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La campaña libertadora de 1819 Tomo II
La campaña libertadora de 1819 Tomo II
La campaña libertadora de 1819 Tomo II
Libro electrónico657 páginas9 horas

La campaña libertadora de 1819 Tomo II

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La Campaña Libertadora de 1819, que concretó la independencia de la Nueva Granada de la corona española y abrió el espacio para que Simón Bolívar iniciara a materializar por medio de la Gran Colombia y luego con la independencia de Perú y Bolivia, su sueño de Unión Panamericana, que se perdió por problemas políticos internos, mezquindades, y visiones parroquiales de caudillos locales.
Los documentos compilados en los tres tomos que compendia esta obra, guardados celosamente por las tropas libertadoras y reproducidos de manera parcial en diversas etapas de la historia republicana, son muestra fehaciente de la intensa actividad administrativa, logística, política, diplomática, operacional y de proyección geopolítica que desarrolló el ejército patriota en tiempo record para cruzar llanuras, montañas, páramos y poblados, superando ingentes dificultades militares.
De todas las brillantes campañas militares comandadas por Simón Bolívar, el cruce de los Andes iniciado en los Llanos de Setenta en Venezuela y culminado con éxito luego de eliminar los reductos realistas en todo el territorio granadino, es la operación militar sostenida más importante de su histórica obra y la primera gran cúspide de su grandeza intelectual y política.
Comparado con otros grandes capitanes de la humanidad, no es descabellado afirmar que la Campaña Libertadora de 1819, no tiene émulos en otras latitudes. De manera coordinada, metodológica y disciplinada, las mal dotadas tropas patriotas avanzaron por el difícil terreno, en medio de climas inhóspitos, asediados por las unidades enemigas de vanguardia y reconocimiento.
Miles de acciones heroicas, individuales y colectivas por parte de hombres, mujeres y niños que acompañaban al Libertado y su Estado Mayor, están sin resaltar, pero muchas de ellas se infieren de los contenidos de los documentos aquí citados.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento21 sept 2018
ISBN9780463828304
La campaña libertadora de 1819 Tomo II
Autor

Documentos Históricos de Colombia

Archivo general de la nación que condensa los documentos más importantes de las cuatros etapas de la vida colombiana desde la época de la conquista hasta la época republicana actual

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    La campaña libertadora de 1819 Tomo II - Documentos Históricos de Colombia

    La campaña libertadora de 1819

    Tomo II

    Documentos históricos de Colombia

    Ediciones LAVP

    www.luisvillamarin.com

    Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida ni en todo ni en sus partes, ni registrada en o transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio sea mecánico, foto-químico, electrónico, magnético, electro-óptico, por reprografía, fotocopia, video, audio, o por cualquier otro medio sin el permiso previo por escrito otorgado por la editorial.

    La campaña libertadora de 1819-Tomo II

    Advertencia

    Fuentes y bibliografía

    Archivos

    Continuación de la correspondencia

    La campaña de Bogotá

    Apéndice

    Advertencia

    El primer tomo de esta colección de documentos terminó con los preparativos para el consejo de guerra reunido por Bolívar en la aldea de Setenta. Este segundo tomo continúa con la documentación patriota posterior a dicha reunión.

    De acuerdo con lo indicado en el prólogo de la obra, a partir de la ocupación de la capital de la Nueva Granada, solo hemos recogido los documentos relacionados con la organización civil de la república, hasta la aceptación de la Ley Fundamental de Colombia por la Asamblea de Notables reunida en Bogotá el doce de febrero de mil ochocientos veinte.

    Al final hemos agregado, como documentos complementarios, separándolos de la posición que les correspondía dentro del orden cronológico, cuatro escritos de mayor extensión, que vienen a ser una síntesis de toda esta primera parte de la recopilación. Son ellos: la relación de la Campaña Libertadora escrita por el general Francisco de Paula Santander y publicada en febrero de mil ochocientos veinte, con la firma de Un Granadino y fechada en Pore el cuatro de octubre de mil ochocientos diecinueve.

    Esta relación tiene evidentemente un carácter político y no estrictamente narrativo. Con ella se propone Santander exaltar los méritos del Libertador en la concepción y conducción de la Campaña, para mover a los granadinos a aceptar incondicionalmente su gobierno y la creación de la República de Colombia, ideal político de Bolívar que no dejaba de encontrar resistencia tanto entre los venezolanos como entre los granadinos.

    Otro folleto, editado a fines de mil ochocientos veinte, es el que publicó el vicepresidente Santander para explicar y justificar la ejecución de los prisioneros de Boyacá el once de octubre de mil ochocientos diecinueve.

    Vienen después las memorias presentadas por los ministros del vicepresidente Santander, Alejandro Osorio para Guerra y Hacienda, Estanislao Vergara para Interior y Justicia, sobre las realizaciones del gobierno republicano de la Nueva Granada entre el veintiuno de septiembre y el treinta y uno de diciembre de mil ochocientos diecinueve. Aunque fechadas en este último día, hemos creído más conveniente colocarlas en este lugar dentro de la colección, como síntesis de la labor administrativa de Santander en los primeros días de la patria restaurada.

    Finalmente, como conclusión de la documentación patriota de la Campaña Libertadora, hemos querido transcribir el primer canto heroico compuesto para glorificar la gesta de mil ochocientos diecinueve, publicado por primera vez en el Correo del Orinoco y del que fue autor don José María Solazar.

    Fuentes y Bibliografía

    Archivos:

    Archivo del Libertador, Casa Natal, Caracas. Consta de cuatro secciones: O'Leary, Archivo Nacional y otras fuentes, Pérez y Soto, Juan de Francisco Martín.

    Hemos consultado la reproducción en microfilme costeada por las fundaciones Creole, Shell, Eugenio Mendoza y John Boulton, en 58 rollos, obsequiada en 1961 a la Academia Colombiana de Historia por el gobierno venezolano.

    Archivo General de Indias, Sevilla, Cuba, 720A; correspondencia del Virrey Sámano, 1819, Cuba 747; correspondencia del coronel José María Barreiro, 1818-1819.

    La Academia Colombiana de Historia posee reproducción en microfilme de algunos de estos documentos, y trascripciones a máquina de todos los que publicamos, hechas, en parte por el Hno. Nectario María, y en su totalidad por el doctor Rafael Salamanca Aguilera.

    Archivo Histórico Nacional, Madrid, Sección décima, Archivo del Ministerio de Ultramar. Archivo del general Miguel de La Torre. Consta de 94 paquetes distribuidos en 26 legajos. En la Academia Colombiana de Historia hay transcripción dactilografiada de todo este archivo en 35 tomos, más uno de índices, donada por el Hno. Nectario María.

    Se cita: Archivo La Torre, indicando la división original del mismo y entre paréntesis, el tomo y folio de la transcripción que hemos utilizado.

    Archivo Santander, Academia Colombiana de Historia. Sección de archivos y microfilmes. Se trata de parte del archivo original que fue adquirida por la Institución. El resto de los originales de este archivo se halla en la sección Pérez y Soto del Archivo del Libertador, que hemos citado antes. 

    Colecciones impresas:

    Archivo Santander, publicación hecha por una comisión de la Academia Colombiana de Historia, 24 volúmenes, Bogotá, Ed. Águila Negra, 1913-1932.

    Bolívar y Santander, Correspondencia 1819-1820, publicaciones del Archivo Histórico Nacional, director Enrique Ortega Ricaurte, Preliminar de Laureano García Ortiz, Bogotá, Imprenta del Estado Mayor General, 1940.

    Se cita: Ortega Ricaurte, Correspondencia.

    Cartas del Libertador, corregidas conforme a los originales por don Vicente Lecuna, mandadas publicar por el gobierno de Venezuela, 10 tomos, Caracas, Lit. y Tip. del Comercio, 1929-1930. Posteriormente han aparecido otros dos tomos: 11, mandado publicar por el Banco de Venezuela, New York, The Colonial Press, 1948; 12, compilación y notas de Manuel Pérez Vila, editado por la fundación John Boulton, Caracas, 1959.

    Se cita: Lecuna, Cartas.

    Cartas de Santander, obra formada por Vicente Lecuna con la colaboración de la señorita Esther Barret de Nazaris, edición del gobierno de Venezuela, homenaje a la memoria del ilustre prócer general Francisco de Paula Santander, 3 tomos, Caracas, Lit. y Tip. del Comercio, 1942.

    Se cita: Lecuna, Cartas de Santander.

    Cartas dirgidas al general J. M. Vergara, en Boletín de Historia y Antigüedades, órgano de la Academia Colombiana de Historia (Bogotá), volumen 14, número 159 (agosto 1922), páginas 228-236.

    Cartas y mensajes del general Francisco de Paula Santander, compilación de Roberto Cortázar, 10 volúmenes, Bogotá, Ed. Librería Voluntad, 1953-1956.

    Se cita: Cortázar, Cartas.

    Colección de documentos para la historia de Colombia, primera y segunda serie, compilados por Sergio Elías Ortiz, Biblioteca de Historia Nacional, Academia Colombiana de Historia, volúmenes 104 y 105, Bogotá, Editorial El Voto Nacional, 1964; Editorial Kelly, 1965.

    Correo del Orinoco, 1818-1821, reproducción facsimilar ordenada por el presidente de los Estados Unidos de Venezuela, general Eleázar López Contreras, en conmemoración del cincuentenario de la Academia Nacional de Historia, París, Desclée, de Brouwer & Cic, 1939.

    Correspondencia dirigida al general Santander, compilación de Roberto Cortázar, 14 tomos, Bogotá, Ed. Librería Voluntad, 1964- Antes del fallecimiento del doctor Cortázar (15 de mayo de 1969), se publicaron 13 tomos; el último quedó listo para pasar a la imprenta.

    Se cita: Cortázar, Correspondencia.

    Decretos de 1819 a 1821, compilados por Felipe Osorio Racines, Colección de leyes de Colombia, Universidad Nacional de Colombia, Dirección de Divulgación Cultural, Publicaciones, Bogotá, Imprenta Nacional, 1969.

    Se cita: Osorio Racines, Decretos.

    Decretos del Libertador, publicaciones de la Sociedad Bolivariana, 3 tomos, Caracas, Imprenta Nacional, 1961.

    Documentos inéditos para la historia de Bolívar, publicados por Vicente Lecuna en Boletín de la Academia Nacional de la Historia (Caracas), tomo 21, números 82 y 84 (abril-junio, octubre-diciembre 1938), páginas 158-236, 406-499; tomo 22, número 88 (octubre-diciembre 1939), páginas 692-882; tomo 23, números 89, 90, 92 (enero-marzo, abril-junio, octubre-diciembre 1940), páginas 71-167, 317-384, 611-646.

    Documentos para la historia de la vida pública del Libertador de Colombia, Perú y Bolivia, publicados por disposición del general Guzmán Blanco, puestos en orden cronológico y con adiciones y notas que la ilustran por el general José Félix Blanco (y por Ramón Azpurúa), 14 tomos, Caracas, Imprenta de La Opinión Nacional. 1875-1877.

    Se cita: Blanco y Azpurua, Documentos.

    Gaceta de Santafé de Bogotá, 1819-1822, edición, Imprenta del Estado.

    La batalla de Boyacá –7 de agosto de 1819– a través de los archivos españoles, recopilación documental transcrita y anotada por Juan Freide, publicación conmemorativa del sesquicentenario de la batalla, Bogotá, talleres gráficos del Banco de la República, 1969.

    Se cita: Friede. La batalla.

    Libro de las órdenes generales del ejército de operaciones de la Nueva Granada, de que es comandante en jefe el general de brigada ciudadano Francisco de Paula Santander. Año de 1819. – 9°.

    1a edición, presentación y transcripción de Enrique Otero D'Costa, en Boletín de Historia y Antigüedades, órgano de la Academia Colombiana de Historia (Bogotá), volumen 28, número 326 (diciembre 1941), páginas 1.089-1.150.

    2a edición, facsimilar del Banco Cafetero, con (transcripción), prólogo y notas de Guillermo Hernández de Alba, Bogotá, Lit. Arco, 1969.

    Memorias del general O'Leary, publicadas por su hijo Simón B. O´Leary por orden del gobierno de Venezuela y bajo los auspicios de su presidente, general Guzmán Blanco, 32 tomos, con el apéndice a las Narraciones, Caracas, Imprenta de la Gaceta Oficial, 1880-1888.

    Se cita: O'Leary, Memorias.

    Obras completas de Simón Bolívar, compilación y notas de Vicente Lecuna, con la colaboración de la señorita Esther Barret de Nazaris, 2a edición, 3 volúmenes, Barranquilla, Ed. Librería Nacional, 1959.

    Se cita: Lecuna, Obras.

    Rodriguez Villa, Antonio.–El teniente general don Pablo Morillo, primer conde de Cartagena, marqués de la Puerta (1778-1837), estudio biográfico documentado, 4 tomos, Madrid, establecimiento tipográfico de Fortanet, 1908-1910. Los tomos 2-4 contienen una selección de documentos tomados del archivo familiar de don Pablo Morillo.

    Se cita: Rodríguez Villa, Morillo.

    Continuación de la correspondencia

    363  Del copiador de correspondencia de Bolívar. Oficio al general Santander, avisándole que esté preparado para una operación que medita sobre la Nueva Granada y sobre todo que guarde secreto acerca de ella.

    Cañafístolo, mayo 20 de 1819 – 9°

    Al general F. de P. Santander.

    Para ejecutar una operación que medito sobre la Nueva Granada, conviene que reúna US. todas sus fuerzas en el punto más cómodo y favorable para entrar al interior inmediatamente que reciba US. las órdenes que le comunicaré, luego que haya formado el plan y combinado los movimientos entre ese cuerpo y los demás que deben cooperar a la empresa.

