Hijos pintitos de tigre (III)
las dos entregas anteriores nos enteramos de la trayectoria vital del honorable funcionario público y poeta Francisco Ortega Martínez (1793-1849) quien, con su ejemplo y dedicación, educa a seis hijos, a cual más destacado. Entre éstos, mencionamos a Eulalio María (1820-1875), un brillante jurisconsulto, literato y pianista aficionado, e iniciamos el recorrido por la senda biográfica de Aniceto de los Dolores Luis Gonzaga Ortega del Villar, de quien aseveramos que, ya desde el bautismo, su existencia estuvo signada por la fortuna –un rico minero pavimentó con lingotes de plata el trecho desde la parroquia de Tulancingo hasta la morada familiar para su tránsito como nuevo cristiano–, a lo que añadimos que, ciertamente, las dotes intelectuales, la capacidad de trabajo y el reconocimiento a sus logros fueron una parte sustancial de su enorme riqueza humana, sin embargo, dilucidamos que una salud frágil y las marchas forzadas que se impuso para cumplir cabalmente
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