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Las Anécdotas Mojadas: Episodios De Un Recorrido
Las Anécdotas Mojadas: Episodios De Un Recorrido
Las Anécdotas Mojadas: Episodios De Un Recorrido
Libro electrónico420 páginas4 horas

Las Anécdotas Mojadas: Episodios De Un Recorrido

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sta recopilacin de memorias migrantes, presenta una sola historia. Es la historia de un puebloel oprimido, el pueblo vagabundoel cual sabe del dolor que dejan las balas, el hambre y la sangre derramada, propiciadas por los pilares de un sistema antidemocrtico y capitalista. En ese pueblo ambulante, sus seres aun creen en los sueos, buscan con fervor aquel mundo ecunime, donde a todos los hombres y mujeres se les trata con dignidad y respeto.

Mortales decisiones polticas, sangrientas guerras, viajes lejanos, derramando sangre y en oscuridad; estos han sido la herencia reservada para el inmigrante. Las Ancdotas Mojadas cuenta narraciones de eventos catastrfico e inexplicables; pero tambin expresa gritos de esperanza y de amores que perduran eternamente en las humildes familias inmigrantes. Nios, hombres, mujeres y ancianos quienes desde hace ya muchos aos han sido sometidos a un mundo en llamas y de esclavitud.

En Las Ancdotas Mojadas, Alex Iraheta narra historias, poesas, reflexiones y prosas que nos recuerdan quienes somos, quien es esa gente y ese pueblo que ha luchado de diferentes formas, contra los estragos de la violencia y la corrupcin. Sntomas que aun persisten y que ahora son mas venenosos que nunca.

Aqu, en estas Ancdotas, aparecen aquellos hombres de bigote largo, personas chaparritas y que sudan mucho, y mujeres cargadas de nios. Aqu se encuentran todos ellos, los que se creyeron los cuentos de lugares mgico y paradisiacos, donde la vida, se dice, es como en un reino celestial. Desafortunadamente todo es reservado para los hijos del capital y la injusticia, quienes se lo reparten entre muy pocos y prefieren desperdiciarlo antes de compartirlo con alguien. Para el emigrante queda el ltigo y la esclavitud como nico reconocimiento por su lucha.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento23 feb 2012
ISBN9781463319366
Las Anécdotas Mojadas: Episodios De Un Recorrido
Autor

Alex Iraheta

Alex Iraheta nació, San Salvador, El salvador. Emprendió en su primer travesía hacia la zona Norte de América en el año de 1987. Alex se inicio en el espacio universal del Arte desde los cinco años de edad; escribiendo y recitando poesías infantiles, usando como escenarios, muros de piedra construidos en casa del abuelo y sus vecinos quienes residían en el Pueblo de Chirilagua. Durante su adolescencia, en Washington DC, US., Alex también estudio clases de canto, de escritura y música con los maestros Alfredo Mojica y Lilo Gonzales—ambos salvadoreños—junto también al maestro Richard Miller de Brasil. Mas tarde también tomo una preparación en el campo de las comunicaciones, producción de Radio y televisión. A partir de entonces Alex decidió tomarse en serio y en lleno la sutileza que brindan las tiernas caricias de la poesía, la música, el teatro y la locución. Alex regreso a El Salvador en 1992 y fundo “Sentimientos Ocultos” una banda de rock, con la que grabo una primera producción musical la cual fue aceptada con mucho éxito por el publico Centro-americano. Regreso a Washington, DC., en el año de 1999, y después de vivir en carne propia, las desgracias que deja la dictadura, la segregación social, la discriminación y las guerra, Alex fundo el colectivo musical Nómada donde la poesía y la interpretación de canciones eran considerados como las herramientas principales para expresar los diferentes problemas sociales que enfrentaba la comunidad mundial. Años mas tarde fundo el proyecto musical Anexo Social donde hasta hoy en día continua como su fundador principal y miembro líder. Anexo Social es un proyecto musical donde la poesía, el teatro, y la música presentan una protesta progresiva y pasiva y contra la injusticia, el abuso, la ignorancia y la discriminación que enfrenta el pueblo inmigrante y la mayoría de las personas indocumentadas en los YU ES EI y en las diferentes partes del mundo donde se vive la misma experiencia. Anexo Social expresa esa voz de los que no tienen voz, habla por los que callan, y sus liricas exigen un cambio social y justicia para todos. En su faceta como actor, a Alex también se le ha visto en el escenario del Teatro Gala, también en Washington DC, donde participo en la grandiosa obra del escritor Federico García Lorca Bodas de Sangre y en la Jornada Escondida. También tuvo el honor de ser miembro del colectivo de artistas Teatro Callejero del Barrio fundado por Quique y Pedro Avilés. Alex trabajo en el Centro Latinoamericano de la Juventud por un periodo de nueve años; el cual le dio la oportunidad para demostrar su talento creativo y artístico para crear proyectos educacionales con mucho éxito. También fue Organizador Comunitario para Casa de Maryland donde aprendió sobre los derechos civiles, liderazgo y desarrollo comunitario para poder asistir a la comunidad inmigrante en este extremo de los YU ES EI. El también es uno de los varios activistas que anualmente hacen cabildeo ante congresistas estatales y federales demandando por una reforma migratoria para todo el pueblo indocumentado en este país. Alex Iraheta es un irreparablemente escritor empedernido y trazador de sueños. Él es uno mas de esos tripulantes en la travesía de la vida; un migrante mas en su éxodo, un salvadoreño mas radicando en la capital del mundo, Washington, D.C.

