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El Cielo
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Libro electrónico208 páginas2 horas

El Cielo

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PRESENTACIÓN
El Cielo existe. Cuando vivimos envueltos en música armónica, vestidos con los colores de los Siete Rayos, rodeados de agradables perfumes, formas celestiales, pensamientos y sentimientos positivos, vivimos en El Cielo; en este estado, es imposible que la discordia, el odio, la maldad y la desarmonía nos penetren, y si lo hacen, rápidamente los podemos desalojar. El Cielo es un estado de conciencia interno que se puede exteriorizar; en él vivimos –en completa felicidad y perfección– cuando estudiamos y ponemos en práctica los “Siete Principios Universales” y los “Siete Rayos”, que son los Aspectos de Dios. El Cielo es nuestro verdadero hogar y nuestra manera natural de existir; no tenemos porqué vivir de otra forma. Todos tenemos derecho a estar en él; es el estado perfecto de nuestro Ser. Vivir en el Cielo es nuestra VERDAD y nuestro “PLAN DIVINO DE PERFECCIÓN”. Estamos en el Cielo cuando todas las causas que hemos movido positivamente se nos devuelven para bendecirnos y bañarnos de Luz. En este período nos hemos “Caído del Cielo”; pero hubo una época en la historia de la humanidad, llamada la “Edad Dorada” –que la Biblia narra como el “Paraíso Terrenal” o “El Jardín del Edén”– en la que éramos completamente felices; esto fue durante las tres primeras Razas Raíces, cuando no había imperfección. Hoy en día, por medio de los estudios y la práctica de la Metafísica, estamos recuperando individualmente y proyectando a la comunidad, el volver a vivir de nuevo en “El Cielo”; esto es posible, ya que los Maestros trabajan por restablecer el Reino del Cielo en la Tierra. Para eso, es necesario saber qué origina el vivir y mantenerse en “El Cielo”, y qué causa la “Caída del Cielo”, que es el “infierno” en el que se encuentra mucha gente, un estado de conciencia contrario al Cielo. De eso nos ocupamos en el libro “Metafísica-Pilares”. En este texto nos dedicaremos al estudio histórico de cómo fue que físicamente vivimos en “El Cielo”, las causas que nos trajeron al estado actual de cosas y cómo podemos recuperar nuestro estado celestial.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento1 jul 2020
ISBN9789878390017
El Cielo

