Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Lluvia De Zombis 2: Una Plaga Sobre Su Familia - Zombie Fallout 2 En Español
Lluvia De Zombis 2: Una Plaga Sobre Su Familia - Zombie Fallout 2 En Español
Lluvia De Zombis 2: Una Plaga Sobre Su Familia - Zombie Fallout 2 En Español
Libro electrónico424 páginas8 horas

Lluvia De Zombis 2: Una Plaga Sobre Su Familia - Zombie Fallout 2 En Español

Calificación: 5 de 5 estrellas

5/5

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

Los Talbot están evacuando su casa en medio de un apocalipsis de zombis. La humanidad está al borde de la extinción mientras un nuevo, dominante y mecánico oponente peina el terreno en busca de alimento, vale decir seres humanos no infectados. Este libro sigue las peripecias del viaje de Michael Talbot, su esposa, Tracy, y sus tres hijos - Nicole, Justin y Travis. Acompañándolos se encuentra Brendon, el novio de Nicole, y Tommy, ex-trabajador de Walmart en el área de bienvenida a clientes, quién puede ser más de lo que parece. Juntos luchan contra un enemigo implacable que los ha seleccionado por sobre todos los demás. un ex portavoz puerta Wal-Mart, que puede ser más de lo que parece. Juntos luchan contra un despiadado enemigo
implacable que les ha señalado como objetivo por sobre todos los demás.
A medida que viajan a través de un país devastado por la guerra, pronto se dan cuenta de que hay algo más que zombis a quienes temer, siendo ahora la ley y el orden solo un vago recuerdo lejano, algunos seres humanos han decidido tomar todo en sus propias manos. Ya no se trata sólo de una lucha entre seres inteligentes y come-cerebros. Y los riesgos pueden ser mayores que la mera vida y la muerte con almas eternas en juego.

IdiomaEspañol
EditorialMark Tufo
Fecha de lanzamiento26 may 2015
ISBN9781310139284
Lluvia De Zombis 2: Una Plaga Sobre Su Familia - Zombie Fallout 2 En Español
Autor

Mark Tufo

Mark Tufo was born in Boston Massachusetts. He attended UMASS Amherst where he obtained a BA and later joined the US Marine Corp. He was stationed in Parris Island SC, Twenty Nine Palms CA and Kaneohe Bay Hawaii. After his tour he went into the Human Resources field with a worldwide financial institution and has gone back to college at CTU to complete his masters. He lives in Colorado with his wife, three kids and two English bulldogs. Visit him at marktufo.com for news on his next two installments of the Indian Hill trilogy and his latest book Zombie Fallout

Relacionado con Lluvia De Zombis 2

Libros electrónicos relacionados

Ciencia ficción para usted

Ver más

Artículos relacionados

Comentarios para Lluvia De Zombis 2

Calificación: 5 de 5 estrellas
5/5

1 clasificación0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Lluvia De Zombis 2 - Mark Tufo

    1

    CAPÍTULO 1

    Diario de Mike – Anotación Uno

    Cuerpos de zombis estallaron bajo el aplastante peso del camión remolque. Huesos astillados llovían por todas partes. Algún globo ocular ocasional golpeaba el costado del remolque con un ruido sordo. El ruido era nauseabundo desde lo alto. Sólo podía imaginar cómo sonaba en el interior. Gases pestilentes brotaban de los seres que explotaban, y algunos pocos desafortunados que se quedaron atascados en el mecanismo quitanieves fueron lentamente erosionados hasta desvanecerse como la goma de borrar más grande del mundo sobre el mayor error de la humanidad – lo que no estaba lejos de la verdad.

    El camión era una isla que flotaba a lo largo de un mar de muerte y putrefacción. Nunca me había sentido más temeroso por mi familia desde que todo esto empezó. El topeteo constante al chocar y luego el atropello, los zombis hicieron que aferrarse desesperadamente como si la vida estuviera en juego adquierese un significado totalmente nuevo.

    Por alguna condenada razón, yo no había tenido la previsión de atar a mi Bulldog Henry al vehículo; ahora tenía un brazo alrededor de Henry como si fuera un costoso paquete de Saks Fifth Avenue y estuviera en Central Park por la noche. Mi otra mano sujeta firmemente a una manija en la parte superior del camión con dos tornillos demasiado pequeños.

