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La economía social y solidaria en un contexto de crisis de la civilización occidental: Alternativas ante la migración y la desigualdad de género en México, San Francisco y Granada
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La economía social y solidaria en un contexto de crisis de la civilización occidental: Alternativas ante la migración y la desigualdad de género en México, San Francisco y Granada
Libro electrónico369 páginas5 horas

La economía social y solidaria en un contexto de crisis de la civilización occidental: Alternativas ante la migración y la desigualdad de género en México, San Francisco y Granada

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En esta segunda etapa de la investigación, la cual busca vincular la economía social y solidaria con la migración y la igualdad de género a partir de un reconocimiento explícito del contexto de crisis de la civilización occidental, se ha optado por darle la palabra a las y los actores que han sido excluidos del sistema hegemónico y que han bus
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento31 ene 2022
ISBN9786074175837
La economía social y solidaria en un contexto de crisis de la civilización occidental: Alternativas ante la migración y la desigualdad de género en México, San Francisco y Granada
Autor

Leïla Oulhaj

Leïla Oulhaj es economista por la Universidad Católica de Lovaina (UCL, 1993); cuenta con un posgrado en Estudios del Desarrollo (UCL, 1994) y una maestria en Estudios de la población, del medio ambiente y del desarrollo (UCL, 19959. Actualmente realiza un doctorado en Estudios Latinoamericanos en la UNAM. Es especialista en el tema de la economía social y solidaria (ESS) en México y en la coordinación, monitoreo y evaluación de proyectos sociales. Ha trabajado como investigadora en la UCL y como profesora en la Universidad Iberoamericana, Ciudad de México (Métodos de Investigación en Ciencias Sociales; Taller de Reflexión del Servicio Social). Ha colaborado también en el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en John Snow, Inc., y otras instituciones tanto como consultora como coordinadora de proyectos. En la actualidad es coordinadora del área de investigación en el Centro Internacional de Investigación de la Economía Social y Solidaria (Universidad Iberoamericana, Ciudad de México). Sus principales líneas de investigación son: ESS y migración; ESS e igualdad de género; finanzas solidarias, e inclusión financiera.

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    La economía social y solidaria en un contexto de crisis de la civilización occidental - Leïla Oulhaj

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    La economía social y solidaria en un contexto de crisis de la civilización occidental

    Alternativas ante la migración y la desigualdad de género en México, San Francisco y Granada

    Leïla Oulhaj | Andrea Margarita Núñez Chaim

    Eduardo Juárez Mejía | Fátima Álvarez | Luis Miguel López Rodríguez

    Kathleen M. Coll | María Pilar Tudela-Vázquez | Nayra García-González

    Juan Rodríguez Medela | Mariana Guadalupe Zaragoza González

    La economía social y solidaria en un contexto de crisis de la civilización occidental

    Alternativas ante la migración y la desigualdad de género en México, San Francisco y Granada

    Leïla Oulhaj (coordinadora)

    Índice de contenido

    Portadilla

    Legales

    Agradecimientos

    Prólogo

    Introducción general

    Contradicciones del sistema capitalista patriarcal, nuevas formas de violencia de género y economía social y solidaria. El caso de las migrantes encarceladas en Tapachula

    Todo empezó por un sueño en San Pablo Güila, Oaxaca. Cuando los migrantes se convierten en actores de la economía social y solidaria en su comunidad de origen

    Flor de Mayo. Cuando la economía social y solidaria tiende puentes para transformar el modelo neoliberal patriarcal y disminuir los flujos migratorios

    Socias, remesas y migración: las cooperativas de ahorro y préstamo como impulsoras de la inclusión financiera en una nación de migrantes. El caso Caja Popular Mexicana

    El trabajo que hace posible todos los demás trabajos. Mujeres migrantes en Estados Unidos promoviendo una ciudadanía de los cuidados a través de la economía social y solidaria

    Otras economías, otros desarrollos. Investigación en el área metropolitana de Granada (Andalucía, España), desde una perspectiva de género y migración

    Un paso más en la búsqueda de caminos hacia otros mundos

    Acerca de las y los autores

    UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA CIUDAD DE MÉXICO.

