Memorias de Lecumberri: Sergio García Ramírez
DIRECCIÓN DE LECUMBERRI
Yo trabajé muchos años en el sistema penitenciario. Mi primer trabajo en el sector público fue en la Penitenciaría del Distrito Federal, en Santa Martha. No me había recibido todavía. Allí elaboré mi tesis, en un cubículo médico de Santa Martha. Ahí se acendro mi vocación de penitenciarista.
Más tarde fui director del Centro Penitenciario del Estado de México durante varios años, una prisión aledaña a Toluca que tuvo éxito como prisión. El éxito que puede tener una prisión que sirve a sus objetivos.
Después, dentro del ambiente de la Secretaría de Gobernación, fui subsecretario algunos años. Me ocupé del Sistema de Readaptación Social.
En abril de 1976 hubo una fuga espectacular en Lecum-berri de un grupo de personas encabezadas por un notorio tra-ficante de drogas. Atrajo mucho la atención pública y provocó un gran escándalo, muchos líos adentro de la cárcel. Entonces, el presidente Luis Echeverría me preguntó si aceptaría dirigir Lecumberri en medio de esta catástrofe que había ocurrido.
Obviamente le dije que sí, pero para mí fue un reto muy difícil. Antes había tenido contacto con Lecumberri, no como abogado defensor ni como mi-nisterio público, sino como estudioso de prisiones, y tenía muy mala impresión de ese centro penitenciario. Era una prisión muy grande; entonces albergaba a cerca de 4,000 reclusos, poquito menos. Había pasado por muy distintas etapas y tenía muchos problemas. Algunos de mis colegas y maestros que habían dirigido Lecumberri confesaron que no habían podido resolverlos. Entonces, acepté el reto y la invitación del presidente.
La noche del 30 de abril me fui a dirigir la prisión. Me dio posesión del cargo el regente
Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.
Comienza tus 30 días gratuitos