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La Zona de la Noche Roja
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Libro electrónico292 páginas3 horas

La Zona de la Noche Roja

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MÓNICA QUIERE ser amada como todas las demás chicas bonitas en Bangkok. Pero algunas veces el obtener lo que quieres no es algo sano. Su cuerpo es encontrado decapitado en su departamento que solo tenía agua fría. Un portafolio que contiene un antiguo hechizo de magia negra desapareció de la escena.

JOE DYLAN se aventura dentro de los bares de la Ciudad de Bangkok. El detective sigue un rastro que lleva a Demon Dreams, un antro Sadomasoquista manejado por una hermosa transexual y su mentalmente trastornado hermano. Joe descubre un mundo de actos nocturnos bizarros y rituales de magia negra. Un sórdido bajo mundo de Bangkok que recoge de las calles a mujeres caídas y las lanza dentro de un mundo maligno de tortura y asesinato.

Entre en LA ZONA DE LA NOCHE ROJA – CIUDAD DE BANGKOK – la secuela del thriller negro de Newman BANGKOK EXPRESS.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento23 nov 2018
ISBN9781547559282
La Zona de la Noche Roja

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    La Zona de la Noche Roja - James A. Newman

    La ZONA

    De La

    NOCHE

    ROJA

    JAMES A. NEWMAN

    2013. 2015.

    Spanking Pulp Press. 

    ISBN  1482711648

    Copyright – J. A. Newman

    1 3 4 7 9 10 8 6 4 2

    All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrieval system, or transmitted, in any form or by any means, electronic, mechanical, photocopying, recording or otherwise, without the prior permission of the copyright owner.

    This book originally published by Booksmango as Bangkok City. 2012.

    Set in Bookman Old Style.

    Quotes may be used for the purpose of reviews.

    This is a work of fiction. No characters in this book are intended to have any resemblance to any person living or dead.

    Cover design by Torrie Cooney.

    Visit the author: www.jamesnewmanfiction.blogspot.com

    JOE DYLAN

    CRIME NOIR BOOK #2

    The series:

    Bangkok Express #1

    Red Night Zone #2

    The White Flamingo #3

    The Black Rose #4

    Fun City Punch #5

    ––––––––

    To grab a free book and learn more about the author and the series click the graphic below.

    www.spankingpulppress.com

    www.jamesnewmanfiction.blogspot.com

    ––––––––

    UNAS PALABRAS sobre la serie de JOE DYLAN.

    ––––––––

    "JAMES NEWMAN escribe con un lanza llamas. Él es tremendamente talentoso, muy energético y en el FLAMINGO BLANCO crea, capa por capa, como laca, la realidad diaria de FUN CITY con tanta intensidad que crea un pueblo de pesadilla tan terrible que aun la llegada de un Jack el Destripador moderno solo la puede hacer un poco peor. Newman tiene un talento serio, dedicado (al menos en este caso) enteramente al lado oscuro de la vida en una ciudad  que tiene una buena dosis de oscuridad. ."

    - Edgar nominee Timothy Hallinan

    ––––––––

    "TOME LA pastilla roja de la Matrix y siga a este detective a un mundo de estafadores, tramposos, conspiradores, vagos y los perdidos que se revuelven en las mujeres, el dinero y el estatus. Newman traduce sus voces, sus fallas, pesadillas y sus movimientos. Cubre así su comunidad y transcribe sus historias en prosa que iguala el tiempo de su odio y locura".

    Christopher G. Moore, autor de la serie Vincent Calvino

    "Literatura pulp DURA llevada al máximo. Un coctel letal de violencia gráfica, alcohol, drogas y sexo. Son luces y sombras oscuras y ciertamente no es apto para cardiacos".

    - Paul Brazill - crime noir author.

    "NEWMAN se une a escritores más establecidos como Christopher G. Morre y John Burdett en una exploración del estridente inframundo de los investigadores privados, prostitutas, proxenetas, pandilleros, policías y trucos sucios".

    -Tom Vater, escritor de crimen.

    "EN LOS años 1950 Raymond Chandler le dio a los lectores de ficción pulp a Philip Marlowe. JAMES NEWMAN nos da un investigador privado de nuestra generación, Joe Dylan."

    Ish Galvan. Splatter Island, escritor de Ciberpunk.

    "YA QUE él también es un roquero clandestino, James Newman entiende esa similitud y deja suficientes huellas originales en todo este crudo misterio. Establecida en Fun City, que se encuentra ubicada entre la zona intermedia de Pattaya y William Burroughs, la trama gira alrededor del asesinato y el desmembramiento de una prostituta en una mesa de billar. Entra en la escena Joe Dylan, el detective privado que lleva en las espaldas a un orangután con un problema de opioides y con una sed de justicia que supera cualquier incentivo monetario"

    Jim Algie autor de Bizarre Thailand.

    "JUSTO CUANDO uno piensa que la carnicería ha terminado, recibes otras diez páginas de violencia pura, odio y lucha instintiva para sobrevivir. El Bangkok Express de Newman es exactamente eso, Ficción Pulp oscura."

    ––––––––

    Voicu Mihnea Simandan  -El Bangkok Trader

    UNO

    3de noviembre de 1994

    LOS RAYOS DEL SOL entraban por la ventana abierta, y caían en la pequeña niña que estaba sentada en el cochón sucio  en la choza que estaba por el canal. Sonaba un ventilador eléctrico.

    El Viejo cerró las persianas de madera y con sus dedos sucios, cerró con seguro la puerta de la choza y se acercó a ella, con hambre en los ojos.

    Las pequeñas aguas negras del canal se mezclaban con los vapores químicos del whiskey y su aliento era como un horno de odio.

    El viejo, su tío,

    Cabello negro y grasoso colgaba en el cuello de sucia camisa amarilla.

    Tatuajes mágicos, imágenes que los monjes prometían que salvarían su gruesa, oscura y dura piel del mal del pueblo y de la ciudad.

    Estos monjes estaban equivocados

    Algunas veces,

    Ella decidía.

    Mónica vestía un par de shorts viejos de algodón anaranjado una camisa sin mangas de El Pato Donald. Su ceja izquierda se levantó mientras sostenía la pequeña caja de madera en sus pequeños dedos. Ella abrió la caja de madera.

    Un pequeño colchón, imitación de terciopelo y adentro había una moneda con dos caras.

    La moneda de 5 bahts estaba fechada, 2455.

    Él sonrió, le quitó la moneda y lanzó la moneda al aire. Esta cayó del lado de la cara en el piso de madera. Los negros ojos del Viejo brillaron más oscuros que el corazón de un político.

    Era momento de su secreto.

    Cada secreto era más grande que el último.

    Un día el secreto lo cambiaría todo. El canal se desbordaría, los cielos se abrirían, provocando que la ciudad roja explotara en el aceitoso cielo.

    Mónica podía guardar un secreto.

    Tenía que hacerlo.

    Su vida dependía de ello.

    La empujó hacia la cama. Ella cerró los ojos muy fuerte mientras el cielo rojo se abría.

    Los canales se desbordaron.

    Las lágrimas eran reales.

    Lágrimas secretas.

    DOS

    3de octubre 2010

    EL HOTEL era muy amigable y tenía tarifas por hora, y había suficiente espacio como para columpiar a un gato si es que hubiera un pequeño gato que quisieras columpiar. La cama había tenido más acción que Arnold Schwarzenegger y la silla había visto más culos que un proctólogo retirado.

    Los folletos del tour lo catalogaban como de clase media. Joe había olvidado la mayor parte de las semanas y los meses que había estado viviendo en dicho hotel.

    La Zona de la Noche Roja, un laberinto de luces de neón rojas, rosadas y azules, nudos de serpientes, nidos de ratas, plagas de cucarachas, guías deshonestos, traicioneras chicas de bares, conductores de taxistas temperamentales, comerciantes asesinos. Intentos monstruosos de llevar a los novatos al desastre y la desesperación: canalizando a los perdidos hacia sus propias oscuras desilusiones.

    Joe Dylan, una linterna, llevando a los débiles y vulnerables lejos de la oscuridad.

    Esa era la idea.

    Las ideas eran gotas de lluvia.

    Los casos caían del cielo con un estruendo. Él los recogía y los miraba. Escarbaba en el vicio y tenía olfato para ello. Era un fraude de investigador convertido en un pendejo investigador privado. ¿Cuánto más bajo se puede caer?

    Fidelidad, falta de fidelidad, personas extraviadas, aquellos que saltan de balcones, artistas de mierda, familias de artistas de mierda e imbéciles que buscan respuestas.

    Para algunos, la respuesta era una puta de veinte dólares. Para otros, era pollo con arroz frito, y para otros era un templo en la cima de una montaña, un tapete para rezar y una rutina de yoga.

    A algunos les gustaban las cucarachas, la carne en un palo, latas frías de café, aguas negras, aceras rotas, meditación tántrica. Algunas veces la respuesta era un pequeño cuarto caliente y cuatro paredes blancas con una botella de píldoras y una pinta de cerveza barata. Para otros la respuesta era simple.

    Saltar.

    Todos estaban buscando respuestas en una ciudad que no tenía ni una. Solamente una nueva pila de preguntas.

    Preguntas como:

    ¿Qué hacía ella en la cama de él?

    Mónica.

    Desnuda.

    En su cama.

    Una mano tallándose los párpados untados de rímel y con la otra mano acariciando su cabello. La noche anterior ella encendió la ciudad como un perfecto desastre. Ella robó corazones, cavó tumbas, bailó como si fuera la última vez.

    La última vez de todas.

    Piel suave y marrón como una serpiente cabeza de cobre. El tipo de nariz que las chicas compran en callejones traseros con cirujanos sin licencia con manos temblorosas y títulos dudosos. Una nariz era barata en la ciudad, al mismo precio que una buena comida italiana o un vuelo de regreso a una de las islas.

    El tipo de piernas que no se podían comprar.

    Largas, perfectas.

    De noche su cabello era una colmena, pero en la mañana era una escena del crimen. Ya sabes..., dijo ella.

    ¿Qué sabemos? dijo Joe sentado en la cama, Eres una gran bailarina y yo soy un investigador acabado.

    Él deseaba que no fuera cierto.

    Habían sido escogidos en la película equivocada,

    Solamente esperando a que el director acabara. Ellos habían regresado a la vida real, felices en algún pequeño pueblo con aire que podías respirar sin ahogarte, y un tráfico que llevaba a lugares a donde podías llevar a tu mamá.

    ¿Pero a quién quería engañar?

    Ella era una bailarina de neón, una danzante. Ella no tenía mamá. Ella necesitaba el pago. El dinero no era de él y eso nublaba más el asunto.

    No era el dinero de él.

    Tú y yo, sabemos más de esta ciudad, más que la mayoría de los libros de guía o que de los agentes de viajes dijo ella mientras se paraba, pero yo sé algo que usted no sabe, Sr. Detective, es un pequeño secreto que escuché, ella sonrió de manera traviesa mientras Joe echaba un vistazo. Sus ojos emborrachados en su bonita figura y ese tatuaje de Khamer; aquél que parecía un tigre y tenía un ligero rasguño en su omóplato derecho con garras ungidas en tinta. Los monjes budistas los diseñaron en los templos y marcaban a los seglares a cambio de donaciones. Se suponía que estos tatuajes ahuyentarían al mal. Ella era una mujer con un hermoso cuerpo y un tatuaje nunca cambiaría eso.

    Hay muchos, le dijo Dylan, los secretos son como los mosquitos. Se la pasan volando y aterrizan en ti y muerden. Algunos hacen tanto mal como la malaria y algunos solamente irritan un poco.

    Yo conocí al diablo. Ella tiene un secreto.

    Stephen King dice que eres tan malo como tus secretos.

    ¿Quién es ese Stephen King?.

    Ya descifró todo. El resto de nosotros solamente estamos escarbando en la tierra. La mayoría de nosotros no podemos separar el papel de la mierda de ratón.

    "Pero hay un gran secreto, Joe", levantó la ceja izquierda. Aquella que movía de manera indecente. Cuando esa ceja se movía  los hombres se olvidaban de las esposas, los trabajos, las familias, los saldos bancarios. Los hombres abandonaban carreras prometedoras, desairaban a viejos amigos y se volvían poetas o pintores con dedos.

    Los hombres hacían casitas para pájaros y cantaban baladas de rock en las calles. Los hombres saltaban sobre campos de margaritas y acariciaban animales del bosque.

    Los hombres hacían esto y más por mujeres como Mónica.

    Ella era una trabajadora.

    Una vedette.

    Basura inútil como casas, automóviles y colecciones de tarjetas de béisbol desaparecían tras bambalinas al momento en el que esa ceja comenzaba a moverse hacia el norte. Ella traía esperanza en un mundo mejor. Ella era un cono de helado que se derretía en la mano de una pequeña niña.