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    Las Anécdotas Mojadas - Alex Iraheta

    Copyright © 2012 por Alex Iraheta.

    Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.:   2012901554

    ISBN:   Tapa Dura   978-1-4633-1935-9

                Tapa Blanda   978-1-4633-1937-3

                Libro Electrónico   978-1-4633-1936-6

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

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    Fax: +1.812.355.1576

    ventas@palibrio.com

    383227

    Contents

    Lo principal ¡Y con honor!

    (Agradecimientos)

    Prefacio

    El Portal al Éxodo

    Fuente y Corriente

    Emisario de la gabardina

    La Travesía de Vandeque

    Más vale soñar, volar y sentir.

    Las Tres Estrellas,

    Republica de Dorslava, 1981

    La ley de

    Don Alfonso Severo

    Los aguacateros:

    La Odisea de la Codicia

    Guerreros

    Crying baby

    Sin pacha y sin lápiz pero cargando un M16

    Quemaron los recuerdos

    Buscando El Redilio

    ¡Encendieron la llama!

    Yo estuve ahí porque tenía que estar ahí.

    El día de las cruces

    El gigante de la cabeza roja

    Al Portal del Diablo

    Destino: Las Mulas

    Victimas en los Montes de Rosas

    Charlatanes de visita en 1984

    Triste colores en Corinto

    En el escape

    A los once, pa’ la guerra,

    A servir a la patria

    ¿Quien hubiese querido dejar

    mama Fide?

    Aquellas memorias y Capiruchos

    Un mensaje en el chiflido

    1987 con Agüita del río bravo.

    Entre carreras de Ilegal

    Los pollitos han vuelto a su gallinero

    Es la ignorancia, no el inmigrante

    Construyendo una ciudad nueva con la maquinaria más barata

    Chepe

    Adiós, con dolor

    La bendición

    Arpegio Peste y Los pecados del Ilegal

    Visiting an immigrant 

    Los Espalda mojada

    Just a simple letter

    ¿Que habrá pasado con los sueños?

    Extraños forasteros

    Las Aves del Parquecito de Las Palomas

    Otra vez Pa’ los…Yu Es Ei

    El retorno. Noviembre del año 1999

    Rebuscándome en Georgetown…

    El Toscana

    Kristel dice adiós

    El club de la piedra

    En el Puente

    Mr. Q y la Calle Teatro

    Magdalena Obirme, mis sueños y mis pesadillas

    Sus besos

    Las aventuras pecaminosas

    Copas locas

    ¿Hacia dónde vas,

    en esos universos de miel?

