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¿Porque Soy Pederasta?
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Libro electrónico133 páginas2 horas

¿Porque Soy Pederasta?

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Expongo en este libro una verdad muy dolorosa que mucha gente no quiere aceptar, donde aflora la gran corrupcin de las religiones, pero ms que nada la de la religin catlica, donde el dios es el gancho para abusar de los nios, de las nias, de las mujeres y las monjas como esclavas sexuales y sirvientas, desde el seminario pequeo hasta el grande y las universidades catlicas y hasta el mismo vaticano.
Pasando por asesinatos, robos enriquecimientos mentiras chantajes, homosexualidad etc.
Crnica novela historia cruenta, de la gran mafia llamada religin catlica y su sede el vaticano.
IdiomaEspañol
EditorialPalibrio
Fecha de lanzamiento15 abr 2011
ISBN9781617646966
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    ¿Porque Soy Pederasta? - Jaime Cuevas

    Copyright © 2011 por Jaime Cuevas.

    Número de Control de la Biblioteca del Congreso: 2011923249

    ISBN:                 Tapa Dura                                   978-1-6176-4698-0

                               Tapa Blanda                                978-1-6176-4697-3

                               Libro Electrónico                        978-1-6176-4696-6

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida o transmitida de cualquier forma o por cualquier medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación, o por cualquier sistema de almacenamiento y recuperación, sin permiso escrito del propietario del copyright.

    Algunos nombres son ficticios, algunas fechas alteradas con toda intención, para evitar daños a terceros como se dice ahora, vamos al grano. Cualquier similitud con eventos reales, es mera coincidencia, y una gran verdad.

    Este Libro fue impreso en los Estados Unidos de América.

    Para ordenar copias adicionales de este libro, contactar:

    Palibrio

    1-877-407-5847

    www.Palibrio.com

    ordenes@palibrio.com

    332275

    ÍNDICE

    1 Porque me hice sacerdote?

    2 Mi familia y mi vocación.

    3 Mi novia y mis deseos.

    4 Si quieres ir al cielo obedece a tus mayores.

    5 El seminario y las mentiras de mis superiores.

    6 Alcahuete de mis Superiores.

    7 Mi primer caída con el amor y el sexo.

    8 Las tentaciones en el confesionario.

    9 Las creyentes coquetas, sus pechos, sus piernas, ¡uff!, ¡ah!.

    10 Mi debilidad por la carne.

    11 Los riesgos con las mujeres, embarazos, familia, hermanos y maridos celosos.

    12 Los niños almas inocentes, manipulables y miedosos del castigo de dios.

    13 Los pecados y mi perdón.

    14 El cardenal, obispo y mis compañeros sacerdotes.

    15 La curia y las redes de prostitución, monjas, monaguillos y creyentes.

    16 La verdad os hará libres.

    17 Tiene que haber un dios sino quien me perdona.

    18 Los ateos y la sociedad tienen razón, la iglesia es, una MAFIA.

    19 Las casa de recuperación, compartir técnicas, para seguir violando y enajenando al pueblo creyente—desde el vaticano hasta un humilde sacerdote.

    20 Dinero mucho dinero, por el silencio—carro nuevo, apartamentos—tierras—mis tres queridas casadas, 20 amantes adolecentes, y como 50 niños violados, ese es mi pecado.

    21 No me iré al cielo, al infierno, ni al purgatorio. Porque todo es una vil mentira, lo unico que me queda es arrepentirme y la venganza de los padres maridos y de mi propia conciencia.

    1

    Porque me hice sacerdote?

    En primer lugar porque en mi familia no había ninguno, y la insistencia de la abuela, hizo recaer en mí esa obligación, para que toda la familia fuera bendita, si hubieran sabido lo que pasaría después? Yo sin querer queriendo mucho me deje llevar y acepte esa gran y enorme responsabilidad.

    Josué hijo de mi alma tú tienes madera para sacerdote, eres un niño muy limpio muy piadoso, inteligente y guapo, se les olvido decir muy manipulable o tarugo

    Allá por los inicios de los 50’s llegan unas monjitas al negocio de mi abuela y le insisten, en que uno de sus nietos debería ser sacerdote y estando yo presente, me apuntan con el dedo y, el se vería muy bien con sotana y toda la cosa, además es muy guapo y muchas muchachas se confesarían con él, mi hijito tu vas a ser, la bendición de la familia.

    En cuanto termines la primaria, ingresas al seminario, yo como buen niño y obediente de los mayores acepte, porque iba en camino de ser muy importante, y corro a presumirles a mis amiguitos del barrio, algunos de ellos eran monaguillos o acólitos, Polo, Roberto, y otros como 5 de mi cuadra por donde yo vivía, yo les ganaba porque sería sacerdote, hasta las niñas del barrio me admiraban y yo bien volado orgulloso, hasta me atreví a confesar desde ese mismo momento, entre juegos yo los manipulaba para que hicieran lo que yo quería, carambas me di cuenta del poder que sin ser sacerdote ya tenía, las hermanas de mis amigos del vecindario, me rodeaban y me cumplían algunos de mis caprichos, yo en verdad quería ser arquitecto, aún lo recuerdo.