    Aún no sé positivamente el día, ni me he decidido sobre el modo en que debe ejecutarse; así, me limito a indicar a US. el movimiento para que se prepare, y aún encargarle con el último encarecimiento el secreto, sin el cual nada podrá hacerse. US. solo, solo debe saberlo.

    Dios, etc.

    O'Leary, Memorias, XVI, 364.

    Cortazar, Correspondencia, II, 24.

    364 Informe sobre Casanare, publicado en el Correo del Orinoco del sábado 31 de julio de 1819, con un párrafo de una carta escrita en Tame el 22 de mayo de 1819.

    Un oficial del ejército de Casanare al mando del general Santander con fecha de 22 de mayo, desde Tame escribía a un amigo suyo lo siguiente:

    El día después de haber llegado a esta provincia marché con el ejército de ella que buscaba al enemigo en sus posiciones, y la falta de oportunidad en la campaña me ha dilatado la satisfacción de ofrecerme a V. desde estos países, en donde solo se respira libertad y patriotismo. Nuestro ejército tiene tres mil hombres, bastante disciplina, buena oficialidad, caballos y, sobre todo, la opinión más decidida y uniforme por la república. El enemigo nos acaba de enriquecer con armas, municiones y hombres. El cobarde jefe español que se ha presentado a nuestro frente, no se atrevió a darnos una batalla, que creo le habría sido muy funesta.

    Correo del Orinoco, N° 35, Angostura, 31 de julio de 1819.

    365 Oficio por el que se solicita y aprueba el ascenso del sargento 1° Juan José Rodríguez al grado de subteniente de bandera del batallón Barcelona. Mantecal, mayo 22 y 23 de 1819.

    Excelentísimo señor:

    Hallándose vacante la subtenencia de bandera del batallón de mi cargo y conviniendo proveerla en persona capaz de desempeñarla, propongo a V. E. al sargento 1°, Juan José Rodríguez, en quien concurren no solo las cualidades que se requieren, sino el hallarse muy atrasado en su carrera, pues tiene de sargento 1° tres años y meses, sobre todo V. E. dispondrá lo que crea más conveniente.

    Dios guarde a V. E. muchos años. Cuartel General en el pueblo del Mantecal, 22 de mayo de 1819–99.

    Excelentísimo señor.

    Ambrosio Plaza [rubricado]

    Considero acreedor al propuesto, por reunir las cualidades necesarias para obtener el carácter de oficial. Cuartel General en el Mantecal, a 23 de mayo de 1819.

    Excelentísimo señor.

    El comandante de infantería,

    José Anzoátegui [rubricado]

    Excelentísimo señor:

    Me refiero al informe que antecede. Cuartel General en el Mantecal, a 23 de mayo de 1819.

    Excelentísimo señor.

    El general jefe,

    Carlos Soublette [rubricado]

    Aprobado.

    Bolívar [rubricado]

    Archivo del Libertador. Casa Natal. Caracas, Sección Juan de Francisco Martín, tomo 15, folio 221r-v.

    Boletín de la Academia Nacional de la Historia (Caracas), tomo 23, número 89 (enero-marzo 1940), p. 147.

    366 Proclama del general Francisco de Paula Santander a los granadinos, anunciándoles la iniciación de la Campaña Libertadora. Cuartel General de Vanguardia en Manare, mayo 24 de 1819.

    A los granadinos:

    ¡Granadinos! El momento de vuestra libertad ha llegado. La intrépida vanguardia de un poderoso ejército marcha bajo mis órdenes a despedazar vuestras cadenas, y a vengar los ultrajes recibidos del bárbaro español. Alentáos, y reunid por un instante vuestros esfuerzos a los nuestros; en un instante de vigor y de actividad vais a recobrar el don más precioso del cielo, que solo la seducción, la intriga y la perfidia pudieron arrebataros.

    Las armas de la independencia triunfan por todas partes. En Méjico, en Chile, en el Perú, en Lima mismo, acaban de obtener victorias decisivas de la libertad de América.

    Venezuela, la heroica Venezuela, va a fijar su destino después de haber pulverizado el mayor ejército español que ha salido de la Península.

    Solo vosotros, granadinos, aún gemís en la servidumbre. Más no durará muchos días tan triste condición. El ilustre Bolívar aparecerá triunfante en vuestro territorio, seguido de un gran número de bravos, que han jurado no envainar su espada mientras existan tiranos. Entretanto, los valientes de Chile y Buenos Aires libertan las provincias de la desventurada Quito.

    Compatriotas: Vuestro honor, vuestra felicidad, reclaman imperiosamente vuestra más eficaz cooperación. El ejército que mando, se compone de vuestros hermanos, de vuestros parientes, y de vuestros amigos. Yo mismo soy uno de vosotros. No tenemos todos otra ambición que restituiros al goce de vuestra libertad. Ausente de vosotros, oyendo siempre el ruido triste de vuestras cadenas, no he tenido otro consuelo, que ver cubiertos los campos de Venezuela con los cadáveres de los bárbaros que os subyugaron.

    ¡A las armas, compatriotas! Venganza contra el fiero español que ha derramado la sangre de nuestros más ilustres ciudadanos y ha asolado nuestro país. Reuníos a las tropas de mi mando, contribuid vosotros mismos a libertaros; reuníos pronto, y marchad sobre el miserable resto de bandidos que profanan nuestro territorio. Venid seguros de que el suceso coronará nuestros esfuerzos.

    Cuartel General de vanguardia, en Manare, a 24 de mayo de 1819.

    Francisco de P. Santander

    O'Leary, Memorias, III, 454-455.

    367 Carta del general José Antonio Páez al general Bolívar, en la que expone sus puntos de vista acerca de las nuevas operaciones militares que le ha comunicado el Libertador por medio del coronel Rangel. Se refiere a los atropellos cometidos por el coronel Ramón Nonato Pérez. Lamentablemente falta el final de esta carta.

    Guasdualito, mayo 24 de 1819

    Mi querido general:

    Calculando siempre el mejor modo de adquirir ventajas en la nueva empresa que usted me comunicó con Rangel, me ha ocurrido una reflexión que conceptúo justa; y es:

    Que si ha de seguir para Cúcuta la infantería, no debe venir la caballería hasta este punto; lo primero, porque, si ha de obrar sobre Barinas, es un extravío considerable y la contramarcha por supuesto bastante grande, de que va a resultar el estropeo de la caballada; lo segundo, que dirigiéndose a Quintero se evitan muchas leguas y tenemos los caballos descansados, como también los que yo tengo empotrerados se molestarán menos, y estarán por mucho tiempo en buen estado de servicio. Por esto me parece acertado que Rangel marche con toda la caballería a Quintero, mientras yo, o el jefe que usted destine, vaya a obrar hacia Barinas.