    Vuelos de osas mayores

    Cerca y distante

    Dolorcitos de cabeza

    ¿Desde cuándo?

    Rodeado de tus prendas

    El vuelo del fénix

    Hoy

    La otra cara de la moneda

    Enjoying bubalas

    Who the fuck is talking about love?

    Another Shitty day

    Whoa, whoa!

    Dame un toque

    Didn’t I kill you yesterday?

    Perhaps

    Señor dolor

    Estrategias De Control

    Locasi servicio

    El arrebato

    Los niños, las herramientas

    Subhash-Ashraf

    Carta de Xela El Chilan para Adriana

    Cuentos de Pupusas

    La danza

    In God I trust

    Tu guerra

    ¿En cuál dios?

    ¿Acuerdos de paz?

    Police Officer

    Horrified

    El AC (aire acondicionado)

    Los Deslizones,

    Las Estaciones,

    Las Confusiones

    Y Los Escalones

    Massi

    Massi, mi amigo El Nómada

    Bomba de tiempo

    Programando el robot

    Gigantes en lucha celestial

    La lucha

    Los compendios de Massi

    People

    Eres el centro

    No es el tiempo

    Vivirá dolor

    En perdición

    La humanidad es real

    Tan pequeño es el cosmos

    ¿Títulos?

    Avería

    ¿Qué buscas?

    Las miradas extranjeras

    Mensajero

    Equilibrio

    Y se te dio con un buen fin para ti, pero tú me lo estás dando a mí…

    Batalla cíclica

    Orificios

    Del abismo

    Cuerpo y alma

    El espejo

    Sueños de libertad

    Buscando

    En orden

    Descubriendo

    La planta

    Los sueños En La Montples

    Creadores

    Soñando en Noricia

    Sumergiéndome en la Montples

    La montaña placentera

    Sueños de la calle madre

    En la Montples se van las penas

    La magia de las delicias

    Los escombros del 5431

    El Felino

    Cachitos de Venado

    La vieja chulona del 5431

    Vuélvete a querer

    Metamorfosis en Montples

    El exterminio

    ¡Aquí hay de todo!

    Nuria recibió cartas con palabras frías

    Abre tus alas

    Ve y Vuela

    Sin las vendas en los ojos

    Esfera de colores

    El Parachí

    El sueño es lo único que importa

    Avería

    Triste el momento en que se atribuyen elementos materiales para definir o evaluar a un ser humano. Es entonces cuando mostramos lo poco genuinos que somos en el cumplimiento de nuestra misión.

    Lo principal ¡Y con honor!

    (Agradecimientos)

    Con agradecimientos profundos a José V. Iraheta (mi padre), dejándole una frutita de aquella semilla que él plantó, cuando creyó en el Nómada. Los frutos de aquella primera guitarra a los 9 años. Eternas gratitudes a Una Reina—Zoila de Iraheta (mi madre)—quien vigilaba muy de cerca el bienestar del Nómada, mientras le proveía las herramientas necesarias durante el corto tiempo en que él visitaba su vientre. Ella era quien le instruía, con palabras de conocimiento, rectitud y ternura…

    Agradezco el haberme tropezado muchas veces con piedras, fangos, calles oscuras, alacranes gigantes, tiburones, monstruos, etc. Pero especialmente agradezco, y con el alma, el haberme encontrado con los siguientes individuos sin los cuales el proyecto jamás hubiese nacido.

    Esto es para ellos y por ellos, ya que estos son y serán siempre un chicle pegado en mi corazón. Los guerreros nobles, compañeros fieles, los oídos y las voces que sacuden y rescatan cuando el Nómada se queda dormido del cansancio: Quique Avilés, Liliana Pérez, Doris de Paz, Hilary Binder, Haydee Venegas, Sergio Luna, Aiina De Triana, Aleck Dunni, Arturo Iraheta, Kleta Yani Chan…

    Gracias a Ana De Triana y a Noé Gonzáles por su incondicional y constante apoyo, pero sobre todo por la confianza motivadora que aportaron en este trabajo.