    BIBLIOTECA FRANCISCO XAVIER CLAVIGERO

    D.R. © 2019 Universidad Iberoamericana, A.C.

    Prol. Paseo de la Reforma 880

    Col. Lomas de Santa Fe

    Ciudad de México

    01219

    publica@ibero.mx

    Primera edición: 2019

    ISBN: 978-607-417-583-7

    Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio sin la autorización escrita del titular de los derechos patrimoniales.

    Hecho en México

    Digitalización: Proyecto451

    Agradecimientos

    Agradezco al equipo que nos permitió realizar esta segunda parte de la investigación en tres temas que nos unen como personas, ciudadanos e investigadores: Magui, Eduardo, Fátima, Luis Miguel, Kathleen, María Pilar, Juan y Nayra. Gracias por creer en este proyecto y buscar unir fuerzas y esfuerzos desde nuestros diferentes horizontes. La dinámica de los seminarios, a distancia para algunos, fortaleció sin duda alguna nuestro equipo. Gracias por aportar desde sus experiencias. Gracias por adecuar sus tiempos en todo este proceso para que saliera a tiempo este manuscrito.

    Gracias, Raquel, por estos años en los que acompañaste diversas investigaciones. Gracias por aceptar traducir el quinto capítulo redactado por Kathleen y María Pilar. Gracias también por tu búsqueda de indicadores de los diferentes lugares en los que se realizaron los estudios de caso para contar con un panorama más completo al inicio de la investigación.

    Gracias, Magui, Fátima y Mariana, por abrir espacios de intercambio que se convirtieron en verdaderos espacios de convivencia para compartir lo que somos cada una, escuchándonos; así como por esos desvelos al revisar los textos y aportar a los diferentes capítulos.

    Gracias, Magui, por haber participado en ambas etapas de esta investigación, por tus aportes, tu compromiso y amistad.

    Gracias, Fátima, por brindarme el catálogo de Flor de Mayo y poder escoger los bordados para la realización de la portada.

    Gracias, Brenda, por aceptar nuevamente el reto de crear la portada, por el trabajo juntas y el resultado.

    Gracias, Eduardo, por permitirme escribir a cuatro manos el capítulo dos de este trabajo. No puedo olvidar el día en el que te comenté de esta segunda etapa de la investigación enfocada a estudios de caso y que tú me planteaste escribir juntos. Cada ida a San Pablo Güila quedará como un momento de mi vida que no podré borrar. Gracias a Joan, Pedro y a todo el equipo de Findeca por facilitarnos el trabajo de campo.

    Gracias, Mariana, por retomar la investigación y abrir espacios para leer, comentar y cofirmar la conclusión general.

    Gracias, Bosque, por leer la introducción y por tus sugerencias.

    Gracias a la Dirección de Publicaciones por su trabajo y permitirnos tener este libro en nuestras manos.

    Gracias, Ángeles, por tu apoyo día a día.

    Gracias, Sofi, mon soleil. Esta investigación, más que las otras, implicó abrir espacios de noches, fines de semana y vacaciones. Tus miradas, pláticas e intercambios me dieron fuerza. Una vez más. Te amo.

    Leïla

    Prólogo

    En esta segunda etapa de la investigación, la cual busca vincular la economía social y solidaria con la migración y la igualdad de género a partir de un reconocimiento explícito del contexto de crisis de la civilización occidental, se ha optado por darle la palabra a las y los actores que han sido excluidos del sistema hegemónico y que han buscado vías para mejorar sus condiciones de vida en diferentes estados de México, San Francisco (Estados Unidos) y Granada (España).

    Falta mucho para lograr que la economía social y solidaria sea una opción de vida digna para más personas. Sin embargo, la mayor parte de los estudios de caso que encontrarán en este libro evidencian que ya lo es para varias personas, pues ha abierto alternativas a la migración y en los países de destino ha brindado condiciones de vida más dignas para las mujeres y hombres que han dejado todo en busca de un mejor futuro para ellos y sus familias, en particular sus hijos.

    El contexto de los últimos meses nos alienta a seguir en esta línea de investigación por los retos que tendremos que enfrentar desde nuestro país, tanto por ser destino de los migrantes como por el aumento de las deportaciones desde Estados Unidos a México y por seguir siendo, ojalá en menor medida, un país de tránsito.