    Por otra parte, si usted lee mi primer diario, sabrá que yo no soltaría a Henry más pronto de lo que lo haría con uno de mis hijos. Aquellos que dicen que sólo es un perro... deben ser amantes de los gatos y simplemente no se les ocurre nada mejor. No lo tendré en cuenta. Por suerte, Henry no se retorcía o esto sería una novela corta marcada por mi muerte prematura.

    Los tornillos empezaban a aflojarse en la parte superior del camión. Yo sabía sin atisbo de duda de que iban a ceder bajo la presión que estaba ejerciendo sobre ellos. Mis últimos momentos en la tierra iban a estar marcados por el impacto audible provocado por los tornillos al soltarse y luego mi desgarbado clavado desde la parte superior de este tráiler hacia los brazos expectantes de una multitud entusiasta de devoradores de cerebros y carne. Por suerte, Alex tenía mucha más pericia manual de la que creía, porque todavía estoy con vida para escribir este diario.

    Alex es un hombre que sólo he conocido hace un par de semanas, pero lo considero un amigo de verdad, sobre todo porque él salvó el trasero de mi familia hoy - el día de Navidad.

    Alex era uno de los nuevos residentes de Little Turtle después que llegaron los muertoides. El configuró o realizó la ingeniería de la mayoría de las defensas que usamos en nuestra comunidad ahora destrozada. Si no fuera por los firmes soportes que había añadido a nuestras paredes, nunca habría podido salir de mi celda a mi casa a tiempo ese día fatídico.

    Con ese pensamiento tuve una punzada de remordimiento al recordar a Jed. En un tiempo, y en un mundo mucho más simple, habíamos sido enemigos acérrimos, cuando la hora en la que sacabas la basura afuera realmente importaba. Yo no había visto a Jed desde el día Jed en que se derribaron los muros, literalmente. Él me dejó salir de mi celda mientras esperaba mi juicio por asesinato. Claro, yo había matado a un pervertido de mierda y el mundo era un lugar mejor por ello, pero aun así era un asesinato. Por qué lo había matado, no es algo que voy a volver a repasar, especialmente en este momento, el más sagrado de los días. Si realmente quieres saberlo, tendrás que regresar a Little Turtle a las líneas sobre Denver/Aurora en Colorado. Dejé mi diario en mi antigua oficina antes de que realizáramos nuestro ajustado escape hasta el ático. Estoy seguro de que los zombis se habrán ido en un par de días, no quedará nada allí para comer.

    Los movimientos bruscos del camión disminuyeron lentamente a medida que avanzábamos más y más lejos de la zona de muerte. Casi podía oír los suspiros de alivio, pero lo más probable es que fuera la gran inhalación de aire pues todo el mundo sentía que era finalmente seguro para poderlo respirar profundamente, no por nuestra suspensión temporal del miedo, sino por la mejora de la calidad del aire. Los muertos no tienen ni idea acerca de la higiene personal. Decir que los zombis olían mal era lo mismo que decir los leprosos tenían un caso leve de acné.

    Exactamente a 1.8 km de mi casa anterior, el camión se detuvo en seco. Solté a Henry con el brazo izquierdo. Iba a necesitar esa mano para levantar mis dedos de la mano derecha de la manija. Parece que se había congelado en el lugar. Por otra parte, no se me ocurrió coger ropa para el frío mientras los zombis ingresaban en mi dormitorio. Sí, tú estás cómodamente ubicado en tu bunker y júzgame todo lo que quieras por no estar debidamente preparado, pero tengo una ventaja sobre al menos el 90% del resto del mundo. Todavía estoy vivo - o no al menos no soy uno de los muertos vivientes - y eso es condenadamente bueno en mi libro.

    No hubo zombis a la vista, pero yo sabía que eso podía cambiar en cualquier momento mientras ayudaba a mi esposa Tracy a bajar desde la parte superior. Ella parecía un poco perturbada porque yo había llevado a Henry a salvo al césped antes de preocuparme por ella. Tú sabes cómo es, el mejor amigo del hombre y todo eso. Eso, y creo que tenía que orinar. Yo lo conocía lo suficiente para saber que él iría a cualquier parte y a cualquier persona una vez que la necesidad se presentaba.

