El arte de la dirección: Inspiraciones para el liderazgo y la excelencia en las empresas de hoy

Por Ricardo Nanjari Román

Se propone una relación creativa entre dos mundos que parecen demasiado distantes e incluso contrapuestos: empresa y poesía. Nada más ajeno a la poesía que la eficiencia y la técnica; nada más lejos de la empresa que el silencio y la contemplación. Negocio en oposición al ocio que reivindican los artistas. Pero Ricardo Nanjari cree que la poesía sí tiene algo que aportar a ese mundo y es por eso que buscará en ella las ‘inspiraciones para el liderazgo y la excelencia en las empresas de hoy’. ¿De qué manera? Invitando a los lectores a un viaje —sin prejuicios ni estructuras establecidas, ‘ligeros de equipaje’— cuyo mapa será un Modelo de Gestión para la Excelencia y la poesía el vehículo inspirador que ayudará a iluminar el a veces opaco universo del trabajo”.

• Idioma: Español
• Editorial: Ediciones Universidad Alberto Hurtado
• Fecha de lanzamiento: 18 nov 2019
• ISBN: 9789568421397

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sesión.

CAPÍTULO I

Mis ideas abstractas, de tanto tocarlas, se han vuelto concretas, son rosas familiares que el tiempo pone al alcance de las manos.

MURILO MENDES

Un Modelo de Gestión para la Excelencia: invitación al viaje

¿Puede tan solo la aplicación de un Modelo elevar el desempeño de una organización? ¿Puede un líder mejorar su propio desempeño utilizando un Modelo como guía? ¿Qué pasos se deben seguir para obtener resultados importantes y sostenidos?

Los Modelos de Gestión para la Excelencia tienen como propósito permitir a las organizaciones y a sus líderes revisar sistemáticamente las estrategias y prácticas de gestión, para poder mejorarlas en forma continua, a través del autodiagnóstico y las comparaciones con otras instituciones.

Un Modelo está compuesto por un conjunto de criterios ordenados según áreas de gestión, que al ser evaluados en sus aspectos relevantes, permite identificar las prácticas que se necesitan mejorar y aquellas donde se tiene un actuar destacado; es decir, sus debilidades y fortalezas.

No obstante lo anterior, para que la organización pueda ir más allá de sus posibilidades imaginadas y se diferencie verdaderamente de las demás, el líder debería aceptar que se ponga en movimiento una forma de pensar distinta, que no funcione restringido por las barreras de lo conocido, pues un Modelo, como perspectiva temporal o paradigma, solo puede perfeccionar lo conocido.

En este sentido, la poesía con su cualidad de trascendencia, complementa al Modelo y sus limitantes. El doctor Peña y Lillo ha señalado: La comprensión más profunda de lo real no se entrega al pensamiento reflexivo, sino a la intuición y no puede transmitirse sino en metáforas y en figuras alegóricas, que tampoco comunican la última verdad, pero al menos muestran un camino para descubrirla.

La ruta que no marcan los mapas

La poesía a través del lenguaje, a veces metafórico, a veces sarcástico o simplemente paradójico, realiza la conexión con aquellas áreas desconocidas de la mente, que pueden transformar el ejercicio del análisis en una acción creativa, de desbloqueo, de transformación y superación, convirtiendo el liderazgo en algo único, en un viaje que trasciende sus propios paradigmas. En otras palabras, la poesía como un anhelo del alma, puede convertir al liderazgo en una experiencia trascendental.

El poeta norteamericano David Whyte ha puesto en práctica este vínculo, utilizando talleres y retiros para ayudar a ejecutivos y gerentes a mejorar sus formas de conversar. En una entrevista realizada para la Harvard Business Review, el poeta señaló: Mi trabajo es hacer que los ejecutivos se pregunten, ¿cuál es la conversación valerosa que no estoy sosteniendo y que necesito tener para dar el siguiente paso?. Más adelante, en la misma entrevista señala: A través de la historia, los buenos poetas han analizado cada etapa del proceso de confrontación creadora. Dante por ejemplo, es brillante haciendo perder el sentido de dirección, para hallar algo más precioso en la oscuridad.

Las organizaciones buscan su dirección, mediante la satisfacción de los requerimientos de las personas, caracterizadas por diferentes actores o grupos de interés: los accionistas o dueños, los clientes y proveedores, los trabajadores o empleados y la sociedad en general, tal como se muestra en la Figura N° 1.

En el desarrollo del Modelo de Gestión para la Excelencia seleccionado, estarán siempre presentes estos grupos o referentes. Personas que interactúan buscando la satisfacción de sus objetivos particulares y donde el liderazgo ocupa el centro que moviliza el sistema hacia un objetivo común, simbolizado por una visión.

