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La Identidad Cooperativa
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Libro electrónico334 páginas5 horas

La Identidad Cooperativa

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Esta publicación de Oscar Bastidas Delgado constituye un aporte valioso y signicativo para un tema tan crucial como actual. Ayuda a comprender el tema de la identidad cooperativa desde una perspectiva que combina, equilibradamente, lo teórico con lo práctico, lo que no puede resultar sorprendente si se considera que el autor cuenta con una amplia trayectoria tanto en el terreno académico como en la participación activa como un integrante más del movimiento cooperativo de su país. Aporta la riqueza del análisis de una gran cantidad de experiencias concretas de todas partes del mundo y, al mismo tiempo, realiza propuestas metodológicas innovadoras que pretenden aportar a la construcción colectiva de un marco teórico referencial para la con ceptualización del fenómeno cooperativo
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento8 sept 2018
ISBN9788829506705
La Identidad Cooperativa

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    La Identidad Cooperativa - Oscar Bastidas Delgado

    LA IDENTIDAD COOPERATIVA

    Oscar Bastidas Delgado

    LA IDENTIDAD COOPERATIVA

    Prólogo: Manuel Mariño.

    Director Regional Cooperativas de las Américas. Región de la Alianza Cooperativa Internacional.

    PRÓLOGO

    Por Manuel Mariño

    En 1988, en la Asamblea de la Alianza Cooperativa Internacional realizada en Estocolmo, el entonces presidente de la organización, Lars Marcus, presentó su informe Cooperativas y valores básicos. En aquel documento, que realizaba un llamado a indagar sobre la verdadera naturaleza de las cooperativas y que marcó el punto de partida de un proceso de siete años que culminaría con la aprobación de la actual Declaración sobre la Identidad Cooperativa, Marcus sostenía que "la historia de las cooperativas es, hasta cierto punto, la historia de la búsqueda de su identidad". Esta frase, tan breve como certera, es el reflejo de uno de los rasgos más salientes del cooperativismo: su condición de un modelo de organización social y económica sustentado sobre bases bien definidas e inalterables pero que, al mismo tiempo, es capaz de adaptarse, sin perder su esencia, a los entornos y las circunstancias cambiantes en las que le ha tocado desempeñarse.

    Aunque los estudiosos han rastreado ejemplos precursores del cooperativismo actual hasta en las civilizaciones más antiguas, existe un consenso generalizado que identifica a la experiencia de los Pioneros de Rochdale como el primer gran esfuerzo por conceptualizar un modelo de aplicación universal. Ya han transcurrido más de 170 años desde aquel primer intento de definir la identidad cooperativa y lo esencial de aquellas definiciones permanece hoy totalmente vigente. Pero lo que hace diferente al cooperativismo no es sólo la persistencia de esos principios esenciales. De poco serviría un modelo organizacional testimonial que mantuviera sus rasgos esenciales pero que hubiera perdido vigencia y ya no fuera aplicable a las realidades posteriores a la del momento en el que fue concebido y formulado. Lo llamativo del fenómeno cooperativo es que su vigencia a lo largo de los años se ha visto acompañada de un crecimiento y una expansión incesantes.

    Hoy hay más de mil millones de personas que, en casi todos los rincones del mundo, son parte de organizaciones cooperativas que aplican aquellos mismos principios formulados por los pioneros, casi dos siglos atrás. Una realidad de esta magnitud no puede ser el resultado de una adhesión caprichosa e ideologizada a un modelo de organización socio-económica. No tiene otra explicación que su legitimidad, su validez y su eficacia.

    Seguramente, una parte muy importante del secreto de este éxito incuestionable radique en la vocación por la integración que ha caracterizado desde siempre a las cooperativas. Esta disposición a trabajar juntas les ha permitido construir un movimiento organizado a nivel mundial, encarnado en una entidad, la Alianza Cooperativa Internacional, a la que se le ha encomendado, entre otros, el rol esencial de ser el celoso custodio de la identidad cooperativa. Una vez más, esa misión no consiste en aferrarse obstinadamente a ciertas definiciones fundacionales. Si las cooperativas permanecen vigentes, y si hoy están más vivas que nunca, es porque han sido capaces de reconocer la necesidad de revisarse y actualizarse permanentemente sin perder su esencia, de modo de seguir cumpliendo eficazmente con su misión esencial en escenarios sociales, económicos y políticos que cambian tan drástica como aceleradamente.