    Especiales gracias al escuadrón Anexo Social: Gabriel Lora, Andrew Mac McCormack, Irvin Argeñal, Francisco Galarza, Benito López, Melvin García, Seth Elías, Edgard Lara, Emilio Ortiz y Guillermo Turcios.

    Perdonen los que no aparecen con nombres, pero si los incluyo a todos, no comenzamos con la aventura. Pero algo sí les aseguro—en el contexto y la razón de esta obra están sus grandes aportes. Muchas gracias a ustedes por existir y ser una pieza fundamental en su desarrollo.

    Dedicado al pueblo latinoamericano y al pueblo mundial humano, pero con especial galardón a ese pueblo sufrido y donde está mi ombligo—el pueblo salvadoreño. Ese pueblo donde han nacido tantas almas errantes que vagan por este planeta, lejos de su seno. Muchas han sido, y hasta ahora son, las heridas de mi pueblo. Por eso y más me quito el sombrero ante la valentía de sus hombres y mujeres que han dado su vida por crear una sociedad más justa y libre de opresión. Hoy en día mi gente sigue viva, creando cambios y luchando por mejorar sus vidas. Por esto y más, gracias semilla bendita, El Salvador.

    Dedico esta obra también a todos aquellos caminantes de la eternidad, esos seres que sufren, y luchan por querer encontrar paz y tranquilidad para ellos y su familia. Muchos han dado su vida o están enjaulados. El opresor los ha tildado de Criminales por querer desbaratar las feroces garras del hambre. Esa hambre de sobrevivencia ante la tiranía, esa que nace en un pueblo humilde y se lleva cuando se intenta crear un mundo más equitativo, digno y justo.

    También dedico este obsequio al llamado Terrorista, por ser indio, por ser feo y por traer bigote y al cual se le criminaliza injustamente por el solo hecho de tener un color de piel diferente.

    Primordiales gracias al Uno conformado por todos y todo. A ese ser invisible y perceptible, que está siempre presente, lleno de tantas historias con todos los colores y matices que conozco y que me falta por conocer. A la verdad única: a la conciencia. La sabiduría plena y nata, el alma del ser, a esa fuente de amor, de luz y de vida. El espíritu de todo lo bueno y puro. Gracias a esa energía sutil que me inspira y mueve. Gracias verdaderas al conocimiento infalible. La única Divina Inspiración, Omnipotente y Sabia (Dios en concepto). Esta es la inspiración que nos llega en todo momento, donde sea, como sea, cuando sea. Pero especialmente, Cuando en verdad se le desea ¡Gracias!

    Prefacio

    Bueno, antes que todo pongámonos claros con el propósito de esta aventura. Sugiero que al abrir estas páginas todos tomemos en cuenta que en cada uno de nosotros existe una interesante historia…¡muy individual por cierto! Esta historia ha sido y sigue siendo creada de acuerdo a la dirección que le hemos dado y estamos dando a nuestro pensamiento y al entendimiento que tengamos de las cosas y nuestras experiencias personales—muy individualmente—valga la redundancia.

    A menudo, estas historias parecen interesantes, buenas, tontas, exitosas, dolorosas, maravillosas, erróneas, y ensoñadoras. Hay infinidad de historias en la humanidad—más que estrellas en el cielo, y quizás las hay de todos los tamaños y colores. Y en todas existe la posibilidad de semejanza. Esto en ocasiones va en nuestra contra y es una razón para extraviarnos en el camino y enredarnos entre sí. Y cuando menos esperamos, ¡pum!, nos encontramos con encrucijadas de historias entrelazadas con las nuestras.