    Brendon, el novio de mi hija, ayudó a Nicole a bajar. Ellos estaban todavía en esa fase del amor nuevo cuando la caballerosidad prevalecía. Eso iba a terminar cuando él se tirara su primer gran pedo delante de ella, pero por ahora todo era todavía color de rosa. Mi mejor amigo Paul había descendido desde el otro extremo del camión. Podía escuchar a su esposa Erin quejándose acerca de tratar de frotarse para recuperar la circulación en sus brazos. Mi hijo Travis había bajado del camión y estaba patrullando nuestro perímetro, bendito sea. Mi otro hijo Justin, que seguía sufriendo los efectos negativos de su rasguño zombi, fue ayudado por Tommy para llegar a los brazos expectantes de Paul. Justin estaba a la vez aliviado y avergonzado, aliviado por haber descendido del camión en una sola pieza y avergonzado de que necesitara ayuda para hacerlo.

    El mayor enigma - literal y figurativamente - Tommy, fue la última persona en bajar. Yo solía pensar que había salvado el trasero del chico en Walmart aparentemente hace mucho tiempo, pero ahora creo que él estaba destinado a salvarnos. En su vida anterior él había trabajado como personal de bienvenida en Walmart, todo lo referido a stickers y sonrisas. Lo que le faltaba a su llamada mente normal era más que compensado por la sonrisa contagiosa y el corazón abrumador que el chico poseía. Pero eso no era todo acerca de Tommy, ni mucho menos.

    No me malinterpreten, me encantó el chico por esas razones. Pero había algo que pasaba con este chico que estaba muy por encima de mi nivel. Para empezar, tiene un espíritu guía que (según los relatos de Tommy) suena y se ve como Ryan Seacrest. Esta eso, y luego hay cosas que sabe que él no tendría forma de saber... y luego está este maldito camión. No me malinterpreten, estoy emocionado que Alex apareciera cuando lo hizo, pero no fue por casualidad.

    Marta, la esposa de Alex, es pariente de Tommy por el lado materno. De alguna manera él fue capaz de centrar su objetivo en esta relación y convocarlos para obtener ayuda. Normalmente tenía que sacudir la cabeza ante la dicotomía que era Tommy. Me reí cuando vi al salvador de la raza humana saltar desde la pequeña escalera y aterrizar con un ruido sordo en el suelo. Él me miró, sonriendo, con un pegote enorme de mantequilla de maní en la punta de su nariz. Esto no pasó desapercibido por Travis mientras rodeaba la esquina del camión en su enrevesada ruta de patrulla.

    Travis detuvo su movimiento, ahora mirando fijamente hacia el cumulo ofensivo de bondad pegajosa en la nariz de Tommy.

    ¿Qué?, ​​dijo Tommy, preguntándose claramente por qué él era ahora el centro de atención de Travis. Travis seguía mirándolo. Finalmente los ojos de Tommy alcanzaron a ver la punta de su nariz. Lo único que pudo hacer fue sonreír con timidez y encogerse de hombros.

    ¿Qué fue eso? preguntó Travis, con una pequeña dosis de admiración y envidia en su voz.

    Tommy parecía que estaba teniendo un debate interno consigo mismo sobre si confesar o simplemente negar todo. Por supuesto, su lado bueno ganó. Snickers, dijo vacilante.

    ¿Tenemos Snickers de mantequilla de cacahuete? ¡Ni siquiera los hacen más!, dijo Travis suplicante, mirándome.

    Me encogí de hombros en respuesta a la mirada suplicante de Travis. Llegado este punto, no me cabe duda de que Tommy fue a un universo alternativo donde todavía fabricaban Snickers de mantequilla de cacahuete y sólo tomó unos pocos. OK... bueno... en realidad no creo eso, porque conociendo a Tommy sé que él habría pagado por ellos.

    Si, lo hacen, dijo Tommy mientras se limpiaba la mantequilla de cacahuete de la nariz con la punta de su dedo pegajoso y se metía el bocado del tamaño de una moneda de diez centavos tiernamente en la boca.

    Cualquier duda sobre la autenticidad de la elección de alimentos de Tommy fue inmediatamente dejada de lado mientras jalaba una ligeramente deteriorada envoltura de Snickers de mantequilla de maní de la boca de Henry. Estuve fuertemente tentado de ver dónde se había fabricado la barra de chocolate, pero si yo volteaba la envoltura y decía algo así como orgullosamente elaborado en los Estados Unidos de América habría perdido más minutos preciosos de los que ya había desperdiciado tratando de descifrar este enredo. El mundo se había ido al infierno y no había ninguna canastilla cerca, pero aun así yo no podía permitirme contaminar. Puse la pegajosa envoltura de Henry en mi bolsillo. La fobia que sentía por los gérmenes hizo que me estremeciera cuando saqué mi mano cubierta de viscosidad del bolsillo de mis jeans.

