De la espesura del viento
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De la espesura del viento - Alberto de la Madrid
Alberto de la Madrid
DE LA ESPESURA DEL VIENTO
http://albertodelamadrid.es/
albertodelamadrid@gmail.com
Todavía no
Todavía no,
pero no desalientes,
quizás llegue el día
en que tu cuerpo
remonte el valle de los lirios,
la hora de la desnudez del alma
de la luz que se abra paso
en tu noche oscura,
quizás.
Y entonces,
ah, entonces
volveremos a encontrarnos
en la luminosa cumbre,
volveremos sobre la nieve de la cima
a ser inundados por vendavales de ternura.
La dulzura de los cuerpos
Y por qué ha de ser siempre
el mar y la muerte y el amor,
y no la dulzura de los cuerpos,
los cuerpos
el crepúsculo de fuego
un manto de canela sobre la nieve
en donde dos amantes se besan?
¿Por qué siempre el dolor
y los espinos
haciendo sangrar nuestra piel,
y el acerado fragor de la ventisca
y las noches en vela,
cuando existen los cuerpos
y la luz
y la suavidad extrema de la piel,
y esos cuerpos, Dios,
en donde el alma y mi sed
encuentran una suerte de anhelo
ancho como una playa
donde juegan las olas
donde yo sorbo a sorbo
me bebo el mar,
toco sus pechos
hundo mi boca en su pubis húmedo
acaricio con mis dedos
la curva perturbadora de sus caderas?
Todo lo contrario
No es ambigua la realidad que se trenza alrededor de mi duermevela tras la hora de la comida; todo lo contrario, de densa persistencia cementada con los materiales nobles que vertebran los días, éstos de ahora mismo; tan aparentemente adormecidos a veces, tan sin meta ni sentido; en este invierno tan lleno de lluvias, ayer y anteayer de nieve, esta tarde de restos de lejanas ascensiones en los Alpes que se mezclan con la fuerza de una mujer que explora los confines del riesgo y de la vida, que se mezcla, inhiestos sus pezones con el color de cielo y el vacío donde en su fondo braman las aguas salvajes; de apariencia débil pero hermosamente fuertes, poderosos, nosotros, los hombres y mujeres. Y ello sobre un paisaje gris de encajes azules en las ramas de