    La frase de Lars Marcus que recordábamos al comienzo se gestó en medio de uno de los muchos momentos históricos en los que las cooperativas se abocaron a una revisión profunda de su identidad para adaptarse a las grandes modificaciones del entorno. En aquella oportunidad se trataba de encontrar un modo de mantener vigente el modelo frente a un fenómeno que recién se comenzaba a comprender en toda su dimensión, pero que ya era tan real como irreversible: la globalización social y económica. Aquel proceso terminó con la aprobación de la actual Declaración sobre la Identidad Cooperativa en 1995. Las anteriores revisiones profundas en la formulación de los principios cooperativos también se habían producido en momentos de grandes cambios a nivel mundial. La primera se desarrolló luego de la gran crisis de 1929 y en el periodo comprendido entre las dos guerras. La segunda tuvo lugar en pleno auge de la guerra fría, con un mundo dividido en dos grandes bloques políticos y económicos, ambos con una presencia significativa del cooperativismo.

    Hoy nos encontramos en medio de lo que aparenta ser un nuevo punto de inflexión en la historia del cooperativismo. La resiliencia demostrada por las cooperativas frente a la crisis financiera mundial que pronto cumplirá una década y que todavía golpea fuertemente a muchas economías, especialmente de los países más desarrollados, ha llamado la atención de actores sociales y políticos de todo el mundo. Muchos de los que antes consideraban a las cooperativas como una expresión marginal o secundaria, hoy han vuelto su atención sobre ellas, tratando de desentrañar qué es lo que les ha permitido sobrevivir, y en muchos casos hasta crecer, en el mismo escenario en que otro tipo de empresas desaparecían o debían recurrir a la ayuda del Estado como único medio para subsistir. La caída estrepitosa de algunos paradigmas económicos y sociales que, hasta hace poco tiempo, gozaban del estatus de verdades casi incuestionables ha sido terreno fértil para una revalorización de lo cooperativo.

    El cooperativismo tiene la ocasión histórica —ganada con justo derecho y por mérito propio— de pasar a jugar en la cancha grande, sobre todo en términos económicos. Pero esta oportunidad irrepetible es de la misma magnitud que los enormes desafíos que trae consigo. Una vez más, el movimiento cooperativo organizado ha querido estar a la altura del reto que le planteaba la historia. Aprovechando la Declaración de Naciones Unidas del 2012 como el Año Internacional de las Cooperativas, se elaboró y se dio a conocer una propuesta más amplia y de más largo aliento, orientada a transformar al cooperativismo en una herramienta todavía más eficaz a la hora de aportar soluciones a las necesidades de la gente: el Plan para una Década Cooperativa.

    La expectativa generada y el abanico de posibilidades que se ha abierto son muy alentadores. Algunos de los desafíos que se enfrentan son complejos y presentan algunas dificultades potenciales. Por mencionar sólo uno, la capitalización de las cooperativas siempre ha operado como una restricción importante para su desarrollo como empresas, en buena medida como consecuencia de limitaciones impuestas por la legislación o por normas internacionales que no llegan a interpretar adecuadamente la naturaleza de las cooperativas, como las NIIF que las obligan a considerar los aportes de capital de los asociados como un pasivo y no como patrimonio neto. Muchas cooperativas en todo el mundo han comenzado a explorar nuevos caminos para solucionar esta dificultad, llegando incluso a adoptar instrumentos de deuda o de capital originalmente desarrollados para otro tipo de empresas. Este es un camino interesante pero también riesgoso. Algunas de estas experiencias se ubican en el límite de lo que podría interpretarse como una pérdida de la identidad cooperativa. Por este motivo, es absolutamente central que, a la hora de recorrer estos nuevos senderos, las cooperativas se continúen orientando con la brújula de los elementos que definen su identidad. La delgada frontera entre la innovación y la desnaturalización debe estar muy claramente definida y no debe perderse de vista jamás.

    El Plan para una Década Cooperativa ha integrado el tema de la identidad como uno de sus cinco pilares fundamentales pero, más allá de lo que se establezca en un documento, el cooperativismo de todos los días lo construyen cada una de las organizaciones de base que forman parte del movimiento en todo el mundo. Es esencial, entonces, que nuestros cooperativistas cuenten con aportes clarificadores y fundamentados que ayuden a definir la identidad cooperativa, a distinguir qué es cooperativo y qué no lo es, tanto desde el punto de vista teórico como del práctico. Del mismo modo, es importante que estos conceptos estén también muy claros para muchos actores externos al movimiento pero vinculados a él: los legisladores, los organismos de promoción y control de las cooperativas a nivel local y nacional, los encargados de la formulación de políticas públicas, los organismos internacionales de desarrollo y de fijación de normas y estándares y otros actores de la economía social y de la sociedad civil, entre otros.

