Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Mónica, profesora y...puta. 2
Mónica, profesora y...puta. 2
Mónica, profesora y...puta. 2
Libro electrónico65 páginas1 hora

Mónica, profesora y...puta. 2

Calificación: 1 de 5 estrellas

1/5

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Continuación de las eróticas aventuras sexuales de la señorita Mónica, madura profesora universitaria que ha decidido dedicarse a la prostitución en la Universidad en la que trabaja para así hacer frente a sus acuciantes problemas económicos. Aquí, veremos como empieza realmente a prostituirse y, sobre todo, como avanza su relación con Marcial, el alumno que está obsesionado con ella. También asistiremos al desarrollo de su relación con su amiga Cora, profesora también como ella, que da la casualidad de que es lesbiana y está loca por Mónica. Por supuesto, Mónica no podrá abandonar su oscuro vicio : ejercer la prostitución callejera. Y eso le acarreará algún problema.

IdiomaEspañol
EditorialMatt Stand
Fecha de lanzamiento2 jul 2017
ISBN9781370273928
Mónica, profesora y...puta. 2
Autor

Matt Stand

I am a man in his forties, who adores mature women with voluptuous bodies. Women are the most beautiful in the Universe and my favorite women are those of a certain age who, despite showing their wrinkles, also show their voluptuous female forms. My favorite sexual fantasies are those involving mature super-heroines who always end up defeated and sexually subjected. That's why I wrote this first story whose protagonist is a mature woman who is also a super-heroine, the beautiful Panther-woman.Yo soy un hombre de cuarenta y tantos años, que adora las mujeres maduras con voluptuosas formas. Las mujeres son lo más hermoso del Universo y mis favoritas son aquellas que ya tienen una cierta edad, aquellas que, a pesar de mostrar sus arrugas, también muestran sus voluptuosas formas femeninas. Mis fantasías sexuales favoritas son las que atañen a súper-heroínas de edad madura que siempre acaban derrotadas y sexualmente sometidas por sus enemigos. Tambien es la razón por la cual yo he escrito mis historias La Zorra: violada en el callejón y Panther-woman: raped in the alley. Son, en esencia, la misma historia, solo que la una está en español y la otra en ingles. También me gustan mucho las historias de profesoras maduras sexualmente activas con sus alumnos unjversitarios. Así, he escrito mis relatos sobre Mónica, la profesora universitaria que decide convertirse en prostituta y las historias sobre Sheila, la profesora/prostituta que trabaja en una Universidad muy extraña. Ultimamente, he escrito mas relatos sobre La Zorra, que ha acabado derrotada y asexualmente dominada.por una joven contrincante.En fin, esos.son mis intereses en este tipo de historias, que siempre son relatos pornográficos que nada tienen que ver con personas reales ni con instituciones reales. Son solo fantasías pornográficas, eso es todo. Son, en esencia, relatos que me hubiera gustado leer en mi lejana juventud, cuando los escritos eróticos que frecuentaba no lograban llenarme del todo, supongo que porque cada cual tiene sus propias fantasías.

Lee más de Matt Stand

Autores relacionados

Relacionado con Mónica, profesora y...puta. 2

Libros electrónicos relacionados

Erótica para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Mónica, profesora y...puta. 2

Calificación: 1 de 5 estrellas
1/5

1 clasificación0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Mónica, profesora y...puta. 2 - Matt Stand

    Mónica, profesora y PUTA.

    Segunda parte

    Published by Matt Stand at Smashwords

    Copyright 2017 Matt Stand

    This ebook is licensed for your personal enjoyment only. This ebook may not be re-sold or given away to other people. If you would like to share this book with another person, please purchase an additional copy for each recipient. If you’re reading this book and did not purchase it, or it was not purchased for your use only, then please return to Smashwords.com and purchase your own copy. Thank you for respecting the hard work of this author

    Licencia de uso para la edición de Smashwords.

    La licencia de uso de este libro electrónico es para tu uso personal. Por lo tanto, no puedes revenderlo ni regalarlo a otras personas. Si deseas compartirlo, ten la amabilidad de adquirir una copia adicional para cada destinatario. Si lo estás leyendo y no lo compraste ni te fue obsequiado para tu uso exclusivo, haz el favor de dirigirte a Smashwords.com y descargar tu propia copia. Gracias por respetar el duro trabajo del autor.

