Debutó con su instrumento en la orquesta de Ángel D’ Agostino a mediados de los años treinta; luego actuó en la de Joaquín Mauricio Mora y, ya a comienzos de los años cuarenta, en la de Pedro Laurenz. A partir de su creación en 1945 y hasta 1950, completó la fila de bandoneones de Francini Pontier.
Alejado de esta formación, en los años 1950 y 1951, integró la orquesta de Alberto Mancione y, entre 1951 y 1952, la de Florindo Sassone, de la que se desvinculó junto con el cantor Roberto Chanel y otros músicos que la conformaban con la finalidad de constituir la orquesta típica de este vocalista bajo la dirección de Domínguez.
Esta agrupación realizó diez grabaciones para el sello rca Victor entre abril de 1954 y el mismo mes de 1955, seis de ellas con la intervención del ex cantor de Pugliese y Sassone, mientras que las cuatro restantes, los tangos El embrollo, Si sos brujo, Mal de amores y Pelele, en excelentes versiones instrumentales.
Al retirarse Chanel de esta orquesta, la misma quedó bajo la exclusiva dirección de Domínguez, quien incorporó como cantores a Alberto Rial y a Carlos Almagro, realizando para el mismo sello seis grabaciones más: dos instrumentales —El monito y Pimienta, el 4 de mayo de 1955— y cuatro, con los mencionados vocalistas, dos de ellas el 2 de julio de 1957 —No me hablen de ella y Suerte loca, cantados por Rial y Almagro, respectivamente— y las dos últimas el 7 de abril de 1959
—Porque te quiero así y Mi madre y vos—, vocalizados por Almagro y Rial, ahora en este orden.
La orquesta desde sus comienzos con Chanel hasta estas últimas grabaciones del año 1959, estuvo integrada por el director, Pascual Cores, Eduardo Otero, Marcelo Yópolo y Ángel Baya, como bandoneonistas; Mario Abramovich, Nathan Melman, Juan Bibiloni, Osvaldo y Enrique Rodríguez, Jorge Buivydas y Romero, en violines; Finoli en violoncello; Norberto Ramos, en piano, y Ricardo Pecci, en contrabajo.
Además, Domínguez participó temporariamente por entonces en las orquestas de Osvaldo Pugliese y Astor Piazzolla.
Durante las décadas del sesenta y el setenta, dirigió los acompañamientos de los cantores Armando Laborde, Carlos Maidana —uruguayo que en sus interpretaciones imitaba el estilo de Julio Sosa— y Miguel Montero.
Con este último, precisamente, colaboró brindándole marco orquestal para sus grabaciones entre los años 1970 y 1972, dejando recordadas versiones de los tangos El milagro, Usura, Escúchame Manon, Recién, Te doy un beso y me voy, el hermoso tema de Roberto Grela y Víctor Lammana Viejo baldío y Desde el tablón, un recordado tango de estirpe futbolera, con música de Osvaldo Avena y letra de Héctor Negro, entre otros.
Como compositor, Domínguez ha dejado muy buenos temas cantables, además del instrumental Ahí va la yapa, grabado por la orquesta de Florindo Sassone el 12 de febrero de 1952 con la participación del propio Domínguez en la fila de bandoneones.
Entre los temas con letra a los que se hiciera mención en el párrafo anterior se encuentra el muy difundido Fatal y tanguera, con letra de Aldo Quierolo, grabado, entre otros por Juan D’ Arienzo, con la voz de Armando Laborde, por Alberto Gómez con acompañamiento de guitarras y por el propio Domínguez cuando formaba rubro acompañando a Roberto Chanel.
También le pertenecen Santa mía, Como tú, Llámame y Firuletear de bandoneón, todos con versos del letrista uruguayo José Rótulo.
Santa mía, bella melodía que sin dudas no ha tenido la difusión que el tema merece, y Como tú fueron registrados para el sello rca Victor por la orquesta de Francini y Pontier en la etapa en la que Domínguez era bandoneonista de la agrupación; Llámame lo fue por Osvaldo Pugliese con Alberto Morán, para el sello Odeon, el 24 de noviembre de 1950, y Firuletear de bandoneón fue editado por Pedro Laurenz con la voz de Juan Carlos Casas para el sello rca Victor el 2 de diciembre de 1942.
Domínguez falleció el 13 de septiembre de 1974, dos días antes de cumplir 56 años de edad.
105. Donato, Edgardo Felipe Saverio
Violinista, compositor y director nacido en Buenos Aires el 14 de abril de 1897.
