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La cultura y sus efectos sobre la psicología del mexicano
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La cultura y sus efectos sobre la psicología del mexicano

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Una obra como la que el lector tiene en sus manos, elaborada con un profundo conocimiento de las fuentes, consultadas en numerosas jornadas de trabajo, surge de la motivación de difundir de manera eficaz y contundente los trabajos de investigación que hablan sobre el mexicano y su contexto psicosocial. Se trata de una compilación de investigac
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento31 ene 2022
ISBN9786074176261
La cultura y sus efectos sobre la psicología del mexicano
Autor

Rolando Díaz-Loving

Rolando Díaz-Loving obtuvo el doctorado en psicología social en la Universidad de Texas en Austin. Es profesor titular c en la Facultad de Psicología de la UNAM. Ha publicado 217 artículos de investigación en revistas científicas, 111 capítulos de investigación en libros especializados, un manual de prueba y 18 libros de investigación. Su obra incluye la creación y edición de tres revistas científicas, la coedición de 18 volúmenes de psicología social en México y dos libros de texto. Ha dirigido 45 tesis de doctorado, 29 tesis de maestría y 36 tesis de licenciatura. Sus pesquisas son una cita ineludible en la psicología transcultural y la etnopsicología; sus trabajos sobre personalidad y psicología social sustentan la ampliación e indagación de estos fenómenos en América Latina, su teoría bio-psico-socio-cultural sobre las relaciones humanas es un ícono que da guía a innumerables investigaciones sobre familia y pareja, y sus estudios en el área de pareja, conducta social, conducta anticonceptiva, salud y VIH son la base para numerosos programas de intervención. Alejandra del Carmen Domínguez Espinosa es doctora en psicología, egresada de la UNAM. Profesora-investigadora de la Universidad Iberoamericana desde 2004, donde ha fungido como coordinadora del doctorado y directora del departamento. Ha particiipado como autora y coautora en alrededor de 100 artículos científicos y capítulos de libros, tanto en inglés como en español. Ha particiipado como miembro del consejo ejecutivo de la Asociación Internacional de Psicología Transcultural como representante regional para México, Centroamérica y el Caribe, y fue nombrada presidenta de la Asociación Mexicana de Psicología Social para el periodo 2018-2020. Ha compilado el libro Lecturas introductorias a la psicología cultural, transcultural y etnopsicología. Sus temas principales de investigación versan sobre el manejo de la impresión, deseabilidad social, aculturación y medición etnopsicológica.

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    La cultura y sus efectos sobre la psicología del mexicano - Rolando Díaz-Loving

    Prólogo

    Una obra como la que el lector tiene en sus manos, elaborada con un profundo conocimiento de las fuentes, consultadas en numerosas jornadas de trabajo, surge de la motivación de difundir de manera eficaz y contundente los trabajos de investigación que hablan sobre el mexicano y su contexto psicosocial. Se trata de una compilación de investigaciones, en su mayoría de psicólogos sociales, que muestra la inteligencia y sensibilidad de los autores, así como su vasta comprensión de los efectos que la cultura tiene sobre la psicología de los individuos.

    En el libro hay una docta utilización de documentos hábilmente integrados en el discurso, desde donde se apunta hacia un compromiso social y a que el lector encuentre ideas nuevas y formas diferentes de ver la investigación social. La obra se nutre de amplias fuentes bibliográficas, replanteadas a partir de una preocupación por los aspectos culturales e ideológicos que se despliega como una serie de estampas ilustrativas de cada materia.

    Con todo, no hay un tratamiento sistemático de los temas; cualquiera de ellos exigiría mucho más espacio para discutirse del que se le concede en esta obra. En cualquier caso, el libro sugiere vías de reflexión y nuevas investigaciones. Impresiona al mismo tiempo la riqueza de la información y la forma en que se vinculan los diversos aspectos del objeto de estudio: desde la filosofía de vida hasta los matices del amor en la cultura mexicana, así como las técnicas aplicadas para la resolución de los problemas y los debates ideológicos implicados en las soluciones.

