Mujeres "enos" poderosas
Mujeres “menos” poderosas no sólo es el proyecto de responsabilidad social de GINgroup, sino un compendio de 10 historias que muestran las diferentes formas de manifestarse del poder femenino en diversas latitudes mexicanas, invitando a replantearse lo que es y para qué, y a definirnos por nuestros actos. Se trata de 10 entrevistas que dejan un digno ejemplo de inspiración y resiliencia.
LIBORIA RODRÍGUEZ vive en la Ciudad de México y se dedica al trabajo doméstico. Su historia de vida fue inspiración de la película “Roma”, ganadora de tres premios Oscar. Ella es la nana original de Alfonso Cuarón: “Cuando estaba en mi pueblo no pensaba venir a México, después trabajé con una doctora de Tlaxiaco y me trajo, estuve una temporada y me regresé. Pero estando allá quería regresar para seguir trabajando y ayudar a mis padres. Vine con una prima que fue la que me recomendó en este trabajo en que todavía sigo. No fue un sacrificio. Tenía que trabajar y llegué con mucho gusto a trabajar con la familia”.
Cuando llegó, Alfonso tenía 9 meses: “Me presentaron a dos niños de nombre Alfredo y Alfonso. Me encantó ver a dos chiquitos". Pero al poco tiempo Liboria se quedó a cargo de todo –incluida la cocina– hasta que consiguió que otra prima trabajara ahí cuando nació Cristina, pero también se fue al poco tiempo. “Me quedé bastante tiempo sola. Luego nos cambiamos de Coyoacán a la Roma y ahí comenzó la historia. Fue algo que hice con mucho gusto; cuidar en vez de a un niño a dos, y luego a tres. Después vino el siguiente (Carlos) y ya fueron cuatro…”.
UNA NUEVA FAMILIA
No le importó hacer más de lo debido porque “no es el dinero el que hace todo”. Cuando salió de su pueblo le dijeron que una empleada doméstica no podía sentirse segura en la ciudad. A sus 24 años, tuvo una hija que falleció: “Fue muy duro porque no tuve al apoyo de la persona que yo pensaba, tuve que sacar fuerzas y la familia me apoyó muchísimo, además de mi mamá, que todavía vivía. Cuesta y –después de todo– queda algo para sanar, pero con ayuda y una misma tienes que salir adelante”.
Libo cuenta a cinco hijos: “Mi hija vino mucho después, pero vino con mucho amor. Ahora tengo cinco amorosos que me buscan, me quieren y me apoyan. ¿Qué más puedo pedir? Hemos viajado juntos y a Dios le doy gracias porque no esperaba tanto. En mi pueblo hubo muchas carencias,