Era hijo de un matrimonio de inmigrantes italianos, padres de nueve hijos, tres de los cuales fueron músicos profesionales: Edgardo, quien nos ocupa; Ascanio, violoncellista —como su padre— y compositor, y Osvaldo, pianista, compositor y director.
Edgardo comenzó sus estudios musicales con su progenitor, don Ernesto Donato, nacido en 1871, para proseguirlos con el maestro Camilo Giucci, del Conservatorio Franz List.
En 1908, la familia se radicó en Montevideo, dado que su padre fue contratado para dirigir una orquesta de cámara en la capital uruguaya.
En esa ciudad, Edgardo se incorporó, en el año 1918, a esa orquesta bajo la batuta de su padre, a fin de interpretar música internacional.
En el mismo año, ingresó a la orquesta de José Quevedo, bandoneonista argentino de paso por Montevideo, en la que el pianista era Enrique Delfino, por entonces también radicado en esa ciudad.
En 1919, se produjo su ingreso como violinista a la orquesta de Carlos Warren, director de la primera orquesta dedicada al jazz en el Uruguay, con la que actuaba en los cines Capitol y Trianón y en el Parque Hotel. A esa orquesta, los días jueves se incorporaba como atracción especial Eduardo Arolas.
De su paso por la orquesta de Warren, data su vinculación con el violinista oriental Roberto Zerrillo, con quien años después compartiría la dirección de la orquesta Donato–Zerrillo, como se verá en la continuidad de este relato.
A la formación de Warren pertenecía aún, cuando en 1922 escribió su primer tango, Julián, dedicado al baterista Julián González, al que a su pedido, le puso letra José Luis Panizza, poeta de inspiración campesina que entonces colaboraba en la revista El Fogón.
Este tema fue estrenado por Iris Marga en la revista ¿Quién dijo miedo?, representada en el teatro Maipo por la compañía de Roberto Cayol y luego grabado por Osvaldo Fresedo con su orquesta, en el año 1924 y en dos oportunidades por Rosita Quiroga. La primera en el mismo año que Fresedo y la segunda, en 1926. Fue precisamente con esta última intérprete con la que la referida pieza musical alcanzó su mayor éxito y reconocimiento popular.
En 1923, compuso el muy exitoso tango Muchacho, con versos de Celedonio Flores, popularizado también por Rosita Quiroga, quien lo grabó en septiembre de 1925.
A este tema, le siguió otro que alcanzó fama mundial, A media luz, con letra del diplomático uruguayo Carlos César Lenzi, del que existen cientos de grabaciones.
Este célebre tango fue concebido por Donato en el trayecto de un viaje en tranvía a su domicilio en Pocitos y fue dado a conocer por la vedette Nancy Clory en el teatro Catalunya de Montevideo, intercalado en uno de los cuadros de la pieza Su Majestad, la revista.
De inmediato, se sucedieron las grabaciones instrumentales de Firpo y Canaro, como asimismo la versión en solo de bandoneón de Minotto di Cicco, hasta que en 1926 Carlos Gardel, acompañado por las guitarras de Ricardo y de Barbieri, realizó la grabación que lanzó definitivamente a la fama a A media luz.
Donato permaneció con intermitencias en la orquesta de Warren hasta 1925, realizando también por entonces algunas actuaciones esporádicas en la orquesta del violinista José Pécora, luego integrante de la primera formación del sexteto de Carlos Di Sarli, cuando la agrupación de Pécora ampliaba el personal estable de músicos para actuar en los bailes del club Uruguayo, en la primera mitad de la década del 20.
Su última actuación en Montevideo fue en radio Paradizábal y a su retorno a Buenos Aires, se alistó como segundo violín en la orquesta de Adolfo Carabelli para actuar en el cine Ópera.
Por el mismo tiempo, los tres hermanos Donato dirigían un pequeño conjunto con sus respectivos instrumentos y que se completaba con batería, saxo y bandoneón.
Luego, Edgardo ingresó a la formación del violinista Roberto Ciro, la que se presentaba en el cine Select Buen Orden, actuando también a dúo con el pianista Luis Stellman en el cabaret Chantecler.
En 1925, debutó en las emisoras de Buenos Aires presentándose en radio Cultura.
Al año siguiente, otro de sus tangos, en este caso tbc, ganó fama a través de la grabación que de él hizo la orquesta Francisco Canaro. Más adelante, en los años cuarenta y cincuenta fue llevado al disco por varias agrupaciones más.
En 1927, Donato formó rubro orquestal con su viejo amigo de los tiempos en la orquesta de Carlos Warren en Montevideo, el también violinista Roberto Zerrillo, orquesta con la que debutaron en el café Avenida, el día 14 de julio de ese año.