    Indudablemente, esta nueva publicación de Oscar Bastidas Delgado constituye un aporte valioso y significativo para un tema tan crucial como actual. Ayuda a comprender el tema de la identidad cooperativa desde una perspectiva que combina, equilibradamente, lo teórico con lo práctico, lo que no puede resultar sorprendente si se considera que el autor cuenta con una amplia trayectoria tanto en el terreno académico como en la participación activa como un integrante más del movimiento cooperativo de su país. Aporta la riqueza del análisis de una gran cantidad de experiencias concretas de todas partes del mundo y, al mismo tiempo, realiza propuestas metodológicas innovadoras que pretenden aportar a la construcción colectiva de un marco teórico referencial para la conceptualización del fenómeno cooperativo.

    Nos consta el esfuerzo y la dedicación de Oscar para completar este trabajo, cuyo propósito fundamental es contribuir a la reflexión y a la clarificación de conceptos en un momento crucial para el futuro del cooperativismo. Estamos seguros de que el objetivo de Oscar se ha cumplido y que quienes lean las siguientes páginas van a terminar teniendo un panorama mucho más preciso sobre la verdadera naturaleza del fenómeno cooperativo, además de nuevas herramientas para comprenderlo y estudiarlo.

    San José, Costa Rica

    INTRODUCCIÓN

    En los cooperativistas existe una sobredimensión, especie de conciencia colectiva, construida durante siglos que orienta sus acciones; alimentada por utopías y apoyada en una intuición especial y en valores y principios, esa conciencia colectiva les ha permitido desarrollar experiencias genuinas, tantas como problemas han debido enfrentar, y esas experiencias les han aportado a las cooperativas rasgos comunes en todos los rincones del planeta.

    La observación y sistematización de esos rasgos constituyen lo que pudiese denominarse la Identidad Cooperativa, entendida como el conjunto de atributos propios que las cooperativas poseen, tipificados principalmente por su lógica de organizaciones constituidas para enfrentar problemas de quienes las constituyen, con una estructura organizacional específica.

    Gracias a esa Identidad como denominador común, los cooperativistas pueden comunicarse, compartir inquietudes y realizar actividades conjuntas de manera directa, al mismo tiempo que construyen un movimiento con dimensiones locales, regionales, nacionales y, hasta mundiales.

    Las cooperativas son pioneras en esfuerzos comunes desde hace casi dos siglos y hoy constituyen el mayor movimiento socioeconómico del mundo con más de 2,6 millones de cooperativas y de mil millones de asociados en el planeta según la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) ; si se considera que cada asociado tiene una familia promedio de tres personas, el total de personas vinculadas al movimiento, sobrepasa los cuatro mil millones.

    Además, 250 millones de personas son empleadas o se sustentan a través de estas cooperativas, y las 300 cooperativas más grandes han generado ingresos anuales de 2,2 billones de dólares, equivalente al PIB de la séptima economía más grande del mundo2.

    No en vano Roberto Rodríguez, expresidente de la ACI, afirmó que las cooperativas3

    han permitido a lo largo de la historia que gente común pueda realizar cosas extraordinarias. Han sido el medio que ha permitido que ayudándonos unos a otros podamos satisfacer nuestras necesidades económicas sociales y hasta culturales. Muchas veces, juntos, podemos alcanzar sueños y reconstituir esperanzas. Sin embargo en esta época de la globalización, algunas personas tienen dificultades para ver el papel que deben cumplir las cooperativas….

    Con sus altibajos, éxitos y fracasos, las bondades del movimiento conformado por las cooperativas, son observables en el planeta: producción de bienes y servicios, combate a la iniquidad, el hambre, la pobreza y el desempleo; tejer ciudadanía a partir de lo local en una época que indiscutiblemente es de Globalización.

    PERTINENCIA DEL DOCUMENTO

    Se aspira aportar a una reflexión sobre las cooperativas que permita precisar sus rasgos, y a partir de ellos, contribuir a perfeccionarlas como herramientas de desarrollo socio-económico integral en cualquier espacio humano. Tres razones adicionales ratifican la pertinencia de este documento:

    Desconocimiento y confusiones acerca de las cooperativas

    Numerosos son los términos que se solapan, enfrentan, o confunden con el de cooperativa y con sus procesos, utilizados de manera confusa o con significados diferentes hasta en un mismo contexto. La realidad impone manejo de redes de conceptos operativos que permitan a los cooperativistas desarrollos propios sobre bases de Investigación-Acción aplicadas a sus realidades en primer lugar, ya que son quienes mejor deben comprender su problemática y concederle concepto y direccionalidad apropiada a sus procesos e investigaciones.

