Mónica, profesora y...puta 6

Por Matt Stand

Mónica, la profesora puta, encara su primer día de trabajo como prostituta profesional en un puticlub de lujo. Allí encontrará a una mujer hermosa, encargada del local, y a un cliente que se convertirá en muy especial para ella. Además, Cora retomará su relación sexual con ella, aunque se adivinan problemas entre las dos profesoras lesbianas. Sexo, mucho sexo, con mujeres desnudas y trajes ajustados en esta nueva entrega de las aventuras sexuales de la madura profesora puta.

• Idioma: Español
• Editorial: Matt Stand
• Fecha de lanzamiento: 29 abr 2020
• ISBN: 9780463123966

Matt Stand

I am a man in his forties, who adores mature women with voluptuous bodies. Women are the most beautiful in the Universe and my favorite women are those of a certain age who, despite showing their wrinkles, also show their voluptuous female forms. My favorite sexual fantasies are those involving mature super-heroines who always end up defeated and sexually subjected. That's why I wrote this first story whose protagonist is a mature woman who is also a super-heroine, the beautiful Panther-woman.Yo soy un hombre de cuarenta y tantos años, que adora las mujeres maduras con voluptuosas formas. Las mujeres son lo más hermoso del Universo y mis favoritas son aquellas que ya tienen una cierta edad, aquellas que, a pesar de mostrar sus arrugas, también muestran sus voluptuosas formas femeninas. Mis fantasías sexuales favoritas son las que atañen a súper-heroínas de edad madura que siempre acaban derrotadas y sexualmente sometidas por sus enemigos. Tambien es la razón por la cual yo he escrito mis historias La Zorra: violada en el callejón y Panther-woman: raped in the alley. Son, en esencia, la misma historia, solo que la una está en español y la otra en ingles. También me gustan mucho las historias de profesoras maduras sexualmente activas con sus alumnos unjversitarios. Así, he escrito mis relatos sobre Mónica, la profesora universitaria que decide convertirse en prostituta y las historias sobre Sheila, la profesora/prostituta que trabaja en una Universidad muy extraña. Ultimamente, he escrito mas relatos sobre La Zorra, que ha acabado derrotada y asexualmente dominada.por una joven contrincante.En fin, esos.son mis intereses en este tipo de historias, que siempre son relatos pornográficos que nada tienen que ver con personas reales ni con instituciones reales. Son solo fantasías pornográficas, eso es todo. Son, en esencia, relatos que me hubiera gustado leer en mi lejana juventud, cuando los escritos eróticos que frecuentaba no lograban llenarme del todo, supongo que porque cada cual tiene sus propias fantasías.

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Mónica, profesora y…puta 6

Publicado por Matt Stand en Smashwords

Copyright 2020 Matt Stand

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Mónica, profesora y…puta 6

Relato pornográfico.

Matt Stand 2020

Advertencia: es este relato hay abundantes escenas de sexo explícito, sobre todo de sexo oral y de sexo lésbico. El lenguaje utilizado es fuerte en muchas ocasiones, puesto que la profesora protagonista del mismo ha iniciado un camino sin retorno hacia la degradación moral y sexual. Por todo ello, es, por supuesto, un relato solo para mayores de edad.

SOLO PARA ADULTOS.

Este relato, por otra parte, es pura ficción. Se trata de un relato de fantasía erótica y pornográfica que no pretende otra cosa que el entretenimiento de los lectores. Los personajes son ficticios y cualquier parecido con personas reales será pura coincidencia, puesto que todo proviene de mi propia fantasía. No pretendo hacer ningún juicio sobre la prostitución de mujeres maduras, este relato, es, repito, solo una fantasía.

Capítulo 1

Mónica se abraza las rodillas, recogidas bajo su mentón. Tiene los ojos cerrados y respira despacio y lentamente. Está desnuda, dejando que la brisa que penetra por la ventana entreabierta de su habitación la acaricie como sin querer. Siente bajo sus nalgas desnudas y bajo las desnudas plantas de sus pies el calor de las sábanas arrugadas. Ha intentado dormir una larga siesta reparadora, pero su mente no la ha dejado en paz. Volviéndose a un lado y a otro de la cama solitaria, ha lanzado la colcha lejos, al suelo y, desgarrada por la tensión y el miedo a lo desconocido, no ha tardado en sucumbir a la tentación.

Si, no ha podido resistirse.

Y, como en tantas otras ocasiones, ha recurrido a su querida colección de vibradores. Ha elegido uno especialmente grueso y potente y se ha masturbado durante un par de horas seguidas, sin parar, sin descansar. Bajo la luz de la tarde de aquel viernes tan especial, Mónica se ha masturbado una y otra vez, utilizando el vibrador con impaciencia. Ha alcanzado el orgasmo varias veces y sus muslos mojados le han refrescado la furibunda mente por unos instantes. Luego, ha lanzado a un lado el juguete sexual y, ya algo más descansada, algo menos tensa, se ha sentado a pensar, mientras recuperaba el aliento.

Tiene que recuperarse, tiene que descansar, porque esa tarde debe acudir a una cita ineludible. Debe acudir al puticlub de Dicenta, donde tiene que comenzar su carrera como prostituta profesional. Ella, una profesora universitaria, una cuarentona, tiene que empezar a trabajar como prostituta en un puticlub. Un puticlub. Para morirse de risa. Pero no se ríe. Dicenta no juega.

Y no es que le repugne especialmente el hecho de prostituirse. Nada de eso. Porque ella ya se prostituye, ya es una puta, pero lo hace solo con los chicos de la Universidad. Es algo así como de andar por casa, algo de…aficionada. Si, ella es una puta, no hay que negarlo. Pero ahora, debe trabajar para alguien. Y eso no le gusta. Le gusta la soledad, le gusta dirigir su vida. Y, si, le gusta ser una puta, pero le gustaría más seguir siendo una puta independiente. Sin embargo, es lo que hay. Si al menos no se hubiera dejado llevar por sus bajos instintos, esos instintos que la llevaron a practicar la prostitución callejera por las noches, en los barrios oscuros de la ciudad, Dicenta no habría reunido las pruebas que puede usar en su contra para que la despidan de la Universidad.

–Bien – susurra, levantándose de la cama – Tengo que ducharme, acicalarme y vestirme. El puticlub me espera.

Su pequeño y macizo culito brilla desnudo bajo la luz de la tarde, mientras la profesora se dirige al baño. Poco después, la calidez del agua desciende sobre la totalidad del cuerpo desnudo de Mónica. Durante unos segundos, se acaricia la entrepierna, lasciva y excitada, sopesando la posibilidad de masturbarse nuevamente. Pero se detiene. Ahora debe concentrarse en su primer día de trabajo en el puticlub. Así pues, se enjabona en abundancia, deja que una larga lluvia caliente caiga sobre ella y, al fin, limpia y olorosa, sale del baño. Desnuda y mojada, brillando al sol de la tarde, la profesora cuarentona se seca despacio, mirándose al espejo. Sonríe. Sus tetas son grandes, algo colgantes, si, pero apetitosas y de buen tamaño. Su cuerpo, a pesar de algunos pliegues bastante visibles, aún es una pieza de