Formaban el conjunto como violinistas los dos directores y Armando Julio piovani; los bandoneonistas Héctor María Artola
— quien al ausentarse a Europa fue reemplazado poco después por Juan Spera—, Juan Turtoriello y Héctor Gentile —quien con sólo dieciséis años asumió la responsabilidad de desempeñarse como primer bandoneón—; el pianista Osvaldo Donato, el contrabajista Armando Bancalá y el cellista Ascanio Donato, siendo la inclusión de este último instrumento muy poco habitual por entonces en las formaciones tangueras.
Luego de la actuación en el café Avenida en agosto de 1927, se trasladaron a Montevideo, presentándose en el teatro Solís, en el Royal Pigall, en el Chantecler de esa ciudad y finalmente en el hotel Carrasco. De retorno en Buenos Aires, actuaron en el cine Select Lavalle, en el que debutaron el 21 de marzo de 1928 bajo el rótulo de Típica Criolla
Donato–Zerrillo, Los 9 ases del Tango.
Ese mismo año, actuaron en los teatros Smart y Nacional y en radio loy, y en el mes de septiembre apareció el primer disco, editado por el sello Brunswick, contando con la voz de Luis Díaz, incorporado al conjunto muy poco antes de esas grabaciones.
Los temas incluidos eran Se va la vida, de ambos directores con letra de Luis Mario (seudónimo de la autora María Luisa Carnelli) y No me engañes por favor, del bandoneonista Turtoriello, integrante de la agrupación. El primero de los tangos mencionados fue luego también un gran éxito en las voces de Azucena Maizani y de Agustín Magaldi. El 1º de marzo de 1929, debutaron en el teatro Artigas de Montevideo, acompañando a Azucena Maizani, y a fines de ese año e inicios del siguiente animaron los bailes en el teatro San Martín.
Los temas grabados por esta recordada orquesta fueron, entre otros, La cumparsita, Seguí no te parés, Luces de la tarde, Dolores, Desentante, Sírvame caña, Adiós mujer, Siluetas de la tarde, De milonga corrida, Pega pega, Hasta cuándo, Huerfanitos de la vida, Qué querés con ese loro, Venga viejo, Zafa de la marrazón, Yo quiero casarme, Lisandro, De madrugada, Polilla, Por qué se fue, Virgencita de Pompeya, Deschavate y Se va la vida.
Al separarse de Zerrillo, Donato formó en 1930 su propia orquesta,
con la que comenzó a grabar para el sello Brunswick, siendo sus primeros registros los tangos Buena yunta y Lluvia de colores.
Integraban su primera formación los bandoneonistas Turtoriello, Vilardi y Bonano; el director, Piovani y Martínez, en violines; sus hermanos Osvaldo y Ascanio, en piano y violoncello, respectivamente, y José Campessi, en contrabajo.
En 1932, obtuvo el segundo premio en un certamen organizado por las damas de beneficencia en el teatro Colón, con su tango El huracán, que Donato compuso con letra de Nolo López, el que fuera grabado con la voz del hasta entonces boxeador Félix Gutiérrez, uno de los primeros cantores de la agrupación.
Su orquesta puede verse en las famosas películas Tango y Los tres berretines, estrenadas el 27 de abril y el 13 de mayo de 1933, respectivamente.
Años más tarde, la formación de Donato volvió a actuar en cine, en este caso en la película Así es el tango, estrenada en el cine Monumental el 24 de febrero de 1937.
Previamente, en el año 1935 compuso los temas musicales de la película Riachuelo, en la que estrenó otra de sus composiciones, el tango del mismo título, luego interpretado por el cantor Alberto Gómez.
También en ese año compuso temas musicales para la película Picaflor,
estrenada el 25 de junio, es decir al día siguiente de la muerte de Gardel. Por la orquesta de Donato, además del ya nombrado Félix Gutiérrez,
también actuaron como vocalistas Juan Alessio, luego conocido como Jorge Ortiz, quien estrenó los tangos del director Picaflor, Rosalinda y Serafina; Antonio Maida, Alberto Gómez y Hugo del Carril —debutante en el disco con el tema de Donato y Luis Rubistein Se cayó la estantería—, grabando además con esta orquesta los temas Muchacho de cafetín y El vals de los recuerdos.
