Diccionario de emociones

Por MARIO SCHILLING

“La inteligencia emocional se caracteriza mejor en función de conceptos. Supongamos que una persona solo conoce dos conceptos emocionales: “sentirse fantásticamente bien” y “sentirse horriblemente mal”. Cada vez que experimenta una emoción o la percibe en alguien más solo puede categorizar con esta brocha tan gorda. Esta persona no puede ser muy inteligente en lo emocional. En cambio, una persona que pueda distinguir significados más sutiles dentro de “fantásticamente bien” (feliz, alegre, encantado, relajado, esperanzado, inspirado, dichoso, orgulloso, agradecido…) y distinguir “cincuenta sombras” dentro de “horriblemente mal” (enfadado, exasperado, alarmado, rencoroso, malhumorado, arrepentido, pesimista, avergonzado, aterrado, intranquilo, resentido, asustado, envidioso, afligido, melancólico…) tendrá en su cerebro muchas más opciones para pronosticar, categorizar y percibir emociones, y tendrá instrumentos para responder de una manera más flexible y funcional. Esta persona, por tanto, podrá predecir y categorizar sus sensaciones con más eficacia y podrá adaptar mejor sus actos a su entorno”. (La Vida Secreta del Cerebro. Cómo se construyen las emociones. Lisa Feldman Barrett, 2019, p. 229).


El Doctor en Filosofía de la Universidad de Chile Mario Schilling fue entrenado directamente en los Estados Unidos en Terapia basada en la Lógica (LBT) por el filósofo estadounidense Elliot D. Cohen, fundador de la National Philosophical Counseling Association. Schilling cuenta también con una certificación en Critical Thinking Program de la Universidad de California, Berkeley, además de ser abogado y periodista. Este autor ha escrito antes ocho libros, destacándose Mejor llama a Sócrates (2019), su primera obra publicada en Amazon y tanto Diccionario de Emociones (2020) como La Lógica de las Emociones y los engaños de la mente (2020), fueron publicados en nuestro país por CHC Editores.

• Idioma: Español
• Editorial: Mario Schilling
• Fecha de lanzamiento: 21 jul 2020
• ISBN: 9788835867371

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MARIO SCHILLING

DICCIONARIO DE EMOCIONES

CHC

Editores

Derechos

© 2020 Schilling Fuenzalida, Mario

Primera Edición

IBSN

CHC Editores

Nueva Providencia 2211 Of.818, Providencia

Fono: 2 22325119 – 569 98792141

Santiago de Chile.

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DEDICATORIA

Dedicado a mi querido papá, Mario Schilling Besoain.

INTRODUCCIÓN

Los académicos Díaz y Flores afirman que hay dos aproximaciones distintas para clasificar las emociones humanas. Una de ella es la identificación de las variables del sistema afectivo y otro es el reconocimiento de las emociones primarias mediante un análisis de los gestos faciales universales. Considerando lo anterior, los profesores de la Universidad Nacional Autónoma de México plantean un esquema que sintetiza ambas aproximaciones y que consiste en un modelo topológico basado en el análisis del vocabulario emocional.

El modelo de Díaz y Flores consta de seis estadios consecutivos:

(1) La recopilación de un vocabulario de 328 términos en castellano que designan emociones particulares y se refieren a la vida afectiva. Si bien el Diccionario de Afectos en el Lenguaje de Sweeney y Whissell (1984) enumera 4500 voces en inglés, relacionados con la emoción donde incluye una valoración de cada una de acuerdo con el nivel de agrado o desagrado y de activación o relajación, los autores mejicanos están conscientes de que se incluyen en él tiempos verbales, formas gramaticales y sustantivos con connotación emocional.

(2) La agrupación de los términos en 28 conjuntos o campos semánticos de 6 a 17 palabras afines (media =12). Díaz y Flores citan la siguiente definición de campo semántico como un conjunto de conceptos afines como médico, enfermera, jeringa, píldora, hospital, operación, entre otros, que se encuentran almacenados en la memoria de largo plazo ligados por lazos de significación (Hatch y Brown, 1995), agregan que hay sólidas evidencias neurolingüísticas en el sentido de que los conceptos se agrupan de esta manera y que corresponde a la llamada memoria semántica (Reisberg, 1997). En el caso de las emociones Díaz y Flores agruparon los términos en familias que sugieren afectos similares. La metodología usada fue el recurso de varios diccionarios de sinónimos e ideas afines, en el entendido de que si hay dos palabras sinónimas para designar una emoción hay diferencias entre ellas en cuanto a los sentimientos. Hechas estas precisiones, se agrupó los términos de la lista de acuerdo con los diccionarios de sinónimos e ideas afines (Clavé, 1979; Espasa Calpe, 1995). Díaz y Flores utilizaron como criterio de selección el siguiente: discernir los términos que parecen designar un conjunto relativamente homogéneo de experiencias afectivas de tal manera que no se sobreponga con otros conjuntos o que lo haga sólo de manera tangencial o por significados alternativos. Si bien, los autores mejicanos sugieren validar esta metodología con una encuesta amplia de usuarios del lenguaje, igualmente utilizaron pequeños segmentos para ser encuestados en su universidad de origen. Sea como sea, y en eso concuerdo con Díaz y Flores se puede sostener que la agrupación propuesta tiene una utilidad inicial para sostener y emprender las siguientes tareas.

(3) La selección de un término representativo de cada conjunto. Advierten los autores que en el caso del presente procedimiento hubiera sido posible recurrir a los seis términos de las emociones básicas reconocidas por los etólogos (alegría, tristeza, miedo, disgusto, sorpresa e ira), pero los 28 conjuntos de este modelo son un número casi cinco veces mayor que las seis emociones básicas reconocidas por los investigadores de la emoción humana con base en los gestos faciales. A diferencia de sorpresa y disgusto, el resto de las emociones básicas están incluidas en seis conjuntos distintos y fueron elegidas como la palabra del prototipo del grupo. Para llegar a un resultado certero, se hizo una encuesta a estudiantes del Centro de Neurobiología de la Universidad Nacional Autónoma de México, pidiéndoles que subrayaran de un conjunto de términos, aquel que les pareciera el más frecuente, claro y preciso.

Es posible que este grupo de palabras no refleje todas las emociones posibles de un humano. La gama de emociones humanas es consecuencia de mecanismos adaptativos y a reacciones fisiológicas. Es probable que en el curso de la hominización se hayan incorporado al acervo básico otras muchas emociones quizás menos relacionadas con las estrategias para sobrevivir en referencia a los recursos, el sexo o los predadores y más con la vida social entre congéneres que seguramente fue determinante para el curso evolutivo de la especie y para la aparición y refinamiento de la conciencia.

El resultado fue estos 28 conjuntos de emociones:

(i) Calma

(ii) Tensión

(iii) Certeza

(iv) Duda

(v) Compasión

(vi) Ira

(vii) Diversión

(viii) Aburrimiento

(ix) Agrado

(x) Desagrado

(xi) Alegría

(xii) Tristeza

(xiii) Placer

(xiv) Dolor

(xv) Satisfacción

(xvi) Frustración

(xvii) Deseo

(xviii) Aversión

(xix) Amor

(xx) Odio

(xxi) Valor

(xxii) Miedo

(xxiii) Vigor

(xxiv) Agotamiento