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Preludio de profesión
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Libro electrónico136 páginas2 horas

Preludio de profesión

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La novela trata sobre el desarrollo, y los obstáculos que encuentra un contador público, en su escala a una puesto directríz en una institución.
IdiomaEspañol
Editorialpiponerio
Fecha de lanzamiento31 ago 2018
ISBN9788829502622
Preludio de profesión

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    Preludio de profesión - César Augusto Rivera Apéstegui

    ESTRELLA

    EL CONTADOR ESTRELLA

    CAPITULO I

    En la claridad del día Luis Pizarro, el hombre lleno de planes, con un futuro promisorio, que hace siempre lo bueno y lo correcto para que todo le vaya bien en la vida; se desliza a través de la acera de la calle. Es un día alegre de verano donde disfruta del calor del ambiente y de la calidez de la gente que le rodea.

    Se encuentra con su amigo Elio en una calle de la ciudad, se saludan y éste le pregunta: ¿Qué haces caminando por aquí? A lo que responde: Voy a encontrarme con mi enamorada. La mañana sigue calurosa y radiante, no hay descanso. Dime ¿Qué hora es?-pregunta Luis-. Elio responde: Son las diez de la mañana.

    Se despide de Elio, y sigue esperando hasta que llega Carmín, la mujer que no le deja dormir, y con la que sueña casarse algún día. Luis le dice: ¿Qué tal si vamos al cine a ver " Amor celestial"?, a lo que Carmín acepta sin reparos. Van caminando abrazados, cruzan la pista calle llena de autos, siguen avanzando por la acera llena de gente. Hasta que ven a lo lejos el letrero del cine Coloso. Aquí es, sentencia Luis. Compra los tickets, antes de entrar él le compra chocolates y cancha a ella. Una vez dentro del cine buscan el sitio más acogedor que para él, es la parte intermedia. Cuando las luces del cine se apagan Luis le dice a Carmín que la ama mucho, que es la mujer más bella del mundo, y la más inteligente del planeta y que quiere casarse con ella. Ella se sonríe y le dice que también lo ama mucho y que desea casarse con él. Luis le da un beso apasionado, largo y con el alma. Al cabo de un año Luis se casa con Carmín, tienen una hijita llamada Marianne, y viven felices.

    Luis, Carmín y su hija viven en un departamento en el distrito de Jesús María, toda la relación matrimonial va muy bien. Siempre hay amor y comunicación entre ellos. Luis –quien es contador público- está buscando trabajo, puesto que dejó un trabajo temporal que tenía en una Organización No Gubernamental-ONG por reducción de personal.

    Un lunes de febrero Estela Torricelli, quien tenía el puesto de Vice Ministra de Salud, y es prima hermana de Carmín, la llama por teléfono a ésta y le dice que tiene un puesto de trabajo en la oficina de contabilidad delMinisterio de Salud- MINSA, le dice que Luis se apersone al día siguiente a su oficina para presentarlo a su asesora, y ésta a su vez lo lleve a la directora general de administración de ese ministerio.

    Contento de entrar a trabajar en una institución pública, Luis se alista, se pone la corbata, el saco, es decir, vestido elegantemente, y se acerca a la entidad estatal. Buenos días, dice él, a la secretaria de la vice ministra nacional del ente gubernativo. Me llamo Luis Pizarro, con la Srta. Estela Torricelli, por favor. Tengo una entrevista con ella. La secretaria le dice que espere, y llama por teléfono a Estela, y después de unos minutos le dice a Luis que puede pasar al despacho de aquella. Luis entra a la dependencia, saluda a Estela, se sientan, y ella le dice que va a trabajar a partir de esos momentos en la oficina de contabilidad del Ministerio de Salud como asistente contable. Luis le agradece y le dice que hará su labor con responsabilidad, honestidad y ahínco. Estela llama a su asesora y le encarga que lleve a Luis para presentarlo ante Lubina Vela, quien es la Directora General de Administración del referido ministerio. Se hace la presentación y Lubina le explica a Luis que va a reemplazar a Esther Carmona–la anterior auxiliar contable que fue despedida por haber faltado al trabajo injustificadamente por 3 días consecutivos-. Luis la escucha atentamente, enseguida Lubina le pregunta su domicilio, edad, estado civil, y experiencia de trabajo, a lo cual Luis responde de manera satisfactoria.