    Aunque son muchas las líneas de investigación que merecerían un comentario amplio, me limito aquí a señalar dos cuestiones que considero de especial relevancia para este libro: a) la socialización como un proceso a través del cual las personas adquieren estándares, habilidades, motivos, actitudes y conductas apropiadas para desempeñar un rol en la sociedad; b) el recorrido histórico de los constructos y la evidencia que difiere de las interpretaciones tradicionales.

    El primer capítulo, La filosofía de vida: una década después, se enfoca en las investigaciones transculturales que comparaban a la cultura mexicana con otros países, en términos de la forma en la que los individuos y las familias se enfrentan a enfermedades, conflictos, desafíos y complicaciones cotidianas, los sistemas de respaldo social, las tradiciones y su impacto en la socialización de los hijos, la moral, entre otras características.

    Los autores nos llevan a través de un estudio de la filosofía de vida que ha progresado cronológica y geográficamente. Una de las partes fundamentales de este capítulo son las conclusiones a las que llegan después de analizar los datos sobre cómo los mexicanos aún enfrentan los conflictos de manera tradicional al elegir el amor, la cautela y la obediencia afiliativa, lo cual es congruente con el planteamiento de Díaz-Guerrero (2003), quien señaló precisamente la vigencia de esos tres elementos en la cultura mexicana.

    El segundo capítulo, Prácticas parentales en México, aborda las prácticas en las que las familias desempeñan un papel central, ya que los niños dependen de ellas para su cuidado y protección, sobre todo en edades tempranas. En este apartado se describen estudios de más de una década que reflejan la importancia de las prácticas parentales en el desarrollo y la conducta de los niños y adolescentes mexicanos. Los esfuerzos para conceptualizar el proceso han conducido a diseñar diversos modelos que consideran los contextos de cada sociedad y luego a implementar una estrategia investigadora que asume el condicionamiento geográfico y cultural como criterio fundamental.

    El tercer capítulo, La deseabilidad social del mexicano: reflexión crítica del concepto, hace un recorrido histórico por el constructo de deseabilidad social (DS) y proporciona evidencia empírica que sugiere que se trata de un componente motivacional necesario para la adaptación social. La DS, que difiere de las interpretaciones tradicionales de mentira y deshonestidad, es una variable genuina, directamente vinculada con la comunicación interpersonal y con el apego a las normas culturales. Este apego o entendimiento guía a las personas a comportarse de ciertas formas en situaciones específicas y a pensar que es aceptable presentarse a uno mismo de la mejor manera, que se está ante una cuestión de adaptación a las regulaciones culturales establecidas.

    Así como la DS está ligada a la cultura, también lo está a un concepto fundamental de la psicología: el concepto de Yo, que se define por la representación mental de uno mismo. El Yo es una herramienta interpersonal que es el producto de una identidad estable sin la cual sería imposible sostener las relaciones sociales.

    En el cuarto capítulo, Asertividad y cultura, los doctores Mirta Margarita Flores Galaz y Rolando Díaz-Loving hacen un acercamiento contundente al estudio de la asertividad en México que se remonta a la década de los ochenta. Los autores proponen un modelo teórico-conceptual que permite analizar la asertividad en un contexto cultural determinado. En este marco, la expresión de una respuesta asertiva está influida por la cultura en la que se desarrolla el individuo, por el contexto situacional y psicológico, por las personas involucradas y percibidas en la interacción, por variables sociodemográficas tales como el sexo, la edad, la escolaridad, el nivel socioeconómico y las variables de personalidad (Flores y Díaz-Loving, 2002, 2004). A partir de esa definición, el modelo y los resultados de los estudios previos, los autores proponen un instrumento para medir la asertividad en México.

    Los investigadores señalan que desde el enfoque etnopsicológico la línea queda abierta a los interesados en continuar con estudios de asertividad en adultos y en niños, tanto en México como en otras culturas. En esta dirección, se pone a prueba la estructura factorial de la Escala Multifactorial de Asertividad en otros contextos culturales y con otras variables psicosociales tales como el automonitoreo, el ajuste social, la inteligencia emocional (en particular la regulación emocional), el autocontrol, el desempeño. La tesis plantea que si desde niños hay un aprendizaje de la comunicación y la expresión de manera adecuada, en términos culturales, será más probable el desarrollo de individuos que al llegar a la adultez muestren más bienestar y salud psicosocial.