    Las Anécdotas Mojadas nos presenta cuentos del inmigrante, en especial de aquel que se mojó en el cruce, y de su lucha constante por encontrar una identidad en su nuevo mundo. También se comparte una serie de pensamientos y reflexiones aprendidos en ese recorrido del inmigrante.

    Como una narración de nuestras propias historias y una observación de nuestro entorno humano, y con el uso de monólogos, poesía, e historietas, Las Anécdotas Mojadas ofrece al lector la posibilidad de apreciar un mensaje libre de confusiones, elaborado con un lenguaje colectivo con el cual el lector se identificará y al que conectará experiencias propias.

    ¿Estará aburrido quizás? ¡Tranquilo como Camilo! Tome pues unos minutos y prepárese un tecito y si prefiere un cafecito. Tómese un break¹ y nos vemos pronto.

    ¡Más vale lento pero seguro!

    ¡De por si, no vamos de prisa!

    Sin temor, sin mentiras, sin censura, sin hipocresía—aquí queda esta metamorfosis de vida para ustedes. Esperando no prejuicios, sino confianza, que a pesar de todo, el proceso continúa. Cada día nos ofrece esa oportunidad para evolucionar y continuar con la búsqueda de ese lago de galardones por nuestras aspiraciones y luchas. Entre telas de memorias y sonrisas se encuentran las puertas. A menudo escondidas, perdidas u olvidadas. Llegan directo al lugar, donde esta nuestra propia historia, y a donde también podemos escapar en caso de necesidad.

    El Portal al Éxodo

    Me fui de viaje al campo un día, caminaba en medio de un huerto. El lugar era inmenso y al principio lleno de frescura, habían muchas plantas y el ambiente parecía de muchos colores. Había una flor en mi camino, vi que estaba rodeada de espinas. Yo la corté y la observé muy de cerca; era muy bella y de un aroma mágico, pero sus espinas me punzaban y me hacían sangrar

    Viajes a mundos oscuros, de aquí para allá, atrapado en telarañas, seducciones engañosas—¡uy, uy, uy!

    Fuente y Corriente

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    Emisario de la gabardina

    Buenos, después de todo lo pasado y experimentado en carne propia, podría considerar como un principio, el saber que hasta hoy he cargado un premio que viene envuelto en este cuerpo, algo llamado Vida.

    Si, para tomarlo por lo menos en cuenta, así se llama el premio principal, Vida. Y es este trayecto eternamente activo al cual llenamos de nuestro propio orden aun cuando quizás, ya venia ordenado. Pero ese es el reto, comprender por lo menos un poco de nuestra identidad y encontrar esos motivos para vivir de verdad y disfrutar el tiempo que ofrece esta etapa, esta Vida.

    La vida es vida; vivirla es vivirla

    La vida es vida; vivirla es vivirla

    Excitado y contento por lo hermoso

    de este momento despierto.

    Abro mis alas y vuelo

    revelando un camino hacia el universo;

    mediante la chispa que brilla

    en lo profundo de mis ojos.

    Vida es vida; vivirla es vivirla

    con una sonrisa que grite mi verdadero amor

    con esa armonía que llega

    desde el lugar remoto y escondido.

    ¡Una melodía eterna desde mi corazón

    me recuerda que estoy despierto!

    Algo en lo profundo me susurra una canción de vida perpetua

    Yo doy vida,

    Absorbo vida; con mi silencio, con mi respirar.

    Con mi mente, con mi mirada.

    ¡Ahora es cuando yo siento vida!

    ¡Ahora, puedo tocar la vida!

    ¡Ahora es cuando yo puedo amar y estar vivo!

    Por que, ahora es…

    Ahora es…cuando estoy vivo

    Vida es vida, vivirla es vivirla.

    Usualmente percibimos eventos, nos llegan sensaciones y nos rodeamos de circunstancias y personajes sorprendentes que son muy particulares en nuestro diario vivir y se vuelven nuestras memorias. Algunos de estos se quedan pegados a nosotros por muchos tiempo, como una cicatriz marcada en la piel, aunque no se recuerde dónde y cuándo fue la herida. Algunas veces no podemos identificarlos—sólo sabemos que existen y nos causan algún tipo de reacción, aun cuando ignoramos su verdadero origen o significado. Éstos llegan a nosotros con impactos que dejan huellas.

