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Poemas de mi Alma
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Libro electrónico191 páginas1 hora

Poemas de mi Alma

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Información de este libro electrónico

Poemas de mi alma nace de un sentimiento profundo que se ha ido plasmando a través del tiempo y que, después de una paciente espera, es por fin una realidad.Este poemario es el resultado de muchos años de trabajo e inspiración, escrito en un verso sutil, que desborda la imaginación y que lleva un sello especial en su apacible metáfora.En él se recorren los pasillos más recónditos de la experiencia humana, desde el amor a una madre, el inquebrantable vinculo familiar, la pasión desbordante y el sincero abrazo del amigo, incluyendo pinceladas de un candoroso erotismo, que escapa a lo puramente cotidiano.Los invito, queridos lectores, a repasar sus líneas con el ferviente anhelo de que las disfruten.

IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento11 abr 2022
ISBN9781662492563
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    Poemas de mi Alma - Aldo Mario Revilla Gutierrez

    POEMAS DE MI ALMA

    Aldo Mario Revilla Gutiérrez

    Derechos de autor © 2022 Aldo Mario Revilla Gutiérrez

    Todos los derechos reservados

    Primera Edición

    PAGE PUBLISHING

    Conneaut Lake, PA

    Primera publicación original de Page Publishing 2022

    ISBN 978-1-6624-9253-2 (Versión Impresa)

    ISBN 978-1-6624-9256-3 (Versión electrónica)

    Libro impreso en Los Estados Unidos de América

    CONTENTS

    El llanto del orfebre

    Nardos envenenados

    Fuiste tú…

    Amor escondido

    Mi alma

    Desde los estratos más profundos de mi alma y con todo cariño para el maestro, Don Augusto Polo Campos

    Canto a la vida

    A mi padre

    Canto a la muerte

    Vivir soñando

    Morir en tus besos

    A mi madre con amor

    De la vida aprendí

    Albergue de mi canto

    Brindemos

    El misterio de tus ojos

    Dulce pecado

    Paolo Guerrero

    Vísteme con tu piel

    Nuestro adiós

    Ardiente fogata

    Dante

    Me acostumbré

    Cuatro esquinas

    Si fueras isla y yo náufrago

    Bajo el portal

    Buscando abrigo

    Refugio

    Antojos

    Morir sin tenerte

    Versos a mi edad

    Versos para mi hermano

    Cristal de consuelo

    Mi última morada

    Nada de ti

    Travesía de ensueño

    A la memoria de mi padre, mi viejo amigo

    Te lo ofrezco

    Amanecí romántico

    Tus ojos

    Fuiste a tiempo

    Mar

    A mi hermano

    Himno a la vida

    Dos estrofas

    A un amigo

    Allá voy

    Sin ella

    Tú mi amada

    Honor y gloria al Gran Almirante y Caballero de los Mares, don Miguel Grau Seminario

    Cuatro estrofas para mi hermano

    Santorin

    Regresa

    Versos dormidos

    Poema a mi madre

    Tú eres

    Madre

    Aquel solar

    Versos a mi edad…

    La flor de mayo

    Claveles

    Huellas de guerra

    Candiles de mi alma

    Cartas amarillas

    Así es la vida

    Pipas ardientes

    Versos candentes

    Naufragio

    Ámame

    Alas muertas

    A mi madre con amor

    Sedientos de deseo

    Tibia serenata

    Envuelto en llamas

    Grietas del alma

    Mágica aventura

    Amor escondido

    Me enseñaste

    Hojas marchitas

    Dos lágrimas

    Me acostumbré

    Gélido bostezo

    Morir viviendo

    Querido viejo

    Era el momento

    Deseo

    Sed ardiente

    Hechizo

    Versos a mis hermanas

    Versos vacíos

    Último suspiro

    Noche negra

    Mi barrio

    Trovador solitario

    Plegaria

    Mis años

    Cálida madriguera

    29 de abril

    Mi primera vez

    Cálido refugio

    Anhelos

    Leña y deseo

    Fragancia hechicera

    Fuego y cenizas

    Azul y negro

    Inconfesable deseo

    Excitante fantasía

    Nunca será tarde para amarte

    Arrugas del alma

    Vísteme con tu piel

    Íntimo secreto

    Mar y velero

    Dónde estás

    Morir sin tenerte

    Ojos hechiceros

    El último de mis versos

    Debemos de acabar con la intacta y vieja costumbre de servidumbre con un proyecto de educación de calidad que forme una generación de auténticos ciudadanos.