    "Mónica, tú creciste siendo una huérfana en la ciudad del pecado. Si dices que hay un secreto, probablemente valga la pena escucharlo. ¿Kwam Lap arai? ¿Cuál es ese gran secreto?" Joe quitó un mechón de su cabello del brazo. Se levantó lentamente, estiró la mano sobre el tocador que estaba junto a la cama, y tomó un vaso de agua.

    Se lo tomó.

    Mónica habló: Hay dos maneras para que la gente te ame. Una es un secreto y la otra involucra dinero.

    ¿No hay una tercera manera? Joe se tomó el resto del agua y colocó el vaso vacío nuevamente en el tocador.

    Sabía espantosa.

    "Sí, pero eso es el amor real, y eso solo pasa en la TV, en las películas, puede ser que en Europa o América en donde viven las persona ricas. Los ricos no tienen que amar por dinero por que ya tienen suficiente", dijo ella lánguidamente, mientras se rascaba el muslo izquierdo con una uña pintada.

    Mónica, la gente rica ama por dinero. Es solamente más dinero eso es todo. No hay nada parecido a suficiente dinero. Especialmente si eres rico.

    Los ojos de Mónica se hicieron pequeños y sacó la lengua de manera juguetona. Joe escuchó la voz apagada de un vendedor ambulante de frutas en la calle justo afuera de la ventana. Joe pensó que el vendedor de frutas ya sabía todo.

    El vendedor de frutas sabía más sobre la calle que de las frutas que vendía.

    Joe habló, Mónica, déjame te cuento una historia. Una historia sobre dinero. Había un tipo, un cliente ruso, no era una pera en dulce y tampoco una obra de arte. Terminó pescado por una profesional que solía trabajar en el camino. Y cuando digo pescado, me refiero como a un pez espada. Era un gran pez si es que me explico bien. Pudo haber sido un millonario. Familia rica gastando dinero del petróleo. Esta tipa le robó todo, incluyendo la camisa que tenía puesta. Era una camisa cara, me explico – italiana. Fue una pena lo que le pasó. Pudo haber heredado una fortuna. En lugar de eso, acabó heredando las calles de Bangkok, hurgando en la basura, las cucarachas y las súper ratas. La familia lo desheredó. Era una vergüenza. Es por eso que los hombres me contratan. Para detener a mujeres como tú antes de que les roben todo. Joe hizo una pausa por un momento y después continuó,

    Es gracioso como cuando una mujer empieza a construir un nido, esta tienda a terminarlo cortando cuidadosamente las alas de los hombres. Este pájaro ruso no pudo volar lejos. En el suelo, sin esperanza alguna. La última vez que alguien vio a Vladimir, estaba mendigando en las calles un boleto para irse a algún lado, a cualquier parte, lejos de la Ciudad de Bangkok.

    ¿Qué le pasó a la señorita?

    "No había ninguna señorita. La beneficiaria se casó con un sueco y se estableció en una de las islas. Comenzó un negoció de barcos de placer. Llámalo, De Rusia con Amor".

    ¿No te gusta tu trabajo Joe? Mónica le dijo en tono de burla. Metió la mano por debajo de las sábanas. Creo que la señorita tiene más cerebro que el hombre de Rusia. Me agrada.

    Bueno, aquella que al morir tiene más juguetes gana, dulzura. Él la tocó debajo de la sábana. Su cuerpo estaba frío. Era una perra, pero nunca dijo que no lo fuera.

    Un día quiero tener un barco y navegar alrededor del mundo, brillaba como un siamés mirando de reojo un tubo de nata fresca. Ella no conocía muy bien la palabra.

    Ella solamente sabía que tenía que verlo,

    eso.

    Esa sonrisa, había sido tan ensayada y tan entregada que casi parecía natural. Puede ser que lo fuera.

    La mayoría de las mujeres eran actrices y las que no lo eran, no habían practicado sus líneas.

    En la noche todos los gatos eran pardos.

    Los principiantes encontraban el amor verdadero,

    o eso pensaban.

    Los profesionales se bañaban en decepción.

    Lo más peligroso era cuando había un ligue entre un profesional y un principiante

    A menudo el Fulanito nunca entendía que él era uno. Él creía que era amor. Mierda, todos jugaban el juego. Jóvenes. Viejos. Ricos. Pobres. Ellos jugaban el juego. El guion de Mónica se había escrito hace años y la película ya estaba lista. Ella estaba buscando al tipo que la salvara de todos los demonios de la ciudad. Lo único que Joe tenía para ofrecerle era un pasaje de avión y mucha sabiduría aprendida con esfuerzo. Ella jugaría el juego. Conocía las reglas.  No tenía el boleto para ese juego. Él solamente podía enfrentar la realidad. La realidad era una perra,

    pero era la única perra que tenía.

    Mónica se recostó y miro hacia el techo. No lo iba a engañar.

    Joe estaba en una racha:

    "Verás Mónica, la Ciudad de Bangkok es un gran juego de arañas y moscas con luces de neón, relojes falsos y ranas de madera que croan cuando raspas sus espaldas con un palo. Bangkok es una máquina procesadora gigante que succiona la inocencia y la generosidad a través de una pajilla  verde y roja de un seven-eleven,  y escupe corrupción y avaricia a las calles. Bebé, Tú ves todas estas caras de adolescentes que llegan del campo con la idea de llegar a la cima a través de los bares. Olvídalo. La mayoría termina trabajando en las calles en donde se quedan hasta que regresan a su destitución rural sacudiendo sus cabezas. Algunos tienen suerte después de rascar las espaldas de unos cuantos miles de ranas y de incubar unas dosis de herpes.  Terminan sobando el ego correcto en el momento correcto. Curados como un granjero texano que se encuentra oro mientras siembra remolacha. Una vez que obtiene el condominio, el automóvil, la casa en la villa y el iPhone, van y se hacen una revisión. Tiene el gran 10. ¿Valió la pena? ¿Quién sabe? Por qué preocuparse de algo que puede suceder en diez años cuando puedes estar muerto mañana. Solamente algunos pocos lo logran. Es un juego de números y las probabilidades no son buenas. Es como intentar convertirte en una Estrella de Hollywood, agendar clases de canto, o jugar la lotería del estado. Estas cosas probablemente estén predeterminadas por algún pez gordo allá arriba que da las órdenes. Si hay alguna manera de vencer a las probabilidades, quisiera saber cuál es".

    ¿Joe? puede ser que exista

    Está bien niña. Me ganaste. ¿Cuál es ese secreto? le preguntó nuevamente. Ella se le trepó y se quedó junto a la cama desnuda. Joe la miró. Celestial. Veinticuatro años de edad con una boca hecha para besarse y unas piernas hechas para bailar. 

    Ya no sería un secreto se te lo dijera, ¿o sí? Ella bromeó y después caminó cuatro pasos hacia el baño. Abrió la puerta, la atravesó y la cerró detrás de ella. Joe escuchó como salpicaba el agua en su piel de color almendra el mismo tiempo que le tomó darse cuenta que tenía una debilidad por una bailarina neón, quien podía cambiar su mundo con forma de mango en el mismo tiempo que toma un latido del corazón de la Ciudad de Bangkok.

    Tres

    Sonó el teléfono. Era uno de esos antiguos con números giratorios y con un cable enroscado que se amarraba por sí mismo y se hacía nudo. Joe se paró y lo tomó de su lugar en el tocador junto a la cama mientras revisaba su reflejo en el espejo. La sobriedad desparecía la panza de cerveza y sus rasgos eran más definidos. Había partes en su pasado que él preferiría olvidar. Peleas de bares, mujeres locas, ingerir pastillas, forjar porros, lamer sapos, y mañanas temblorosas, todo le había pasado factura. Los años que pasó limpiado dinero sucio. Los vuelos en avión, los trabajos, y el peligro ya estaban en el pasado. Sería necesario ponerle una pistola en la cabeza para convencer a Joe a regresar a ese veneno. Una pistola sostenida por una mujer o un hombre con el suficiente valor como para jalar el gatillo. La bebida era historia. Él habló, Hola.

    Hola Joe, soy Michael. ¿Estabas recibiendo mi e-mail?

    Ajá... sí... Estoy trabajando en el caso en este mismo instante, Joe se lo dijo al alemán honestamente. No le dijo a Michael que el caso estaba desnudo y se estaba tomando una ducha en su baño.

    Michael no sonaba satisfecho: "Mira, Joe, el matrimonio es un gran compromiso. No puedo dejar de pensar en Mónica. Me preocupo Joe ¿Qué pasaría si en realidad no le gusto? ¿Qué pasaría si solo se está gastando mi dinero? No me ha hablado desde que le hice el último pago. ¡Necesito pruebas! Sr.

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