Posteriormente, cantaron en la orquesta de Donato Horacio Lagos, Lita Morales y Romeo Gavio. Este último, cuyo verdadero apellido era Gavioli, era además de cantor un excelente violinista, lo que le permitía realizar contracantos similares a los del instrumento que interpretaba. Entre otras versiones, el trío conformado por Lagos, Morales y Gavio dejó un memorable registro del vals Estrellita mías, perteneciente al pianista Alberto Solfer, con versos de Roberto Ratti. La misma se realizó el 30 de septiembre de 1940.
La orquesta realizó importantes ciclos radiales en 1937 en radio El Mundo y, en 1938, en esa misma emisora y en radio Stentor, además de actuar en los bailes del Palacio Salvo, de Montevideo, y en el Okey Club, de Buenos Aires, ahora con la voz de María de la Fuente.
En 1944, se presentó en la confitería Arco Iris, simultáneamente con su orquesta y un cuarteto evocativo llamado Los Caballeros del Recuerdo, integrado por Francisco Pracánico, en piano; Edgardo, en violín, junto con Domingo Donnaruma y Anselmo Aieta, en bandoneón. En este año, su labor discográfica con su agrupación mermó considerablemente al punto que sólo fueron dos los registros realizados en ese año: el tango La gran aldea y la milonga El lecherito, ambos compuestos por el mismo Donato con sendas letras de Horacio Sanguinetti. Los temas, editados en el único disco del año de esta formación, fueron vocalizados los dos por Jorge Denis, el segundo de los mencionados a dúo con Daniel Adamo, quien a poco se alejó para integrarse a la orquesta del también violinista Antonio Rodio.
En 1945, se alejaron de su orquesta su hermano Osvaldo Donato juntamente con todos los músicos, para formar una nueva agrupación dirigida por el aludido pianista, por lo que Edgardo debió formar un nuevo plantel, en el que incluyó a Tití Rossi como primer bandoneón y arreglador, completando la fila de bandoneones con Veseiro, Conti y un juvenil Julián Plaza; el primer violín a cargo de Rolando Curzel; Bernardo Blas, en piano, y el contrabajo de Domingo Donnaruma.
Fueron sus nuevos cantores Alberto Podestá, el Leoncito Roberto Beltrán (hermano del actor Marcos Zucker) y posteriormente Pablo Lozano.
De todos modos, la orquesta de Donato ya no tenía por entonces la adhesión popular que la caracterizara en los años treinta y así el 28 de junio de 1945 registró su última grabación para el sello rca Victor, los tangos Portero suba y diga, cantado por Beltrán, y Pregonera con la participación de Podestá.
La segunda mitad de la década del cuarenta la formación actuó casi exclusivamente en reuniones danzantes en clubes de Capital Federal y sus alrededores. De este período, sin dudas, la mención más destacable es la participación de la orquesta en el año 1948 en la película Pelota de trapo, acompañando al cantor Oscar Fuentes.
Luego de varios años sin grabar, a partir de 1950, Donato y sus músicos reanudaron su trayectoria discográfica, ahora para el sello Odeon, contando con las voces de Adolfo Rivas, Carlos Almada, Roberto Morel y Raúl Angeló.
En el inicio de esta nueva etapa, registró actuaciones en el Tango Bar, en 1950, y en el café Marzotto, al año siguiente, para actuar nuevamente en radio El Mundo, en 1955.
Otras composiciones de Donato, además de aquellas primeras y celebradas obras ya mencionadas en esta reseña, fueron Te conozco mascarita, Qué querés, soy así, Palabras de honor y No es para tanto, todos ellos grabados en la primera etapa de su orquesta.
En 1941, escribió la melodía de Te busco, cuya letra pertenece a Héctor Marcó. El tema fue llevado al disco por su orquesta y la voz de Horacio Lagos el 21 de julio de ese mismo año.
Compuso, además, Por eso grito, hermosa melodía que cuenta con letra del bandoneonista y director César Córdoba, tema que ha sido grabado por las formaciones de Alfredo De Ángelis con el cantor Julio Martel y de Rodolfo Biaggi con Carlos Saavedra.
También le pertenecen El disloque, Novia de pueblo, Fue mi salvación, Has llegado y La de los ojos tristes, otro de sus excelentes tangos que compuso con letra de Héctor Marcó, que fuera grabado por Miguel Caló con la voz de Luis Tolosa.
Entre los valses compuestos por Donato, se destaca sin dudas Mi serenata, con letra del actor y cantor Juan Carlos Thorry, que fuera llevado al disco por su orquesta con el dúo de voces conformado por Lita Morales y Romeo Gavió, el 11 de enero de 1940.
Existe también de este vals una recordada versión grabada el 2 de septiembre de 1955 por la orquesta de Osvaldo Pugliese con las voces también a dúo de Miguel Montero y Jorge Maciel.