    Maldito bruto, dije sin dirigirme a nadie en particular.

    Mi diatriba fue interrumpida cuando miré con añoranza a mi Jeep. Una semana antes, Brendon y yo habíamos guardado nuestros vehículos a alrededor de kilómetro y medio de distancia de las puertas del complejo Little Turtle. El suyo era un enorme Ford Explorer y el mío era un Jeep Wrangler. Ambos estaban cargados con equipo de campamento, municiones, alimentos y agua, a tal punto, que colocarnos todo eso iba a hacernos lucir como un evento de Ringling Brothers.

    Alex iba a esperar hasta que las dos todoterreno arrancaran antes de poner en movimiento el camión plataforma. Algunos de los pasajeros en la parte trasera del camión estaban protestando en voz alta señalando que se habían detenido tan cerca de la ahora extinta comunidad Little Turtle. No los envidio por eso. Todavía estoy sorprendido de que hayan dejado que el camión siquiera de vuelta.

    Vi como Tommy se soltó de los brazos de su tía.

    ¿Está seguro, Tommy?, Marta lo miró inquisitivamente.

    Yo no había oído toda la conversación, pero capté la idea general. Marta quería que su sobrino vaya en el camión con ellos. Marta finalmente había podido sobreponerse del estado de conmoción casi catatónico que los zombis le habían provocado. Ella no quería poner en peligro los avances que había logrado con mucho esfuerzo, y la pérdida de otro familiar sería algo inaceptable. Entendí totalmente su angustia cuando Tommy le respondió.

    No, tía, no puedo, dijo Tommy con tristeza.

    ¿Pero por qué, Tommy?, eres todo lo que me queda de mi familia, suplicó.

    Sabía que esto tocó una fibra verdaderamente sensible en el chico, y estaba más que tentado de decirle que lo dejara en paz cuando me di cuenta de lo equivocado que pudiera estar. Ellos eran familia después de todo. Yo era el extraño en toda esta situación. Demonios, sólo había conocido al chico por un tiempo relativamente corto.

    2

    CAPÍTULO 2

    Diario de Mike – Anotación Dos

    Más tarde le preguntaría a Alex cómo fue que no había reconocido a Tommy como su sobrino cuando él era parte de su equipo de trabajo, y me respondió, Nunca lo conocí, Mike. Durante unos instantes pareció que iba a estar satisfecho con aquella respuesta. Dios es mi testigo de que yo deseaba tanto fisgonear, pero la discreción se apoderó de mí; me quedaría de brazos cruzados. Parece que Alex, había retrasado su respuesta por miedo a cómo podría reaccionar yo.

    Lo conocí por poco tiempo cuando yo tenía dieciocho años, dijo Alex cabizbajo, la vergüenza estrangulaba sus palabras. Mi boca tal vez había descendido un poco, pero él no podía verla desde su punto de observación. La familia de Marta me odiaba y la desheredaron porque se casó con un convicto. Levantó los ojos hacia mí, sus labios esbozaron una sonrisa nerviosa. Él prosiguió, Sus padres son…o eran, corrigió, católicos estrictos. Lo cual no tiene sentido, porque, de todas las religiones, ¿no predican ellos el perdón? Miró como si estuviera preparándose para descarrilar. Esto, aparentemente, era como si le pusieran el dedo en la llaga.

    Oh, Alex, dije mientras ponía mi mano sobre su hombro. Quería decirle que teníamos cosas más importantes que hacer en ese momento, pero rápidamente, él mismo se dio cuenta de ese pequeño detalle.

    Lo sé, Mike, lo sé. Sus padres y la mayoría de su familia probablemente han desaparecido, pero causaron tanto dolor a mi Marta. Sus padres nunca JAMÁS vinieron a ver a nuestros hijos. Por amor de Dios, Mike, hace doce años yo estuve en la cárcel por robar algunos carros.

    Uff, yo estaba tan contento de que no dijo por violación o abuso sexual infantil o algo tan atroz por el estilo, porque no importa cuánto me agradara él ahora, nunca habría sido capaz de mirarle del mismo modo. Hay algunas transgresiones en la vida que simplemente no se superan, y esa estaba entre las cinco primeras.