    Después de tres interesantes décadas ya recorridas y encontrándome yo cada día con innumerables cajitas llenas de sorpresas, me he dado cuenta que he sido partícipe de situación enredadas, cruzándome con personajes que han dejado sus marcas particulares en mi vida. Esto me ha llevado a una conclusión—todo lo que hay y todo lo que soy, lo he construido yo mismo y lo he traído conmigo por alguna razón.

    Hace unos cuatro años y medio, mi vida concluyó con los estragos que dejaba una fantasía dibujada con varios colores aquí en mi mente. El tiempo sanó por fin algunas cortadas que dejaba el impacto súbito de las pasiones locas en el juego del amor—aquella enfermiza ilusión apareció un día de la nada y su efecto perduró por mucho tiempo.

    Estando yo incómodo por no entender la catastrófica confusión en mis emociones, buscaba respuesta por todos los rincones de la vida: en las mujeres, en el alcohol, en las oraciones, en las lágrimas, en las humillaciones, en las drogas y tantas otras alternativas que se ofrecen—o que yo mismo me ofrecía. Trataba de huir por no entender la situación. Tanto insistía la incomodidad y mis ganas de estar fuera de ese mundo, que una noche tuve una revelación y me ayudo a entender mejor las cosas.

    Era una madrugada muy fría, música suave e instrumental sonaba a distancia desde la sala. Yo leía un libro que se titulaba "Días de Guerra-Noches de Amor. La lectura era interesante, refería a la jerarquía mundial, sus sistemas y de cómo la ideología capitalista es responsables de la destrucción ambiental, al maltrato de los animales y la falta de unidad entre las personas. También explicaba que si uno invierte el tiempo en criticar lo negativo de los demás, es obvio que no sabremos nada de nosotros y nuestro propios potenciales para aportar nuestro granito de arena para una mejor sociedad. El escritor se refería al capitalismos como el inventor de todas esas estrategias y de cuantas ganancias se consigue con las segregación que impone la iglesia, el sistema educativos y las competencia.

    Volteaba en ese instante a la pagina numero treinta y cuatro del libro, y—de repente—todo quedo completamente en silencio. No había ruido de grillos, de rana, no había un solo sonido. Pero en cuestión de segundo, súbitamente, el viento sopló muy fuerte, empujo la ventana con fuerza, se abrieron las cortinas. Papeles y cosas volaron de un lado a otro y se revolvieron en mi habitación. Ese extraño rumor de la brisa, aquella madrugada estremeció mis sentidos. Yo cerré aquel libro y corrí a la ventana para cerrarla y parar el escándalo repentino.

    Por un momento me sentí mas confuso y parecía haber empeorado las dudas y los temores de mi mente que antes había traído conmigo. Me asomé por la ventana para ver qué provocaba el ruido afuera. Con mucha incertidumbre, pero aún desde adentro decidí observar el escandaloso murmullo. Luego me quedé mas impactado al escuchar un estruendo súbito que me reveló una figura humana. Era un muchacho muy joven, quien traía puestos unos pantalones oscuros y una gabardina de color negro. También llevaba un par de gafas que le agrandaban los ojos. Parecía como si con éstas él pudiera ver mucho mas allá de nuestra realidad.

    Algunas partes de su pelo le colgaban por un lado de la cara. Estaban pintadas de colores metálicos y púrpura oscura. El extraño muchacho también traía colgadas dos argollas pequeñas en la oreja izquierda; también traía puesta una del mismo tamaño en la nariz y una más pequeña en la ceja izquierda.

    Por sus características, el muchacho me recordó a los llamados Emos una moda entre los jóvenes, que consiste en vestirse de negro, delinearse los ojos con colores oscuros, y pintarse mechones del pelo con colores extravagantes. Muchos de ellos, se dice, viven deprimidos y siempre afectados emocionalmente—mas son muy inteligentes.