    A más de esto se me ocurre que si intentamos llevar los Guías y Carabineros de Rangel, perdemos su servicio en el Llano y en el Reino, porque probablemente la deserción destruirá estos cuerpos al momento que se les haga echar pie a tierra para seguir por la montaña, que de otro modo no se transitará; y aun cuando así no sucediere, se llegaría el caso que los enemigos con sus buques invadirían el Bajo Apure, impuestos que no hay una boca de fuego que se los impida, y introduciéndose a los pueblos, cuando no sacrificasen sus habitantes, los reducirían a un extremo miserable, tal cual el de refugiarse a las sabanas altas a perecer ya por la intemperie, ya por la escasez de alimentos de que usted mismo es testigo, al tiempo mismo que acarrearían perjuicios irreparables con el trastorno de nuestros planes y expondríamos también la seguridad de nuestras caballadas. Créame usted que no es esto presentarle un modelo para que lo imite o se ejecute, sino hacerle ver reflexiones que me han ocurrido para en caso que sean de su aprobación, pues aseguro a usted que jamás emprenderé sin su consentimiento.

    Voy a enviar un espía por San Camilo, así para que me imponga del estado del camino, como para que indague lo que haya en Cúcuta.

    La caballería del coronel Infante, creo debe marchar con la expedición para Cúcuta por ser menos afecta a la deserción.

    Sobre los informes que se han hecho del coronel Nonato Pérez, aseguro a usted que son una sombra respecto a lo que yo mismo estoy presenciando. Mujeres, ancianos, jóvenes, todos declaman contra sus hechos; el agente más eficaz de la tiranía no habría puesto en ejecución providencias tan violentas. Guadualito y Arauca, al paso que aún lloran sus padecimientos, tiemblan cuando recuerdan su autor; tal ha sido la conducta de este jefe.

    Después de tiranizar los pueblos con su genio déspota y orgulloso, quitó la máscara a su ambición, se declaró dueño exclusivo de todo y cometió bajezas que no pueden creerse, extrayendo donativos, estableciendo un comercio ratero para concluir con el último medio de estos vecinos, etc. Por último vea usted, ¡qué jefe oculta setecientos caballos y mulas, y se pone a herrar mostrencos para ocultar! Yo exijo de usted que lo conduzca preso para escarmentarlo.

    Usted me ha confiado esta provincia, y juro no permitir que un déspota exista en ella. Usted conocerá los perjuicios que deban resultar de dejar impunes tales fechorías; nada menos que cometerlas peores, desacreditarse el gobierno y disgustar los... [la parte final de esta carta ha desaparecido].

    O'Leary, Memorias, II, 28-29.

    Archivo Páez, I, 99-100.

    368 Tres oficios tomados del copiador de correspondencia de Bolívar y dirigidos al vicepresidente de Venezuela don Francisco Antonio Zea.

    Por los dos primeros remite para la aprobación del Congreso los oficios números 16 y 17 de Santander (30 de marzo de 1819, véanse en el tomo primero, oficios números 312 y 313), sobre acuñación de moneda y aprobación de una orden militar en la Nueva Granada.

    El tercer oficio es la comunicación oficial de la nueva campaña sobre Cúcuta y el interior de la Nueva Granada, en el que comunica a Zea instrucciones sobre las operaciones que debe hacer el ejército del oriente de Venezuela en combinación con esta campaña y le delega plenos poderes para dirigir las operaciones militares en Venezuela. Mantecal, mayo 26 de 1819.

    Mantecal, 26 de mayo de 1819

    Al excelentísimo señor vicepresidente:

    El señor general de brigada, Francisco de Paula Santander, comandante general de la vanguardia del Ejército Libertador de la Nueva Granada, con fecha 30 de marzo último, me dice lo siguiente.

    (Aquí el oficio de aquella fecha número 16).

    Lo trascribo a V. E. para que, elevándolo a la consideración del Congreso General, impetre su aprobación. Dios, etc.

    id., id., id., id.

    Al mismo.

    Tengo el honor de incluir a V. E. original el oficio que con el número 17 me ha dirigido el señor general Santander, acompañándome copia de un decreto expedido por el gobierno general de la Nueva Granada, instituyendo una orden militar. Como la aprobación o declaratoria que el general Santander reclama es privativa del Congreso, V. E. lo elevará todo a su consideración y me comunicará su decisión soberana.

    Dios, etc.

    Archivo del Libertador. Casa Natal. Caracas, Sección O'Leary, tomo 16 folio 89v. Boletín de la Academia Nacional de la Historia (Caracas), tomo 23, número 89 (enero-marzo 1940), página 165-166.

    id., id., id., id.

    Al mismo.

    Por fin, después de las más serias meditaciones, me he determinado, habiendo consultado antes a los jefes del ejército, a ejecutar la más importante operación que en nuestro presente estado puede emprenderse. Mi pensamiento es marchar a Cúcuta con la mayor parte de este ejército, dejando aquí el resto para la seguridad del Bajo Apure. Entretanto el señor general Santander entrará por Suatá a incorporarse con nosotros por aquella parte. La rapidez será la divisa de esta campaña.

    No daremos tiempo a Morillo para que nos tome por la espalda, pues, para cuando él pueda emprender algo contra nosotros, ya habremos vuelto sobre él con fuerzas dobles o triples de las que llevamos. La Nueva Granada se halla en el estado más propicio para ser libertada y creemos con fundamento que lo será con poca dificultad, y entonces nuestros medios para finalizar la guerra se habrán aumentado muy considerablemente. Hace mucho tiempo que estoy meditando esta empresa y espero que sorprenderá a todos, porque nadie está preparado para oponérsele; así lo creo y es de desear.

    El Bajo Apure dentro de quince días no puede ser invadido y el oriente de Venezuela tampoco debe temer nada si se ejecuta exactamente lo que ahora ordeno:

    Primero–Que el señor general Mariño sea reclamado por el Congreso para que vuelva a ejercer sus funciones legislativas, para evitar las rivalidades que necesariamente deben trastornar nuestros negocios militares si este general tuviese que obrar de acuerdo con el señor general Bermúdez, con quien conserva antiguos celos, no menos que con V. E. mismo. De este modo cortaremos el origen del mal.

    Segundo–Que el señor general Bermúdez tome el mando en jefe de todo el ejército de oriente, el cual se compondrá de 3.000 hombres lo menos, a saber: 800 de Cumaná, 800 de Guayana, 800 de Barcelona y 600 de Caracas. Sus desertores deben ser reemplazados sucesivamente por dichas provincias. El ejército de oriente debe reunirse y obrar por la parte oriental de Caracas, donde hay víveres, caballos y enemigos.

    Este ejército cubrirá el oriente, pero en masa, no dejando más que pequeñas guerrillas donde sean más necesarias. Los generales Sedeño, Monagas y Zaraza deben dar sus contingentes y ponerse a las órdenes del señor general Bermúdez. El general Montilla quedará de jefe de Estado Mayor.