    EL LLANTO DEL ORFEBRE

    I

    Retumba el llanto del viejo orfebre

    en los cristales del ancho ventanal

    mientras el centenario aventurero

    apabullado por los años de la vida

    fruncía el ceño recordando

    su violento trajinar por el camino,

    dolor, nostalgia y amargura

    y el gran amor que el destino le arrancó.

    II

    Al tanto que sus finas obras cobrando vida

    al pie del recinto murmuraban en versos

    acerca del pasado, el presente y algo más.

    Ni el bullicio de una banda de bohemios alaracos

    pertrechados de timbales, panderetas y maracas

    que entonaban a su paso cánticos de amor

    quebrando el fantasmal silencio de la noche

    de su eterno insomnio lo podían arrancar.

    III

    De pronto callaba el llanto del viejo orfebre

    mientras el aliento de su alma inerte

    rindiendo culto a su insoportable dolor

    humedecía el cristal del roído lamparín

    esperando ansioso el nuevo amanecer

    y en el corazón asesino de la amarga noche

    de la eterna noche, de la eterna penumbra

    seguirán durmiendo sus sueños,

    aquellos sueños que nunca volverán.

    Daniel Peredo, has partido dejando dolor y un gran vacío,

    y es que con tu peculiar manera de ser

    te impregnaste en la afición deportiva.

    Mientras narrabas los partidos de fútbol

    las ocurrencias que brotaban de tu corazón

    nos llenaban de alegría y emoción

    y tan solo de saber que allí estabas,

    le dabas fuerza a nuestra selección.

    Gritamos juntos muchos goles,

    aceptando la derrota cuando se presentó,

    más soy un humilde testigo

    que el número doce siempre lo llevabas tú.

    Y hoy cuando tu sueño era el mundial

    es tu patria la que no para de llorar

    al saber que el Hacedor te quiso escoger

    para que narres desde el cielo

    los partidos del Perú.

    Gracias Daniel Peredo, no dudes que te vamos a extrañar.

    Para aquellos que fingimos ser poetas y no lo somos, simplemente nacimos así,

    que pensamos que tan solo es una inspiración del alma,

    que es la alegría o el descontento que reflejan los latidos del corazón.

    O tal vez el misterio de descubrir algo en el fondo de aquello que es difícil descifrar,

    que no podemos ver, que no podemos saborear; pero que podemos sentir…

    Escribir va más allá de un nuevo despertar o de un simple pasatiempo,

    pienso que es plasmar en un trozo de papiro el más bello o doloroso sentimiento,

    es acercarme a ti cuando más lo necesitas o cuando no tienes donde ir

    y que a pesar de la distancia o el tiempo de no vernos, sientes que estoy a tu lado

    abriendo el libro empolvado, despertando entre el sollozo del alba y un rayito de sol que entra por tu ventana…

    Escribir no es tan solo refundir palabras y que nadie lo entienda,

    tampoco lo es si no lo intentas o ignoras tu sentir.

    No es momento de lamentos, el lamento es la almohada de los débiles, no para soñadores como tú.

    Es momento de actuar, de ser y hacer lo mejor de aquello que esté a nuestro alcance,

    de sentirte feliz a pesar de no contar con los recursos que quisieras o no tener todo lo que anhelas;

    recuerda, solo dependen de ti…

    No olvides que Dios existe pero también, que no necesariamente rige tu vida.

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