    Desconocimiento de los rasgos básicos de las OESs, particularmente los de las cooperativas

    Entendiendo que la autonomía de las cooperativas debe permitirle la prosecución de sus fines sin injerencias externas por lo que autonomía no es sinónimo de aislamiento, comprobado están los éxitos cooperativos han sido mayores en aquellas experiencias que adquirieron perfil propio, con autonomía como los exitosos casos de los kibbutzim en Israel, la Corporación Cooperativa Mondragón (CCM) en el País Vasco, el Movimiento de Cajas Populares Desjardins (MCPD) en Québec, las Ferias de Consumo de Lara en Venezuela, y otras.

    Para obtener éxitos con perfil propio, la Identidad Cooperativa general del cooperativismo y la específica de la cooperativa que la pretenda es básica. Conocer y difundir los rasgos de la Identidad es un reto para evitar la reproducción de pseudo-cooperativas o cooperativas falsas de gobiernos, y empresarios y cooperativistas inescrupulosos.

    Necesidad de una Teoría sobre las Cooperativas desde la perspectiva organizacional

    Un obstáculo para impulsar de mejor forma las cooperativas es la ausencia de una teoría que conceda conceptos y direccionalidad a la acción; se suma la escasez de información. Para el autor: No hay mejor acción que una buena teoría, por lo que es fundamental impulsar la construcción de una Teoría sobre las OESs, y particularmente las cooperativas. En esa inquietud subyacen varias intenciones:

    Comprenderse y definirse como actores con visión integral y dominio de herramientas para innovar y producir cambios.

    Reafirmar la Identidad Cooperativa con bases en la propia dinámica cooperativa y al interior de la lógica mayor de la ES por un mundo más humano y democrático, centrado en las personas.

    Comprender las características y alcances de un movimiento en permanente reconstrucción: raíces, momentos, relaciones con otros sectores, proyecciones y trascendencia en la sociedad y el tiempo.

    Construir organizaciones fuertes en lo social y en lo empresarial, perfeccionando procesos para enfrentar los retos de la globalización neoliberal, y particularmente los de ambos capitalismos salvajes, el monopólico y el estatista que todo lo que toca lo burocratiza y quiebra.

    En el mundo académico, lo tradicional ha sido el estudio de las OESs desde la perspectiva del derecho y numerosos los textos sobre leyes, estatutos, reglamentos, y pautas legales que han sesgado el mundo de los cooperativistas al extremo de hacer creer que sus problemas se solucionan mediante reformas legales; la perspectiva sociológica le sigue en presencia.

    Ese panorama olvida lo humano-organizacional de un sistema que centra su atención en las personas, sus ideas, valores, y complejas creencias.

    También olvida la necesidad de claros objetivos estratégicos que las cooperativas como organizaciones deben tener, y la importancia de dominar el eje mercado ↔ tecnología ↔ producción ↔ lo financiero ↔ lo administrativo-contable para conceder factibilidad económica a las cooperativas. En este punto se observa la necesidad de aportar a una teoría de la organización y funcionamiento de las cooperativas que abone el terreno de la Teoría Administrativa como campo del conocimiento encargado del estudio de las organizaciones desde la perspectiva del funcionamiento interno y de sus relaciones con la sociedad.

    Lo señalado se une a la casi inexistencia de materiales formativos desde las perspectivas de la gestión y la economía misma como disciplinas; son pocos los cooperativistas y los académicos e investigadores que han asumido las cooperativas desde una perspectiva organizacional de la Teoría Administrativa. Ello es comprensible, la Teoría Administrativa se ha inclinado tradicionalmente hacia las empresas de dejando vacía la cartera de investigaciones sobre las Organizaciones de la Economía Social (OESs), particularmente las cooperativas, lo que ha contribuido a que actores y estudiosos del cooperativismo no dispongan de un instrumental analítico apropiado ni de herramientas de análisis y gestión acordes con la Identidad Cooperativa.

    La necesidad de construir una Teoría sobre las OESs desde la perspectiva de la Teoría Administrativa que permita gestionarlas apropiadamente con base en sus rasgos y desarrollar herramientas administrativas apropiadas para la acción, constituye un reto prioritario para los formados en esa teoría.