    Tercero–El ejército de oriente debe amenazar constantemente al enemigo en Calabozo; pero obrando siempre con la mayor prudencia. Si los enemigos marchan, como deben, sobre el occidente a buscarnos, el general Bermúdez debe obrar con rapidez,ponerse en comunicación inmediata con el Bajo Apure y tomar a los valles de Aragua y a Caracas, si le es posible.

    Cuarto–La división del señor general Urdaneta, siempre que arribe a las costas de Barcelona, Cumaná o el Orinoco, deberá venir al Bajo Apure con todos los elementos militares que conduzca, porque ahora más que nunca necesitamos de armas y pertrechos para levantar nuevos ejércitos.

    Si fuere necesario que la División Urdaneta coopere con el ejército de oriente para alguna importantísima operación, como batir un ejército que se acerque o marchar rápidamente a Caracas, el general Urdaneta estará facultado para ejecutarlo así, sin que jamás se entienda que esta división pertenece al ejército de oriente.

    Quinto–El general Urdaneta deberá venir rápidamente al Apure para obrar por esta parte, según las instrucciones que reciba a su tiempo; pero deberá enviarnos inmediatamente 1.000 fusiles, pólvora y plomo para hacer 300 o 400 mil cartuchos por el Meta a Casanare. Estos renglones podrán aumentarse mucho más, siempre que sea posible, los cuales son de la mayor urgencia.

    Sexto–Siempre que haya dificultades invencibles para venir el general Urdaneta al Apure con su división, nos mandará todos los elementos militares de que pueda desprenderse y él obrará con su división conforme a las circunstancias; pero, si por algún incidente imprevisto o mal suceso en su expedición, hubiere perdido la mayor parte de su división, el general Urdaneta dejará las tropas donde le parezcan más necesarias y marchará él a donde quiera que esté mi Cuartel General, trayendo la mayor cantidad posible de armas y municiones, que, repito, las necesitamos urgentísimamente. En todos los casos expresados en este y los dos precedentes artículos, el general Urdaneta estará autorizado para obrar conforme a las circunstancias y al mejor servicio de la República.

    Séptimo–De Apure irán para Angostura todas las embarcaciones que haya, luego que se sepa la llegada del señor general Urdaneta, pero será indispensable reclamarlas a tiempo.

    Octavo–Tanto el general Bermúdez como el general Urdaneta, mientras esté en el oriente, recibirán órdenes e instrucciones de V. E., en inteligencia que yo no podré comunicar oportunamente otras en mucho tiempo y estas solo deben servir de regla y no de preceptos rigorosos. V. E. queda revestido de toda la autoridad militar que sea necesaria para dirigir la campaña en todo el oriente de Venezuela, inclusive Margarita y la parte oriental de Caracas, como igualmente la marina militar de ambas aguas.

    Con esta misma fecha se comunican estas instrucciones a los respectivos generales, para que las cumplan con la mayor exactitud y actividad, según lo exige el presente estado de las cosas. Como la ejecución de este plan depende en gran parte del secreto, yo lo recomiendo a V. E.

    Quedando V. E. encargado del mando de la República en esa parte, yo espero que no se sentirá la falta de mi presencia; que V. E. se esforzará, no solo por defender y conservar el territorio libre, sino por extenderlo y cultivar nuestras relaciones exteriores, sacando de ellas todas las ventajas posibles, sobre todo para proveernos de armas y municiones, que será nuestra primera necesidad cuando hayamos ocupado algunas provincias de la Nueva Granada.

    Dios, etc.

    O'Leary, Memorias, XVI, 371-373.

    Lecuna, Obras, I, 385-387.

    Lecuna, Cartas, XI, 163-166.

    369 Oficio número 20 del general Santander a Bolívar. Manifiesta su satisfacción por la noticia de la iniciación de la campaña de la Nueva Granada.

    En el registro original de la correspondencia del general Santander quedó asentado un texto que ofrece notables variantes con el que se halla en el archivo del Libertador. A continuación del texto definitivo enviado a Bolívar, reproducimos el asiento hecho en el copiador de Santander..

    Cuartel General Tame, mayo 27 de 1819

    No. 20

    Excelentísimo señor:

    No puedo significar a V. E. todo el placer que ha producido en mi corazón la orden de 20 corriente, en que V. E. me manda estar preparado para cooperar con el cuerpo de tropas de mi mando a una operación sobre la Nueva Granada.

    Todas las providencias convenientes están ya tomadas, y aunque no es posible mantener reunido a un solo punto todo el ejército, porque indispensablemente padecería o la caballería o la infantería, están los cuerpos situados de manera que pronto pueden ser concentrados para seguir marcha. Descuídese V. E. por lo que respecta a mi división, que jamás me retardaré en operar.

    Como siempre se trascienden proyectos de operaciones ofensivas al ver la reunión de tropas, yo he hecho entender que las disposiciones actuales se toman en consecuencia de haberme V. E. ofrecido enviar un pronto auxilio. Esta novedad, aunque pudiera ser conocida por los enemigos, nunca dispondrían sus planes de manera que trastornasen los de V. E.

    Sean cuales fueren estos con respecto al Reino, yo me atrevo a asegurar a V. E., por lo que he observado, que una operación simultánea sobre aquel país va a ser decisiva, muy feliz y capaz de proveernos de medios para oponernos a los esfuerzos del gabinete español, que siempre querrá reponer el actual mal estado de sus negocios en este continente.

    Si es positivo que Gregor amenaza la costa de la derecha del Magdalena, si por Cúcuta un cuerpo de tropas penetra, y yo me muevo a la cordillera, crea V. E. que no pueden defenderse los enemigos, sino en Cartagena.

    Hace 8 días que he despachado a un oficial reinoso a Sogamoso, en donde tiene su familia, y, averiguando muy circunstancialmente el verdadero estado del Reino y entregando las comunicaciones que le he dado para los guerrilleros, debe avisarme inmediatamente de todo, y yo lo haré a V. E. con la brevedad que exige la materia.

    No permita el cielo que las circunstancias obliguen a V. E. a variar de planes.

    Dios guarde a V. E. muchos años.

    Excelentísimo señor.

    F. de P. Santander [rubricado]

    P. D.–El escuadrón de Dragones no podrá reunirse, pues hace más de un mes que salió sobre el Valle de Tenza, provincia de Tunja, y no se nada, nada de sus movimientos.

    Santander [rubricado]

    Excelentísimo señor presidente de la República de Venezuela.

    O'Leary, Memorias, III, 23.

    Cortazar, Cartas, I, 254-255.

    Archivo Santander, II, 142-143.

    Lecuna, Cartas de Santander, I, 29-30.

    Nota: En el registro original de la correspondencia del general Santander, el texto de esta comunicación aparece con notables variantes. Probablemente se modificó en la redacción definitiva. Reproducimos el borrador asentado en el registro original, que reza así:

    Excelentísimo señor:

    No puedo significar a V. E. el placer que me ha causado la orden del 20 del corriente, en que V. E. quiere se halle preparado el cuerpo de tropas de mi mando para ejecutar el plan que V. E. meditaba.