    Jesús Campos Orozco

    Director del CIIESS

    Introducción general

    Leïla Oulhaj

    Todo parece indicar que estamos atrapados en una crisis que tiene múltiples rostros, los cuales confirman que las condiciones de vida de millones de personas excluidas del programa neoliberal no podrán ser mejoradas por gobernantes electos de manera democrática que busquen el bien común y una redistribución de las riquezas. Este reconocimiento del contexto se agudiza a la hora de mirar la región latinoamericana, la más desigual en materia de distribución del ingreso (Cepal, 2016).

    Frente a esta situación, una de las esperanzas queda en las voces que se elevan desde varios rincones de este planeta para oponerse, resistir y ofrecer alternativas al programa neoliberal y a sus diferentes formas de expresión. De éstas, podemos recordar a las miles de personas que salieron para oponerse a la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, así como a su política en contra de los migrantes o a su salida del Acuerdo de París.

    Estas manifestaciones no son recientes. Recordemos el levantamiento zapatista en 1994; las manifestaciones contra el G8 en 1996 o en Hamburgo contra el G20 en 2017; el movimiento Occupy en Estados Unidos; el 15-M en España (Massiah en Becerra, 2012; Escalante, 2015); así como el Foro Social Mundial que, desde que se inauguró en 2001 en Porto Alegre, Brasil, ha buscado proponer alternativas para hacer frente al neoliberalismo con el lema Otro mundo es posible, a través de encuentros anuales en diversas sedes con personas provenientes de la sociedad civil, organizaciones y movimientos sociales que quieren construir un mundo sostenible e inclusivo en el que cada persona y cada pueblo tiene su lugar y puede hacer oír su voz (Alternativa Latinoamericana, 2016).

    En los últimos años en América Latina, fuertes movimientos anti-neoliberales han llevado a los ciudadanos argentinos, bolivianos, brasileños, ecuatorianos, salvadoreños, nicaragüenses, uruguayos y venezolanos a optar por gobiernos progresistas. Dicha opción, sin embargo, como en el caso de Venezuela, pronto fue desprestigiada a nivel internacional y dentro del país, lo que trajo como consecuencia manifestaciones reprimidas con violencia para callar las voces que claman libertad, mientras que en el caso de Argentina y Brasil posibilitó el regreso de la derecha al poder y, con ello, del neoliberalismo con más fuerza (Modonesi, 2015:23-25; Enríquez, 2017:1).

    Además de la crisis política y social, en América Latina también estamos viviendo una crisis socioambiental, con algunas características propias de nuestra región, pero con otras similares a fenómenos que se están dando en varias partes de nuestro planeta Tierra: contaminación del agua y del aire, deforestación desmedida, extracción de los recursos mineros, cultivos de alimentos transgénicos, entre otros (Fermín, 2014).

    Asimismo, los diversos contextos de los países de la región están marcados por una sistemática violación a los derechos humanos y, de manera cada vez más evidente, por la violencia contra las mujeres, como los feminicidios, desde Argentina hasta México (BBC Mundo, 2016).

    Esta crisis se puede reconocer también en los movimientos de la población que se han agudizado en la última década. En el año 2015, a nivel mundial y según datos de la Organización de las Naciones Unidas, cerca de 244 millones de personas migraron a otro país para escapar de alguna situación de violencia, incluyendo la económica. Casi la mitad de estas personas son mujeres (47%) y esto no es un fenómeno nuevo. Como lo precisa Vicente Torrado:

    en este momento de creciente internacionalización, globalización y diversificación de los flujos migratorios, la feminización es, asimismo, otra de sus características frecuentemente señaladas. [Bien que] la denominada feminización de las migraciones no es, en definitiva, un fenómeno tan novedoso y reciente como a primera vista pudiera parecer […] sino que se ha venido gestando desde tiempo antes de que la producción estadística y bibliográfica en materia migratoria se hiciera eco de este asunto (Vicente, 2014:113).