    Lubina se para y le dice a Luis que lo acompañe a la oficina del Contador General. Luis asiente con la cabeza y le dice: De acuerdo, como usted diga. Llegan a la oficina de la autoridad en contabilidad de aquella institución pública.

    Lo presenta y lo deja para que conversen sobre las actividades laborales que va a desempeñar allí. James Sales, el Director de Contabilidad, le indica a Luis que la institución donde se encuentran ambos es una entidad estatal que se dedica a la salud de la población a nivel nacional. Le indica que la entidad gubernamental obtiene ingresos propios–dinero cobrado a sus usuarios- por los servicios que presta en los hospitales del territorio nacional; le informa también que el ente estatal recibe fondos de la Dirección Nacional de Tesoro Público, perteneciente al Ministerio de Economía y Finanzas, por la fuente de financiamiento recursos ordinarios, para desarrollar sus actividades de salubridad ciudadana. Le indica que las primeras tareas que va a realizar son: registrar el libro bancos, hacer conciliaciones bancarias, contabilizar la ejecución del presupuesto de gastos e ingresos.

    Luis Pizarro, empieza a trabajar, él está ubicado en una pequeña oficina de trabajo, en el piso nueve, junto a un escritorio viejo con tablero de fórmica de color marrón, y sentado en una silla de patas de fierro con asiento y respaldo tapizado de cuero de color negro.

    También estaba, en otro escritorio, su compañero de trabajo Saturnino Salas, un chalaco de aspecto gordo, piel quemada, que usaba sus camisas arremangadas, y su pantalón negro de seda. Cuando Saturnino hablaba, lo hacía con una cierta tartamudez, y luego, se le cambiaba la voz, y hablaba con dicción fuerte y severa.

    También, había otra chica que era asistente contable, que se llamaba Milagros Sánchez, -de tez trigueña, cabello negro lacio y largo-, quien era amiga de Saturnino, y entre ellos conversaban y se reían ante cualquier tema que ellos tocaban.

    Al costado derecho de la oficina, junto a la ventana, se hallaba el personal de apoyo para la Dirección de Vigilancia Epidemiología, ellos eran Luis Colla–chofer, oriundo de Huaral, de tez trigueña, pelo lacio, que entraba a la oficina a coordinar el transporte de dicho personal a los hospitales, para hacer las investigaciones epidemiológicas-. Asimismo, en esa oficina estaba la doctora Cecilia Levanto– alta, de pelo lacio, negro, que vestía blues jean, que hablaba bastante con educación, y se escuchaba que conocía bien el tema de la epidemia del cólera. La otra asistente de vigilancia en epidemiología era Claudia Vidarra –chica de estatura baja, que usaba lentes, vestía ropa de color marrón, quien llevaba una cartulina donde tenía un plano de los hospitales de la capital que tenían que supervisar, para ver cómo iba el control de esa peste.

    Se iniciaba una mañana, el trabajo de los dos grupos de trabajadores, los contables, y los de vigilancia epidemiológica.

    Luis le preguntaba a Saturnino ¿Cómo hago para centrar en la computadora, en la hoja de cálculo Excel, el título del trabajo que estoy haciendo en el Libro Bancos?

    Saturnino le contesta: Utiliza el ícono de esa hoja de cálculo que se llama combinar y centrar.

    Luis le responde: Muy bien… Lo encontré, este es. Muchas gracias, ya se arregló el asunto.