    Él tenia una figura muy esbelta y daba la impresión de ser un joven muy fuerte; calzaba botas altas y negras y cargaba un bolso en su espalda. Se acercó y me habló con una voz seria y rígida—con mucha sabiduría en sus palabras. También me clarificó y dejó recomendaciones sobre algunas cuestiones que me habían estado perturbando y que yo no comprendía.

    Se acercó y puso sus manos sobre mi frente. De repente vi que el ambiente cambió por completo. Súbitamente oscureció y se transformó en un azul sombrío, con una luna brillante y un firmamento repleto de estrellas.

    Era algo así como una noche mágica. Mientras me sumergía en un inmenso universo de cosas fantásticas, este joven con aspecto rebelde me llamó por mi nombre y dijo:

    "Xela, no temas, porque vengo desde la conciencia de tu propio recorrido. Mira, todas las circunstancias y dudas que te preocupan desde hace un tiempo, no es para mal que se manifiesten en tu ser. Tu quédate tranquilo, pues esos resultados no han llegado a tu vida por casualidad.

    Déjame aclararte que en realidad has sido tú mismo quien las enviado, y por tu propia decisión. Sí, desde algún pasado remoto o desde algún experimento de acciones en tu recorrido, para llegar al ser que traes contigo, ahora en este preciso momento.

    ¿Por qué no unes algunas piezas y observas los frutos que ha dejado tu pasado? Estas cosas fueron enviadas para educarte en ciertas etapas de tu vida. Son para que te sirvan de guía y de antorcha en el resto de tus recorridos por el tiempo. Esas cosas que a veces no entiendes son las notas de tu manual personal. Cada día estos apuntes serán tus nuevos mandamientos y esos acontecimientos serán parte de tu guía. Así, al caminar, ya no te dejarás caer en fangos o en abismos de angustia. Y tampoco te enredarás en lugares donde hay insectos que carcomen la armonía del alma.

    Quiero que entiendas—me advirtió—todas esas situaciones y realidades por las que a veces reniegas y por las que te quejas están ahí también para recordarte dónde están las fuerzas que rompen cualquier hechicería que provoca el miedo.

    Por eso es que en la vida hay riesgos y en esta se manifiesta tal y como es, cuando eres escogido como uno más de sus guerreros.

    El muchacho de la gabardina negra dijo estas palabras con un tono de exaltación y seguridad. Luego, después de unos segundos, diciendo adiós con sus manos se despidió y se fue alejando poco a poco. Nunca dijo su nombre. Sólo llegó, habló brevemente y se marchó como un relámpago. Se fue dentro de aquel universo revelado en el portal creado por el estruendo que se produjo frente a mi ventana aquella madrugada.

    Antes de desaparecer, ese joven también me explicó que al encontrarnos en un tiempo y un espacio determinado, muchos seres humanos logramos identificar estas cosas y al mismo tiempo descubrimos el origen y el propósito de nuestras vidas. También se nos revela—nuestra fuente y nuestra corriente.

    Después de analizar las observaciones y sugerencias que recibí de este peculiar muchacho, he aprendido que debo ir identificando todas mis piezas y organizando este rompecabezas personal, viajando hasta momentos, experiencias y personajes de mi pasado para poder entender mejor mi vida y mis futuros pasos.

    El joven guía también explicó que el hombre debería ir respetando ese obsequio de la vida que hasta hoy ha recibido de sí mismo, aceptándolo tal y como es. Importante exhorto que es, que el hombre empiece a darle valor a su ser y a lo que hasta hoy ha sido como humano, a pesar quizás, de los sucesos y experiencias desagradables que han dejado marcas en su existencia y viaje.

    Sólo así entenderán la situación—me recordó.

    Este encuentro y aprendizaje me mostro algunos fragmentos entrelazados en este tiempo permanente y en ese espacio estático.

