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Cuando El Divorcio Nos Separa
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Cuando El Divorcio Nos Separa
Libro electrónico166 páginas2 horas

Cuando El Divorcio Nos Separa

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Información de este libro electrónico

Llegué a la conclusión de que si mi matrimonio había tenido un final feliz, ¿por qué mi divorcio no podía tener un final feliz? Descubrí a través de mi experiencia personal que el divorcio podía tener ese final. Aunque el camino del divorcio no es el plan de uno de los esposos, a veces uno de los esposos escoge o está forzado a tomar este camino dividido imperdonable. El divorcio, sin embargo, no significa el fracaso de un matrimonio ni el final de la vida de uno de los esposos “Cuando el divorcio nos separa: Cómo vivir y volver a amar” ofrece esperanza a un esposo que desea invertir en él o en ella y reconectarse con el camino principal de la vida. “Cuando el divorcio nos separa” es un libro de supervivencia al divorcio de auto-ayuda lleno de estrategias simples y resultados probados en cómo sobrevivir durante el proceso de divorcio y después de la sentencia final. El libro proporciona a un esposo en proceso de divorcio información sobre cómo acceder a un camino de ayuda, servicios y recursos; ofrece consejos sobre cómo un esposo puede mantenerse emocionalmente durante el proceso de divorcio; y alimenta la esperanza y la inspiración para que un esposo pueda tomar el control de su nueva vida y convertirse en una persona soltera saludable, feliz y exitosa.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento26 dic 2014
ISBN9781633399334
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    Cuando El Divorcio Nos Separa - Hogan Hilling

    Cuando el divorcio nos separa

    Cómo vivir y amar nuevamente

    Por

    hogan hilling

    Publicado por Motivational Press, Inc.

    2360 Corporate Circle

    Suite 400

    Henderson, NV 89074 www.MotivationalPress.com

    Derechos de Autor © de Hogan Hilling

    Todos los derechos reservados http://hoganhilling.com/

    Se prohíbe la reproducción o transmisión de este libro de cualquier manera y por cualquier medio: gráfico, electrónico o mecánico, incluyendo la fotocopia, grabación o por cualquier otro medio o sistema de almacenamiento de la información sin el permiso escrito de los autores, excepto la inclusión de citas breves en una revisión, artículo, libro o documento académico. Los autores y editorial del presente libro y los materiales relacionados han hecho sus mejores esfuerzos para la preparación de este material. Los autores y editorial no hacen ninguna declaración ni otorgan ninguna garantía respecto de la precisión, aplicación, adecuación o exhaustividad de los contenidos del presente material. Renuncian a cualquier garantía expresa o implícita, comerciabilidad o adecuación de cualquier propósito en particular. Los autores y la editorial, en ningún caso, serán responsables por la pérdida o daño, incluyendo sin limitar, los daños especiales, incidentales, consecuenciales u otros. Si tiene alguna pregunta o duda, solicite asesoría de un profesional competente.

    ––––––––

    Fabricado en los Estados Unidos de América. ISBN: 978-1-62865-042-6

    Dedicatoria

    ––––––––

    Me gustaría dedicar este libro al Programa de Talleres de Recuperación de Divorcio  de la Iglesia Presbiteriana St. Andrews ubicada en Newport Beach, California, al personal de DRW y a todos los que conocí durante mi periodo como asistente y facilitador.

    Reconocimientos

    ––––––––

    Me gustaría agradecer a las siguientes personas por su apoyo emocional y consejo de gran ayuda durante mi proceso de divorcio - Greg Bartone, Abogado, Rolf Rolnicki, Abogado, Kerry Delk, Dr., Terapeuta, Jim Smoke, Dr. John Fry, Gary Harber, Jim McGinley y Lillian McGinley, Jim Forbes, Laurie Harper, Al Watts, Robb Tavill, Liam Smith, Marty Josephson, Jim DiCenzo, Jeff y Sabina Stork, Elliot Walker, Kitty Osti, Dana Hurlbut, Carrie Taylor, Jamie Welther, Helen Shara, Sherry Adler y al Grupo de Ayuda para el Divorcio del Condado de Orange.  Agradecimiento especial para mi Reina compañera de caminos Harley-Davison 2012.

    Índice

    ––––––––

    Introducción   7

    Capítulo 1  Divorciarse o no divorciarse  16

    Capítulo 2  Cancelar el miedo   22

    Capítulo 3  Aceptar el divorcio como una buena decisión   25

    Capítulo 4  Aliviar el dolor   29

    Capítulo 5  Controlar el enojo   34

    Capítulo 6  Exonerar la culpa   40

    Capítulo 7  Concentrarse en el auto-cuidado   43

    Capítulo 8  Ignorar los comportamientos inapropiados y destructivos   48

    Capítulo 9  Responsabilizarse   52

    Capítulo 10  Conservar la integridad   56

    Capítulo 11  Tratar el divorcio como un negocio  60

    Capítulo 12  Recortar los problemas monetarios  66

    Capítulo 13  Acentuar lo positivo  70

    Capítulo 14  Emancipar a los conocidos que son personas disfuncionales   76

    Capítulo 15  Reunirse con gente exitosa  82

    Capítulo 16  Hacer que el divorcio suceda lo antes posible  86

    Capítulo 17  Manejar la ansiedad respecto de los hijos  90

    Capítulo 18  Celebrar el divorcio  94

    Capítulo 19  Ser feliz e íntegro  100

    Capítulo 20  Mi nueva vida exitosa  105

    Introducción ........................................................................................

    ––––––––

    abía una vez un hombre que se enamoró. Se casó y unió con una mujer maravillosa.  Y pensó que sería feliz para siembre.

    Había otra vez un hombre que se desenamoró de su esposa. Presentó el divorció y descubrió cómo crear una nueva vida como una persona feliz y soltera.

    Ese hombre fui yo.

    Decidí que si el matrimonio tuvo un final triste, ¿por qué el divorcio no podía tener un final feliz? Contrario a la creencia popular, descubrí a través de mi experiencia personal que con el divorcio sí se puede!

    Retrospección a mis veinticinco y años anteriores.

    El 18 de abril de 1987, después de repetir mis votos y unirme para siempre, pensé que mi matrimonio duraría para siempre y viviría feliz con mi nueva esposa. Con los años, conocí a otra pareja de casados cuyas vidas cambiaron con el divorcio. Nunca pensé que eso me sucedería a mí.

    Mi ex-esposa y yo teníamos diferencias de opiniones sobre la paternidad y cuestiones de la vida como cualquier otra pareja pero para mí, no fueron esas diferencias las que provocaron la ruptura del matrimonio.  Ya no podía tolerar lo que yo creía ser un comportamiento no ético de mi ex-mujer. Fue muy desalentador descubrir que su sistema de valores ya no era el mismo que el mío.  Se convirtió en una persona en la que ya no podía confiar, ni respetar ni amar.  También fue muy doloroso descubrir cómo mi ex-esposa había roto el círculo de la confianza y cómo nuestro matrimonio se había destruido.

    No tenía un manual para saber qué hacer. Sin embargo, intenté rescatar lo que yo pensaba que era el matrimonio, pero todos mis intentos de resolver mi problemas maritales resultaron ser inútiles.

    No creo merecer el trato que recibí de mi ex-esposa. Creo haber sido un marido cumplidor que la bañaba de afecto, la trataba con respeto y que cumplía con mi rol como padre. También la apoyé con su carrera y fui el proveedor primario para nuestros hijos, uno de los cuales tiene necesidades especiales.  Además me ofrecí mi tiempo como voluntario a la comunidad y cofundé uno de los primeros Clubs de Padres de escuela primaria en los Estados Unidos. Contribuí financieramente, ganando dinero a través de mi trabajo de medio tiempo como autor, relator, orador y actuario. En lo que yo puedo decir, teníamos un buen matrimonio ya que mi ex-esposa nunca externó ningún problema.

    Inicié la discusión para pedir ayuda psicológica pero cada vez que la invitaba a ver a un terapista imparcial, ella se negaba.  Como ella no cooperaría, decidí iniciar la terapia sin ella.  Después de muchas sesiones de terapia, escuché las palabras que nunca pensé escuchar. El terapeuta me dijo, Hogan, ya no tienes un matrimonio y no lo has tenido durante años.

    El terapeuta tenía razón. El matrimonio está destinado al divorcio si uno de los esposos no coopera y si no juega con las mismas reglas.  Era el momento para mí de seguir y tomar una de las decisiones más difíciles de mi vida, terminar con mi matrimonio.  Luché una y otra vez para decidir cómo, dónde y cuándo darle la noticia a mi futura ex-esposa. Gracias a mi terapeuta, junté el coraje y planeé un momento conciso y bien definido.

    En diciembre de 2011, oficialmente presenté el divorcio sin decirle a pronta ex-mujer. Cuando le dije la noticia, ella me dijo, "¿Quieres que empecemos una terapia juntos? Su comentario confirmó que había tomado la decisión correcta.

    Sin importar que tanto deseaba el divorcio, yo estaba desbastado, asustado y asechado con una multitud de emociones.  Tenía sentimientos de culpa, pérdida posterior al final de una larga relación y tristeza por la pérdida por lo que podría haber sido. Las emociones de alejarme de un matrimonio eran agobiantes. También me sentí vulnerable, ansioso, deprimido y despojado.  También me sentí desolado respecto de mi futuro después del divorcio.

    Lo que le siguió fue una montaña rusa emocional de días buenos y tristes. Durante los días tristes, parecía ser muy difícil de continuar.  A veces recurrí a la lógica para calmar la ansiedad y no atascarme en lo deprimente del divorcio. Aunque me decía a mi mismo que no era bueno enojarme por una situación que no podía cambiar. A veces traté de recordarme a mí mismo qué tanto podía ser peor para hacerme sentir mejor sobre la situación. Luché contra el descontento interno de mi vida y los compromisos a los que me obligaba cada día. Me sentía atrapado, imposibilitado, pesimista y paralizado.

    Con el divorcio viene un sentido exasperado de pérdida y una cantidad tremenda de daños colaterales.  No hay ritmo ni razón para transitar este camino.  Tampoco hay una píldora mágica para aliviar el dolor.  Ni una manera de aferrarse a lo que se siente por perder la dignidad de la noche a la mañana.

    Me encontré solo en una isla de miseria. Me sentí en medio de la autocompasión durante un corto periodo, con la esperanza de un milagro o de una píldora mágica que aliviara el dolor emocional que sentía.  El aislamiento sólo creó más tristeza.  A pesar de la miseria del divorcio, llegué a una encrucijada y me convencí a mi mismo que podía superar el parálisis y desatar el nudo del divorcio que me impedía moverme.  Pero también es difícil cuando estoy restringido a qué tan honesto y abierto puedo ser sobre cómo realmente me siento y a la magnitud de la pérdida que sostenía el divorcio.

    Sentía que no podía pedir ayuda a mis familiares o amigos (por razones que explicaré en capítulos subsiguientes).  Sólo había dos personas en que sentía que podía confiar y pedirles ayuda y consejos - mi terapeuta y mi abogado. Les pregunté si conocían algún grupo de ayuda de divorciados. Me refirieron al Taller de Recuperación del Divorcio (DRW) en la Iglesia Presbiteriana Saint Andrews en Newport Beach, California. El DRW es un grupo de voluntarios. Más de 15,000 personas han asistido al DRW de St. Andrews desde 1981. Otras organizaciones del país han copiado el modelo del programa del DRW de St. Andrews.

    Mi reacción inicial fue no asistir al taller debido a mi religión. Después de unos días, finalmente me dije a mi mismo que no podía permitir que el aspecto religioso del programa me desviara.  Me alegra mucho haberlo hecho porque fue una gran decisión. No lo sabía en ese momento pero ese fue mi primer gran paso para desatar los nudos emocionales del divorcio.

    En la primera reunión también descubrí que a pesar de la religión, el taller le da la bienvenida a todas las personas, sin importar si tienen o no un

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