Durante el inolvidable viaje que compartí con mi esposa por Escocia, decidimos tomar un barco para realizar una travesía por mar hacia el norte, donde se sitúa la isla de Lewis. Allí encontraríamos un complejo de piedra similar a Stonehenge, pero incluso más complicado y olvidado, puesto que se encuentra en un lugar remoto y de difícil acceso. Algunos lo denominan el reloj astronómico del planeta Tierra, pero es más conocido como las piedras Callanish.
Mientras avanzábamosporla geografía escocesa en nuestra larga travesía hacia las piedras Callanish, nos fuimos topando con leyendas e historias locales de lo más sugerentes. Me parece de vital importancia describirlas, ya que considero que en los detalles de los antiguos mitos regionales se hallan claves que pueden explicar todo lo demás. Una de estas historias se esconde en los bosques de la localidad de Foyers, junto al lago Ness. Este bosque es muy especial porque era el camino que tomaba Aleister Crowley para llegar a Boleskine House, la propiedad en la que el célebre ocultista realizó algunos de sus rituales. En su tiempo, Crowley recibió apodos como «El Mago Negro», «La Gran Bestia» o «El hombre más pérfido de Inglaterra», puesto que estaba metido de lleno en el esoterismo más extravagante y siniestro.
LA CASA DE LA MAGIA
Edward Alexander Crowley fue uno de los hombres más extraños y enigmáticos de la historia. Su vida estaba relacionada con el estudio de saberes antiguos y cultos esotéricos de alta magia. El lugar donde vivió, la llamada casa de Boleskine House, se encuentra entre un pequeño cementerio y el lago Ness, interesante conjunción de elementos para los antiguos rituales. Lo primero que vimos al acercarnos fue que toda la casa había sido quemada por un terrible incendio que se produjo en 2015. También vimos un cartel, en el muro que impedía el acceso a la propiedad, donde se dejaba muy claro que quien entrase al recinto sería persegui-do por