    Todas las órdenes convenientes están ya comunicadas y, aunque no es posible mantener reunida toda la tropa en un solo punto, porque, o la caballería o la infantería padece, está en disposición, no solo de concentrarse pronto, sino de proveerse de las subsistencias que del todo son escasas en entrando en la serranía.

    Viva V. E. seguro de que por mí no habrá dilación ni retardo en la ejecución. Como siempre se trascienden por el público los proyectos de obrar al ver la reunión de tropas, yo he asegurado que esta disposición he tomado porque V. E. me ha ofrecido enviar pronto auxilios. Semejante noticia en nada perjudica las miras de V. E.

    Sean cuales fueren las que V. E. se haya propuesto en orden a preferir una operación seria sobre Nueva Granada, yo creo que ella ha de ser muy feliz y muy capaz de proveernos de medios de oponernos a los nuevos esfuerzos del gabinete español, que jamás mirará negligentemente el mal estado de sus negocios en este continente.

    Muy pronto debo tener aquí una relación circunstanciada del estado del Reino, pues hace 8 días que he despachado a un capitán, natural de Sogamoso, a indagarlo, y esto debe ilustrarme más para conducirme en las operaciones que tengo de ejecutar.

    [Párrafo tachado]

    No me parece de más informar a V. E. que por Cúcuta no hay sino 200 hombres y que hasta la provincia del Socorro no se encuentran otras fuerzas. Todas las han cargado los enemigos sobre esta frontera. La dificultad que por aquí se encuentra para marchar tropas muy numerosas, la escasez de carnes y lo trabajoso de su conducción...

    Originales del Archivo Santander que se conservan en la sección de archivos y microfilmes de la Academia Colombiana de Historia.

    370 Oficio número 2 del general Santander al ministro de la Guerra de Venezuela, informándole que, a pesar de no haber recibido comunicación oficial al respecto, ha hecho reconocer por su ejército la autoridad del general Bolívar como presidente de Venezuela.

    Comandancia General del Ejército de Casanare

    Cuartel General Tame, mayo 27 de 1819–9°

    No. 2

    Tengo el honor de incluir a US. el documento que manifiesta haber sido reconocida la autoridad del excmo. señor presidente de Venezuela por el ejército que está a mis órdenes. Suplico a US. lo presente a S. E., y pido en nombre del ejército se haga imprimir y publicar, para que sepa todo el mundo que las primeras armas que están prontas a sostener la autoridad del gobierno establecido en Venezuela, son las del único cuerpo de que puede actualmente la Nueva Granada disponer.

    Me dirijo a US. en esta comunicación, porque no he tenido la satisfacción de recibir papel oficial sobre este asunto. Educado en la obediencia y convencido por principios y por una dolorosa experiencia de que jamás llegaremos en nuestra empresa al término de la carrera viviendo en anarquía, no he esperado la formalidad de las comunicaciones para prestar mi sumisión a una autoridad legítimamente establecida.

    Dios guarde a US. muchos años.

    El general,

    F. de P. Santander [rubricado]

    Al señor ministro secretario del departamento de la Guerra de Venezuela.

    O'Leary, Memorias, XVI, 375.

    Cortazar, Cartas, I, 254.

    371 Del copiador de correspondencia del general Santander con el jefe de Estado Mayor General. Oficio número 9.

    Acusa recibo del oficio número 42 en que se le comunicaban noticias de Venezuela, manifiesta que por los diarios que enviará el jefe interino de Estado Mayor se podrán enterar de la situación en Casanare y agradece las comunicaciones y elogios que Soublette hacía a Santander y de sus tropas en correspondencia personal (véase en el tomo primero carta de 24 de marzo, documento número 309). Tame, mayo 27 de 1819.

    Tame, mayo 27 de 1819 No. 9

    Señor general:

    He tenido el honor de recibir el oficio de usted número 42, oficina 1a, en que se ha servido trasladarme un conocimiento del actual estado de los negocios militares en Venezuela. Estoy muy complacido por el resultado ventajoso que hasta aquella fecha se habían obtenido en la campaña, y espero como usted con bastante fundamento que ella terminará con la libertad de esa república.

    El diario que se debe remitir a usted por mi Estado Mayor dará a usted y a S. E. un conocimiento de nuestro estado, del de los enemigos y de los preparativos que tengo hechos para moverme de un momento a otro. El teniente coronel A. Morales, encargado interinamente del despacho del Estado Mayor por ausencia del jefe de él, hará a usted las respectivas comunicaciones.

    Reconocido al honor que usted me hace en una de sus comunicaciones y al que hace a las tropas de mis órdenes, doy las más sinceras gracias y le renuevo por mí y por ellas mis sentimientos de consideración y reconocimiento.

    Dios, etc.

    Archivo Santander, III, 60-61, 63, 167.

    Cortazar, Cartas, I, 253.

    372 Oficio de Bolívar al general Santander, avisándole que envía al coronel Lara para que le informe del plan de operaciones y le pide tenga su división lista para marchar al interior de la Nueva Granada entre el 9 y el 10 de junio. En esta fecha ha llegado Bolívar al sitio en que está datado el oficio.

    Cuartel General de Guasgualito [sic] a 30 de mayo de 1819

    Simón Bolívar,

    Jefe Supremo de la República, capitán general de los ejércitos de Venezuela y de la Nueva Granada, etc., etc., etc.

    Al señor general Santander:

    Acabo de llegar a este pueblo y despacho cerca de V. S. al coronel Lara, que le informará del plan de operaciones que me he propuesto ejecutar. La celeridad y la mayor precaución en guardar silencio debe ser nuestra divisa.

    Espero que V. S. tomará todas las medidas para que del 9 al 10 del corriente mes de junio esté la división de Casanare pronta a marchar al interior de la Nueva Granada.

    El parque y todas las caballerías marcharán con el ejército.

    Dios guarde a V. S. muchos años,

    Bolívar [rubricado]

    Archivo Santander, III, 221.

    Boletín de la Academia Nacional de Historia (Caracas), tomo 23, número 92 (octubre-diciembre 1940), página 637.

    Cortazar, Correspondencia, II, 25.

    373 Carta del general Santander al general Carlos Soublette, jefe de Estado Mayor General. Agradece una breve comunicación de aquel y advierte que no tiene nada especial que comunicar al Estado Mayor, pues hace solo tres días envió amplios informes, comenta los sucesos de Venezuela, tiene frases muy duras para con Nonato Pérez y manifiesta que ha dado órdenes de entregar a Bolívar cuanto pida, aunque sea en perjuicio de su división. Termina ofreciendo a Soublette y a Anzoátegui el dinero que necesiten.

    Tame, mayo 31 1819

    Mi querido general y amigo:

    Estoy conforme con recibir de U. aunque sean cuatro letras. Yo no tengo nada que comunicar de oficio al Estado Mayor General, pues tres días solos han pasado después de mi última comunicación, que en verdad no fue corta. Lo último que ha ocurrido lo paso al presidente, como que hace relación a una comunicación que tenemos pendiente. Usted cerca de él, está en actitud de verlo.