En el rubro de las milongas, fue muy exitosa Por H o por B, con versos de Enrique Dizeo, llevada al disco por la orquesta de Francini y Pontier con la voz de Raúl Berón el 10 de noviembre de 1947.
Donato falleció en forma inesperada el 15 de febrero de 1963, dos meses antes de cumplir 66 años de edad.
106. Dumas, Enrique
Cantor nacido en la ciudad de La Plata el 8 de mayo de 1935. Su verdadero nombre era Enrique Rodríguez Acha.
Con un perfil de cantor recio, de voz varonil y con un registro más grave y expresivo que los tradicionales barítonos atenorados que lo precedieron en la década del cuarenta, Dumas se destacó por su estampa, fraseo, timbre de voz y estilo interpretativo.
Con apenas catorce años de edad, comenzó su carrera artística cantando jazz, en la orquesta Dixieland, con el seudónimo Hugo Randall. Ya como Enrique Dumas, su debut en el tango se produjo en el mes de abril de 1955, presentándose en radio Splendid como vocalista de la flamante típica de Carlos Figari, pianista que se había desvinculado de la orquesta de Aníbal Troilo para encarar la formación de su propia agrupación.
Orquesta y cantor a partir de 1955 actuaron en diferentes escenarios, entre ellos, la confitería Adlon, junto al cantor Héctor Omar, recientemente incorporado.
En ese año, se produjo su llegada al disco. Entre sus primeras versiones fonográficas, realizadas para el sello Music Hall, se encuentran los tangos Bien jaileife y El piano del bar.
Posteriormente, la agrupación de Figari con Dumas como cantor se presentó en audiciones de Radio del Pueblo. Compartían el elenco de esta emisora con figuras de la talla del cuarteto Troilo–Grela y el cantor Alberto Marino, quien se presentaba como solista.
De esta etapa queda además el reconocimiento a Dumas como uno de los primeros intérpretes del tango que actuó en la joven televisión argentina, participando en numerosos programas a partir de la segunda mitad de la década del cincuenta.
Así, en 1958 se presentó en el Canal 7 en un programa denominado Esquina de Tango con la orquesta del pianista de Figari en la que continuaba desempeñándose como uno de sus vocalistas.
Desde ese mismo año y hasta 1960, lo hizo en la La familia Gesa, también irradiado por Canal 7, en el que actuó junto a la actriz y cancionista Virginia Luque.
1958 fue también el año en el que Figari decidió transformar su orquesta en una agrupación más pequeña, surgiendo así el cuarteto al que se hiciera referencia con anterioridad. Al año siguiente, se incorporó a esta formación la voz de Aldo Fabre.
En 1961, y ya con Dumas como solista, volvieron a grabar, esta vez para el sello Disc Jockey. Ésta fue la última actuación en conjunto de Figari y Dumas, cubriendo así una etapa de seis años que representó para éste el punto de partida de una trayectoria, no sólo como cantor, actividad en la que desde entonces se desempeñó siempre como solista acompañado por distintos marcos musicales, sino también como actor teatral y cinematográfico.
Nuevamente en la televisión, Dumas participó en los programas Yo te canto Buenos Aires, por Canal 11, y ya en el año 1963, en El show de Antonio Prieto.
Posteriormente, y durante varias temporadas, formó parte del elenco de Grandes valores del tango el recordado programa de Canal 9. Actuó además en comedias teatrales, debutando en este rubro con Olinda Bozán y Alberto Anchard en Aquí está la vieja ola y esta vez no viene sola. Participó además en la reedición de la obra teatral de Francisco Canaro La muchachada del centro, de cuyo elenco también formaba parte el actor cómico José Marrone.
Otra de sus recordadas actuaciones en la década del sesenta fue su participación junto a Mariano Mores, Mirtha Legrand, Virginia Luque, Susy Leiva y Néstor Fabián, en Buenos Aires de seda y percal, en el teatro Coliseo.
En el teatro San Martín encarnó a Santos Vega en La guitarra del diablo. Otro de sus grandes éxitos fue su participación en el elenco que encabezado por los recordados actores Pepita Muñoz y Marcos Kaplán escenificó el sainete El conventillo de la paloma.
En 1965, formó parte del elenco de las películas Viaje de una noche de verano, junto a Néstor Fabián y dos excelentes cantantes japoneses: Ikuo Abo y Ranko Fujisawa, y Bicho raro, en la que también intervino el conjunto folclórico Los Fronterizos, uno de los más destacados de esa década.