    "No les importó que mientras estuve en prisión me gradué, y luego cuando salí me partí el trasero como aprendiz de carpintero para pagar mis maestría en ingeniería. Nada de eso les importó. Siempre iba a ser aquel convicto que corrompió a su hija. Diablos, ni siquiera la conocía cuando me metí en problemas. Escuchándoles hablar, habrías pensado que yo la tenía fuera vigilando por si venía la policía mientras yo iba arrancando carros.

    "Acababa de empezar en una empresa de ingeniería tras de graduarme. Ella era Coordinadora de Recursos Humanos. Estuvimos saliendo, nos enamoramos. En mi primera cena para conocer a sus padres, les conté sobre mi pasado sólo para asegurarme de que todo sea transparente y que no hubieran sorpresas en el camino. Su padre se volvió loco. Me echó de la casa a patadas y prohibió a su hija que volviera a verme otra vez.

    "Así que lo primero que hicimos fue fugarnos. En ese momento, sus padres la desheredaron. Ella se molestó, pero no pensó que eso realmente fuera a ser una prohibición de por vida. Sin duda, después del nacimiento de nuestro bebé, entrarían en razón. Los estrictos bastardos no llamaron nunca, ni siquiera una vez para felicitarla por el nacimiento de nuestro primer hijo. Un pedacito de mi Marta murió el día en que se dio cuenta de que sus padres habían puesto punto final a su relación con ella.

    Después de que Vera, nuestra segunda hija, naciese…ella se hundió aún más en su auto-impuesto hoyo de desesperación. Cuando los zombis vinieron clavando sus garras en nuestra casa, ella rebasó el límite fatal. Al principio, pensé que ella se había convertido en una de ellos. Yo me estremecí.

    Alex prosiguió, Ella estaba saliendo lentamente de su depresión, pero cuando Tommy hizo lo que sea que hizo, enviando una señal, ¿encendiendo un faro? Lo que sea…esa fue la primera vez en los siete años que la conozco que ella ha estado totalmente libre de las cadenas que sus padres pusieron sobre ella.

    Sí, lo sé. Tommy puede tener ese efecto en la gente, dije sin realmente pensarlo.

    Alex sólo me miró como si yo estuviese loco. Yo no me expresé mejor, de ahí que le dejara totalmente confundido.

    De modo que cuando ella me dijo que le diéramos la vuelta al camión, no lo dudé. Me habría ido hasta el infierno con tal de ver esa chispa de vida de nuevo en sus ojos.

    Mierda, Alex, en cierto modo lo hiciste, dije. Él asintió con la cabeza.

    Así que volvemos a tu pregunta original. Ella me había contado todo sobre su familia, sus hermanas y hermanos y sobrinas y sobrinos, pero no tenía ninguna fotografía de ellos. El día que nos fugamos, sus padres echaron fuera de la habitación todas las cosas. A ella se le prohibió ir por alguna de sus pertenencias, y a sus hermanos se les dijo que si tan siquiera mencionaban su nombre, correrían la misma suerte. Así que, para todos los efectos, ella estaba huérfana. Tú sabes, ahora que lo pienso, me llamó la atención Tommy cuando me miraba tanto mientras trabajábamos. ¿Crees que él sabía quién era yo? Quizá tenía una fotografía o algo así.

    Oh, estoy seguro de que él sabía quién eras. Y no, nada tan trivial como una foto, respondí. De nuevo Alex me miró, esperando que yo diese más detalles. "¿Alguna vez has sido un Ídolo?" le pregunté de forma casual.

    Mike, ¿qué te dije acerca de beber tequila?

    No aguanto esto, ojalá tuviera un poco. Buenas noches, Alex.

    ¿Alguna cosa más, Mike? preguntó Alex. Me volví hacia él. ¿Cómo se lo dijo él a Marta? ¿Para regresar?

    Oh mierda, Alex, tal vez también me preguntes cómo fue creado el universo, o qué vino primero, la gallina o el huevo, o mejor aún…en qué piensa una mujer en un momento dado. Sobre eso te podría dar algún tipo de respuesta estúpida. No tengo la más remota pista de qué está pasando con Tommy. Todo lo que sé es que lo que quiera que sea, es poderoso y tiene un propósito. Fuera de eso… me encogí de hombros.