    En el quinto capítulo, Resiliencia: a una década de investigación en México, los autores tienen por objetivo dar una panorámica acerca del estudio de la resiliencia en nuestro país. Sus motivaciones para abordar esta temática son las diversas problemáticas existentes en América Latina, como el entorno inestable debido a las constantes crisis económicas o sociales. Además de una revisión teórica, se presentan los propios hallazgos de los investigadores que sugieren la existencia de componentes biológicos, psicológicos y sociales que hacen posible la identificación de las características de la resiliencia en los mexicanos.

    En el sexto capítulo, Variables psicosociales en la frontera norte: una revisión desde la etnopsicología mexicana, se desarrollan dos problemas de etnopsicología: el primero busca identificar en habitantes de la frontera norte de México los aspectos de valor universal y cuasiuniversal que se comparten como identidad nacional; el segundo aborda la validez ecológica de los datos, las características biopsíquicas del ser humano, el incremento de escolaridad laica, el tiempo histórico y los efectos de la geoubicación en los ecosistemas socioculturales (Díaz-Guerrero, 2003a).

    El título del séptimo capítulo, Los matices del amor en la cultura mexicana, es sugerente y atractivo para el lector, y lejos de ser superficial nos adentra en las bases fundamentales de la etnopsicología mexicana. En este apartado se estudian las peculiaridades de los mexicanos según los qué, cómo, cuándo, dónde, con quién y por qué de un grupo específico, cuyos miembros comparten pautas cognoscitivas y conductuales y habitan un mismo ecosistema, desarrollando así un carácter propio que les permite distinguirse de otros.

    Por último, el capítulo que cierra este libro se titula Género, socialización y cultura: ejes críticos en nuestras identidades, donde se abordan precisamente los ejes en los cuales se desarrollan las nociones de género, socialización y cultura, así como algunas reflexiones sobre los trabajos de Díaz-Guerrero y las premisas histórico-socio-culturales (PHSC). La mirada desde esta realidad ubica a los seres humanos como agentes de cambio. Si bien la construcción identitaria emerge en las dinámicas e interacciones sociales y colectivas, las personas tienen la posibilidad no sólo de transgredir y deshacer los mandatos culturales de género, sino también de transformarlos, dando lugar a configuraciones subjetivas diferentes que retroalimentan la cultura y dan espacio a una interacción dialógica entre lo macro y lo micro.

    Como ya lo hemos dicho, son muchas las cuestiones planteadas en este libro que merecerían un comentario más amplio a partir de las líneas que los investigadores apuntan. La riqueza de su contenido merece no sólo el debate y la reflexión sino también la amplia difusión de los estudios existentes con referencia al mexicano y su contexto psicosocial, premisa fundamental que motiva a los autores a escribir e investigar, y a nosotros a editar y hacer del dominio público dicha información.

    Rolando Díaz-Loving y Alejandra del Carmen Domínguez Espinosa

    1

    La filosofía de vida: una década después

    L. Isabel Reyes-Lagunes, Maricela Méndez y Eduardo Velasco

    La filosofía de vida (views on life, en su versión en inglés) es la forma en la que los individuos y las familias se enfrentan a enfermedades, conflictos, desafíos y complicaciones cotidianas; los sistemas de respaldo social, las tradiciones y su impacto en la socialización de los hijos y la moral, entre otras características (Díaz-Guerrero, 1986; 1997).

    Estas investigaciones se han caracterizado por reconocer el papel de la cultura en la vida de las personas y por tener un modelo ecológico en el que se considera que la sociedad y las comunidades humanas son un complejo sistema de interdependencias análogo al ecosistema natural.

    La filosofía de vida también se define como el modo o estilo en que los individuos confrontan los problemas y el estrés. Dicho estilo puede ser de dos tipos: 1) automodificador (el individuo se adapta a las demandas del ecosistema) o 2) autoafirmativo (el individuo trata de modificar el ambiente, ya sea el físico, el interpersonal o el social) (Díaz-Guerrero, 1986; 1997). En México, la forma tradicional de enfrentarse a los problemas es la automodificación, que también se conoce como estilo activo-pasivo (Moreno-Cedillos, 1998).