Luego participó en varias comedias musicales que se presentaron en las temporadas teatrales de la segunda mitad de los años sesenta, entre ellas Aplausos, con Libertad Lamarque y Juan Carlos Thorry; Tangos en El Dante, junto a Aníbal Troilo y Tito Lusiardo; Yo canto a mi Argentina, con Mariano Mores, Tito Lusiardo y Héctor Gagliardi, y Buenos Aires, todo tango, con Beba Bidart, Horacio Salgán y Ubaldo De Lío.
En 1969, formó parte del elenco de la película Flor de piolas, y también participó en el espectáculo titulado Troilo 69, estrenado el día 17 de abril. En él se desempeñó como cantor de la orquesta de Pichuco, junto con Tito Reyes, Alberto Marino y Ruth Durante.
Sus grabaciones como intérprete solista, publicadas originalmente en discos larga duración y casetes, totalizaron alrededor de una docena de volúmenes. Entre ellos, se encuentran los discos editados por el sello Polydor bajo los títulos de Dumas canta a Mores, El porteñísimo e Historiando tangos, todos con el marco musical dirigido por Roberto Pansera. Para ese mismo sello también grabó el álbum El que canta es mi papá.
El sello Diapasón, a su vez, editó en un disco larga duración titulado Alma de bohemio, con doce temas que interpretó acompañado por el Sexteto Mayor. Ese mismo sello, dio a conocer además Tangos con sus grandes valores, otro trabajo de doce temas vocalizados por Dumas, en este caso con el marco musical dirigido por Luis Stazo.
Acompañado por la orquesta de Osvaldo Requena, registró para el sello Microfon el disco titulado De rompe y raje.
Por su parte, El firulete fue el título con el que se conoció el long play que grabó para el sello Magenta con el acompañamiento de la orquesta de Alberto Di Paulo, quien ejercía la dirección artística del mencionado sello.
En 1966, Dumas fue convocado por Ben Molar para participar en la recordada producción fonográfica 14 con el Tango, en la que interpretó los temas Bailate un tango Ricardo y En qué esquina te encuentro Buenos Aires, ambos perfectamente representativos de su estilo interpretativo.
En 1995, fue invitado a participar como vocalista de la orquesta Japón 96, formada y dirigida por Julián Plaza, con la que grabó un disco compacto y luego emprendió un viaje a dicho país, en una extensa gira que se extendió por setenta y cinco días a cuarenta y tres ciudades, con un total de cuarenta y cinco presentaciones.
La orquesta estaba integrada por Damián Boletín y Mauricio Svidovsky, en violines; Walter Oliverio, en viola; Francisco Pagano, en violoncello; Alcides Rossi, en contrabajo, y Carlos Pazo y Alejandro Zárate, en bandoneones, en tanto acompañó a Dumas como cantante la joven Patricia Andrade, todos bajo la dirección de Plaza, quien intervino en algunas ocasiones como pianista y en otras con su bandoneón.
En el año 2003, Dumas viajó nuevamente a Japón como artista invitado, junto con la orquesta dirigida por el bandoneonista Carlos Galván, gira que alcanzó una gran repercusión y respuesta del público de ese país.
El 18 de enero de 2009, con 74 años de edad y a pocas horas de regresar de una exitosa actuación en el Festival de la Doma de Jesús María en la provincia de Córdoba, una descompensación sufrida en su domicilio ubicado en un country de la localidad de Pilar a 70 kilómetros de Capital Federal, produjo su inesperado fallecimiento.
107. Durán, Jorge
Cantor nacido en la ciudad de San Juan el 19 de enero de 1924.
Su nombre real era Alfonso Jesús Durán, habiendo despuntado desde niño su vocación por el canto, cuando integraba el coro del Colegio Don Bosco al que concurría en su ciudad natal.
En 1941, ya con el nombre artístico con el que se lo conocería definitivamente, debutó cantando tangos en lv5 Radio Los Andes de San Juan y, al año siguiente, decidió trasladarse a Buenos Aires, donde debutó en un local conocido como Parque Colonial, situado muy cerca del Luna Park.
Poco después, se incorporó a la orquesta del bandoneonista Jorge Fernández, con el que actuó en radio El Mundo, y al finalizar el ciclo radial de esta agrupación ingresó a La Tropilla de Huachi Pampa, celebrado conjunto folclórico que conducía don Buenaventura Luna, con quien realizó giras por el interior del país y actuó en el festival de la Vendimia del año 1943 en Mendoza.
