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Mi Princesa
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Libro electrónico248 páginas3 horas

Mi Princesa

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Mi Princesa

Lema familiar: ´Natus regere´ - ´Nacida para gobernar´

Lema de Sabrina: “Mantente calmada y cortés”

Sabrina es una chica de un pequeño pueblo que fue enviada a estudiar en un colegio suizo a los 8 años. Vivió toda su vida entre las sombras de la escuela, hasta ahora, toda su vida cambia.

Sabrina María Elizabetta Van Holdenstaaf viene de una larga línea de realeza. Es la niña del medio, entre medio de dos hermanas. No es tan bella como su hermana mayor y está muy lejos de ser diplomática. Sus padres creen que es salvaje, que pasa demasiado tiempo trepándose a los cercos del parque de lo que pasa practicando cortesía. Sabrina es la peor princesa hasta ahora y todos lo saben.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento8 mar 2018
ISBN9781547520381
Mi Princesa

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    Vista previa del libro

    Mi Princesa - W H Benjamin

    Libros por W.H Benjamin

    Nunca llueve en Colombia

    Mi Princesa

    Tomás y la máquina del tiempo

    2016:

    Abeja reina

    Wicca

    La campana de la revolución (Colección de poemas)

    Mi Princesa

    Por W .H. Benjamin

    Mi  Princesa

    ISBN-13: 978-1530670215

    ISBN-10: 1530670217

    Impreso y publicado en Gran Bretania por

    BrightSpark Books 2015

    Publicado: Deciembre de 2015

    Visite la página del autor en: notecandy.wordpress.com

    Copyright © Septiembre de 2014 por W .H. Benjamin

    Bright Spark Books Ltd

    86-90 Paul Street

    London

    EC2A 4NE

    enquiries@brightsparkbooks.org

    Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida ni trasmitida de ninguna forma o por otros medios sin el permiso escrito del autor, excepto que algún crítico desee citar breves pasajes en conexión con alguna crítica escrita en una revista, periódico o emisión.

    El autor solicitó permiso para el uso de imágenes utilizadas para este libro, pero donde esto no fue posible las enmiendas requeridas y los arreglos se harán lo antes posible.

    Imagen:

    Por Ikiwaner - Own work, CC BY-SA 3.0

    Mi Princesa

    Lema familiar: ´Natus regere´ - ´Nacida para gobernar´

    Lema de Sabrina: Mantente calmada y cortés

    Sabrina es una chica de un pequeño pueblo que fue enviada a estudiar en un colegio suizo a los 8 años. Vivió toda su vida entre las sombras de la escuela, hasta ahora.

    Toda su vida cambia.

    Sabrina María Elizabetta Van Holdenstaaf viene de una larga línea de realeza. Es la niña del medio, entre medio de dos hermanas. No es tan bella como su hermana mayor y está muy lejos de ser diplomática. Sus padres creen que es salvaje, que pasa demasiado tiempo trepándose a los cercos del parque de lo que pasa practicando cortesía. Sabrina es la peor princesa hasta ahora y todos lo saben.

    Índice

    Capítulo 1 – Mi Princesa

    Capítulo 2 – Conociendo a Napoleón

    Capítulo 3 – LA coronación

    Capítulo 4 – Capitán Xavier

    Capítulo 5 – La extraña chica

    Capítulo 6 – París y los Hermosos

    Capítulo 7 – Afrodita

    Capítulo 8 – El yanqui (Parte 1)

    Capítulo 9 – El yanqui (parte 2)

    Capítulo 10 – Rayos caen

    Capítulo 11 – El  que guarda secretos

    Capítulo 12 – El efecto real

    Capítulo 13 – El elegido

    Capítulo 14 – El pájaro de medianoche

    Capítulo 15 -  El baile en Huntington

    Capítulo 16 – El as de las calaveras

    Capítulo 17 – Una cita con el destino

    Capítulo 18 – Bendíceme padre

    Capítulo 19 – Sr arréglalo todo

    Capítulo 20 – El Jugador

    Dedicado a

    Dedico este libro a mis padres que siempre nos alentaron a mis hermanos y a mí y quienes significan el mundo para mí. Ustedes me inspiran todos los días.

    Mi Princesa

    Capítulo 1 – Mi princesa

    Bern, Suiza, Colegio Privado Sta. Helena – Internado

    Sabrina ingresó en el dormitorio de varones a las 2 a.m., un lunes por la noche; sabía que no debía estar allí pero se encontraba en una misión. Ató hacia atrás su cabello y lo escondió bajo una gorra, arrastrando un trapeador, esperando qué si los guardianes del dormitorio o peor el prefecto la vieran, ella pasaría por el portero, un muy sudoroso portero.

    Se acercó a la esquina y miró rápidamente a la izquierda luego a la derecha. Viendo que estaba despejado, dejó la mopa apoyada contra la pared y se alejó caminando. Cuando oyó el suave chirrido de las llaves del guardián comenzó a correr hacia la habitación de Hayden. Tocó rápida e insistentemente la puerta mientras miraba alrededor nerviosamente. Si la atrapaban sería suspendida. Eran las 11 pm, pasada la hora en que se apagan las luces, y ella no tenía excusas para estar allí. Los teléfonos celulares no estaban permitidos en el internado así que ésta era su única opción. Sus manos temblaban por la adrenalina.

    Hayden, susurró mientras golpeaba.

    Oyó acolchonados pasos detrás de la puerta

    Hayden, vamos, apúrate,

    Los duros pasos del guardián doblaron la esquina y Sabrina se congelo en el lugar con la espalada vuelta contra el final del corredor, supo que había sido atrapada, pero aun así se quedó quieta en el lugar; deseando ser invisible. Su interior se convirtió en jalea.

    Oh diablos.

    Pero, nada ocurrió. Los paso parecieron ir en sentido contrario, de repente, el sonido frenó y comenzó nuevamente como si hubiera cambiado de dirección.

    Fui descubierta, es el fin.

    La puerta se abrió.

    Hayden estaba allí parado con su corto cabello rubio todo desordenado ridículamente, como el de un animal de granja, por el sueño. Mirando a través de sus ojos apenas abiertos; pareciendo estar muy cansado. Sus ojos se abrieron del todo cuando vio su cara bajo el sombrero. Inconfundible, aquella era la cara que él había visto toda su infancia y la mayor parte de su adolescencia, y aun así, ella nunca cesaba en sorprenderlo.

    ¿Sabrina?! Su boca se abrió como una inmensa O mientras contemplaba el falso bigote, luego murmuró ¿Qué estás haciendo aquí? Jalándola a su habitación por el antebrazo y cerrando la puerta.

    ¡Te tomaste tu tiempo! Dijo ella irritadamente.

    Eres increíble. Lo siento si te hice esperar -estaba durmiendo- cómo todas las personas normales

    Lo miró incrédulamente Hayden es temprano.  LA noche es joven ¿por qué estabas durmiendo? Este no es momento para hacerlo. De todos modos, olvídate de eso. Necesito habla contigo, caminó hacia su cama y se sentó en ella.

    ¿Por qué estas vestida así? le preguntó.

    Es un disfraz, duh. Además, fue lo único que pude encontrar en el armario del portero

    Huele un poco extraño, él comentó mientras fruncía su nariz. Hayden era mitad alemán, mitad canadiense y, a pesar de que había estado muchos años en aquel internado, aún tenía un acento mezclado. Le arrojó una sudadera de rugby que tenía, Toma, usa esto la próxima vez que decidas venir de visita. De ese modo no apestarás mi habitación.

    Fue hacia la pared opuesta y abrió la ventana que da al patio. Hayden era muy afortunado, tenía la mejor vista que el colegio pudiera ofrecer. Desde su cuarto podía verse los campos verdes que e utilizaban para las prácticas de futbol y rugby. La vista de todos los árboles del bosque y la tenue línea de las montañas tras él.

    Tu hueles raro todo el tiempo. Sabrina respondió a pesar de que sabía que aquello no era cierto. Le sacó la lengua cuando él rio.

    Huelo fantástico, eso no, dijo jalando el mono comido por las pulgas, Sólo acéptalo. ¿Son esas marcas de sudor? preguntó mientras examinaba bajo las mangas del traje; levantando su brazo por la muñeca como su fuera una marioneta.

    Ella tiró su brazo hacia atrás, Ajjj

    El sacudió su gorra la que cayó al suelo cuando ella se dobló para mirar.

    Mentira. Ahora ¿qué es lo que quieres? Se sentó en la silla de su escritorio y se balanceo levemente; se detuvo para levantar la gorra azul del suelo y tirársela como si fuera un frisbee. Giró alejándose de ella mientras cerraba sus ojos y ella se quitaba el mono.

    No seas tan puritano. No estoy desnuda bajo esto ¿por quién me tomas? Bromeo ella.

    La miró vacilante con un ojo verde abierto y se relajó.

    Siempre he querido que una chica se desnude en mi habitación pero no así y no tu definitivamente. ¡Y no con esto! se movió adelante hacia ella y tiro del grueso y falso bigote que él le compró como parte de un set para su dieciseisavo cumpleaños, el año anterior.

    Gritó cuando se lo quitó. No la había lastimado solo sorprendido. Comenzó a hablar cuando él la calmó e hizo callar recordándole que era muy tarde, era muy pasada la hora en que las luces se apagaban.

    ¡Mi tío ha muerto! dijo en un suspiro, Está en la radio. Hizo una pausa mirando dubitativa la reacciónd e Hayden.

    Él, reclinado en su silla, dijo delicadamente, Sabrina, estuvo perdido durante más de un año. No había forma de que hubiera sobrevivido el accidente de avión. Creí que sabías que el...

    Hayden no tuvo el corazón para terminar aquella frase. Le asustaba que ella comenzara a llorar de la forma en que lo había hecho cuando escucho por primera vez la noticia. Había pasado todo el día con ella mientras lloraba, para luego acunar su cara en su hombro. No quería que llorara. La primera vez que oyó de su tío Elliot sus ojos se llenaron con calientes lágrimas, se sentaron juntos en el suelo como muñecos rotos. Trato, patéticamente, calmarla mientras escondía su dolor al mirarla ser aplastada por el peso de perder a su tío favorito. Perdió más que un pariente, perdió el alma de la casa en que pasaba todos los veranos. Para Sabrina, los letárgicos días de verano en el campo, correr en los campos, escalar árboles, jugar a las carreras con Hayden; nadar en el río cerca de la casa de su tío habían sido la suma de sus alegrías infantiles. Habían sido lo mejor, la mejor parte de su vida. La gozosa parte cuando no estaba en la escuela, cuando estaba con su familia, con todos los que amaba. Ambos habían sido enviados al internado a los 8 años; así que él sabía lo que ella sentía. Aquellos pequeños momentos de felicidad, capturados en su memoria, lo significaban todo.

    Ella levanto una temblorosa mano y él supo que sin pensarlo habían recordado aquel día.

    No lo entiendes, el parlamento ha declarado muerto al tío Elliot. No tuvo hijos. El tío James declinó la corona. Ninguno de sus hijos, si alguna vez los tuvo, son elegibles para el trono. Mi padre será Rey.

    Hayden tomó una gran cantidad de aire y dejó salir un bajo silbido. Lo sabía, era probablemente el único en el colegio que lo sabía, como el aparente heredero, el tío de Sabrina, James había sido acusado de actuar como el cuidador de su país hasta que el Rey fuese encontrado o en su defecto hasta que él, James, fuese coronado Rey de Hesperia. Hayden estaba completamente conmocionado. Con razón me ha despertado.

    ¡¡Mier**!! Holdenstaaf eres una princesa. Mi Princesa Probó decir aquellas palabras cuidadosamente escrutando su cara para cerciorarse que el título era merecido. Princesa Sabrina María Elizabetta Van Holdenstaaf. Dijo regiamente Hayden.

    Hubo un fuerte golpe en la puerta.

    Ambos se miraron con a los ojos abiertos con horror y asombro. Vacilantes al saber que las cosas cambiarían rápidamente.

    Otro golpe urgente sonó en la puerta.

    Sr. Blake abra la puerta. La voz del guardián se oyó a través de los paneles de roble macizo.