    La escala de la filosofía de vida (Peck y Díaz-Guerrero, 1963) se compuso originalmente de 28 reactivos de elección forzada entre opuestos, planeados de esta manera para seguir un estilo de pensamiento dialéctico e interdisciplinario y medir estilos de confrontación activo vs. pasivo (Díaz-Guerrero e Iscoe, 1984).

    Al ser sensible a aspectos abstractos como la forma de enfrentar los problemas de manera cultural, la escala también es sensible a los cambios históricos y geográficos, por lo que su extensión y estructura factorial original con cuatro componentes se ha modificado a lo largo del tiempo.

    Las cuatro dimensiones originales fueron:

    1) Autoafirmación vs. obediencia afiliativa.

    2) Control interno vs. control externo.

    3) Cautela vs. audacia.

    4) Autonomía vs. interdependencia.

    En 1979, en la investigación que comparaba familias de Monterrey y Texas, surgió una versión corta de cinco reactivos que se llamó escala de confrontación activo-pasiva. En 1993, en el artículo Un factor cardinal en la personalidad de los mexicanos (Díaz-Guerrero, 1993) se presentó una nueva versión de la escala con cinco dimensiones:

    1) Amor vs. poder.

    2) Control interno vs. control externo.

    3) Resignación vs. goce.

    4) Autoafirmación activa vs. obediencia afiliativa.

    5) Cautela vs. audacia.

    Después Moreno Cedillos (1998) obtuvo una versión con cinco dimensiones distintas:

    1) Cautela vs. audacia.

    2) Autonomía vs. interdependencia.

    3) Control interno vs. control externo.

    4) Afecto positivo vs. afecto negativo.

    5) Autoafirmación activa vs. obediencia afiliativa.

    Para el presente estudio se usó una versión corta, con 25 reactivos y tres dimensiones:

    1) Amor vs. poder. Se refiere a elegir entre amor, entendido como cualquier tipo de comportamiento que hace que las personas se acerquen más unas a las otras, sea de manera física, emocional, cognoscitiva, social o espiritualmente, y el poder, que es cualquier tipo de comportamiento que hace que otros hagan lo que nosotros deseamos.

    2) Cautela vs. audacia. Se entiende como la elección entre la audacia que se presenta cuando el comportamiento se dirige hacia lo arriesgado, y la cautela que se da cuando el comportamiento se dirige hacia la precaución, a lo reservado.

    3) Obediencia afiliativa vs. autoafirmación activa. Se define como la elección entre la obediencia afiliativa, que se da por parte de los hijos a los padres por afecto en una especie de contrato familiar donde los padres, en cambio, alimentan, visten, protegen, dan afecto y son responsables de la educación, tanto psicológica como escolar de los hijos, y la autoafirmación activa, que se da cuando la conducta es opuesta a lo que las normas sociales establecen, es decir, cuando una persona se niega a obedecer a la autoridad, trata de controlar su ambiente, le gusta influir o dirigir a otros, pero es agresiva y poco controlada.

    Así, el presente estudio tuvo el objetivo de explorar las tres dimensiones según el método que se describe a continuación:

    Participantes

    Se trabajó con 1 294 estudiantes de la Ciudad de México, con un rango de edad de 9 a 43 años, un promedio de 15 y una desviación de 3.34 años, 50% (647) hombres y 50% (647) mujeres. Sobre su nivel educativo, 17% (219) cursaba primaria, 31% (401) secundaria, 31% (401) la preparatoria y 21% (273) licenciatura.

    En cuanto al método de convivencia familiar de los padres de los participantes, 71% (919) son casados, 19% (246) divorciados y 10% (129) madres solteras; sobre la escolaridad del padre, 7.5% (96) no reportan estudios, 10.4% (134) primaria, 17.1% (221) secundaria, 19.9% (258) bachillerato, 32.1% (402) licenciatura y 13% (183) posgrado; sobre la escolaridad de la madre, 5.3% (68) no reportan estudios, 13.2% (171) primaria, 20% (258) secundaria, 21.1% (273) preparatoria, 29.4% (380) licenciatura y 11% (144) posgrado.

