Alcázar en la Orilla
Por Claudia Ene
()
Información de este libro electrónico
Aquella niña que se zampaba los libros para su edad pasó sin esforzarse, en torno a los trece años, a leer a Tolstoi porque sentía como pérdida de tiempo los juegos de niños. Así hizo su primer ejercicio de paciencia: aguantar y acabar de leer las descripciones extendidas de “Guerra y Paz”, o no saber cómo acaba la novela. Desde aquellos años, siempre escribo algo, en cualquier sitio, en cualquier trocito de papel, pero muchísimo menos de lo que hubiera deseado.
Era un lujo que no me permitía, en aquellos tiempos; simplemente, un río que vuelve a su cauce, en el presente.
Claudia Ene
Born in 1974, in a small, southern village of Romania, next to the natural border that the Danube makes with Bulgaria, my childhood was a period of mixed emotions, between the happiness of that age, and the fear of living in a communist, dictatorial regime that forbade any expression of free speech and free thinking. When I was 10 years old, my mom decided that it would've be better for my future to move to a city nearby, in order to provide me a better education. For a lot of time, I was convinced that I'll became a doctor. I even prepared for it, since the exams for admittance to the medicine university, at that time, were among the most difficult ones, along with architecture, law and engineering. But then happened the 1989 Revolution and everything changed. Because of my Romanian language teacher, after an exam she gave us, in which we were supposed to comment a poem belonging to Mihai Eminescu, the Cervantes of the Romanian literature, I realized that she was right, that what I really like is to read and to write. So, I started to study English language and Romanian grammar and literature, to prepare for journalism studies, and to recover all the years I had lost without studying these subjects. And since then, it's what I've been doing. After finishing a private journalism school of which I'm proud of, I met my soon-to-be husband in the last two weeks of classes, a fact that, somehow, changed once again my life. So in love and so young, both of us, we got married after only six months after having met each other, and so I postponed my license exams, my hole professional life, since our son said "Here I am". One year after his birth, I started to work for a Romanian television program, a job that I got after passing an exam, since the production house was searching for new employees. It was my first job, the place that I remember with tenderness. Years passed by, so did my husband's life, and what he didn't dare or didn't want to do, I decided to do on my own: leaving Romania and going to live with my kids to a place for which I longed, Madrid. Seven years after arriving in Madrid, I have worked as whatever I could (house cleaning, restaurant kitchens, writing one book and preparing the second, lately making my own political analysis website, raise my kids -one of them is studying English language and literature at the university), and here we are, still.
Relacionado con Alcázar en la Orilla
Libros electrónicos relacionados
Tirar la piedra y besar la mano Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPoesías (Anotado) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPoesías (Anotado) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesUn tercio Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAbortos Calificación: 2 de 5 estrellas2/5Nostalgia y otros dolores Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Destello lírico Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPara llegar a Marte Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSueño con Palabras Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCuando menos lo esperes Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSus secretos escarlata Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa escalera mágica Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesNuevo amor y otras poesías Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAntología poética Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Me he querido mentir que no te amo Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLibro I Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesRecinto y otras imágenes, 1941 Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPoesía completa (1964-2012) Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesVeinte poemas de amor y una canción desesperada Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPaís de los viernes Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSeres de lluvia Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesDesarmado Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesCuando las leyes se vuelven atemporales o somnolientas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesIntramuros Palachinke Calificación: 1 de 5 estrellas1/5La noche dice nunca Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPalabras de amor Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesPoemas Para Recordar Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesSonetos del amor oscuro Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesBocado Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesLa cábala dentro y la mofa fuera Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificaciones
Poesía para usted
Poemas de amor Calificación: 5 de 5 estrellas5/5La divina Comedia: Clásicos de la literatura Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Kamasutra (texto completo, con índice activo) Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Valentía Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Las cosas que dije en silencio Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La Iliada: Clásicos de la literatura Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Sabines a la mano: Poesía escogida Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Emocionario Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Mero Cristianismo Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El Paraíso Perdido: Clásicos de la literatura Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Libro de oro frases celebres Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Valentía II Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Crea Tu Mejor Año Un Día a La Vez: Una Guía Poética Para Inspirar Paz Y Conseguir Este Año Lo Que Mas Quieres Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesHuellas del Amor Calificación: 4 de 5 estrellas4/5100 Maneras distintas de decir te quiero Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Colección de Gustavo Adolfo Bécquer: Clásicos de la literatura Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Cantar de los cantares. (Anotado): Traducción Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesMariposas rotas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5El pequeño libro de la vida de Rumi. El jardín del alma, el corazón y el espíritu Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Cantar de mío Cid: Clásicos de la literatura Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Corazón de miel. Poemas de amor. Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Podría estar hablando de ti Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Poemas Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Aforismos Calificación: 4 de 5 estrellas4/5Mis suicidas predecesores Calificación: 4 de 5 estrellas4/5La belleza oculta de las palabras cotidianas Calificación: 0 de 5 estrellas0 calificacionesAntología poética Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Hojas de hierba Calificación: 3 de 5 estrellas3/5Poemas náhuatl Calificación: 5 de 5 estrellas5/5Rumi esencial Calificación: 5 de 5 estrellas5/5
Categorías relacionadas
Comentarios para Alcázar en la Orilla
0 clasificaciones0 comentarios
Vista previa del libro
Alcázar en la Orilla - Claudia Ene
CLAUDIA ENE
ALCÁZAR EN LA ORILLA
Corrector: TONI TALMACIU
Todos los derechos pertenecen al autor
CONTENIDO:
La inocencia (1991 - 1994)
La niebla (2008 - 2012)
El alto cielo azul (2012 - 2015)
Prólogo
Hay una novela rumana no demasiado conocida, titulada Descalzo
, cuyo hilo épico transcurre en el año 1907. Ni el autor hubiera imaginado que la sobrina de un personaje muy reducido, casi un garabato, que en su novela se ahoga, será quien escribirá, también, después de ciento diez años de lo sucedido en su historia. Aquella niña que se zampaba los libros para su edad (puedo recordar, aun, el encanto de los cuentos, de El Último de los Mohicanos
, de los poemas para niños, La Princesa del Laurel
o La Leyenda de Valaquia
por ejemplo), pasó sin esforzarse, en torno a los trece años, a leer a Tolstoi porque sentía como pérdida de tiempo los juegos de niños. Así hizo su primer ejercicio de paciencia: aguantar y acabar de leer las descripciones extendidas de Guerra y Paz
, o no saber cómo acaba la novela. Recuerdo la biblioteca que un tío mío, profesor de rumano, tenía en casa y de donde me nutrí aquel verano, con los pequeños libros de bolsillo, de un azul claro. También fue él, el primero que leyó mi cuaderno con tapas de cartón verdoso, donde había empezado a escribir poemas, a la edad de mi hija, con mis letras que tanto dolor de cabeza me dieron en caligrafía. Así se abrió para mí, la puerta de su biblioteca.
Aquel cuaderno se perdió un tiempo, hasta que un día, subiendo en el desván de la casa de mis abuelos, buscando algo, lo encontré. Toda una mujer, al tocarlo y desempolvorarlo, sentí la genuina emoción de niños antes de abrir los regalos en Navidad. Llevaba tiempo recordándolo y deseando encontrarlo. Fue solamente para que desaparezca de nuevo, esta vez para siempre. Por mucho que lo busqué para enseñarlo a mis hijos, no lo hallé.
Desde aquellos años, siempre escribo algo, en cualquier sitio, en cualquier trocito de papel, pero muchísimo menos de lo que hubiera deseado.
Era un lujo que no me permitía, en aquellos tiempos; simplemente, un río que vuelve a su cauce, en el presente.
También, la transformación de aquella niña, a esta mujer.
La inocencia (1991 - 1994)
Vacío
Te dibujo alrededor, con los ojos, la existencia.
Respiro para hallar tu extraño perfume.
Con las manos frías, temblorosas,
Busco tus manos, tus enrevesados rizos,
La boca, los ojos cansados, aburridos.
El lleno vacío de mi alma corre
Detrás del lleno vacío de tu alma.
Cuando respiramos el mismo aire y te he perdido
Y no me dejo encontrarte,
No puedo vaciar mi mente,
No puedo borrar tus huellas
Y entonces, me paso el tiempo odiándonos.
19/09/1991
Olas
La sal del mar
Es el veneno de los cuerpos ahogados.
Los brazos muertos,
Vueltos olas,
Otras muertes llaman.
Miles de ojos, párpados,
En otros tantos caracoles
Y en muchas conchas vacías.
Los cerebros convertidos en algas,
Delicadamente tocando formas,
El centelleo les absorbe.
¿Pero en los cielos?
1991
Solitud
Escribo, para estar menos sola.
Para el alma escribo, para que vomite su inquietud.
Por el tiempo pasado,
Pues no tengo derecho a olvidarlo,
Por el futuro, en el que habré perdido.
La lluvia me derrama sus lágrimas sobre las mejillas.
De sus tristezas, de sus alegrías, tal vez.
Y las mías, ¿dónde están?
Hasta tan sólo ayer las llevaba a cuestas.
1991
Sendas desconocidas
Estaciones de nuestras tristezas
Perdidos minutos y trenes reúnen.
La obsesión del momento por venir,
Ella también perdida,
Vierte su cáliz a almas ajenas.
Indiferentes cuerpos tragando recuerdos, lugares,
Se dirigen hacia el final por sendas desconocidas.
Multitud de vidas,
Caminos entrecruzados en otros tantos puntos,
En otras tantas muertes.
1991
Silencio
¡Enmudeced a las aves!
Para nada llevan al mundo su canto.
Su enloquecida risa dispersa mis armonías quebradas.
¡Apagad el sol!
Ya