    Hayden la miro con sus ojos bien abiertos y confesó, Estoy en observación y penitencia; alguien cambió conmigo. Me dieron unos meses de prueba por hacer apuestas en el juego de hokey. Susurró en pánico.

    ¿Qué? Sabrina intentó pegarle ligeramente en el brazo pero él se movió justo a tiempo.

    Sabrina había escuchado que un chico perdió 20,000 dólares americanos en una apuesta, había llorado cuando le dijo a sus padres. Ella no tenía idea que Hayden había sido el corredor involucrado. Si él le hubiera dicho ella no habría venido.

    Corrió hacia la ventana. Ambos estaban en pánico.

    Espera, Hayden habló hacia la puerta mientras ella escalaba desde la ventana del tercer piso. ¿Qué estás haciendo? ¡Solo escóndete!

    "¿Dónde? Hayden, Serás expulsado si me encuentran.

    Sabía que estaba en lo cierto, no había donde esconderse en estos espaciados dormitorios y Hayden mantenía su habitación sin más decoración que solo una sábana sobre su cama, el armario y el escritorio.

    Las reglas en Sta. Helena eran muy estrictas, la reputación de la escuela lo era todo. La tomó fuertemente por los brazos para bajarla hasta la cornisa inferior rogando a Dios que no se soltara. La asía fuertemente. EL sudor caía de su frente mientras luchaba por mantener sus pies contra los ladrillos que sobresalían. Ella se agarró de un grupo de vides de hiedras con su mano izquierda mientras intentaba alcanzar las barras de metal que sabía había debajo de ellas, era una vieja escalera de mantenimiento, atornilladas al edificio del dormitorio de varones. Era fácil de alcanzar desde el segundo piso, lo había aprendido siguiendo a Hayden en alguna de sus aventuras. Él estaba medio cuerpo fuera de la ventana cuando los golpes en la puerta comenzaron otra vez.

    ¡Sr. Blake abra la puerta! El guardián sonaba furioso.

    Hayden escuchó el ruido de las llaves al girar la cerradura y de enderezó cerrando la ventana. Sostuvo el aliento. La tensión se notaba en sus músculos mientras veía a Sabrina deslizarse hacia abajo por la escalera utilizando sus manos y pies como frenos. Llegó al piso con un crujido y salió disparada por el patio utilizando la sudadera. La capucha cubría su cabello mientras ella corría con el mono del portero bajo su brazo. Hayden giró y exhaló cuando se encontró cara a cara con el guardián y el jefe del año en la puerta. El alivio lo invadió por completo cuando se dio cuenta que ella se había salvado.

    ¿Si, Sr? preguntó inocentemente mientras se fregabas los ojos simulando quitarse el sueño.

    Se sintió mucho más despierto y vivo que nunca. Sabrina era como un choque eléctrico para su sistema.

    Capítulo 2 – Conociendo a Napoleón

    En la mañana, justo después de la Capilla, Sabrina fue llamada desde la oficina del director. Había estado en Sta. Helena por nueve años y en todo ese tiempo nunca había sido llamada allí. Sus amigas Holly y Alessia la bombardearon de preguntas y especulaciones acerca de porqué la habían citado. Las dejó, con el corazón pesado, en la mesa del desayuno y fue escoltada por un silencioso profesor de cara severa por los sinuosos pasillos.

    Los rumores indicaban que te convocaban a dirección por solo dos razones; para la expulsión o la suspensión.

    El Director no era conocido por su paciencia. Era de mecha corta y hasta algunos profesores se estremecían de solo mirarlo. Se necesitaba una persona muy dura para controlar e instaurar la disciplina en  alumnos que siempre habían sido malcriados y cuyos caprichos cumplidos desde su nacimiento. El director enfrento el desafío de mantener la ley y el orden en Sta. Helena con un regocijo vengativo cada vez que una regla era quebrantada.

    Cuando las puertas de la oficina se abrieron, las manos de Sabrina estaban temblando. Vislumbró a través de una pequeña abertura de la puerta, al director torciendo su bigote admirando una vieja pintura al óleo cerca de su escritorio, mientras la secretaria anunciaba su presencia. Sabrina decidió que el director tenía un asombroso parecido a Napoleón Bonaparte.  Hasta tenía una mano dentro de la cintura de su saco. De no ser por el bigote, podría haber sido su gemelo.