    Concentrándonos en el caso de México, en pocos meses se convirtió en el país de destino de muchos migrantes. Con la llegada del 45º presidente estadounidense y de sus políticas contra los migrantes, miles de personas se encontraron varadas en nuestro país. Ya no se van a Estados Unidos, ya no pueden cumplir su propósito de huir hasta allá. No hay que olvidar que esta huida se explica por la situación de sus lugares de origen y la falta de interés y compromiso tanto de los gobiernos de sus países como de los demás, así como de los organismos internacionales que deberían de velar por el bienestar de estas poblaciones. Estas personas se vieron obligadas a quedarse en México: los haitianos en Tijuana, los cubanos en Tapachula, más los centroamericanos; sin olvidar los que han sido deportados de Estados Unidos desde la administración de Obama hasta la actual.

    Frente a lo anterior, surge una pregunta aguda: ¿qué ofrecerá México a todas estas personas si ni siquiera puede con la población que vive en el territorio? Y de manera particular, ¿será la economía social y solidaria (ESS) una alternativa por la que los migrantes podrían optar fuera de sus países? ¿Ha sido una opción para hombres y mujeres que buscan encontrar un camino distinto al que ofrece el programa neoliberal y que les permita mejorar sus condiciones de vida sin tener que migrar?

    En una etapa previa a esta investigación, avanzamos en la construcción teórica de los posibles vínculos entre ESS, migración y género. (1) Consideramos desde el inicio de esta línea de investigación que sería un proceso a largo plazo, no sólo para evidenciar estos lazos, sino también para formular recomendaciones en términos de políticas públicas. En ese sentido, para esta segunda etapa, el acento se ha puesto en darle voz a los actores de las iniciativas económicas, sociales y solidarias en un contexto mundial, regional y nacional marcado por la crisis de la civilización occidental.

    Esta crisis contempla la inestabilidad del sistema capitalista que se ve atravesado por los temas de género. Este hecho tiene una importancia particular porque en nuestra investigación consideramos la ESS como una posible alternativa al programa hegemónico en el que la igualdad entre hombres y mujeres debería ser tanto un pilar fundamental de sus prácticas como un camino para que las personas más excluidas de este sistema puedan tener una vida mejor, y en el que la migración se vuelva una opción (y no, como lo ha sido hasta ahora, una necesidad).

    El propósito de este estudio consiste, por lo tanto, en poner a la luz, junto con los diversos actores de la ESS dentro de un contexto en crisis que propicia los movimientos de población, prácticas que tomen en cuenta a los seres humanos y sus valores, como la solidaridad (incluyendo la que hay entre las mujeres), en donde la migración ya no sea la única salida para obtener los ingresos necesarios para tener una vida digna.

    En esta introducción nos parece fundamental aclarar los principales conceptos a los que hacemos referencia en nuestra investigación. Con ello queremos ofrecer las herramientas necesarias a la hora de leer los estudios de caso que conforman los diferentes capítulos de este libro y así entender los posibles vínculos, puntos en común, tensiones y dificultades vividas para relacionar la ESS, con la migración y el género.

    ¿A QUÉ NOS REFERIMOS CON EL CONCEPTO DE CRISIS DE LA CIVILIZACIÓN OCCIDENTAL?

    Varias dimensiones de la crisis que hemos mencionado en los párrafos anteriores nos invitan a cuestionarla en cuanto a su origen, profundidad y urgencia, para así encontrar posibles alternativas al programa hegemónico.

    La dimensión migratoria o socioambiental de esta crisis, las nuevas formas de violencia hacia las mujeres y las constantes violaciones a los derechos humanos nos interpelan y movilizan, tanto desde nuestro papel de investigadores como de ciudadanos y personas involucradas en organizaciones de la ESS. En ese sentido, como lo hemos mencionado al inicio, las profundas desigualdades socioeconómicas nos obligan a buscar alternativas. A este nivel, los datos de Oxfam (Hardoon, 2017:2) son más que alarmantes: 8 hombres tienen la misma riqueza que la mitad de la humanidad, es decir, 3600 millones de personas; a nivel mundial, 1 de cada 9 personas sigue pasando hambre y 10% de la población más pobre sigue viviendo por debajo del umbral de la pobreza, el cual se ha establecido en 1.90 dólares al día (Hardoon, 2017:14). Estas cifras muestran la insostenibilidad social de la humanidad a causa de la injustica social (Boff, 2013:22-23).