    CONSIDERACIONES METODOLÓGICAS Y DE ESTRUCTURA

    Las cooperativas como toda OES se debaten al interior de una matriz o conjunto de Infinitos procesos organizacionales que las categorizan y modifican concediéndoles rasgos especiales específicos, con obvias variantes, dependiendo de si se refieren a asociaciones, mutuales cooperativas u otras formas de OES. En todas existe una lógica compartida: ellas son constituidas por grupos de personas que voluntaria y directamente, sin intermediación, enfrentan problemas comunes, aportando recursos propios lo que, como conjunto, les concede una estructura organizacional y una lógica especial de funcionamiento que las diferencia de las organizaciones de capital y las públicas.

    Las cooperativas en particular, constituyen unidades con una doble dimensión organizacional: asociación-empresa, lo que les concede una fusión interesante y un doble anclaje o acción sobre su realidad permitiéndoles alcanzar objetivos sociales y económicos partiendo de lo local, con ventajas que otras organizaciones no pueden obtener. No confundir esa doble acción con duplicidad pues ambas dimensiones se complementan, no se repiten ni chocan entre sí.

    Teniendo las cooperativas ese anclaje local natural (rasgo en sí mismo), cada fracaso produce un daño inmenso; a diferencia de las empresas de capital que al quebrar desplazan sus capitales a espacios más rentables, las cooperativas fracasadas quedan a la vista de la comunidad, restan credibilidad y frenan la constitución de genuinas cooperativas.

    Desde la perspectiva de la Teoría Administrativa, el documento teje conceptos operativos y reflexiones apuntando al diseño de un Mapa de Variables Organizacionales que facilite el estudio de las cooperativas. Con una visión de helicóptero, observando las cooperativas como su razón de ser, alejándose o acercándose ellas observando su conjunto o sus detalles, el documento se desplaza en tres direcciones, así:

    De lo teórico a la realidad. Es decir, de lo conceptual y la visión administrativa a procesos concretos como la participación o casos.

    De los planteamientos simples a los complicados. Como sucede con la construcción de conceptos y las referencias a casos.

    Del pasado al presente. En lo posible, un eje histórico traza el desarrollo del documento, así se trate de dos situaciones marradas en un mismo párrafo.

    Posee un sesgo pedagógico, intenta colocarse en las dificultades propias de quienes se introducen en el mundo de la ES, presentando una lectura agradable sin rigidez académica y metodológica.

    Así es como se introduce en la Identidad Cooperativa entendida como el conjunto de rasgos atributos que las cooperativas poseen y las diferencian de otras organizaciones. Uno de los rasgos, el referido a la intercooperación y la integración cooperativa obliga a detenerse, es gracias a ambos procesos que numerosas experiencias ilustran con creces las impactos del cooperativismo y diseño la arquitectura del cooperativismo mundial. Con el fin de proporcionar una visión de las variadas dimensiones alcanzadas por el movimiento cooperativo se presenta un resumen de las principales experiencias y organismos de integración.

    Termina el documento con una propuesta para el estudio de las cooperativas, con ella se pretende aportar a la construcción colectiva de un marco teórico referencial sobre el cooperativismo con base en un Mapa de Variables como instrumento metodológico integrador de los diversos elementos que inciden en la organización y funcionamiento de las cooperativas y así observar sus incidencias.

    El Mapa se presenta como un instrumento pedagógico y de investigación útil y como un recurso nemotécnico para jamás olvidar que analizar este mundo siempre será una tarea compleja; se presenta con deliberados niveles de abstracción con el propósito de facilitar al lector la elaboración de su propio Mapa y los aterrizajes apropiados a la realidad que pudiera interesarle.

    UN DOCUMENTO COLECTIVO CONSTRUIDO POR APROXIMACIONES

    Este documento es el fruto de años de reflexiones y observaciones participantes del autor, escritas en notas, artículos, ponencias y hasta libros que se lustraron con aportes de cooperativistas y académicos en discusiones e investigaciones. Se soporta en consideraciones teóricas y empíricas combinadas con su formación y academia en la Teoría Administrativa, de activista del movimiento generado por la Central Cooperativa Nacional de Venezuela (Ceconave), y con sus visitas y pasantías en OESs de casi una treintena de países; por lo dicho, no es exclusivo del autor, solo le corresponde al autor la sistematización de las reflexiones, las debilidades del documento, y las consecuencias

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