    Me trae loco esta conducta de Morillo de andar dividiéndose, sin temer a Urdaneta. No deja de aumentarse mi locura con la escasez de caballos que tiene ese ejército. Si en vez de Nonato viene Páez desde el principio, se hubiera hecho mucho más y más pronto. El tal señor Nonato es un charlatán grosero, que no se desvela sino por robar y hablar mal de cuantos puede, como sean de los que le hacen sombra. El día de una batalla es tan guapo como tantos que hacen menos ruido y son menos peligrosos.

    Tengo dadas órdenes a Arauca que cuanto se pida por el presidente se entregue luego luego, aunque sea con perjuicio de este ejército. Si ustedes van mal en sus negocios, ningún bien duradero debo yo esperar.

    Con franqueza, mi amigo, si U. necesita dinero y puede por allá conseguirlo, gire U. contra mí una libramiento. Se que la campaña ha estado muy brava y me consta que U. va siempre con el día. Si Anzoátegui, que es más previsivo, estuviere en igual caso, le hago un igual ofrecimiento y de mi parte dígaselo. Suelen venir de por allá a Arauca algunos comerciantes. Deseo mucho servir a Uds. desde lo más pequeño, como es lo que ofrezco, hasta lo más grande.

    Papel no tengo; pero tengo sus ofrecimientos que veré cumplidos. Vaya esa indirecta por ahora.

    Tiene U. el dominio sobre la voluntad de su decidido amigo,

    Santander [rubricado]

    Al amigo Anzoátegui mil cosas de mi amistad.

    Le remito mil inclusas porque es el único correo seguro que tenemos. Dispense U.

    O'Leary, Memorias, III, 401.

    Archivo Santander, II, 146-147.

    Cortazar, Cartas, I, 256-257.

    Lecuna, Cartas de Santander, I, 33-34.

    374 Oficio del general Carlos Soublette, jefe de Estado Mayor General, al Libertador, dándole cuenta de la marcha del ejército desde el día 28, en que salió del hato Diero, hasta el de la fecha, que queda en el hato viejo Guerrereño. El coronel Rangel ha dado una caída y se quedó en el hato Henriquero, con los Valientes.

    Hato viejo Guerrereño, mayo 31 de 1819.

    Estado Mayor General

    Excmo. señor: Señor:

    Incluyo a V. E. una relación de la fuerza presente del ejército en el día de hoy.

    El ejército marchó el día 28 del hato Diero y campó en en Hato Henriquero. Continuó la marcha el 29 y campó en el hato Bescansero; ayer campó en el hato Subireño y hoy ha venido aquí, en donde pasará la noche.

    La caballería está casi generalmente a pie. Las bestias del parque están también muy fatigadas.

    El día 28 el señor coronel Rangel dio una terrible caída con su caballo, que lo ha imposibilitado de continuar la marcha; él quedó en el hato Henriquero con la mira de continuar el día siguiente, pero hoy recibí un aviso de él, en que me participa serle imposible; con el referido coronel han quedado todos los Valientes, y solo siguen los Carabineros.

    Dios guarde a V. E. muchos años.

    Hato Viejo Guerrereño, 31 de mayo de 1819.

    Excmo. señor.

    C. Soublette [rubricado]

    O'Leary, Memorias, XVI, 386.

    375 Oficio número 21 del general Santander a Bolívar. Acusa recibo del oficio de 18 del mes anterior y da informes sobre el coronel Sasmajous, por cuya suerte teme. Acompaña un extracto de las noticias que ha recibido del interior de la Nueva Granada y comprobante de haber reconocido la provincia el gobierno de Venezuela. Sigue el extracto de noticias de la Nueva Granada, con informaciones de individuos de la provincia de Tunja.

    No. 21

    Cuartel General Tame, a junio 1° de 1819

    Excelentísimo señor:

    Con toda la satisfacción que puede caber a un oficial que aspira a obtener la aprobación de su jefe, he leído el oficio de V. E. de 18 del pasado. Por él quedo impuesto del estado en que V. E. se encontraba en aquella fecha, y de las posiciones del enemigo.

    El teniente coronel Sasmajous, con el escuadrón de Dragones del ejército, ocupó efectivamente el Valle de Tenza, sorprendiendo los destacamentos que el enemigo tenía en algunos pueblos; pero temerariamente se ha avanzado tanto, que temo una desgracia. El 18 último lo dejaron en Guateque a tres jornadas militares de Santa Fe, y habiéndose expuesto a quedar envuelto, temo mucho que los enemigos hayan obtenido la primera y única ventaja, que solo un exceso de arrojo inoportuno puede proporcionarles.

    Acompaño un extracto de las noticias que he adquirido de la Nueva Granada, por lo que ellas puedan influir en el proyecto que V. E. meditaba. También incluyo el documento que comprueba estar reconocido en la provincia de Casanare el gobierno de Venezuela.

    Dios guarde a V. E. muchos años.

    Excelentísimo señor.

    F. de P. Santander [rubricado]

    Excmo. señor presidente de la República de Venezuela.

    Extracto de las noticias obtenidas sobre el estado actual de la Nueva Granada

    El alférez del escuadrón de Dragones de Nueva Granada, Orencio Jiménez, que ha estado en este mes por el Valle de Tenza en la provincia de Tunja con su cuerpo, haciendo una diversión al enemigo, se separó de él en Guateque, en donde quedaba el 18 con su comandante el teniente coronel Sasmajous, victorioso de los destacamentos que sorprendió en su tránsito, y dice: que generalmente se hablaba en aquellos pueblos estar obrando por Quito tropas independientes que habían desembarcado en Guayaquil y hacían subir hasta 12.000 hombres: que el Virrey Sámano había venido de Santa Fe a Sogamoso; que la provincia del Socorro estaba llena de guerrillas que molestaban mucho al enemigo, como que uno de los últimos golpes que acababan de dar, fue sobre un gran convoy de víveres que venía para Suatá y la salina de Chita.

    N. López, que salió el 15 corriente de la provincia de Tunja, ha dejado a las tropas que se retiraron del Llano en Tunja, Villa de Leiva y Santa Rosa, habiendo evacuado a Sogamoso; confirma la existencia de las guerrillas en la mayor parte de las provincias del norte de Nueva Granada, y aún declara que sabe existen las siguientes: La que llaman de Coromoro y la de Guadalupe en el Socorro: la de Fátiba [sic], provincia de Tunja: la de Chocontá y la de las inmediaciones de Monse-rrate, provincia de Santa Fe; la de Capitanejo, provincia de Pamplona. Todas, dice, forman un cordón que causa mucho daño al enemigo y protegen sus desertores. Que todos los pueblos claman por la libertad y desean con ansia la salida del ejército de Casanare.