    Luego de hacer el trabajo de elaborar el libro bancos, Luis, con la chequera en mano, registraba los giros de fondos para los proveedores, para el personal, y para otros, que viene a ser la columna de cargos de dicho libro. Y con el informe, de los ingresos monetarios de los hospitales de Lima registraba en la columna de abonos los fondos recibidos de parte de los pacientes atendidos.

    Luis le dice a Saturnino: He cotejado el saldo del libro bancos con el saldo contable que tengo en el libro mayor, y ambos convergen con el mismo importe.

    Saturnin o le responde: Muy bien. Ahora, a ese saldo tienes que sumarle los cheques en tránsito, más los cargos debitados por el Banco Continental–que no fueron contabilizados por el Ministerio de Salud.

    Luis le comprende, y continúa con la conciliación bancaria, y registra los cheques que han sido pagados en el mes, -cotejándolo con el extracto bancario físico que remite el Banco Continental-, y saca una relación de cheques que quedan pendientes de cobro–por los proveedores, personal y otros- en dicho Banco; al cual, le suma el saldo del libro bancos, y cuyo resultado es el valor de la conciliación bancaria, que coincide exactamente con el saldo del extracto bancario físico.

    ¡Ya está! ¡Me cuadró la conciliación bancaria!, -exclama Luis jubiloso-.

    Justo en ese momento, llega James Sales a la oficina del piso nueve donde se encuentra Luis, y sus compañeros de trabajo. James llega acompañado de Ego Lacan. Era un día muy temprano y ellos venían muy entusiastas.

    - ¡Buenos días, cómo están!, Oye Saturnino, te vi ayer, te comiste el pan con carne, en el quiosco de la esquina, y no invitaste… ya, ya, -riéndose…mira, para la próxima vez… –perora James, dirigiéndose al auxiliar contable-.

    - No, lo… lo que pasa es que te… tenía mucha hambre, y además, ya le había invitado un sándwich a Marcia Oe James, no…no…no te pases, -replica Saturnino Salas, saliéndosele el tartamudeo, pero luego muy firme en sus aseveraciones siguientes-.

    "Bueno, ¿Cómo vas Luis? ¿Ya h iciste la conciliación bancaria de enero del Banco Continental? –Pregunta James Sales con voz grave y fuerte, con un temperamento tranquilo y pensante-.

    Si, ya lo cuadré Todo está en orden, en cuanto a la conciliación bancaria, responde Luis, con un tono de voz medio apagada, y con un aire meditativo-.

    Bien. Continúa con la conciliación bancaria del siguiente mes –replicó irrefutablemente James.

    En ese entonces, también entró Francisco Escurrir a trabajar al Ministerio de Salud-MINSA. Francisco era un muchacho alto, de pinta blanca, pelo castaño claro, de fuerte voz aguda, que vestía una casaca marrón, pantalón beige, de un carácter bonachón, y muy bueno en su accionar. Él iba a trabajar en el área de planificación como Director de Planeamiento y Presupuesto, buena posición evidentemente. Un día Francisco se acerca a la oficina de Luis, se saludan y le dice que es trabajador nuevo en la entidad pública, a lo que Luis responde que también es un trabajador que recién ha ingresado a laborar. Francisco le dice a Luis que entre ellos van a conciliar la ejecución de presupuesto del ministerio, que tenga la información mensual a tiempo, y que cualquier duda o consulta le haga llegar de manera inmediata. Luis asiente a lo que Francisco le explica, y le dice que no tiene ningún problema en brindarle la información y comunicación requerida.

    Llega el fin de mes y Luis tiene listo el reporte presupuestal del ministerio, que lo ha elaborado en base a los documentos de ingresos y gastos que ha efectuado el ente estatal; se acerca a la oficina de Francisco y le entrega el mismo. Francisco revisa el presupuesto de egresos y le dice que coincide con el monto que él tiene en su computadora; lo mismo sucede con el presupuesto de ingresos. Ambos

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