Poemas de vida y un cuento atormentado

Por Teresa Tizón Einstein

¿Cómo es posible escribir poesía con estilo propio sin formación literaria y no morir en el intento?Autodidacta por naturaleza y dedicada a la lectura desde los trece años.Teresa Tizón Einstein ha decidido compartir por primera vez inspiraciones a los sentimientos en su forma de narrarnos cosas sencillas de la vida y el amor, en prosa profunda e íntima.Invita a descubrir su poesía de estímulo, necesaria para una renovación constante del alma.Teresa Tizón Einstein."Deleita tu alma y reconcilia tu amargura".Teoría Espiritual.

• Idioma: Español
• Editorial: Page Publishing, Inc.
• Fecha de lanzamiento: 13 abr 2021
• ISBN: 9781662488696

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Todo por amor

Ves que por ti me subiría a un velero,

navegaría por un océano desconocido,

llegaría a una isla incógnita y apenas pisara tierra,

pronunciaría tu nombre.

Ves que por ti le pediría al sol que se vista de gala

y con su luz me alumbre para dibujar tu nombre

en la planta del primer árbol que vea.

Ves que por ti me congraciaría con el universo,

para vestir mi espalda con hermosas alas

e ir al unísono de una estrella y,

como cuarzo brillante, llegar a tu mente,

para fecundar en ella

tu nombre y el mío.

Ves que por ti me vuelvo pueril,

agarro una pala, y con arena y agua salada,

construyo una inmensa alfombra de espuma azulina

y con ella hago un batido con tus ojos y los míos.

Ves que por ti abro un frontal palomar,

cojo una linda paloma mensajera y pongo en su espaldar

un fogoso poema y hago que cruce llanos, montañas y pueblos,

y llegue a ti y leas en él que tengo el corazón adormecido, pues,

nada puede detenerme hasta que tus ojos me busquen

y entonces con mi boca susurrarte:

¡¡¡Toma, toma, toma!!!

Todo mi amor florecido.

Dicha

Clara y dulce armonía es lo que tú me clavas

en el cerebro de mis pensamientos,

al recuerdo de aquellos instantes

de destellantes noches y brillantes días.

Desde esta penumbra salgo y veo traviesas estrellas,

les pido que me den nombre

a esta ardiente llama que consume

mi cuerpo aturdido por el deleite

a tanta pasión que dejé en tu espalda desnuda,

de ese último verano.

Ese extenso y pasional verano,

entre ardientes arenas

y agitadas palmeras,

los tobillos arropados

y entre orillas de olas mecedoras,

se confundían nuestros silencios

en suspiros callados.

Verano, última tarde de sol

en brillante puesta,

de entre el majestuoso corredor

oigo su voz como un suave silbido gratificante,

rozándome mis sentidos.

Acá me siento en este

arrecife y contemplo

las sombras de la casi noche:

rescato memorias,

rescato palabras,

rescato