    Optamos por el concepto de crisis de la civilización occidental por ser el más amplio, en el sentido de que nos permite evidenciar sus diferentes dimensiones, incluyendo la ambiental pero también la exclusión que deja en manos de unos cuantos la riqueza material de este mundo: la crisis que asola a todas las sociedades ha desgarrado el tejido social y ha arrojado a millones de seres humanos a la marginalidad y la exclusión, creando una nueva clase de gente: la de los desempleados estructurales y los precarizados, es decir, la de quienes se ven obligados a realizar trabajos precarios y con bajísimos salarios (Boff, 2013:22). De manera particular, dentro de esa nueva clase hay que tomar en cuenta a las mujeres invisibilizadas y en condiciones claras de desigualdad en relación con los hombres en todos los niveles.

    Hay que reconocer que, en los años 2007-2008, la crisis se hizo evidente a nivel mundial desde la esfera financiera al desatarse las especulaciones en torno a las hipotecas de alto riesgo, las cuales tuvieron implicaciones en las vidas de millones de personas que de un día para otro perdieron los inmuebles donde vivían con sus familias. En realidad, esta crisis puso por delante el papel principal de la esfera financiera en la etapa actual del capitalismo, la del sistema capitalista neoliberal bajo dominio financiero (en el sentido de Chesnais, 2009). Por lo tanto, también nos mostró la insostenibilidad del sistema económico-financiero (Boff, 2013:20) y sus consecuencias. Los problemas de crecimiento, del desarrollo deforme y de la dominación corporativa se agravan como consecuencia de un sistema financiero parasitario que cada vez cambia más la economía de la producción y distribución de bienes y servicios a la obtención de beneficios derivada del manejo del dinero (Hathaway y Boff, 2014:77). Incluso, la política no ha escapado a esta dominación, pues ha sido:

    sometida a los intereses económicos, y la ética se vio enviada al exilio. Lo bueno es ganar dinero y hacerse rico, no ser honrado, justo y solidario. Con el fracaso del socialismo real a finales de la década de los ochenta del siglo pasado, los ideales y características del capitalismo y de la cultura del capital resultaron exacerbados: la acumulación ilimitada, la competitividad, el individualismo…: todo se resumía en la máxima greed is good, es decir, el afán de lucro es bueno. El capital especulativo adquirió prominencia sobre el capital productivo. Es decir, que es más fácil ganar dinero especulando con dinero que produciendo y comercializando productos (Boff, 2013:20).

    De hecho, es fundamental subrayar que esta crisis de la civilización occidental evidenció la forma de la acumulación ampliada del capital que lleva a la acumulación por desposesión absoluta de las grandes masas de población mundial (Dierckxens y Formento, 2016:11-12) y a la eliminación de las personas y sus necesidades de la esfera económica (aunque, si bien el modelo hegemónico inicia en esta dimensión, ha terminado por abarcar la social, política, cultural, entre otras).

    Antes de detallar el significado de esta crisis, me parece importante hacer dos observaciones. En primer lugar, existen otras interpretaciones de la crisis actual que la caracterizan como la sobreproducción del neoliberalismo, del ciclo económico o bien estructural, para retomar a Márquez (2009). Sin embargo, hemos optado por concentrarnos en la crisis de la civilización occidental por el hecho de que la mayor parte de los estudios de caso de esta investigación se concentran en México, país de la región latinoamericana que ha sufrido desde hace siglos las intervenciones basadas en el eurocentrismo (Esteva, Quijano, Escobar, entre otros). Reconocer la crisis de la civilización occidental implica renovar la mirada y la perspectiva del estudio de las realidades de esta región, reconocer sus propios procesos y tomarlos como punto de referencia.

    En segundo lugar, si nuestro objetivo es ver qué tanto la ESS puede ser o no una alternativa al programa hegemónico actual, es fundamental ubicar sus límites y evidenciar las múltiples dimensiones de la crisis actual, sin concentrarnos sólo en la esfera financiera y reconociendo las múltiples dimensiones que muestran que ésta es también una crisis del sistema capitalista o crisis sistémica.