    3

    CAPÍTULO 3

    Diario de Mike – Anotación Tres

    Las siguientes palabras de Tommy me sacudieron para detenerme de forma tan efectiva como lo habría hecho una cadena de dos pulgadas de gruesa alrededor de mi cuello. Tengo que quedarme con el Sr. T, tía, él va a necesitar que le salve. Eliza lo quiere muerto y debo asegurarme de que eso no ocurra.

    Yo tenía un presentimiento de quién podría ser Eliza. Esperaba estar equivocado. La simple vocalización de su nombre hacía que los gusanos del miedo recorrieran mi espina dorsal, una sensación que no le deseo a nadie. Sé que es ingenuo de mi parte, pero había esperado que al dejar atrás Little Turtle, nosotros también estaríamos dejando atrás lo peor de este nuevo mundo. Parece que ese no era el caso. El sudor corría por mi frente, y yo no trataba de hacer nada más difícil que quedarme parado. Una brisa fría convirtió la humedad de mi frente en diminutos puñales que se unían a mi cabeza como el nido de una abeja enojada al hocico de un oso sensible a la miel.

    Marta dijo chasqueando a Tommy. Tommy, ¿cómo puedes saber quién necesita ayuda? Y, ¿quién es Eliza? Tommy, soy tu tía, parece que te conozco de siempre. Tu madre quería que te cuidase.

    Fue un poco raro escucharla decir eso. Aquí estaba esta pequeña huerfanita diciendo que ella iba a cuidar de este chico que parecía un descomunal oso de casi ciento catorce kilos de peso. Pero Tommy sacaba esa fuerza dentro de ti. Era casi instintivo que uno quisiera ir más allá de lo posible para asegurarse de que él estuviera feliz y a salvo. ¿Era eso porque supuestamente él era ‘lento’? Lo dudo. El chico definitivamente tenía cierta vulnerabilidad, pero por otro lado…sus poderes podrían ser ilimitados.

    Tommy se sonrojó cuando su tía habló sobre su pasado. Eso fue hace mucho tiempo, tía. Ahora ya soy grande.

    Se me escapó una carcajada e hice lo mejor que pude por disimularla. Marta me fulminó con la mirada. Maldita sea, como si yo necesitase otra mujer enojada conmigo. Rápidamente sustituí mi hilaridad con una cara de ‘fortaleza de soledad’. ¿Qué es eso, exactamente? Es complicado de decir. En cierto modo estoico, definitivamente no algo así como un tipo de sonrisa comemierda. A menudo no funciona, pero es mejor que mi típica sonrisa cursi que suele meterme en problemas.

    Está bien, tía, vamos a estar en el jeep justo detrás de ti, prosiguió Tommy.

    Realmente no había pensado en ello, pero supongo que sí lo estaríamos; no había necesidad, ni tenía sentido que nos separáramos, al menos aún no. Yo tenía grandes ilusiones de volver, en algún momento, al Este para tratar de averiguar el estado de mi familia; y mientras Alex se dirigiese hacia esa dirección en general, entonces yo estaba a favor de que la multitud ofreciera seguridad.

    Esto pareció aplacar a Marta un poco, pero su mirada fulminante irradió de nuevo en general hacia mí como si todo esto fuera culpa mía. Hice lo que cualquier hombre infeliz haría en esas circunstancias: me encogí de hombros y me fui. Puede que Marta haya continuado sus incansables objeciones para con Tommy, pero justo en ese momento oportuno, su bebé gritó consternado. Tommy parecía aliviado y satisfecho de sí mismo. Creo que él dio a la beba Vera un cosquilleo psíquico, lo mejor para ayudarle a salir de esta difícil situación. Marta dijo el típico Bien y salió atropelladamente. Bueno, puede que, atropelladamente sea un poco exagerado, fue más como salir con pasos acolchados pesados. Tommy me sorprendió mirándolo y rápidamente dejó que su mirada de satisfacción huyera de sus facciones.

    Tu secreto está a salvo conmigo, chico. Vamos, le dije. Cuando se recuperó, puse mi brazo sobre su hombro.

