Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

El silencio de las Emociones
El silencio de las Emociones
El silencio de las Emociones
Libro electrónico92 páginas41 minutos

El silencio de las Emociones

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Este libro fue escrito con la intención de que el lector interprete abiertamente el significado de los poemas. Por eso, siéntete libre de cualificar esta obra a gusto propio.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento26 dic 2018
ISBN9788417435950
El silencio de las Emociones
Autor

Pablo Sergio

Alfio Bardolla es fundador, maestro y coach de Alfio Bardolla Training Group, la empresa de formación financiera personal líder en Europa que ha formado a más de 43.000 personas mediante programas de audio, vídeo, cursos en directo y coaching personalizado. Además, es autor de siete libros que a día de hoy han vendido más de 300.000 copias.

Autores relacionados

Relacionado con El silencio de las Emociones

Títulos en esta serie (100)

Ver más

Libros electrónicos relacionados

Poesía para usted

Ver más

Artículos relacionados

Categorías relacionadas

Comentarios para El silencio de las Emociones

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    El silencio de las Emociones - Pablo Sergio

    1

    Saltando de un lado a otro no llegaré,

    si solo estuviera sobrio recordaría [cómo salir.

    Detenerme por cada resaca que tuve

    no me dejaría pensar en paz.

    Yo solo peco cuando no quiero amar a [mi soledad.

    Una puesta en escena muy melodramática.

    Llorar solo alentará a los actores

    por terminar cada acto de mi vida

    con un hermoso monólogo sin sentido,

    ya que nos perderemos aquí

    dejando llegar ese malestar angelical

    que me lleve al más allá,

    al mundo que no ha de entregar ni [molestar a nadie más.

    2

    No he de maldecir tu nombre,

    ya que mucho me has dado

    como para finiquitar esta relación.

    No eres tú,

    es el lamento sucio que me acusa de [abandonarte,

    pero no es verdad,

    ya que todo lo que aquí hay es para ti.

    Una rara sensación de inconformidad [sube por mi alma

    cada vez que te escucho decir:

    «Mi amigo ha de morir, no puedo [consolarte más».

    Hemos de terminar cada sentimiento

    cada lugar

    cada idea

    en pos de prosperar más.

    He de sacrificar mi paz.

    Un tumulto que se arremolina en mi alma

    es el inicio de algo que algún día [acabará siempre.

    Has de esperar que alguna profecía

    venga a reventar la poca sobriedad

    que me ha de quedar.

    3

    Yo recuerdo un lugar en la mente que [era apacible

    porque tenía en el amanecer lo único barato de esta estancia.

    No me he de retractar al dominar mis [cicatrices.

    No tiendo a ser precavido

    y solo vivo por el régimen del caos.

    El ansia del milagro es el fin que [nunca ha existido en mí.

    Una vereda sinuosa que vive de [tu mente,

    y mis lágrimas

    solo arruinarían la máscara de maquillaje.

    Es que nunca habré de conocer el sonido

    de segar la entidad con el parar de la vida.

    Una ilusión en el romance del héroe,

    en cambio, un hombre de odio sincero

    ya no quiere ser el andar de una [deidad sola,

    pues amargas son las diosas

    que solo sucumben a la tragedia del alma,

    quedándose así, grabadas en Dios.

    Elevando un sueño nostálgico, en [mi celda,

    cumplo un eterno castigo…

    ¿Algún día dejaré en paz estas cadenas?

    4

    Una noche llegué a ver en la oscuridad [un dicho casual

    que brotaba desde el umbral donde nace [un árbol.

    En sus raíces brotaban unos raros [fenómenos,

    visitantes de la oscuridad con ese [grotesco caminar

    asustaban a todos mis enajenados,

    contando mis penas devoraban [pasatiempos.

    Ignoraban quién era yo,

    ya que solo velaban por esta helada [terminal.

    Mi tiempo no logrará recortar mis ansias

    por malograr la realidad.

    Dispuesto a descansar en paz

    induzco juramentos mintiendo.

    Solo retraso el odio, que se retiré [dignamente.

    Ya no existo más, te lo aseguro,

    mi soledad no aplaca.

    Recordar situaciones ilusorias

    que le dieron sentido a la vida

    creando un centro puro que es amable [con mi ilógico razonar

    me dará unas ganas de dormir en [algún lugar

    al cual pueda llamar hogar.

    5

    Molestado por falsos susurros hincho [mi cabeza

    pensando en cómo cambiar.

    Continúo fumando en la vereda

    que me llevará hasta un final privado,

    apartado de ti cómo podré superarlo, no sé,

    pero si me quedo aquí

    el abismo me absolverá de todo mal que [me he hecho.

    No dudo que allá tenga algo que pagar,

    ya que aquí no se juzga bien,

    solo se reparte la mezquindad,

    un tumulto de ideas arcaicas

    que dejarán de ser la vaina

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1