    En este sentido, si en los párrafos anteriores ya hemos subrayado que la crisis de la civilización occidental es multidimensional, nos hace falta explicar por qué también es sistémica. Esta explicación la haremos en los apartados siguientes, de este modo tendremos una descripción más completa del contexto en el que estamos planteando las prácticas de la ESS, como posibles alternativas al programa neoliberal, y en el que se desarrollan las experiencias objeto de esta investigación.

    CRISIS DEL SISTEMA CAPITALISTA

    La magnitud de la crisis de la civilización occidental es tan fuerte que varios autores hacen referencia a una crisis sistémica, la del sistema capitalista, en particular en su etapa actual: el neoliberalismo. Esta crisis sistémica está directamente relacionada con el tema migratorio que nos interesa. Como lo menciona Roldán, al parecer, está en curso la reconfiguración de los procesos migratorios y los mercados laborales como resultado de la crisis sistémica mundial, cuya temporalidad y profundidad no es del todo clara (2012:62).

    El capitalismo neoliberal tiene como objetivo principal maximizar las ganancias de los grandes capitales transnacionales, para lo cual promueve la estrategia del mercado total, la explotación de fuerza de trabajo barata, la depredación ambiental, la financiarización de la economía y la militarización de las relaciones internacionales (Márquez, 2009:208).

    Este programa se caracteriza por promover la libertad del mercado como el bien supremo, por encima de la igualdad y de la propia democracia (Salazar, 2009:3). Para lograrlo, este programa propicia estrategias que se apropian de los poderes de las organizaciones nacionales e internacionales, incluyendo los Estados. Sus propias raíces históricas y consecuencias prácticas están vinculadas a la acción de un Estado fuerte para asegurar las condiciones imaginadas de un mercado idealizado, […] un programa para el crecimiento y el bienestar sin restricciones (Dean, 2014:16).

    Para entender sus características, se pueden mencionar cinco rasgos del neoliberalismo:

    Privatización de activos públicos: empresas, tierras, servicios; liberalización del comercio internacional; liberalización del mercado financiero y del movimiento global de capitales; introducción de mecanismos de mercado o criterios empresariales para hacer más eficientes los servicios públicos; y un impulso sistemático hacia la reducción de impuestos y la reducción del gasto público, del déficit, de la inflación (Escalante, 2015:22-23).

    Son estas características, y su combinación, lo que conduce a efectos como el aumento de la importancia del sector financiero, la sucesión de grandes burbujas de activos y la creciente desigualdad (Garzón, 2010). Este último tema es fundamental: la persistente exclusión social ha llevado a poner de relieve que millones de personas no han sido beneficiadas por el sistema capitalista neoliberal. Y esta exclusión es uno de los elementos que evidencia que la actual crisis es sistémica por ser una crisis general del sistema capitalista neoliberal que se expresa como una severa depresión económica mundial, que a su vez significa una declinación de la estrategia de reestructuración y expansión neoliberal basada en la superexplotación del trabajo inmediato, la depredación ambiental y la financiarización de la economía mundial (Márquez, 2009:193). Como bien lo evidencian Hathaway y Boff: Son menos y menos los que se benefician de este sistema, mientras que una parte creciente de la humanidad queda, sencillamente, excluida (2014:36).

    El hecho de que las crisis sean recurrentes es otro elemento que permite entender que estemos frente a una crisis sistémica. La que estalló, por ejemplo, en el 2007-2008 no es la primera crisis del sistema capitalista. De hecho, varios autores como Hathaway y Boff (2014) o Lander (2011), entre otros, coinciden en que los límites encontrados y evidenciados por las amenazas recurrentes muestran que la crisis es sistémica porque:

    Las estructuras políticas y económicas del mundo están destruyendo activamente la Tierra, y al mismo tiempo están impidiendo la acción eficaz para abordar los problemas que se presentan. El poder está crecientemente en manos de un pequeño número de corporaciones transnacionales que rinden cada vez menos cuentas ante las estructuras democráticas. La economía del capitalismo global se basa en una ideología del crecimiento y el progreso cuantitativo. Una proporción cada vez más mayor de los beneficios se genera mediante la especulación, mientras que a las actividades realmente productivas de la naturaleza y la economía social se les asigna escaso valor (Hathaway y Boff, 2014:36).