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    El Cielo - Rubén Cedeño

    ÍNDICE

    Nota preliminar

    1. EL CIELO

    2. GRAND TETON

    Actividades del Grand Teton

    Lago Violeta

    Correspondencias físicas

    El Perdón de Fin de Año

    Proyectos Divinos en el Grand Teton

    Pensamiento Forma

    Confucio, Jerarca del Grand Teton

    Visualización

    3. ASÍ ÉRAMOS EN LA EDAD DORADA

    Relación con los Maestros Ascendidos

    Políticamente

    Educacionalmente

    Amorosamente

    Artísticamente

    Vitalmente

    Musicalmente

    Ambientalmente

    Animales

    Socialmente

    Religiosamente

    Templos

    Actividades dentro del Templo de Zadkiel

    4. PLAN DIVINO DE PERFECCIÓN

    5. TEMPLO DE LA FE Y LA PROTECCIÓN EN BANFF

    6. TEMPLO DE LA MISERICORDIA DE LA MADRE KWAN YIN

    7. CONTINENTES

    Polar

    Hiperbóreo

    Lemuria

    Atlántida

    8. REZAGADOS

    Características de los rezagados

    De que se pega, se pega

    Rezagados y el Arcángel Miguel

    Espada del Arcángel Miguel

    Combate del Arcángel Miguel

    Nosotros nos lo buscamos, somos la causa de todo lo que nos sucede

    Ocho Causas del Sufrimiento

    9. CAÍDA DEL CIELO

    Efecto sobre el Sacerdocio

    Efecto sobre los Espíritus Guardianes

    Efectos Vibracionales

    Nirmānakāyas

    Surgimiento del Tribunal Kármico

    Efectos sobre nosotros

    10. PLAN DE SALVACIÓN

    Krishna, Primer Cristo Encarnado

    Sanat Kumara

    Shamballa

    Construcción de Shamballa

    Llegada de Sanat Kumara a Shamballa

    Fundación de la Gran Hermandad Blanca

    11. DISTORSIONES

    Invocación nefasta

    El Fuego Violeta temido por la orden negra

    12. HUNDIMIENTOS

    Lemuria

    Auld lang syne

    Atlántida

    Salvación de las Llamas

    Sacerdotes para siempre

    13. CHÂTEAU DE LA LIBERTÉ

    14. TEMPLO DE LA RESURRECCIÓN DE JESÚS Y MARÍA

    15. TEMPLO DE LUXOR

    Entrada al Retiro

    16. RETIRO DE TRANSILVANIA

    17. RESTITUYENDO EL PLAN DIVINO

    Vida Constructiva

    El Perdón cambia nuestros males en bien

    Aplicando el Perdón

    El Cristo puede restituir nuestro Plan Divino de Perfección

    La Oración restituye nuestro Plan Divino de Perfección

    18. MEDITACIÓN EN EL PLAN DIVINO DE PERFECCIÓN

    19. REGRESO AL CIELO

    20. MUSICOGRAFÍA

    TRANSMISIÓN DE LA LLAMA

    21. TEMPLO DE LA RESURRECCIÓN

    22. RETIRO DEL ROYAL TETON

    23. RETIRO DE SHAMBALLA

    Autor

    Obras publicadas por Editorial Señora Porteña

    Rubén Cedeño

    EL CIELO

    Colección Metafísica Avanzada

    Título original del libro: El Cielo
    Autor: Rubén Cedeño
    Editores: Rubén Cedeño y Fernando Candiotto
    Diseño de Tapa: Juanita Gutiérrez Montealegre
    Diagramación digital: Álvaro Moscoso

    NOTA PRELIMINAR

    Algunos de los pasajes de este libro son inspirados e, incluso, parafraseados de Enseñanzas dadas por los Maestros Ascendidos. Para mayor comprensión de algunos temas aquí tratados, se pueden consultar los libros: Metafísica-Pilares y Siete Rayos.

    1

    EL CIELO

    El Cielo existe. Cuando vivimos envueltos en música armónica, vestidos con los colores de los Siete Rayos, rodeados de agradables perfumes, formas celestiales, pensamientos y sentimientos positivos, vivimos en El Cielo; en este estado, es imposible que la discordia, el odio, la maldad y la desarmonía nos penetren, y si lo hacen, rápidamente los podemos desalojar. El Cielo es un estado de conciencia interno que se puede exteriorizar; en él vivimos –en completa felicidad y perfección– cuando estudiamos y ponemos en práctica los Siete Principios Universales y los Siete Rayos, que son los Aspectos de Dios. El Cielo es nuestro verdadero hogar y nuestra manera natural de existir; no tenemos porqué vivir de otra forma. Todos tenemos derecho a estar en él; es el estado perfecto de nuestro Ser. Vivir en el Cielo es nuestra VERDAD y nuestro PLAN DIVINO DE PERFECCIÓN. Estamos en el Cielo cuando todas las causas que hemos movido positivamente se nos devuelven para bendecirnos y bañarnos de Luz.

    En este período nos hemos Caído del Cielo; pero hubo una época en la historia de la humanidad, llamada la Edad Dorada –que la Biblia narra como el Paraíso Terrenal o El Jardín del Edén– en la que éramos completamente felices; esto fue durante las tres primeras Razas Raíces, cuando no había imperfección.

    Hoy en día, por medio de los estudios y la práctica de la Metafísica, estamos recuperando individualmente y proyectando a la comunidad, el volver a vivir de nuevo en El Cielo; esto es posible, ya que los Maestros trabajan por restablecer el Reino del Cielo en la Tierra. Para eso, es necesario saber qué origina el vivir y mantenerse en El Cielo, y qué causa la Caída del Cielo, que es el infierno en el que se encuentra mucha gente, un estado de conciencia contrario al Cielo. De eso nos ocupamos en el libro Metafísica-Pilares. En este texto nos dedicaremos al estudio histórico de cómo fue que físicamente vivimos en El Cielo, las causas que nos trajeron al estado actual de cosas y cómo podemos recuperar nuestro estado celestial.

    2

    GRAND TETON

    El Grand Teton, en el Estado de Wyoming, en los Estados Unidos de Norteamérica, es el verdadero Paraíso Terrenal del que simbólicamente habla la Biblia, ya que fue allí donde encarnamos por primera vez y vivimos en un auténtico Jardín del Edén, tanto a nivel interno como externo. Paraíso que todavía se conserva; solo hace falta que lo visitemos para percatarnos de que es uno de los lugares más hermosos de la tierra. Pertenece a la Cordillera de las Montañas Rocosas; forma una catedral natural y es una de las montañas más escarpadas y bellas del mundo. En sus faldas se encuentra el Lago Jackson, que sirve de espejo natural donde se refleja la belleza del Grand Teton, y con el serpenteante Río Snake, le dan una vista espectacular, como ninguna otra en el mundo.

    El Grand Teton se eleva de las llanuras de Wyoming como un dedo gigante apuntando a los cielos; como el dedo del Hermes de Giambologna, que nos dice que el camino espiritual es solo uno, el del cumplimiento de la Leyes Divinas. Tiene una altura de 4197 metros. Fue bautizado con el nombre de Grand Teton por un francés. En castellano quiere decir: la Gran Teta. Este nombre le fue puesto no por casualidad, sino por causalidad, ya que allí nacimos como seres humanos y fuimos amamantados con la Energía Divina del Concepto Inmaculado y de cómo precipitarlo en la tierra. Aquí se encuentra el Retiro más antiguo de los Maestros Ascendidos sobre la Tierra, llamado el Templo de la Precipitación.

    En este maravilloso lugar, un hermoso 21 de Marzo, día del comienzo de la Primavera Boreal y el Otoño Austral, todas las Brillantes Jerarquías Creadoras de nuestro Universo, Seres Cósmicos de una altura espiritual inimaginable, como: los Directores Cósmicos de los Tres Rayos Primordiales de Dios, los Buddhas generadores de los planos, los Elohim, los Arcángeles y los Directores Elementales –especialmente Helios y Vesta– el Manú de la Primera Raza Raíz, Sanat Kumara, Víctory y Zaratustra, representantes del Sacerdocio del Fuego Sagrado y sobre todo, la Amada Amarillis, Diosa de la Primavera, se dispusieron a recibirnos; veníamos por primera vez, como Chispas Divinas, a encarnar en la Tierra dentro de la primera Sub-raza de la Primera Raza Raíz, en un auténtico paraíso.

    La Diosa Amarillis, cuya presencia se puede sentir en el aria Amarilli de Caccini, trajo 999 primaveras, adornando la Tierra de su más grande hermosura, para que cuando llegáramos, encontráramos un confortable hogar planetario.

    Visitantes de otros planetas y la Hueste Angélica observaban hacia arriba a medida que se abrían las Puertas del Cielo, cuando, de repente, el Primer Rayo despuntó en el Corazón del Sol, formando una vereda radiante en forma de gigantesco triángulo de luz resplandeciente que se abría hacia la tierra, dentro del que descendíamos a la encarnación con plena dignidad, en un majestuoso e imponente desfile. Una explosión de Música Celestial inundó el Cielo y se extendió por la faz del Planeta Tierra. Veníamos acompañados de música angélica, aromas celestiales, colores magnificentes, y los más puros y bellos pensamientos y sentimientos.

    Así, con completo conocimiento de lo que dicha acción implicaba, y sabiendo el porqué esta acción particular nos era necesaria, comenzó nuestro descenso a la tierra como Seres de Fuego Blanco, Santos Inocentes o Espíritus Virginales. Éramos el primer grupo humano al que se le daba la oportunidad de tomar cuerpo y desarrollar los Siete Aspectos de Dios sobre el planeta. Algunos llegamos descendiendo solos, y otros, agarrados de la mano de dos en dos, como cándidos y sonrientes niños de un preescolar que van de visita a un jardín con su maestra. Si nos deseamos imaginar la música y forma de este descenso, nos bastaría con escuchar The Majesty and Glory of Your Name de Tom Fettke y Linda Lee Johnson, y ver un grabado de Gustav Dore para La Divina Comedia de Dante, donde se observa esta escena.

    La Señora Virgo, como la Madre Tierra, nos dio la bienvenida. Se puso en movimiento la Rueda de la Vida, para que en su girar adquiriéramos la sabiduría necesaria para que, así como habíamos descendido siendo Radiantes Chispas, un día remoto regresáramos al Trono del Padre como Refulgentes Soles, Seres-Libres-en-Dios, totalmente desarrollados, calificados y listos para ser los Asistentes Cósmicos de nuestro Padre.

    Llegamos aproximadamente 60 mil millones de Chispas Divinas que habíamos salido del Gran, Gran, Gran Sol Espiritual Central, y comenzamos a avanzar en las Siete Esferas; 5 mil millones de Chispas Divinas decidieron quedarse trabajando en la Primera Esfera del Rayo Azul; 20 mil millones, en la Segunda Esfera del Rayo Dorado; y 35 mil millones, en la Tercera Esfera del Rayo Rosa. Ésas son las Presencias Yo Soy que hoy en día pertenecen al 1° Rayo, 2° Rayo y 3° Rayo. Y aunque estas Presencias YO SOY decidieron quedarse en estas Esferas, tuvieron que aprender de las otras Esferas restantes.

    Nuestras Chispas Divinas, en su proceso, ya habían desenvuelto la conciencia mineral, la conciencia vegetal, la conciencia animal, y nos tocaba desenvolver la conciencia humana. Nuestros Cuerpos Causales estaban Impolutos, sin ningún tipo de coloración, como esferas del más brillante cristal. Se nos veía ardiendo en el pecho la Inmortal Llama Triple.

    El Arcángel Miguel fue el primero en llegar y tocar la superficie de la Tierra. Llevaba sobre su cabeza la Corona de la Inmortalidad, que es la que hoy en día porta el Maestro Saint Germain como Avatar de la Nueva Era, y que en su momento llevó el Maestro Jesús. El

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