    Aprendí rezos y demás cosas que se tienen que aprender, mas nunca fui monaguillo, si yo iba ser mejor que los que si lo eran, y ¡saz, llego el momento y entrar al seminario de la calle reforma, con miedo y mucha angustia emprendí mi camino hacia la santidad, era mi deber como creyente y buen católico seguir las normas, mi esfuerzo se reflejaba en las calificaciones, era muy aplicado, no el mejor pero si sobresalía de la mayoría.

    A estas alturas de mi vida, comenzó hacer mella en mi lo de ser sacerdote porque, las muchachas me gustaban y como seminarista algunas me coqueteaban descaradamente, cuando seas padre me voy a confesar contigo me decían, y a lo mejor te hago que te retires de ser sacerdote, y aguantaba sus insinuaciones y en ocasiones me tocaban me acariciaban, recuerdo que tenía, erecciones y con mucho dolor, sin embargo seguí fiel a lo prometido, decidí un día hablar con mi confesor, el padre Aceves, mira hijito hay muchas tentaciones y esas son las pruebas que el señor nos pone, y solo los más fuertes las vencen, yo me sentía muy fuerte así, seguí con mi camino a la santidad, problemas más problemas menos.

    Un día un pecador digo uno que no era seminarista me dijo, quieres saber quien realmente es tu confesor, ven a mi casa y te voy a enseñar algo, un día por fin me decidí y fui a casa de quien le decíamos el cerillo por su pelo rojo, y mi sorpresa fue el tal confesor si, el padre Aceves entro a una casa de la familia Sánchez, quien yo conocía muy bien, salió una de las Sánchez en bata, y la mamá salió y fue a la tienda de la esquina trajo 2 cervezas, en una charola, entro las dejo y se regreso a la tienda, una hora después salió el sacerdote peinándose, y ella toda despeinada y con la bata media abierta, que desde donde yo estaba se le veían los pechos, estaba yo detrás de unos árboles afuera de la casa del cerillo enfrente de la casa de las Sánchez, el pecador que llamo yo, o que decepción, me sentí muy confundido, yo voy hacer sacerdote, eso es pecado, no es cierto, no puede ser, volví varias veces a ver la misma escena, lo cual me hacía sentirme muy mal, y rezaba mucho para que dios perdonara mi confesor, lloraba, entraba de rodillas al templo o catedral como se llama ahora la iglesia principal, me sentía impotente, frustrado que mi confesor anduviera con una mujer, jamás me volví a confesar solo lo fingía, pero seguí en el seminario, mi meta era corregir esa cosas malas que yo había sido testigo.

    Ahora el compromiso era mío, yo tenía que ser sacerdote para arreglar a esos malos sacerdotes, y un día que me encuentro a tal confesor y, me pregunta cuevitas porque ya no has ido a confesarte

    Si me he confesado respondí prontamente voy a confesarme en el seminario con el padre Jara, me respondió cuando quieras yo te vuelvo a confesar. Gracias padre yo le aviso, le platique a un compañero de clases y me recomendó que hablara con el señor cura

    y fui a verlo ya que era mi maestro de teología, y le conté mi experiencia, el muy calmado como si no hubiera oído nada, me dijo yo creo que son figuraciones tuyas el padre Aceves es muy buen sacerdote y ya merece ser cura y tener su propia parroquia, el es muy piadoso, no imagines lo que no es, confiésate y prométeme que a nadie le contaras lo que me has dicho, y dios en su infinita sabiduría te perdonara y hará de ti un buen seminarista y con el tiempo un buen sacerdote y tendrás también tu propia parroquia, yo te absuelvo de tus pecados Josué reza 20 padres nuestros, 20 aves marías, 7 entradas de rodillas al Santuario [otro templo del pueblo] y por una semana te quedas a dormir en el seminario, para que se borren esas malas cosas de tu cabeza y recuerda mi hijito el padre Aceves es un buen sacerdote y tu lo serás también si te portas debidamente, y para demostrarte que te aprecio te regalo este escapulario bendecido en Roma por el papa, y con el tu estarás bendito y serás un niño muy bien portado, repite conmigo el padre Aceves es un buen sacerdote y pronto será cura, repítelo 7 veces, me llenas una libreta de cincuenta hojas, 50 veces en cada hoja y cuando la termines me la traes yo estaré muy al pendiente de tu comportamiento, y le pediré a dios que te ilumine y te perdone, y que haga de ti un buen adolecente y seminarista y un futuro buen sacerdote, y santo.

    Me sentí culpable y le pedí perdón, por ser yo tan malo y le prometí que haría todo lo que me había indicado, y sería

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