    En resumen, lo que buscamos enfatizar es lo siguiente: por más que esta crisis sistémica se manifieste en las dimensiones económicas y financieras tiene consecuencias en las personas, en la vida y la prolongación de la vida, en la naturaleza, en el sistema político, en las desigualdades y la exclusión, en la cultura, etcétera; y no puede ser tomada como única dimensión ni ser aislada de las demás. De hecho, subrayamos que está atravesada por el género, pero aún no se han evidenciado del todo las repercusiones que recaen en las mujeres; pues sólo se ha expuesto la mayor exclusión económica a la que son sometidas, así como la feminización de la pobreza, pero ha hecho falta explorar estos temas con mayor profundidad. También aquí están, muchas veces, invisibilizadas; y esta invisibilización se agudiza por el hecho de que se conjuga la opresión hacia las mujeres con las de raza, clase, estatus migratorios, entre otros.

    ¿QUÉ PODEMOS HACER EN ESTE CONTEXTO DE CRISIS?

    Si partimos de esta crisis, tenemos que considerar que la tarea cada vez más urgente consiste en mostrar las iniciativas de la gente que se ha organizado de manera colectiva para satisfacer sus necesidades básicas, proyectos y aspiraciones; todo esto bajo una relación de respeto con la naturaleza y de igualdad entre hombres y mujeres. Debemos optar por caminos que se conviertan en alternativas al programa hegemónico, las cuales deben caracterizarse por poner en su centro a las personas y sus valores, como la solidaridad, la igualdad y la democracia, en sus prácticas colectivas cotidianas.

    Además, para retomar a Boff, estas alternativas deben ser sostenibles: debemos comenzar a elaborar un modo sostenible de vida en todos los ámbitos, tanto de la naturaleza como de la cultura. No se trata de salvar nuestra sociedad del bienestar y la abundancia, sino simplemente de salvar nuestra civilización y la vida humana, junto con las demás formas de vida (2013:32).

    De hecho, si comenzamos por reconocer la crisis de la civilización occidental, cobra fuerza para nuestro estudio la propuesta de Hinkelammert de promover:

    un cambio civilizatorio, basado en una ética del sujeto, de la vida y la solidaridad. Es decir, […] debemos superar la modernidad y refundar nuestras sociedades. Esto requiere un profundo cambio político y económico, basado en una transformación ética cultural que implica asumir la primacía de lo que denomina la racionalidad reproductiva o el principio de la vida, es decir, el derecho a la vida de todos y de los seres naturales (en Vergara, s.f.).

    Para relacionar de forma clara esta propuesta con nuestra investigación, desarrollo en los siguientes apartados el concepto de ESS en torno a tres de sus dimensiones clave: las alternativas, la sostenibilidad y la igualdad en términos de género.

    LAS PRÁCTICAS DE LA ECONOMÍA SOCIAL Y SOLIDARIA, Y SU TENDENCIA A CONVERTIRSE EN ALTERNATIVAS AL PROGRAMA NEOLIBERAL

    La voluntad de considerar las prácticas de la economía social y solidaria (ESS) como posibles alternativas (económicas, sociales y políticas) nos invita, antes que nada, a precisar el concepto mismo de alternativa. En particular, esto es necesario para la región latinoamericana, donde las condiciones obligan a que la gente luche todos los días para sobrevivir; por ello, estas estrategias representan muchas veces un camino diferente al trazado por el programa neoliberal.

    En los estudios de caso que se presentan en este libro tendremos que demostrar qué tanto la ESS puede ser o no otro modo de hacer economía, cómo se concibe su papel en la sociedad y en su relación con ella; y qué tanto los actores de esta otra economía logran una vida mejor.

    ¿Por qué las prácticas de la ESS podrían ser posibles alternativas?

    La primera dimensión del concepto de la ESS que queremos mostrar en esta investigación es su capacidad para convertirse en una alternativa posible, la cual deriva de la siguiente hipótesis. Considero que las prácticas de la ESS tienden a ser alternativas al

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