Su regreso a la música ciudadana se produjo en 1944, en ocasión de incorporarse a la orquesta de Emilio Balcarce, con quien actuó en la confitería Reviere durante varios meses de ese año.
El 1º de enero de 1945 ingresó a una de las grandes orquestas de la época, la de Carlos Di Sarli, con la que debutó en el disco dos días después, grabando para el sello rca Victor el tango Que no sepan las estrellas. Esta primera etapa de Durán con El señor del tango se prolongó hasta 1947, lapso en el que participó en un total de veinticuatro temas, el último de ellos, la milonga Pueblera, el día 14 de enero del aludido año. Entre esas excelentes grabaciones, son especialmente recordadas las de Porteño y bailarín, Hoy al recordarla, Sueño de juventud, Mañana no estarás, Vieja luna, Un tango y nada más, Duelo criollo y Otra vez carnaval. Luego de actuar en el teatro Solís de Montevideo, se produjo la primera desvinculación entre Di Sarli y Durán, quien en ese mismo año actuó como cantor de la orquesta de Horacio Salgán, presentándose en el bar Marzzoto.
Además, poco antes de finalizar el año 1947, cantó el tango Nostalgias, acompañado por la orquesta de Juan Carlos Cobián, en un film documental referido a la historia del tango.
En 1948, regresó a la orquesta de Di Sarli, en este caso formando rubro con el cantor Oscar Serpa. Como es sabido, a fines de ese mismo año, El señor del tango disolvió transitoriamente su agrupación, por lo que Durán en 1949, se desempeñó con la de Pedro Laurenz, con la que actuó en el cabaret Marabú y en el salón La Enramada.
En 1950, ingresó a la orquesta de José Basso, junto con el cantor Oscar Ferrari. Con esta agrupación, en la que permaneció hasta el año 1953, grabó para el sello Odeon y formó parte del primer conjunto de tangos que se presentó ante las cámaras de televisión, actuando en el recientemente inaugurado Canal 7, ubicado entonces en Ayacucho y Posadas, en el barrio Norte de Capital Federal. Su primera grabación con Basso, realizada en 1950, fue la del tango Anoche a las dos, de la que hizo una memorable versión.
Otros de sus grandes éxitos en esta etapa de grabaciones fueron Martirio, Mamboretá, Tomo y obligo, En la vía, Melodía de arrabal y un muy buen tango del director con letra de Francisco García Jiménez, titulado Anteayer, que no tuvo sin embargo el éxito que la calidad del tema y la interpretación de orquesta y cantor merecían.
No puede dejar de mencionarse además el registro a dúo realizado con Oscar Ferrari del mundialmente conocido vals Ronda de ensueño, de Raúl Capablanca e Ivanovici, adaptado al ritmo de vals ciudadano por Eduardo Rovira.
En 1954, Durán se incorporó a la Orquesta Símbolo Osmar Maderna que dirigía el violinista Aquiles Roggero, con la que actuó en la confitería Adlon, y grabó para el sello Pampa el tango Pordioseros, único registro concretado con esa agrupación, circunstancia que no impidió que ese tema se constituyera en uno de los grandes éxitos de su trayectoria como cantor.
En 1955, ingresó a la orquesta del pianista Francisco Rotundo, con quien se presentó en audiciones de radio Belgrano y grabó, también para el sello Pampa, el difundido tango de Gardel y Le Pera Sus ojos se cerraron además del vals Poema para mi madre, cuya música y letra pertenecen al mencionado director. Esos registros fueron realizados el 6 de diciembre de dicho año.
Luego de realizar una breve gira como cantor de la orquesta de José Basso a comienzos de 1956, en abril de ese año se incorporó por tercera vez a la orquesta de Carlos Di Sarli, ahora compartiendo el rubro de cantores con Roberto Florio hasta 1958, y a partir de este año y hasta la disolución definitiva de la orquesta a comienzos del año siguiente, con el joven vocalista Horacio Casares.
En estos años, la formación de Di Sarli con sus cantores actuó en el local del Chantrecler y en audiciones en radio El Mundo, además de animar los bailes del club Comunicaciones, en el barrio de Agronomía.
De esta época, han quedado inolvidables registros discográficos con la voz de Durán realizados para el sello rca Victor hasta enero de 1958, y para el sello Phillips durante el resto de este último año, las que por otra parte fueron las postreras de esta gran agrupación.
Entre la efectuadas para rca Victor han quedado magníficas versiones de A la luz del candil, Sonatina, Muriéndome de amor, Dónde estás, Lo que me hablaron de vos, No me hablen de ella y Duele más, este último el único tango compuesto por el excelente violinista Simón Bajour, quien lo suscribió con el seudónimo de Tito Simón, siendo la letra de Reynaldo Yiso. El último registro para ese sello fue el del tango Buenas noches, Buenos Aires, realizado el 16 de enero de 1958.