    El principal sostén de la vivienda de los participantes es el padre, en 43.1% (558), los dos padres 35.9% (465), la madre 17.9% (232) y otros 3.1% (39).

    En cuanto al número de hijos ideales para la pareja, 8.6% (111) no quiere hijos, 68.2% (883) de uno a dos hijos, 18.7% (242) de tres a cinco hijos y 1.7% (22) más de cinco hijos.

    Instrumento

    Versión corta de la Escala de Filosofía de Vida, con 25 reactivos de elección forzada y tres dimensiones: amor vs. poder, cautela vs. audacia y obediencia afiliativa vs. autoafirmación activa.

    Procedimiento

    Se contactó a los participantes en las escuelas, se obtuvo previamente permiso de las autoridades de las mismas y se aplicaron los cuestionarios en sus salones de clase. Al finalizar se les agradeció su participación.

    Resultados

    Los resultados se presentan en términos de porcentaje para cada una de las dos opciones de elección forzada de cada dimensión. En el caso del amor (85.72%) se puede observar que es mayor que el del poder (14.28%) y se trata de una diferencia estadísticamente significativa (x² = 51.44, p = .000**).

    La cautela (81.2%) tiene un mayor porcentaje que la audacia (18.8%) y también se trata de una diferencia estadísticamente significativa (x² = 38.44, p = .000**).

    La obediencia afiliativa (73.49%) tiene mayor porcentaje que la autoafirmación activa (26.51%), con una diferencia estadísticamente significativa (x² = 21.50, p = .000**). Esta información se presenta de manera resumida en la Figura 1.

    FIGURA 1. FRECUENCIA POR CATEGORÍA EN LAS DIMENSIONES

    imagen

    ** p ≤ 0.1.

    No hay diferencias significativas por sexo para ninguna de las dimensiones: amor vs. poder (x² = .047, p = .827), cautela vs. audacia (x² = .005, p = .942) y obediencia afiliativa vs. autoafirmación activa (x² = .005, p = .943), como se muestra en la Figura 2.

    FIGURA 2. FRECUENCIA POR SEXO PARA CADA CATEGORÍA EN LAS DIMENSIONES

    imagen

    Para verificar si la estructura de la escala ha tenido cambios con el tiempo, se hizo un análisis de conglomerados jerárquicos que mostró dos dimensiones: amor vs. poder, y orientación al logro personal vs. orientación al logro grupal.

    En la primera dimensión se prefiere al amor (76%) que al poder (23%) en una diferencia estadísticamente significativa (x² = 28.37, p = .000**), en la segunda el mayor porcentaje corresponde a la orientación al logro grupal (56%) y el menor a la orientación al logro personal (44%), pero la diferencia no es estadísticamente significativa (x² = 1.44, p = .230), como se ve en la Figura 3.

    FIGURA 3. FRECUENCIA POR CATEGORÍA EN LAS NUEVAS DIMENSIONES

    imagen

    ** p ≤ 0.1.

    No hay diferencias significativas por sexo para ninguna de las dimensiones: amor vs. poder (x² = .163, p = .689), cautela vs. audacia (x² = .143, p = .705), como se muestra en la Figura 4.

    FIGURA 4. FRECUENCIA POR SEXO PARA CADA CATEGORÍA EN LAS NUEVAS DIMENSIONES

    imagen

    ** p < 0.1.

    Discusión

    Al analizar los datos con las dimensiones originales de la versión corta, se puede observar que los participantes enfrentan los problemas de manera tradicional al elegir al amor, la cautela y la obediencia afiliativa, lo cual es congruente con el planteamiento de Díaz-Guerrero (2003), quien dijo que en la cultura mexicana el enfrentamiento a los problemas a través de amor, la cautela y la obediencia son vigentes.

    Sin embargo, al utilizar el nuevo análisis se puede ver que se mantiene la dimensión amor vs. poder, que siempre ha aparecido en primer lugar en las diferentes versiones de la

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