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La organización del discurso: marcadores de ordenación y de reformulación
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La organización del discurso: marcadores de ordenación y de reformulación

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La organización de un discurso se fundamenta en dos tipos de relaciones básicas: ordenación y reformulación. La ordenación supone el desarrollo continuado de un tema estructurado en diversas partes que mantienen un orden entre sí; la reformulación se basa, en cambio, en la discontinuidad del proceso discursivo: no hay avance, sino que se vuelve sobre lo dicho previamente y se formula de manera distinta, más adecuada y válida para continuar el discurso.
Este libro se configura como un estudio teóricodescriptivo de los procedimientos de ordenación y de reformulación, con especial atención a los marcadores que manifiestan esos procesos; presenta a los investigadores de la lengua española los conceptos y los presupuestos metodológicos más apropiados para el análisis de estos fenómenos discursivos, acompañados de abundante ejemplificación de textos literarios y periodísticos.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento1 jun 2014
ISBN9783865278661
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    todo el libro fue fascinante, mil gracias gran aporte me dejo claro todo la organización de un discurso

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La organización del discurso - Iberoamericana Editorial Vervuert

María Pilar Garcés Gómez

La organización del discurso:

marcadores de ordenación y de reformulación

LINGÜÍSTICA IBEROAMERICANA

Vol. 35

DIRECTORES:

MARIO BARRA JOVER, UNIVERSITÉ PARIS VIII

IGNACIO BOSQUE MUÑOZ, UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID

ANTONIO BRIZ GÓMEZ, UNIVERSITAT DE VALÈNCIA

GUIOMAR CIAPUSCIO, UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES

CONCEPCIÓN COMPANY COMPANY, UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

STEVEN DWORKIN, UNIVERSITY OF MICHIGAN

ROLF EBERENZ, UNIVERSITÉ DE LAUSANNE

MARÍA TERESA FUENTES MORÁN, UNIVERSIDAD DE SALAMANCA

EBERHARD GÄRTNER, UNIVERSITÄT LEIPZIG

JOHANNES KABATEK, EBERHARD-KARLS-UNIVERSITÄT TÜBINGEN

EMMA MARTINELL GIFRE, UNIVERSITAT DE BARCELONA

JOSÉ G. MORENO DE ALBA, UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

RALPH PENNY, UNIVERSITY OF LONDON

REINHOLD WERNER, UNIVERSITÄT AUGSBURG

GERD WOTJAK, UNIVERSITÄT LEIPZIG

María Pilar Garcés Gómez

La organización del discurso:

marcadores de ordenación y de reformulación

Iberoamericana • Vervuert • 2008

Bibliographic information published by Die Deutsche Nationalbibliothek

Die Deutsche Nationalbibliothek lists this publication in the Deutsche Nationalbibliografie; detailed bibliographic data are available on the Internet at <http://dnb.ddb.de>.

Reservados todos los derechos

© Iberoamericana, 2008

Amor de Dios, 1 — E-28014 Madrid

Tel.: +34 91 429 35 22

Fax: +34 91 429 53 97

info@iberoamericanalibros.com

www.ibero-americana.net

© Vervuert, 2008

Elisabethenstr. 3-9 — D-60594 Frankfurt am Main

Tel.: +49 69 597 46 17

Fax: +49 69 597 87 43

info@iberoamericanalibros.com

www.ibero-americana.net

ISBN 978-84-8489-372-1 (Iberoamericana)

ISBN 978-3-86527-395-6 (Vervuert)

Depósito Legal:

Cubierta: Marcelo Alfaro

Impreso en España

The paper on which this book is printed meets the requirements of ISO 9706

ÍNDICE

Introducción

1.    El discurso y los marcadores

1.1. Caracterización de los marcadores discursivos

1.2. Delimitación de conceptos: denominación y definición

1.3. Clasificación categorial de los marcadores discursivos

1.4. ¿Nueva categoría gramatical?

1.5. Alcance estructural y relaciones establecidas

1.6. Significado y sentidos

1.7. Funciones de los marcadores discursivos

2.    La ordenación en el discurso

2.1. Consideraciones previas

2.2. Tipología de los marcadores de ordenación del discurso

2.3. Caracterización gramatical de los ordenadores discursivos

2.3.1. Invariabilidad

2.3.2. Posición

2.3.3. Carácter periférico

2.3.4. Gramaticalización

2.4. Función de los marcadores de ordenación en el discurso

2.5. Caracterización semántica y pragmática

       de los ordenadores discursivos

2.5.1. Los marcadores de inicio

2.5.1.1. Inicio de secuencia o de discurso sin indicar sucesión posterior

2.5.1.2. Inicio de una serie discursiva

2.5.2. Los marcadores de continuación

2.5.2.1. Series correlativas

2.5.2.2. Series no correlativas

2.5.3. Los marcadores de cierre

2.5.3.1. Cierre de secuencia o de discurso sin indicar sucesión anterior

2.5.3.2. Cierre de una serie discursiva

3.    La reformulación en el discurso

3.1. El concepto de reformulación

3.2. Las operaciones de reformulación

3.3. Elementos constitutivos de la reformulación

3.4. Características de los marcadores de reformulación

3.5. Tipología de los marcadores de reformulación

4.    Las operaciones de explicación y de rectificación y sus marcadores

4.1. Relaciones de explicación y sus marcadores

4.1.1. Es decir

4.1.2. O sea

4.1.3. Esto es

4.1.4. A saber

4.2. Relaciones de rectificación y sus marcadores

4.2.1. Mejor dicho

4.2.2. Más bien

4.2.3. Mejor aún

5.    Las operaciones de distanciamiento y sus marcadores

5.1. Marcadores de recapitulación

5.1.1. En suma

5.1.2. En síntesis

5.1.3. En resumen

5.1.4. En conclusión

5.1.5. En fin

5.2. Marcadores de reconsideración

5.2.1. En definitiva

5.2.2. En resumidas cuentas

5.2.3. A fin de cuentas

5.2.4. Al fin y al cabo

5.2.5. Al fin y a la postre

5.2.6. Después de todo

5.2.7. Total

5.3. Marcadores de separación

5.3.1. De todos modos, de todas formas, de todas maneras

5.3.2. En cualquier caso

5.3.3. En todo caso

6.    Final

Referencias bibliográficas

Fuentes Utilizadas

INTRODUCCIÓN

Cuando el hablante quiere construir un discurso en un tiempo y en un espacio determinados ha de realizar un proceso de elaboración previa en el que los conceptos mentales que quiere comunicar debe convertirlos en signos lingüísticos; entre esas unidades lingüísticas se establecen relaciones sintácticas, semánticas y pragmáticas que configuran la base de los enunciados, unidades mínimas intencionales de comunicación, representados o no por oraciones1; estos enunciados se concatenan para formar unidades superiores –intervenciones, intercambios y secuencias–, hasta configurar el discurso completo.

En ese proceso de constitución del discurso se dan dos tipos de relaciones fundamentales que sustentan su organización: ordenación y reformulación. La ordenación del discurso supone el desarrollo continuado de un tema estructurado en diversas partes que mantienen un orden entre sí; las relaciones de reformulación se basan, en cambio, en la discontinuidad del proceso discursivo: no hay un avance, sino que se vuelve sobre lo dicho previamente y se formula de otra manera, más adecuada y válida para la prosecución del discurso.

Para ordenar el discurso, el hablante emplea una serie de elementos lingüísticos que señalan, por un lado, cómo se ha estructurado el texto mostrando la disposición que el emisor ha querido dar a las partes que lo configuran y, por otro, sirven para dar al interlocutor las indicaciones precisas sobre su estructura, su articulación y las relaciones intratextuales, contribuyendo así a que el desarrollo de la comunicación esté asegurado; son los denominados ordenadores del discurso.

En el proceso de reformulación, el hablante vuelve sobre enunciados o actos de enunciación previos para expresarlos de otra manera, equivalente o distinta, y facilitar de este modo la interpretación del mensaje por parte de su interlocutor. Las motivaciones de ese proceso son de diverso tipo: se pretende explicar lo dicho en un miembro anterior; se quiere recapitular mediante una nueva formulación abarcadora; se hace una reconsideración y se expresa desde un nuevo punto de vista; se pretende establecer una separación de distinto grado; o se corrige lo dicho en un segmento precedente. Como en el procedimiento de ordenación, la presencia de los reformuladores muestra el tipo de operación que se establece entre los miembros vinculados.

El interés por estos procesos y por el estudio de los marcadores que los desarrollan está ligado al surgimiento de nuevas corrientes dentro de la lingüística. En la lingüística de ámbito oracional, solo se tenían en cuenta las relaciones establecidas entre los constituyentes oracionales y la función que estos y sus elementos desempeñaban en la oración; de este modo, el análisis de los marcadores que señalan relaciones textuales no se consideraba relevante. En los nuevos planteamientos, que comienzan a desarrollarse en los años setenta, el interés por los fenómenos que se insertan en el ámbito discursivo adquiere una gran importancia y estas unidades se convierten en objeto de análisis de diversas corrientes lingüísticas que se ocupan de su estudio desde perspectivas diferentes. Así, las aproximaciones desde la Lingüística del texto destacan su papel como mecanismo de cohesión, es decir, en la función de conectar los elementos de un texto y de indicar las relaciones que establecen entre sí, lo que contribuye a la coherencia textual en su conjunto2. Los diversos enfoques pragmáticos señalan el papel relevante de los marcadores en la interpretación de los enunciados, pues su función consiste en guiar el procesamiento de lo comunicado por los distintos miembros del discurso para obtener las inferencias deseadas3.

En este sentido, el análisis de este tipo de unidades requiere utilizar conceptos pertenecientes a diversas perspectivas metodológicas para poder describir y explicar adecuadamente su funcionamiento en el discurso, intentando, en todo momento, compatibilizar las aportaciones de los distintos marcos teóricos. Así, en este libro, se combinan tres metodologías, empleadas en diferentes aproximaciones, que se configuran como complementarias: a) el análisis instruccional, para determinar los diferentes tipos de instrucciones semánticas y pragmáticas efectuadas por los marcadores discursivos (Ducrot et al. 1980; Blakemore 1987; Rossari 19972, 2000; Portolés 20012); b) el análisis textual, que permite dar cuenta de las relaciones establecidas entre los constituyentes discursivos (Roulet 1991, 1997; Roulet, Filliettaz, Grobet y Burger 2001; Kotschi 1996); c) las aproximaciones cognitivas que explican el proceso de construcción del discurso (Sperber y Wilson 1986, 19952; Blakemore 2002). A partir de estos presupuestos, se ha procedido al análisis de estas unidades lingüísticas desde diferentes planos.

Es necesario estudiar las propiedades gramaticales que presentan los marcadores, ya que son unidades lingüísticas pertenecientes a la gramática de una lengua con características específicas que no permiten situarlas en las clases de palabras establecidas, por lo que hay que determinar si constituyen o no una nueva categoría gramatical. Por otra parte, algunos marcadores inciden sobre todo el enunciado, conectándolo con lo anterior, y otros limitan su alcance a un segmento dentro del enunciado en el que se insertan, lo que implica diferenciar dos tipos de unidades.

Estos elementos se caracterizan por su polifuncionalidad, de modo que hay que determinar si su significado es de carácter monosémico, con un significado básico y una serie de sentidos contextuales, o, por el contrario, es polisémico, con diferentes valores en los que se deberá determinar qué relaciones mantienen entre sí y delimitar criterios para no ampliar más allá de lo necesario el número de valores que presenta cada marcador.

Por otro lado, es preciso señalar el tipo de conexión que establecen entre los enunciados, ya que no solo conectan con miembros discursivos anteriores, expresados lingüísticamente, sino que también pueden aludir a conceptos almacenados en la memoria discursiva (Berrendoner 1990), a conocimientos compartidos por los interlocutores, o referirse a otros puntos de vista, explícitos o implícitos en el discurso, ante los que el hablante adopta una postura determinada. Además, estos elementos pueden relacionar contenidos proposicionales, actos de enunciación o actos ilocutivos.

Su función argumentativa se convierte en relevante tanto si enlazan miembros discursivos que representan argumentos que llevan a determinadas conclusiones, como si introducen argumentaciones que apoyan o que se oponen a las manifestadas en los segmentos precedentes, o si cancelan la validez de determinados argumentos mantenidos previamente.

Estas formas constituyen, asimismo, uno de los medios más importantes para configurar las diferentes voces o puntos de vista del discurso; este papel es de gran importancia en los procesos de reformulación en los que se vuelve sobre los puntos de vista sostenidos por diversos enunciadores, que quedan apoyados o refutados por la perspectiva que presenta un enunciador, identificado con el locutor, en la nueva formulación.

Muchos de estos marcadores presentan instrucciones informativas referentes a la distribución de los comentarios en relación con el tópico al que responden. De este modo, habrá marcadores que indiquen que el miembro discursivo en el que se insertan mantiene el mismo tópico del miembro anterior, mientras que otros presentarán el miembro en el que se incluyen como un comentario a un tópico distinto (Portolés 20012).

La descripción de las diferentes funciones de los marcadores discursivos debe integrarse, además, en un modelo global de la organización monológica y dialógica del discurso en el que se tengan en cuenta las diferentes dimensiones –lingüística, textual y situacional4–, en las que se configura el discurso, constituidas, a su vez, por distintos componentes y subcomponentes relacionados entre sí, para poder determinar dónde se ubican los marcadores y qué papel desempeñan en cada uno de los distintos planos.

En definitiva, nuestra intención en este texto es explicar el proceso de organización discursiva, analizado a través de los procedimientos de ordenación y de reformulación y de los marcadores que desarrollan estos procesos en los textos escritos, basándonos, especialmente, en textos periodísticos y literarios actuales5. Evidentemente, estas unidades también se emplean en el discurso oral y a ello haremos las oportunas referencias; sin embargo, dada la distinta planificación que uno y otro registro poseen, consideramos que el discurso escrito muestra una estructuración más precisa de lo que se quiere comunicar y es la modalidad en la que estas marcas de ordenación y reformulación funcionan de una manera más característica.

Los capítulos que componen el libro se centran en los diversos aspectos aludidos anteriormente. En el primero, se estudian las distintas aproximaciones realizadas para explicar el funcionamiento de los marcadores discursivos, con el objetivo de señalar cuál es la perspectiva que consideramos más adecuada en su caracterización. El segundo trata de la ordenación del discurso en el plano global del texto y en el plano local de la estructuración de las secuencias discursivas y de los enunciados. En el tercero, se plantea la delimitación del concepto de reformulación, se establecen los requisitos básicos para el desarrollo de esta operación discursiva y se describen los diferentes tipos de relaciones mantenidas entre los miembros vinculados. En el cuarto, se da cuenta de las funciones de explicación, que permiten asignar referencias, aclarar el significado o hacer explícitas las inferencias que se derivan de lo anterior; se contemplan, asimismo, las funciones de rectificación, que implican una modificación parcial o total de lo expresado en

un miembro precedente y su sustitución por una expresión más adecuada. En el quinto, se analiza un conjunto de operaciones que suponen un distanciamiento, de mayor o menor grado, entre lo dicho en el enunciado previo o algo implícito en el contexto y una formulación introductora de una nueva perspectiva que mantiene o que cambia la presentada en el segmento de referencia. En el último capítulo, se exponen las consideraciones finales que se desprenden de las propuestas realizadas anteriormente y se plantean los nuevos caminos que es necesario explorar para completar la explicación del funcionamiento de estos marcadores en el discurso y de su papel en la organización del mismo.

Para finalizar estas líneas introductorias, deseo agradecer a los estudiantes universitarios que han asistido a mis seminarios sobre Análisis del Discurso el interés mostrado por las materias aquí tratadas, que les ha llevado, incluso, a emprender investigaciones en esta línea; a los colegas y amigos que me han invitado a participar en reuniones y congresos para tratar sobre estas cuestiones y me han alentado a elaborar este texto; por último, he de reconocer la subvención concedida por el Ministerio de Educación y Ciencia al Proyecto HUM 2004-00625, en el que se inscribe esta investigación.

1

EL DISCURSO Y LOS MARCADORES

1.1. Caracterización de los marcadores discursivos

Si analizamos la organización de un texto, podremos observar que hay expresiones que sirven para estructurar las partes que lo componen, para enlazar unos enunciados con otros o el enunciado con el contexto1 y que se muestran como guías para facilitar al lector su interpretación. Estas expresiones son los denominados marcadores del discurso, unidades lingüísticas que permiten señalar relaciones entre los hechos representados, entre los argumentos aducidos, entre las informaciones sucesivas o reinterpretar lo dicho o la propia enunciación.

Veamos algunos ejemplos de cómo funcionan estos elementos lingüísticos en el texto en referencia a los procesos de ordenación y de reformulación:

(1)     Apenas hube colgado pensé dos cosas. Primero, que había olvidado decirle a Claudia que me había quedado por descuido con las llaves de su casa. Segundo, que la última frase del mensaje era demasiado efusiva […]. (J. Cercas, El vientre de la ballena, Barcelona, Tusquets, 1997, p. 89)

El tema planteado por el autor, el pensamiento que tiene el hablante después de haber dejado un mensaje telefónico, se desarrolla mediante la enumeración de dos aspectos distintos, que constituyen dos subcomentarios al tópico señalado, precedidos respectivamente por los ordenadores primero y segundo.

(2)     Ustedes piden que me ponga en sus manos a cambio de un porcentaje o de qué sé yo. O sea: que me cruce de brazos y les deje el monopolio. (A. Pérez Reverte, La Reina del Sur, 2002, CREA)

El empleo de un marcador como o sea permite dar una explicación alternativa del miembro anterior; de este modo, el hablante vuelve sobre ese segmento y le asigna una interpretación determinada, para que su interlocutor lo entienda en ese sentido y no en otro.

Al ampliarse el campo de estudio de la oración al discurso en las investigaciones lingüísticas de las últimas décadas, el análisis de estos elementos se ha convertido en centro de interés de los investigadores. Sin embargo, a pesar de que se ha progresado en el conocimiento de estas unidades, la diversidad de criterios adoptados y los distintos planteamientos metodológicos desde los que se ha abordado su estudio han supuesto que no se haya llegado a un acuerdo en cuestiones básicas como la denominación y definición del concepto de marcador discursivo, la determinación de sus rasgos gramaticales, de su significado o de sus funciones pragmáticas (Martín Zorraquino 2006: 56; Fischer 2006a: 1-20).

El objetivo que nos proponemos es, por tanto, delimitar algunos problemas, aún pendientes, e intentar establecer algunas bases que permitan su resolución; nos centraremos en los siguientes aspectos: 1) la denominación de marcador del discurso con preferencia sobre otros términos; 2) las categorías de las que proceden; 3) la consideración de si constituyen o no una nueva clase de palabras; 4) el alcance estructural y las relaciones que establecen; 5) el tipo de significado que presentan y los sentidos contextuales; 6) la determinación de las funciones discursivas desempeñadas por estas unidades2.

1.2. Delimitación de conceptos: denominación y definición

Al acercarnos al estudio de estas unidades lingüísticas sorprende la diversidad de denominaciones utilizadas, lo que se explica por la diversidad de enfoques teóricos desde los que se ha abordado su estudio. Así, en el ámbito hispánico nos encontramos con términos como enlaces (extraoracionales, textuales)3 conectores (pragmáticos, discursivos, textuales, argumentativos)4, operadores discursivos5, partículas discursivas6 o marcadores discursivos7.

El problema que presenta esta proliferación de denominaciones es que no siempre se refieren al mismo concepto ni engloban el mismo conjunto de elementos; el término enlace hace referencia a la dimensión supraoracional (enlace extraoracional) o al nivel textual (enlace textual) en el que se sitúan; conector, a las relaciones de conexión entre los enunciados, centrada en el vínculo semántico-pragmático que se establece entre miembros discursivos explícitos, o bien entre un segmento expreso y otro implícito; operador se ha utilizado con múltiples referencias, pero la más extendida es la que considera que su incidencia se limita al enunciado en el que se incluye; marcador discursivo es la denominación que alude al nivel en el que se inserta su descripción y pone de relieve su significado específico que consiste en proporcionar instrucciones para la correcta interpretación de los enunciados; y, por último,partícula es un concepto más abarcador referido a cualquier palabra invariable o locución que guíe por su significado el procesamiento de otra unidad con significado conceptual (Portolés 2008)8.

La misma cuestión se plantea en otros ámbitos de la investigación. Si se considera el aspecto formal de estos elementos, en referencia a que son palabras simples, invariables, no integradas en el nivel sintáctico, ni semántico, ni, en ocasiones, prosódico del enunciado en el que aparecen, la denominación es partícula discursiva (Hentschel y Weydt 2002; Weydt 2006; Fischer 2006b); si se destaca la función que desempeñan en la organización del discurso

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