Ya en el sello Phillips, Durán participó en las grabaciones de los tangos Dónde estás, Si nos queremos todavía, Nubes de humo, No la maldigas, por Dios y Por quererla así.
En 1959, junto con Roberto Florio y el acompañamiento de la orquesta dirigida por el pianista Orlando Trípodi constituyó el rubro denominado Orquesta Florio–Durán, dirigida por Orlando Trípodi. Para formarla, Trípodi, quien actuó como pianista y arreglador del nuevo conjunto, convocó a los bandoneonistas Tomás Giannini, Osvaldo Rizzo (Pichuquito), Héctor Corali y Orlando Trujillo; a los violinistas Fernando Suárez Paz, Armando Husso, José Nieso, Raúl Domínguez; José Cattanzaro, Osvaldo Rodríguez, Mario Grossi y Jorge Braña, y al contrabajista Juan Carlos Vallejos.
La orquesta grabó doce temas en 1959 para el sello rca Victor, publicados en un disco larga duración, el que fue reeditado en un compacto por el Buenos Aires Tango Club, en el año 2004. Durán participó en seis de esas grabaciones, entre ellas tres realizadas a dúo con Florio.
Además, entre 1959 y 1961, animaron numerosos bailes en clubes, hasta que promediando este último año, Florio se alejó del conjunto con motivo de viajar a los Estados Unidos.
Se constituyó entonces el binomio Durán–Trípodi, de efímera duración, lo que no les impidió de todos modos grabar cuatro temas más para el mismo sello, dos de ellos cantados por Durán —Trampolín y Flor del valle, esta última otra de sus grandes creaciones— y los dos restantes en forma instrumental.
En 1962, al regreso de Florio de los Estados Unidos, ambos, junto a Floreal Ruiz, se incorporaron a la orquesta de José Basso, en lo que para Durán representó un reingreso a la agrupación de la que se había desvinculado nueve años atrás.
La formación de Basso grababa ahora para el sello Music Hall, actuando también en el Marabú y en el Glostora Tango Club, la histórica audición que se irradiaba diariamente de lunes a viernes por radio El Mundo.
En esta segunda etapa con Basso, Durán dejó versiones impecables de los tangos Desorientado, Frente al mar, El último café y A la luz del candil, tema este último que ya había llevado al disco como cantor de la orquesta de Di Sarli.
A partir de 1964, año en el que se desvinculó de la orquesta de Basso, Durán prosiguió su carrera como cantor solista, realizando numerosas presentaciones en locales nocturnos de Buenos Aires y el interior del país, además de concretar una gira de un mes y medio de duración por Chile, en 1968.
Al regresar a Buenos Aires fue convocado por Armando Pontier, junto con Alberto Marino, para que ambos en carácter de cantores invitados de la orquesta del mencionado director, participaran en la grabación de un disco larga duración editado por el sello rca Victor. Durán, en la oportunidad, vocalizó cuatro temas: Si se salva el pibe, Pa’ mí es igual, Yo soy el tango y La última.
Luego efectuó algunas grabaciones con la orquesta de Oscar de la Fuente, también como cantor invitado y en 1971 registró doce temas para un disco larga duración acompañado por guitarras, en el que entre otros temas incluyó Hágame el favor, Dejame vivir mi vida, Por limosna no Acquaforte, El batidor, el vals Alicia —perteneciente a Guillermo Desiderio Barbieri, con letra de Eugenio Cárdenas— y una nueva versión de Pordioseros, el tango compuesto también por Barbieri que diecisiete años antes había grabado con la Orquesta Símbolo Osmar Maderna.
Operado al año siguiente de las cuerdas vocales, de ahí en más comenzó a espaciar notoriamente su actividad de cantor. Ingresó por entonces como empleado de la Cámara de Diputados de la Nación, desempeñándose en la Comisión de Turismo y Deportes de la misma. Su nueva actividad laboral no le impidió, sin embargo, seguir haciendo algunas presentaciones, como las que concretó en los locales El Rincón de los Artistas, Patio de Tango y Tango Bar, local del mismo nombre que aquella emblemática confitería que existiera hasta dos décadas antes en la avenida Corrientes.
También periódicamente realizó giras por el interior del país, presentándose en varias oportunidades en su provincia natal.
Este excelente cantor, a juicio de quien esto escribe ubicable en una primerísima