    Ahí aprendí que la vida tal y como es, sigue siendo nuestra fuente y corriente.

    La Travesía de Vandeque

    Image%202.jpg

    Más vale soñar, volar y sentir.

    Porque esa fuerza que levanta su esplendor en el silencio, en el centro del corazón, con el universo todo suyo y a su merced, impacta con su vuelo gallardo, llega como un relámpago y lo cambia todo.

    Esa luz protectora, esa fuerza salvadora otorga las llaves para las puertas sagradas que llevan a un territorio supremo y diferente—donde el amor, la lealtad, la valentía, la unión y la lucha ya no son más las fuerzas superiores y distantes. Aquí son parte de nuestro ser siempre y nos hacen seres eternos y resplandecientes.

    Mientras iniciamos viajes de pujanza y valor, cruzando mares y sus tempestades, y contemplando las hazañas que nos deja la travesía, así es como se nos revela nuestro guerrero interior—aquel que ha estado siempre, dejando buenos frutos y tirando los que ya están descompuestos; aquel que sale y rescata en los momentos de angustia.

    ¡El verdadero yo!

    Las Tres Estrellas,

    Republica de Dorslava, 1981

    Dos años rápidamente habían transcurrido desde que Clemente Vandeque partió en búsqueda de nuevas tierras, intentando salvar y mejorar la vida de su familia. La guerra recién había explotado en la Republica de Dorslava y ya habían comenzado a reclutar de los dos lados—el nuevo comando revolucionarios y las fuerzas armadas del rey Periomi.

    Él muchacho no podía darse el lujo de quedarse en el país—eran tres hijos y una esposa a quienes tenía que cuidar y sostener. Las cosas habían cambiado radicalmente en aquel lugar—todo parecía un caos. A sus veinte años, Clemente Vandeque estaba propicio para ir a combate, así que tuvo que partir con destino a Las Ciudades Nuevas de la gran Noricia.

    Él se vio forzado a vender las pocas vaquitas que con mucho esfuerzo había comprado. También vendió los granos que le dejó la cosecha y le propuso a Don Alfonso, su suegro, que le hiciera un préstamo sobre su pequeño solarcito para poder ajustar el dinero del viaje…

    El señor acepto prestarle el dinero, pero bajo una condición, le pidió que se comprometiera a enviarle el salario completo de un año consecutivo en cuanto encontrara un buen trabajo. También le pidió que le firmara un documento en el cual especificaba que todo dinero que Clemente enviara sería administrado por él—Don Alfonso—mientras su familia viviera bajo su amparo. Clemente tuvo que aprovechar de esta oferta viéndola como su única alternativa; aunque su rostro mostraba mucho asombro e incomodidad, después de escuchar las palabras del suegro. Pero luego se comprometió a pagarle en cuanto lograra encontrar un trabajo en el extranjero.

    ¡Pobre Clemente! A pesar de sus fuerzas y el amor que recibía de su familia, en esos días parecía lloverle sobre mojado, pues por culpa de la guerra estaba siendo obligado a partir lejos de ellos, hacia lugares oscuros y llenos de riesgo. Aquella incierta travesía en la que muy pronto él se estaría embarcando, acostumbraba dejar siempre, agonizantes penas en el alma y también arrastraba por los océanos de agobiante dolor y amargo desconsuelo a aquellos que decidían surcarla. A él también le angustiaba pensar que su familia quedaría incompleta y desconsolada. Y saber que también quedaba en un compromiso con su suegro por un año completo, pues le tuvo que firmar aquel documento para merecer el favor. Luego le encargó a su familia, le pidió que se la cuidara mientras el encontraba la forma de reunirse de nuevos con ellos en otro lugar y en mejores circunstancias.

    El acuerdo ya estaba hecho, en cuanto Clemente partiera, Alicia su esposa, junto a sus niños se irían a vivir con Don Alfonso y Doña Matilde, quienes vivían en el pueblo Las Tres Estrellas. Él dejó un

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