    Advertencia: éste es un relato PORNOGRÁFICO, en el cual abundan las escenas de sexo explícitas, tanto heterosexuales como lésbicas. Por lo tanto, solo debe ser leído por personas adultas.

    UNO

    Cora estaba preocupada. Hacía tiempo que Mónica parecía evitarla y ella ya no lo soportaba más. Necesitaba saber si tenía alguna oportunidad, si podía contar con mantener una relación seria, sexual y sentimental, con su mejor amiga, pero aunque cada día se hacia la encontradiza, Mónica siempre parecía tener otras cosas qué hacer, otras cosas en mente. Así, día tras día había sido postergada y sus tímidos intentos por mantener una conversación profunda con Mónica habían resultado vanos. Aquella tarde de lunes, sin embargo, Cora sabía que Mónica debía encontrarse a disposición de sus alumnos en su despacho. Era una tarde triste y los pasillos, después de las primeras horas de clase, estaban vacíos. La lluvia repiqueteaba en los cristales y Cora, retorciéndose las manos de puro nerviosismo, se dirigió al despacho de Mónica. Ya se encontraba a punto de encarar el último tramo del pasillo que la llevaría a su destino, cuando oyó voces. Unos jóvenes, dos para ser exactos, se dirigían al mismo sitio. Rápidamente, Cora se desvió y logró pasar desapercibida. Desde un pasillo vecino, pudo ver como los chicos llamaban a la puerta para luego entrar en el despacho. Cora se sintió frustrada. Precisamente hoy, tenía que tener Mónica visita. En fin, esperaría y luego entraría ella, no pasaba nada. Dio un par de vueltas por el pasillo, miró su reloj, volvió a pasear…El tiempo pasaba y aquellos dos no salían. Cora los maldijo interiormente por ser tan pesados y se dirigió al despacho, pretendiendo hacer ruido, carraspear, o incluso, llamar a la puerta, para hacer saber a Mónica que ella estaba esperando. Una vez frente a la puerta, el extraño silencio la turbó. Había adelantado la mano para llamar, pero se detuvo. Creía haber oído algo, un ruido, un gorgoteo incomprensible. Aguzó el oído, y se acercó un poco más, muy despacio, en silencio, porque, de pronto, algo en su interior la previno y la indujo a mantener el más absoluto mutismo.

    Gemidos.

    Eran inequívocamente, gemidos. Y, Cora tembló al pensarlo, eran, decididamente, gemidos de placer sexual. Se quedó paralizada por el miedo, por el absurdo, por la vergüenza. Porque sintió vergüenza de encontrarse allí, donde no debía estar, oyendo aquello que, sin duda, no debía oír. Eran jadeos humanos y debajo de esos jadeos, creyó percibir algo más, algo que producía o que daba lugar a aquellos gemidos lascivos. Pegó literalmente la oreja a la madera y oyó, o creyó oír, un sordo rumor que, al principio, no pudo identificar. Un sonido continuo, un sonido untuoso y con cierta y singular entidad. El sonido de alguien chupando.

    Cora dio un paso atrás, aterrada por su propio descubrimiento y al hacerlo creyó morir, porque le pareció haber producido demasiado ruido. Se quedó quieta, paralizada por el miedo. Pero nada sucedió. El rumor de la lluvia seguramente había ocultado el sonido de su tacón al retroceder asustada. Además, pensó que allí dentro debían estar demasiado ocupados como para prestar atención a nada que no fueran ellos mismos.

    Reuniendo todo su valor, volvió a acercarse a la puerta y a pegar la oreja a la madera. Si, los gemidos se oían con claridad. Y ahora pudo percibir que se trataba de dos timbres diferentes, es decir, de dos personas diferentes. Durante un rato, gemía una y luego, pasaba a gemir la otra. Mientras duraban los gemidos, el sonido sordo y persistente que ella había identificado como de alguien chupando, continuaba. Cuando la persona que gemía paraba, ese sonido también paraba y entonces empezaba a gemir otra persona, acompañados sus jadeos por el sonido sordo de antes. Con el cerebro a mil por hora, Cora dedujo que había una persona chupando y dos personas que eran chupadas.

    Pronto los

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1