El músico Alberto
Por León Tolstói
()
Información de este libro electrónico
Este cuento comienza en una fiesta a la cual asiste un jóven llamado Delessov con sus compañeros. Él es tranquilo y comienza a aburrirse de la fiesta cuando repentinamente entra un hombre con harapos, sucio y de muy mal ver, pero con una mirada muy profunda. Alberto se llamaba el hombre que había entrado y era músico, pero no un músico cualquiera. Cuando tocaba el violin se tranformaba completamente, era como si fuese otro hombre. Un hombre que solo vive para la música y lo demuestra, así era Alberto, entregado a lo que tanto amaba y viviendo cómo podía. Delessov, al escuchar al músico tocando se le vino a la mente la idea de ser su protector y lo llevó a su casa para cuidar de él
León Tolstói
<p><b>Lev Nikoláievich Tolstoi</b> nació en 1828, en Yásnaia Poliana, en la región de Tula, de una familia aristócrata. En 1844 empezó Derecho y Lenguas Orientales en la universidad de Kazán, pero dejó los estudios y llevó una vida algo disipada en Moscú y San Petersburgo.</p><p> En 1851 se enroló con su hermano mayor en un regimiento de artillería en el Cáucaso. En 1852 publicó <i>Infancia</i>, el primero de los textos autobiográficos que, seguido de <i>Adolescencia</i> (1854) y <i>Juventud</i> (1857), le hicieron famoso, así como sus recuerdos de la guerra de Crimea, de corte realista y antibelicista, <i>Relatos de Sevastópol</i> (1855-1856). La fama, sin embargo, le disgustó y, después de un viaje por Europa en 1857, decidió instalarse en Yásnaia Poliana, donde fundó una escuela para hijos de campesinos. El éxito de su monumental novela <i>Guerra y paz</i> (1865-1869) y de <i>Anna Karénina</i> (1873-1878; ALBA CLÁSICA MAIOR, núm. XLVII, y ALBA MINUS, núm. 31), dos hitos de la literatura universal, no alivió una profunda crisis espiritual, de la que dio cuenta en <i>Mi confesión</i> (1878-1882), donde prácticamente abjuró del arte literario y propugnó un modo de vida basado en el Evangelio, la castidad, el trabajo manual y la renuncia a la violencia. A partir de entonces el grueso de su obra lo compondrían fábulas y cuentos de orientación popular, tratados morales y ensayos como <i>Qué es el arte</i> (1898) y algunas obras de teatro como <i>El poder de las tinieblas</i> (1886) y <i>El cadáver viviente</i> (1900); su única novela de esa época fue <i>Resurrección</i> (1899), escrita para recaudar fondos para la secta pacifista de los dujobori (guerreros del alma).</p><p> Una extensa colección de sus <i>Relatos</i> ha sido publicada en esta misma colección (ALBA CLÁSICA MAIOR, núm. XXXIII). En 1901 fue excomulgado por la Iglesia Ortodoxa. Murió en 1910, rumbo a un monasterio, en la estación de tren de Astápovo.</p>
Lee más de León Tolstói
50 Obras Maestras Que Debes Leer Antes De Morir: Vol. 3 (Golden Deer Classics) Calificación: 2 de 5 estrellas2/5Aforismos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Guerra y paz Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Anna Karénina Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Guerra y Paz Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Obras Completas - Coleccion de León Tolstoi: Biblioteca de Grandes Escritores Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cuánta tierra necesita un hombre Calificación: 5 de 5 estrellas5/5¿Qué es el arte? Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCuentos de León Tolstoi: Clásicos de la literatura Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesConfesión Calificación: 5 de 5 estrellas5/550 Obras Maestras Que Debes Leer Antes De Morir: Vol. 3 Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Obras de León Tolstoi - Colección Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesRelatos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesGuerra y Paz: Biblioteca de Grandes Escritores Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Colección de León Tolstoi: Clásicos de la literatura Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa sonata a Kreutzer Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Ana Karenina: Clásicos de la literatura Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Ana Karenina: Biblioteca de Grandes Escritores Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La tormenta de nieve Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Relacionado con El músico Alberto
Libros electrónicos relacionados
Aguas primaverales Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl enano Kaciano Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMaestros de la Prosa - Louisa May Alcott Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa chica de Nueva Inglaterra Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSilas Marner Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesGrandes Esperanzas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPrimer amor Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUna extraña confesión Calificación: 4 de 5 estrellas4/57 mejores cuentos de Regina Alcaide de Zafra Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDel revés Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl imperio jesuítico: ensayo histórico Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDemetrio Rudin Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNovela de ajedrez Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cuentos de Canterbury Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Historia de dos ciudades Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cumbres Borrascosas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones7 mejores cuentos - España II Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesEl eterno marido Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSentido y Sensibilidad Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Un sueño Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesIván el tonto y otros cuentos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesJovencitos con botines Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Maestros de la Prosa - Julio Verne Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLos campesinos Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa conquista de Plassans Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLibres: Historias y testimonios de Rusia Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAguas primaverales Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUn héroe de nuestro tiempo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El secreto de Lady Audley Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesObras selectas de Robert Louis Stevenson Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Clásicos para usted