    Tras una breve conversación con Paul, nosotros (y por ‘nosotros’ me refiero a ‘él’) determinamos que lo mejor sería que él y su esposa subieran al camión por un rato. Sí, un gran sacrificio. Un remolque climatizado cargado con sacos de dormir y un montón de espacio para las piernas. Yo estaba un poco molesto por decir lo menos, quizá con más envidia también. Quería estirarme y dormir. Tras las gélidas condiciones de las pasadas noches, se iba a precisar un montón de calor y descanso para sacar el frío que se había instalado hondamente en mis huesos. Poco sabía en ese momento que el frío que sentía tenía menos que ver con el clima y más que ver con mi condición. Bueno el tiempo, como dicen, es lo saca todo a la luz. Todas las cosas salen a la luz sea que uno lo quiera o no.

    4

    CAPÍTULO 4

    Diario de Mike – Anotación Cuatro

    Sin ningún plan puntual en mi mente, excepto el de poner tanta distancia como fuera posible entre nosotros y nuestro antiguo hogar, nos dirigimos hacia el norte por la Interestatal 25 y luego hacia el este por la Interestatal 70. Estaríamos relativamente a salvo durante un tiempo, el este de Denver nos llevaría a las llanuras de Colorado y luego a Kansas. Durante el apogeo de la humanidad, esta no fue un área densamente poblada, así que era corolario (como usted ve sí aprendí algo en sexto grado que podría utilizar más tarde en la vida) que la probabilidad de toparnos con una gran camada de zombis sería leve. De todos modos, esa era la idea.

    Salir de Denver era en sí una pesadilla. Se parecía más a cualquier película de desastres naturales (o no naturales) que jamás haya visto en su vida. Los carros y los camiones, las motocicletas y los scooters – diablos, había visto una calesa unos kilómetros atrás – estaban abandonados por todos lados. Parecía más como el mayor estacionamiento de carros usados del mundo, que cierto tipo de autopista, eso es, por supuesto, si uno quitase los casquillos de balas que cubrían el suelo como muchísimos insectos metálicos, o los restos de sangre salpicada de los zombis que tan sólo trataban de ganar una comida; o eh, incluso miles de humanos que se habían convertido, a falta de una palabra mejor, en Spam. (¿Te haces una idea? ¿Carne en lata?) Sé que es asqueroso, pero eso era lo único que podía pensar de ello (de ellos) sin eliminar grandes secciones. Parecía que se hubiera abierto un buffet en el que se podía comer de todo justo al lado de un campamento de gordos que tuviera la valla dañada; todas las cosas y todo el mundo había sido destrozado.

    La batalla había sido violenta y rápida, estando las personas no infectadas claramente en el bando perdedor. Tuve esa conclusión por el elevado número de carros atorados en la carretera. Si hubieran ganado las personas, no estarían por ahí.

    En algunos tramos, yo manejaba por delante del camión, explorando posibles rutas, y en otros momentos, Alex tenía que conducir tan sólo para empujar la escoria fuera del camino. Por ocho horas insoportables navegamos a través de la peor hora punta de tráfico conocida por el hombre. Para cuando llegamos a un pequeño pueblo llamado Bennett, a unos cuarenta y ocho kilómetros al este de Denver, yo estaba hecho trizas.

    Tracy se había ofrecido en más de una ocasión para encargarse de la conducción, pero yo no podía superar la ligera sospecha de que lo hacía por algún motivo oculto. Podía percibir una indirecta como señal de una pequeña medida de venganza por lo que yo le había hecho a su carro. Lo más probable es que fuera mi profundamente arraigada paranoia que emergía su fea cabeza, pero luego otra vez… tal vez no, yo estaba paranoico, cómo, diablos, lo iba yo a saber.

    Ni una sola vez en el trayecto de 8 horas de camino vislumbramos una persona viva. ¿Zombis? Eso era una cosa distinta. No eran muchos los que vimos, pero cada uno se volvía y caminaba hacia nosotros como si fuese un filamento metálico fino que era atraído hacia un poderoso imán.

    Nos detuvimos en Bennett para estirar las piernas, rellenar nuestros tanques, y posiblemente tratar de tragar una o dos barras energéticas. Mi cerebro estaba totalmente en contra de la idea de comer algo tras ser testigo de la destrucción unos pocos kilómetros atrás, pero mi estómago no le escuchaba.

    Por ende, Travis, Tommy y Henry habían estado durmiendo la mayor parte de la mañana. Yo agradecí ese pequeño favor, aunque no sé de qué les protegía. Ya habían visto de sobra todo por lo que habíamos pasado y algo más. Bennett parecía sorprendentemente intacta, como si la marea de mierda que había golpeado al resto del estado hubiera pasado completamente por alto este pequeño oasis. Al menos eso era lo que parecía. Lo que se experimentaba era una historia totalmente distinta.