    El director se levantó cuando Sabrina ingresó al cuarto cuyas paredes eran de roble, Buenos días Sabrina. Por favor, toma asiento.

    Con un gesto le indicó hacia una antigua y mullida poltrona de cuero frente suyo mientras él tomaba asiento y dejaba su taza de café junto al periódico de la mañana; aun sin abrir, sin leer. La brumosa y tenue luz del sol de la mañana se derramaba sobre su escritorio desde una ventana detrás de él. Luz caía sobre su seria cara. El director dijo, Tuve el placer de hablar con tus padres esta mañana.

    Sabrina levanto las cejas. Wow, No sabía que fuera tan serio, pensó, este tipo se mueve rápido.

    Te irás a lo largo de esta mañana Anunció rotundamente el director.

    La boca de Sabrina se abrió. ¿Por qué? Yo..., estaba tan nerviosa que no podía hablar. ¿He sido expulsada?

    ¿Qué? No, por supuesto que no. Le estaríamos haciendo un mal servicio al colegio si perdiéramos el patronazgo de tu ilustre padre, dijo.

    No lo entiendo, Sabrina calló  mientras escarbaba entre sus pensamientos acerca de que podría haber pasado luego de haber dejado a Hayden.

    Un sonido burbujeante, como un drenaje cuando se desbloquea, se escuchó del otro lado del escritorio mientras el director carraspeaba apoyado en el gran y antiguo escritorio.

    Discúlpeme, murmuro excusándose, limpiando su garganta. Verá, uh, debido a circunstancias extenuantes, sus padres han pedido que sea liberada del colegio en los próximos días. Hizo una pausa y continuó. Para asistir a la coronación de Su Majestad. Su bigote gris se erizó al ver su cara. El coche vendrá a buscarla a las 11:30. Por favor esté lista.

    El director se levantó y Sabrina lo imitó.

    Le dijo, La dejare sola para que realice una conferencia con su madre.

    Apretó un botón en un negro teléfono de conferencias en el centro del escritorio e indicó hacia uno de las pinturas en la pared izquierda. La delicada pintura al óleo de Geneva se desintegro en una pantalla negra. Las palabras ´Llamada de video: Discando´ aparecieron en el interior del marco dorado.

    La madre de Sabrina apareció en la pantalla. Hola querida, ¿cómo estás? preguntó.

    EL director cerró la puerta.

    Sabrina se levantó, moviéndose alrededor del escritorio para estar más cerca. No había visto a su madre en meses,

    Estoy bien, mami.

    Verla era fabuloso. Mientras Sabrina se movía, algo en el escritorio llamó su atención, parecía una foto, una vista invertida de la escuela y el titular: ´Princesa.´ Acerco el periódico mientras su madre hablaba. Sabrina tuvo una terrible sensación de que el artículo era sobre ella. En mi vida no hay coincidencias, pensó. Apenas escucho lo que su madre tenía para decir, le pregunto tres veces como estaba y repentinamente preguntó: ¿Tengo que empacar?

    Querida, ya te he dicho que no. ¿Te sientes bien? Te ves un poco desanimada, muy decaída. ¿Tomaste el desayuno?

    Sabrina asintió, Si, estoy bien.

    Cuando la llamada concluyó, escondió el periódico dentro de su chaqueta y se apuró a salir mientras el director hablaba con su secretaria. Se preguntó qué había pasado con Hayden, si se encontraba bien. No lo había visto en el desayuno. Decidió buscarlo en la primera oportunidad que tuviera.

    Desafortunadamente, no tuvo tiempo de buscarlo. Sabrina fue escoltada de vuelta a su clase por un profesor apenas dejó la oficina.

    Tomó asiento al fondo de la clase y abrió su libro de texto. Deslizó cuidadosamente el periódico fuera de su chaqueta sobre el escritorio y lo abrió suavemente mientras el profesor hablaba. Lo tapo con el libro

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