Otra forma de expresar el posible vínculo entre gestión organizacional y poesía, la entrega Vinicius de Moraes, poeta y escritor brasilero en el libro Para vivir un gran amor, donde intenta definir la poesía de la siguiente forma:

Un obrero parte de un montón de ladrillos sin significación especial excepto como ladrillos, para –bajo la orientación de un constructor que a su vez sigue los cálculos de un ingeniero obediente al proyecto de un arquitecto– levantar una casa. Un montón de ladrillos, es un montón de ladrillos. No existe en él belleza específica. Pero una casa puede ser hermosa si el proyecto de un buen arquitecto, contara con los cálculos de un buen ingeniero y la vigilancia de un buen constructor en cuanto al buen acabado del trabajo en ejecución en manos de un buen obrero. Cámbiense los ladrillos por palabras, colóquese al poeta, subjetivamente, en la cuádruple función de arquitecto, ingeniero, constructor y obrero, y ahí se tendrá lo que es la poesía.

Un largo viaje

El Modelo de Gestión para la Excelencia escogido, representa a los ladrillos que habilitan esta construcción, la que, a la vez, es un viaje donde el vehículo escogido para llegar a destino es la poesía, la cual transformada metafóricamente en un tren, pasa por estaciones que van conformando la construcción deseada.

El Modelo Europeo de Gestión para la Excelencia, que utiliza la sigla EFQM, por European Foundation for Quality Management, fue introducido en 1991 como el marco de trabajo para la autoevaluación de las organizaciones y como base para las postulaciones al Premio Europeo de la Calidad, que se otorgó por primera vez el año siguiente.

Desde sus inicios, la Fundación Europea para la Gestión de Calidad se ha orientado a colaborar en el desarrollo de organizaciones fuertes, que practiquen los principios de la administración de la calidad y la excelencia tanto en los procesos de negocios, como en las relaciones con los empleados, clientes, accionistas y comunidades donde operan.

De este modo, las organizaciones han empezado a aceptar que la gestión sistemática de la calidad y la excelencia, es una forma de administrar actividades para ganar eficiencia, efectividad y ventaja competitiva, asegurando el éxito y la sustentabilidad a largo plazo.

La implantación de programas de gestión de calidad y excelencia permite alcanzar beneficios significativos, tales como un incremento en la productividad, reducción de costos y mayor satisfacción de los clientes, todo ello orientado a mejorar los resultados de los negocios.

El Modelo EFQM no es normativo y su concepto fundamental es la autoevaluación, basada en un análisis detallado del funcionamiento del sistema de gestión de la organización, usando como guía los criterios de este Modelo.

La utilización sistemática y periódica del Modelo, permite a los líderes y a sus equipos directivos, establecer planes de mejora basados en hechos objetivos y focalizar una visión común sobre las metas a alcanzar y las herramientas a utilizar.

El Modelo consta de dos partes: un conjunto de criterios de excelencia empresarial que abarca todas las áreas del funcionamiento de la organización, y un conjunto de reglas para evaluar el comportamiento de la organización en cada criterio.

Los criterios que aborda el Modelo se pueden dividir en dos grupos, tal como se muestra en la Figura N° 2.

Los Agentes: son aspectos del sistema de gestión de la organización que generan los resultados (Liderazgo, Política y Estrategia, Personas, Alianzas y Recursos, Procesos).

Los Resultados: representan lo que la organización consigue para cada uno de sus actores o grupos de interés (Clientes, Personas, Sociedad e Inversores).

Las organizaciones buscan obtener resultados con tendencias positivas, que puedan compararse favorablemente con los objetivos propios y con los resultados de otras organizaciones, y que estén provocados por los enfoques de los agentes, abarcando todas las áreas relevantes.

Para cada grupo de criterios hay un conjunto de reglas de evaluación basadas en la llamada lógica REDER: Resultados, Enfoque, Despliegue, Evaluación y Revisión.

Los Resultados: son aquello que la organización consigue.

El Enfoque: es lo que la organización piensa hacer y las razones para ello.

El Despliegue: es aquello que realiza la organización para poner en práctica el enfoque, comprometiendo a la mayor parte de sus integrantes.

La Evaluación y Revisión: son las acciones que efectúa la organización para evaluar y revisar el enfoque y su despliegue.

Este libro no pretende mostrar un análisis exhaustivo del Modelo EFQM, sino más bien invitar a generar conversaciones que se puedan sostener en las organizaciones, alimentando pensamientos sobre algunos desafíos, como puede ser el fomento de la creatividad, el compromiso, la razón de ser o la responsabilidad social y la trascendencia del liderazgo, entre otros (Pueden obtenerse más detalles del Modelo en: http://ww1.efqm.org).

Así como el Modelo descrito, existen otros entre los que se puede mencionar el Malcolm Baldrigde que se utiliza en Estados Unidos y los Premios Nacionales a la Calidad de diversos países del mundo. Todos estos modelos tienen en común un enfoque de gestión que se traduce en la valoración de los criterios y, además, tienen asociada una forma de reconocer públicamente a aquellas empresas o instituciones que los aplican en forma excelente. Por ello, se difunden aquellas prácticas que merecen ser destacadas e