LOUISA MAY ALCOTT EL ALMA DE "MUJERCITAS"
EL 29 DE NOVIEMBRE DE 1832, EL MISMO DÍA QUE SU PADRE CELEBRABA SU TRIGÉSIMO TERCER CUMPLEAÑOS, NACÍA LOUISA MAY. Era la segunda hija del profesor Amos Bronson Alcott, que vivía junto a su esposa, Abigail May, y la pequeña Anna en una vieja casa en Georgetown, cerca de Philadelphia, a la que habían bautizado como Pine Place, por la gran cantidad que pinos que rodeaban la humilde propiedad. El señor Alcott no era un maestro al uso y sus nuevos métodos pedagógicos no eran del agrado de sus vecinos, por lo que dos años después de nacer Louisa toda la familia se trasladó a Boston en busca de nuevas escuelas en las que enseñar. Allí fundó la Temple School, una escuela con un sistema educativo innovador.
La familia crecería con la llegada de Elizabeth, un chico que no sobrevivió a la infancia y la pequeña Abby May. Como buen maestro, su padre incorporó en el salón del hogar de los Alcott, la inquietud por el saber. Enseñó a sus pequeñas mujercitas a pensar, reflexionar y cuando aprendieron a leer y escribir las animó a plasmar sobre el papel sus experiencias de la vida cotidiana. Así aprendieron todas ellas a desarrollar sus capacidades intelectuales y reflexivas y descubrieron su propio talento para la escritura, recibiendo consejos tanto de su padre como de la señora Alcott.
RIQUEZA INTELECTUAL
Los libros de Amos Bronson acumulados en el estudio estaban asimismo a disposición de sus pequeñas, quienes primero los usaron como piezas de construcción como la propia Louisa recordaba en su diario: “Construíamos casas y puentes con los grandes diccionarios y periódicos; mirábamos dibujos pretendiendo leer; garabateábamos en páginas en blanco con cualquier lápiz que encontráramos”.
Louisa creció en un entorno de cariño y entrega, en un hogar pobre en el que las cosas materiales brillaban por su ausencia, pero eran suplantadas por el inmenso amor de los suyos. La escuela de Amos Bronson pronto dejó de tener alumnos, los pocos que acudían incluían sus hijas que ya tenían edad para ser escolarizadas. Por muy bueno que fuera como maestro, sus ideas contra la esclavitud no fueron muy bien recibidas en el Boston de principios de siglo. La familia Alcott volvió a trasladarse y se instalaron en Concord, donde nació Abby May. Louisa recordaba aquella etapa de su vida como una de las más felices, viviendo en una bonita casa con jardín y un enorme granero que terminó convirtiéndose en una sala de actos en la que las chicas Alcott interpretaban infinidad de obras de teatro salidas de sus pequeñas cabecitas.
Amos Bronson continuó enseñando a sus hijas mientras
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