    Alex saltó de la plataforma del camión, frotando sus brazos para entrar en calor, pero con más probabilidad para protegerse de la maldad que emanaba de cada rincón de esta villa. Este lugar no se percibe bueno, Mike.

    Quise concordar con él y decirle que sentía como si acabásemos de entrar por la puerta de la mayor fiesta sorpresa que jamás se haya dado y aún estuviéramos esperando a que llegase el grito de ‘SORPRESA’. La expectación flotaba en el aire; se podía palpar, era agobiante, sencillamente espeluznante. Pero incluso después de todas esas emociones revolviéndose en mi cabeza, había una sola cosa que yo quería saber. ¿Cuándo, diablos, aprendiste a conducir ese camión?

    Alex me miró fijamente largo y tendido como si hubiera perdido la razón, y ahora se preguntaba por qué había decidido enganchar su carro al mío.

    Escucha, sé que este lugar parece una tumba, Alex. Mis nervios están tensos, y puedo sentir cómo tiembla mi líquido raquídeo. Quiero conseguir un poco de combustible y largarme de aquí. Sólo sentía curiosidad.

    Estás loco, Mike, tengo que admitirlo. Siento que apenas puedo respirar debido a la densidad de este lugar, y tú quieres hablar de banalidades.

    Hey, eso me ofende, al menos, yo no saqué el tema del clima.

    Lo habrías hecho, si te hubieran dado el tiempo suficiente.

    Sí, probablemente tengas razón, suspiré. Eso sigue sin cambiar el hecho de que cuando te conocí, no sabías manejar la maldita cosa.

    Está bien, gringo loco, me quedaré parado en este maldito pueblo fantasma por un poco más de tiempo para poderte explicar que le pedí a Carl que me diera unas cuantas lecciones mientras yo aseguraba el quitanieves. Se lo pedí, porque tenía miedo de que el muro fuera a ceder, tal y como sucedió de pronto y sin previo aviso, y tenía miedo de que Carl no estuviera ubicable y nos quedásemos atascados en este gigantesco pisapapeles… sin nadie que lo manejase.

    Ahora, ¿es qué es tan difícil? pregunté mientras quitaba el envoltorio de una barra de cereales. Alex, empecé, y por mi tono de voz sabía que iba en sentido mucho más serio. ¿A dónde estás pensando ir? Alex no era tonto. Captó lo que quería decir al usar ‘tú’ y no ‘nosotros’. Parecía absorto en sus pensamientos; había un conflicto turbio en su interior. Cierto, éramos muy amigos, pero Alex tenía, al igual que yo, lazos más fuertes en otro lugar.

    Estoy pensando en Florida, respondió casi disculpándose, como si yo tuviera alguna influencia sobre su toma de decisiones. Puede que aún me quede familia allí. ¿Existe alguna posibilidad de que tú vayas en esa dirección?

    Negué con la cabeza lentamente. Hasta si la hubiera, no iría. Florida, Estado de las Quemaduras Solares.

    Sonrió ante mi mierda de chiste. Yo le quería aún más. Tengo que ir a casa (refiriéndome al Noreste), si… tragué saliva. Si aún vive mi familia, quiero estar con ellos.

    Alex asintió solemnemente. Estoy de acuerdo, dijo en voz baja.

    Y para colmo, Tracy quiere ir a traer a su mamá.

    ¿Su mamá? ¿Dónde está?

    Sí, su madre, viuda, de setenta y nueve años de edad, que vive sola en una vieja granja en Dakota del Norte.

    Mike, vamos, hombre, ¿por qué vas a embarcarte en una misión descabellada? Los dos sabemos lo que probablemente vas a encontrar.

    Dile eso a ella, Alex, y te daré cincuenta dólares y una caja de cecina de res.

    Escríbeme y cuéntame cómo está el tiempo, dijo Alex mientras se alejaba para ver si podía encontrar un interruptor para conectar las bombas, o algún tipo de manguera para sacar gas de los tanques de tierra.

    Sí, muy bonito, le grité. Me había comido la mitad de mi barra energética cuando se abrió la parte posterior de la escotilla del camión. Casi

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1