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Crónica vagabunda
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Libro electrónico71 páginas58 minutos

Crónica vagabunda

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Crónica vagabunda viene a ser la travesía de un poeta por llegar a su Ítaca. Pero son también las breves anotaciones de un viajero y las seis historias que se lleva con él cuando deja atrás su tierra. Es la crítica y el desencanto a una sociedad que decide abandonar. Un libro de viaje desde un mundo lejano, al menos ignoto, un recorrido geográfico que atraviesa el Perú, cuestionando al mundo urbano y al periférico mundo marginal que se miran entre sí a la distancia.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento8 feb 2018
ISBN9788417275464
Crónica vagabunda
Autor

Marco Antonio Panduro

Marco Antonio Panduro Gonzales (Iquitos, 1974) presenta Crónica vagabunda, retrato inicial de la atmósfera de su ciudad natal. Realizó estudios de francés e inglés en la UNAP, en la Amazonía, llevado por el interés de leer a los grandes autores y fue por un tiempo profesor de idiomas en Lima. Algunos relatos suyos aparecieron en diarios de su región y existe un cuento ganador en algún juego floral de su vida universitaria, «todos incinerados de la memoria». Hizo también alguna especialización en Lingüística Aplicada en la UNA de Costa Rica. Estos últimos años ha estado en Chachapoyas enseñando literatura.

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    Crónica vagabunda - Marco Antonio Panduro

    Marco Antonio Panduro

    Crónica vagabunda

    Crónica vagabunda

    Marco Antonio Panduro

    Esta obra ha sido publicada por su autor a través del servicio de autopublicación de EDITORIAL PLANETA, S.A.U. para su distribución y puesta a disposición del público bajo la marca editorial Universo de Letras por lo que el autor asume toda la responsabilidad por los contenidos incluidos en la misma.

    No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea éste electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito del autor. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (Art. 270 y siguientes del Código Penal).

    © Marco Antonio Panduro, 2018

    Diseño de la cubierta: Equipo de diseño de Universo de Letras

    Imagen de cubierta: ©Shutterstock.com

    universodeletras.com

    Primera edición: Febrero, 2018

    ISBN: 9788417274016

    A Juana Peláez,

    mi abuela,

    andariega restringida en Iquitos,

    la urbe sitiada por la maraña

    de la selva.

    Y a Carmen Carpio,

    claro; sin ella,

    nada.

    Retazo de papel cogido al vuelo

    Los buses pasan raudos,

    desesper’amente atestaos

    ¡Ya nos dejan, ya nos dejan...!

    ¡Mejor, mejor,

    con alivio!

    ¡Menos mal, guitarra en mano,

    cantamo al borde la vera...

    contando esta historia!

    ¡Cantáola...

    como trovadores!

    Bitácora de despido

    Había visto hasta el cansancio aquella rutina de puerto amazónico, cuando de guardián me la pasaba en el letargo de esas tardes mudas sobre la cubierta de una de aquellas barcazas sin voces ni murmullos, golpeteándose unas a otras, incansables, maquinales y pendulares sobre la marea de vaivén. Y ahora descansaba la mochila sobre aquel gran relleno de tierra húmeda que por decisión municipal había ido ganando territorio al Amazonas. Hacía unos meses, en cambio, me encontraba engolfado en aquellas gestiones que desmotivaban a cualquiera, buscar chamba, un puesto, una vacante de profesor. No te preocupes, los English teacher son escasos aquí, vas a ver, ya vas a conseguir algo, me alentaban. Bastante improbable, si se tomaba en cuenta mi condición antisistema. De todas formas, no quedaba otra que husmear dentro de las oficinas de la gran burocracia educacional, rastrear a un director de escuela y preguntarle si le sobraba alguna plaza de maestro; éste iba de mirarme e iba de darme la espalda si le había dado a entender que ni el Sindicato ni la Colegiatura de profesores me resultaban de interés y menos agradecerle con un aliciente económico o, peor aún, que me comprometiera con el director a entregarle un aporte voluntario, una vez hecho efectivo los sueldos atrasados. También, desde un inicio, me había negado a toda cuota de agradecimiento al encargado de las planillas y a quien fuere que manejara las arcas del sistema educativo provincial. Quedaba fuera de toda discusión alguna cosa así. Y durante esos tantos meses, como consuelo, había tratado de disfrutar de la experiencia y había tratado de creérmela que por lo menos algo transmitía a los alumnos que se tomaban a carcajadas las English classes. Y ahora me encontraba de vuelta, en medio del tránsito de destartalados camiones enfilados cerca de la orilla, mirando a los chaucheros de graníticos torsos desnudos y de pies descalzos, quienes sobre sus hombros llevaban sacas de arroz y de azúcar, bolsas de cemento, vigas de cimentación, cerveza en cajas; unos detrás de otros, en fila, a la manera en que las hormigas obreras almacenan las hojas en sus colonias, yendo y viendo por el barranco hasta apilarlas en las bodegas de las lanchas que irían acoderando de pueblo en pueblo, de caserío en caserío, ya lejos de Iquitos, en la selva, en el monte, como se dice, donde a las noches se ilumina

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