Proezas: Juego del azar

Por Tirupathamma Rakhi

La compilación de cosechas en pensamientos, coraza de nieves por alimentar almas desordenadas y escafandras aún por ser amaestradas, no hay tiempo para el razonamiento.

Hay un sendero que empezó con dudas, miedos, terrores y escalofriantes sueños que no dejan dormir en las noches de día. Donde las historias se quedan entre páginas blancas esperando a que sean escritas, diseñando fábulas en otros parajes, copos de sangre y lluvias de bochornosas miradas. ¿Andarán las palabras en busca de un cuerpo fértil de santos o de un jardín adornado de veneno para ser absorbido por un último aliento, suspiro hechizado? Si así es, ¿Quién es la porcelana descuidada con la gala de ausencias entre perlas de hierro, barro de pétalos? ¿Quién dejará huellas en las cenizas de un fénix en enjambre? Por qué este repentino escalofrío en la tenebrosidad de las danzas sin melodías, sacudida de confusiones, memorias de veintidós años de reflejos. La compilación de cosechas en pensamientos, coraza de nieves por alimentar almas desordenadas y escafandras aún por ser amaestradas, no hay tiempo para el razonamiento.

• Idioma: Español
• Editorial: Caligrama
• Fecha de lanzamiento: 16 nov 2016
• ISBN: 9788491127345

Tirupathamma Rakhi

Tirupathamma Rakhi es una mujer joven nacida en India en 1993 y llegada a Barcelona a los seis años. Tras empezar a escribir a pronta edad, se decanta por la poesía como herramienta de relación entre su pasado en un orfanato, su vida en Barcelona, y los sentimientos personales que, como toda joven, evolucionan cada día. Publica su primer libro en 2014 Les relíquies daurades, siendo un éxito tanto en su presentación como la venta del mismo. Este, que es un libro, no un primer libro, recoge las vivencias sentimentales del momento. Ahora, ya con 23 años y abierta al mundo, nos descubre los placeres de los juegos del azar y nuestro interior. Este libro Proezas: juegos del azar nos va a llevar a conocer nuestro interior desde una perspectiva personal e irremplazable. Nos va a conducir por los sueños, necesidades y miedos que todos albergamos dentro hacia un sol protector, pacífico e ilusionante. En elfondo, las vivencias de Rakhi, son las de todos, pero éstas, llevadas a los versos. ¿Qué juego de azar será el nuestro? ¿Qué nuevo amor nos depara mañana?¿Qué ocurre cuando deseamos algo o alguien?¿Qué es la soledad? Estos y más juegos en su libro.

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Dedicatorias

Dejaría caer una sola perla para poder agradecer tantos vocablos al tiempo. No sería suficiente.

Dejaría todo por un infinito por ti, amiga mía.

Dejaría un verso para compartir las sonrisas que amamos entre jardines de bares, hermana.

Dejaría ser la prisionera para ir a tu cárcel de la aventura y locura, amigo mío

Y un último latido para todos los recuerdos que han hecho relatar versos inauditos.

Proezas, por fin.

La soga

Era un amor irreemplazable, desordenado, sin extrañezas, sin lápices que dibujar corazones en las arenas doradas a la orilla del mar, o de un río seco escaso de lluvias, un desierto de prados verdes sin tapujos, un bosque de hojas estacionadas y cameladas por el disfraz en relieve, trigonometrías de casualidades y brisas aromáticas. Era un amor inconfesable, alegrado y llorado, derrotado y ganado, avanzado a paso de caídas infinitas con heridas de espinas, caminado entre tormentas y confusiones, miedos y dudas, sonrisas en horas de excitación y exaltación. Era un amor de páginas nuevas, tintas que oler, letras que trazar en senderos de lluvias de besos, sin rasguños en labios sin sabores, una pasión de dos cuerpos ultrajados en la multitud del silencio del encantamiento subestimado. Era un amor en delirio provocado y afectado por horizontes del pasado, una historia ya muerta entre cenizas de los recuerdos cuestionados por peligros, aventuras por sombras entreabriendo cajones ya cerrados con llaves de oros, destinados a confiar en los mares desconocidos algunos con nombres y otros sin ser nombrados. Era un amor que había nacido en el alma de un ser destruido por facetas, abandonada por queridos entre escombros en la noche perdurada de luces y destellos, pudor por el nuevo amanecer, flameado por las horas absueltas mientras se cosían confines escritos a pesar de no ser leídas por ojos cegados, un corazón de cenizas en las llanuras de un mundo precario de sandeces, tiempo de asaltar las lágrimas y descubrir el merecer de pedalear la bicicleta de la vida escoltada por los latidos, conjuro sin fórmulas ni recetas que buscar paseando entre páginas en un alba de cielo gris perla, aguas calmadas, pies desnudos. Era un amor de su ego, fortaleza y valentía por desprender del soslayo, virgen en los libros atrapados en el sarcófago de su sentimiento, brizna del cuadro de pinturas quejadas y quebradas por el adiós definitivo. Era un amor. Un amor de las que no se puede destruir por nadie más que por la misma