El Viejo y El Mar (Spanish Edition) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Meditaciones Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Yo y el Ello Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Arte de la Guerra Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Principito: Traducción original (ilustrado) Edición completa Calificación: 5 de 5 estrellas5/5El Arte de la Guerra - Ilustrado Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La interpretación de los sueños Calificación: 4 de 5 estrellas4/5EL Hombre Mediocre Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La Divina Comedia Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Don Quijote de la Mancha Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Los 120 días de Sodoma Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Psicología de las masas y análisis del yo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El mercader de Venecia Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Política Calificación: 4 de 5 estrellas4/5To Kill a Mockingbird \ Matar a un ruiseñor (Spanish edition) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El lobo estepario Calificación: 4 de 5 estrellas4/51000 Poemas Clásicos Que Debes Leer: Vol.1 (Golden Deer Classics) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones50 Poemas De Amor Clásicos Que Debes Leer (Golden Deer Classics) Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Crítica de la razón pura Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La ciudad de Dios Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Ilíada Calificación: 5 de 5 estrellas5/5EL PARAÍSO PERDIDO - Ilustrado Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El leon, la bruja y el ropero: The Lion, the Witch and the Wardrobe (Spanish edition) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La confianza en si mismo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El libro de los espiritus Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Libro del desasosiego Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Los hermanos Karamázov Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Las 95 tesis Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Poemas de amor Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La Odisea Calificación: 4 de 5 estrellas4/5
Categorías relacionadas
Comentarios para El músico Alberto
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
El músico Alberto - León Tolstói
VII
I
A las tres de la mañana, cinco jóvenes de apariencia fastuosa entraban en un baile de San Petersburgo, dispuestos a recrearse. Bebíase champaña copiosamente. La mayoría de los invitados eran muy jóvenes y abundaban entre ellos las mujeres jóvenes también y hermosas. El piano y el violín tocaban sin interrupción, una polka tras otra. El baile y el ruido no cesaban; pero los concurrentes parecían aburridos; sin saber por qué era visible que no reinara allí la alegría que en tales fiestas parece debe reinar.
Varias veces probaron algunos a reanimarla, pero la alegría fingida es peor aún que el tedio más profundo.
Uno de los cinco jóvenes, el más descontento de sí mismo, de los otros de la velada, levantóse con aire contrariado, buscó su sombrero y salió con la intención de marcharse y no volver.
La antesala estaba desierta, pero al través de una de las puertas oíanse voces en el salón contiguo. El joven se detuvo y púsose a escuchar.
-No se puede entrar...; están los invitados -decía una voz de mujer.
-Que no se puede pasar, porque allí no entran más que los invitados -dijo otra voz de mujer.
-Dejadme pasar, os lo ruego, pues eso no importa -suplicaba una voz débil de hombre.
-Yo no puedo dejaros pasar sin el permiso de la señora-. ¿A dónde vais? ¡Ah!...
Abrióse la puerta y en el umbral apareció un hombre de aspecto extraño. Al ver salir al joven, la criada cesó de retenerle y el extraño personaje saludó tímidamente, y, tambaleándose en sus corvas piernas, entró en el salón. Era un hombre de mediana estatura, la espalda encorvada y los cabellos largos y en desorden. Llevaba abrigo roto, pantalones estrechos y rotos, botas abiertas y en muy mal estado; una corbata parecida a una cuerda se anudaba en su blanco cuello. Una camisa sucia le salía por las mangas, sobre las flacas manos. Pero, a pesar de la extraordinaria magrura de su cuerpo, su cara era blanca y fresca, y un ligero carmín coloreaba sus mejillas entre la barba y las patillas negras. Los cabellos en desorden descubrían una frente hermosa y pura. Los ojos sombríos, cansados, miraban fija y humildemente, y al mismo tiempo con gravedad. Esta expresión confundíase de modo agradable con la de sus frescos y arqueados labios, que se percibían bajo el escaso bigote.
Dio algunos pasos y se detuvo; volvióse hacia el joven y sonrió. Sonrió con algún esfuerzo, pero cuando esta sonrisa asomó a sus labios, el joven, sin explicarse por qué, sonrió también.
-¿Quién es ese hombre? -preguntó en voz baja la criada, cuando el otro hubo desaparecido hacia la sala donde se bailaba.
-Es