    N. Espinosa, que salió de la provincia de Tunja el 19, dice lo siguiente a la letra en oficio del 22, al señor general:

    "Desde diciembre pasado he subsistido escondido en... bajo la protección de... hasta ahora que, conceptuando francos los caminos con motivo de haber llegado por aquí derrotados los enemigos, he sido enviado por... con el adjunto pliego para imponer a U. S. de todo.

    Los sujetos que me han comisionado ofrecen a U. S. la hacienda de... los caballos que tienen ocultos y algunas armas que han recogido. Con motivo de haber vuelto por diferentes puntos alguna parte del ejército realista, han perdido los españoles enteramente la opinión, y los pueblos con bastante fundamento han pensado fueron completamente derrotados en el Llano.

    Solo en Santa Fe quedó alguna fuerza compuesta de pocos veteranos y la mayor parte de reclutas; los demás puntos estaban indefensos, pues en Sogamoso los pocos que había guardando el pueblo al mando de un oficial Rodate, pernoctaban fuera porque estaban alarmados con las chispas de que iban ya los republicanos. U. S. esté seguro de que los pueblos desean con ansia la salida de U. S., y se que hasta las indias se explican diciendo, que no se reservarán sus chircates (*) para abrigar soldados patriotas, a quienes llaman buenos cristianos.

    (*) Chircate es una frezada con que se cubren los indios.

    Se que muchos tienen ocultos caballos y algunas armas para entregarlas para el servicio. Las guerrillas han causado bastante daño al enemigo. Al oficial Arévalo lo mataron quitándole dos cargas de dinero y un cargamento de aguardiente que conducía para Sogamoso para las tropas. De Vélez sacaron tres españoles y los degollaron, lo que también ha sucedido en otros pueblos.

    Algunos de la provincia del Socorro se ofrecieron a defender al gobernador Fominaya, y avisaron a los de la guerrilla de Coromoro, fueran cuando quisieran, pues ellos tenían las armas. Otras varias particularidades han sucedido que comprueban la buena disposición y patriotismo, no solo en los paisanos y soldados, y aún entre algunos españoles.

    "También se dice, pero no lo se de cierto, que por Popayán obra una fuerza, y aún se ha corrido que en ella está el señor Nariño. Si U.

    S. tiene por conveniente contestar el adjunto pliego, puede dirigirme la contestación aquí a Zapatosa".

    El pliego que cita está firmado por una persona de respeto, autoridad, y que por su estado goza de influjo. Dice así:

    "Acabo de saber que V. E. ha arrollado al enemigo en medio de Tocaría y la Mata de Guadua. El Señor sostenga la fortaleza de ese brazo y de todos los demás jefes que miran y defienden nuestra libertad, y permita el cielo que V. E. sea el primero que pise este Reino, pues no ignoro la religiosidad, subordinación y buen orden que se guarda entre sus tropas, prendas todas que nos dan por cierta la victoria y una verdadera felicidad.

    Yo no cesaré de pedir a Dios prospere su vida y con ella sus gloriosos triunfos contra los enemigos del género humano por dilatados años, y que nos conceda a todos la felicidad de conocer y servir a todos nuestros libertadores. Remito a V. E. un tanto de los beneficios que nos esperan en manos de estos ladrones... Ellos se hallan temblando a la presente, están conduciendo algunos para Santa Fe, y a cada momento les parece que ya las tropas republicanas están encima de ellos. También han mandado para Santa Fe muchas cargas de harina y otros víveres.

    "En fin, el portador de esta impondrá a V. E. por menor de cuanto importe sobre el particular; pero lo cierto es que todos sus movimientos, aunque no lo quieren confesar, manifiestan que han salido muy mal de su expedición, y cuando los reconvienen de que por qué no ha salido ni la cuarta parte de los cuatro mil hombres que entraron, no responden otra cosa sino que los han dejado en destacamentos.

    Dios guarde, etc.

    Firmado - N."

    Excelentísimo señor General en Jefe del Ejército de Casanare, etc.

    Es un fiel extracto de los papeles que originales quedan en el archivo secreto de este Estado Mayor.

    Cuartel General Tame, mayo 31 de 1819–9°

    El sub-jefe del Estado Mayor General,

    A. Morales [rubricado]

    O'Leary Memorias, III, 24-26.

    Archivo Santander, II, 147-151.

    Cortazar, Cartas, I, 257, sin el anexo.

    Lecuna, Cartas de Santander, I, 34-37.

    376 Carta del general Santander al general Pedro Briceño Méndez. Se refiere a una carta de letra de Briceño y firmada por Bolívar, sobre los motivos que habían llevado al coronel Lara a separarse del ejército de Casanare y con este motivo hace interesantes consideraciones sobre la unión de Venezuela y Nueva Granada.

    Insiste también en la oportunidad de una operación conjunta sobre la Nueva Granada. Incluye copia de un proyecto de reforma de las comunidades religiosas, que le había hecho llegar el provincial de una de ellas.

    Cuartel General Tame, junio 1° de 1819

    Querido amigo Briceño:

    He recibido una carta firmada del general Bolívar y escrita de la letra de U., sobre los motivos que obligaron a Lara a separarse del ejército. Yo he leído esta carta más de cuatro veces, y en cada una mi corazón ha sido despedazado al contemplar la horrorosa futura suerte que se nos espera a los que, habitando un mismo país y combatiendo por una misma causa, estamos divididos en pequeñeces.

    Yo no veo que el venezolano pueda ser proscrito; es demasiado temer. La rivalidad la encuentro poco o nada encarnizada, y si desde ahora todos a la vez contribuimos a irla sufocando, puede ser que ningún mal, y sí muchos bienes sean el fruto de nuestra emancipación. Me horroriza la idea de una guerra civil, y hace muchos días que fallé en mi corazón no mezclarme en ninguna.

    La unión de los dos pueblos no me parece imposible; pero sí lo será si en el modo de verificarla nos erramos. Si de grado o por fuerza se quiere hacer, no lo dude U., nos empeñamos en una guerra; pero si, oyendo a sus representantes legítimos, se les persuade la utilidad e importancia de esta unión, tampoco debe U. dudar que se deje de verificar.

    El influjo del general Bolívar tiene mucho poder en todos nosotros. No hay uno solo que tenga contra él motivo de queja, al contrario, todos los tenemos de gratitud y de reconocimiento; cuando personas de alto rango en Venezuela insultaban a toda la Nueva Granada por su última desgracia, de cuyos insultos yo a veces he sido testigo, solo el general Bolívar ha tratado de sostener el honor de aquel pueblo. Él dice bien, que jamás puede ser culpado de haber contribuido a esta funesta rivalidad.

    Soy de opinión de una unión solicitada y verificada conforme a las luces y principios que tanto se han defendido, de una unión que, sin hacer de Nueva Granada un país colonial, tampoco haga recaer sobre la gloria de Venezuela una mancha eterna, de una unión que verdaderamente merezca el nombre. Por ella influiré y, si los días del general Bolívar aún se prolongaren, influiré más en que él sea el primero que

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