LAS GRANDES COLECCIONES DEL MUNDO
MUSEO DEL LOUVRE
Las piezas estrella en París
La historia del Museo del Louvre se remonta a la Revolución Francesa, pues fue inaugurado en 1793, con el nombre de Museo Central de las Artes de la República, en una antigua fortaleza rodeada de fosos. De entre los muchos tesoros presentes en su colección egipcia, se podrían destacar la estela del rey serpiente, el escriba sentado, el tesoro de Tod y la estatua de Karomama.
Las tumbas reales del cementerio de Abydos, donde están enterrados los soberanos de la I dinastía (3100-2700 a. C.), constaban de una cámara funeraria, rodeada de almacenes, sobre la cual había una colina de tierra que no sobresalía del suelo y una superestructura que ha desaparecido. Además, delante de cada una de ellas había un par de esbeltas estelas de piedra con el nombre del soberano allí enterrado. La estela del rey serpiente es una de ellas, descubierta en la necrópolis real por Émile Amélineau en 1896. Con 1,46 m de altura, en ella se puede ver el serekh (la fachada de un palacio sobre el que se posa un halcón), dentro del cual aparece escrito el nombre del faraón, Djet.
Simbolizando riquezas
El escriba sentado es una perfecta muestra de un tipo escultórico que aparece a lo largo de toda la historia faraónica. Esta estatua de 54 cm de altura fue descubierta por Auguste Mariette en 1850 en algún punto al norte del Serapeo de Sakkara, y muestra a un personaje tal vez de la V dinastía (2500-2300 a. C.), que hace hierático alarde de su capacidad para leer y escribir. Este conocimiento lo situaba entre la élite de la sociedad egipcia, una impresión reforzada por sus evidentes adiposidades. Dado que la mayoría de la población se alimentaba casi en exclusiva de pan y cerveza, estar gordo mostraba que uno era un miembro de la élite y podía consumir grasas animales.
En los primeros momentos de la historia faraónica, la plata, para la cual los egipcios carecían incluso de un término, era, por su escasez, más valiosa que el oro. A medida que el acceso a ella fue hacién dose más sencillo, a raíz de los contactos comerciales, su precio fue bajando. Durante el Reino Medio parece que costaba la mitad que el oro. De esta época,
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos