Colección De Cuentos Infantiles Annie: Tomo ll

Por Ana María Núñez

COLECCIÓN DE CUENTOS INFANTILES ANNIE

surge por la necesidad de contar historias interesantes a los niños, ayudarles en su día a día respondiendo a sus dudas, miedos, s

• Idioma: Español
• Editorial: ibukku, LLC
• Fecha de lanzamiento: 2 may 2024
• ISBN: 9781685747398

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Portada de Colección de cuentos infantiles Annie. Tomo II hecha por Ana María Núñez

COLECCIÓN DE

CUENTOS INFANTILES

ANNIE

TOMO II

Ana María NÚñez

ILUSTRADORES:

ROGELIO ARVIZU SALAS

ÁNGEL CASTILLO SALAZAR

ERNESTO GONZÁLEZ RAMÍREZ

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El contenido de esta obra es responsabilidad del autor y no refleja necesariamente las opiniones de la casa editora. Todos los textos e imágenes fueron proporcionados por el autor, quien es el único responsable por los derechos de los mismos.

Publicado por Ibukku, LLC

www.ibukku.com

Diseño y maquetación: Diana Patricia González J.

Ilustrado por:

Rogelio Arvizu Salas

Ángel Castillo Salazar

Ernesto González Ramírez

Copyright © 2024 Ana María Núñez

ISBN Paperback: 978-1-68574-738-1

ISBN eBook: 978-1-68574-739-8

AGRADECIMIENTOS

A mis nietos Rafael, Mariana, Susana, Aurora y Alan. Gracias por pedirme cuentos que no eran ya conocidos. Su imaginación fue mi fuente de inspiración. Ha sido para mí la más maravillosa experiencia.

A mi madre, quien me animó a no sólo contarlos, sino ponerlos por escrito.

A mi hermana Eva Esther y a mi cuñado Ernest por su invaluable ayuda en la traducción al inglés.

Índice

AGRADECIMIENTOS

PATARROJA Y COLAVERDE

MICIFUZ, TRICIFUZ Y CUATRIFUZ

PEANUT

TRESOR

MILA

ÁINE

NOAH

GARY

ARILA

MANGHI

TRIANA

SISI

OLÍN

PRISCILA

XIKISIK

PATARROJA Y COLAVERDE

Patarroja y Colaverde son dos diminutos dragones, tan pequeñitos que a simple vista no los puedes ver. Son mágicos y su tarea es enseñar a todos los niños y niñas desde que nacen a desarrollar e identificar sus emociones y ayudarles a conectar con estas y tratar de ver en qué parte de su cuerpo las sienten.

Están siempre ocupados, día y noche. Y, ¿sabes cómo lo hacen? Se acercan a tu oído, te preguntan qué es lo que estás sintiendo y te ayudan a ponerle un nombre a ese sentimiento.

Colaverde es experto en identificar el miedo, el enojo, la tristeza; y Patarroja la alegría y el amor. Trabajan siempre juntos y lo hacen muy bien.

Un día que estaban buscando a quién ayudar, vieron a una pequeña niña, de aproximadamente cinco años sentada en una silla en el jardín de su casa muy pensativa y se dieron a la tarea de ver qué tenía. Patarroja se colocó en su oído izquierdo y Colaverde en el derecho.

—¿Cómo te llamas pequeña? —preguntó Patarroja.

—Squishy —contestó la niña.

Volteó y no vio a nadie. Siguió sentada y callada.

—¿Me puedes decir qué te pasa? —le dijo Colaverde—. Mi hermano Patarroja y yo, que me llamo Colaverde, estamos aquí para ayudarte.

—¿Y dónde están? No los puedo ver —dijo Squishy.

—Estamos en tus oídos para que puedas escucharnos bien —contestaron.

—Ahhhhh, me gustaría verlos, ¿se puede?

—Bueno —dijo Colaverde—, tal vez por esta ocasión podamos crecer un poco para que nos veas.

Y con su magia crecieron del tamaño de un ratón. Squishy se emocionó y aplaudió, pues eran dos dragones preciosos, parecían de juguete, y se puso a platicar con ellos.

—No sé qué tengo. Sólo sé que no tengo ganas ni de jugar.

—Es entonces mi trabajo ayudarte —dijo Colaverde—. Vamos a ver, ¿me puedes decir qué fue lo último que pasó antes de que ya no quisieras jugar? ¿Tal vez viste o escuchaste algo que no entiendes bien?

—Pues no sé, mamá y papá estaban hablando del trabajo de papá y me puse así, ¿tú sabes que tengo? —preguntó Squishy

—Lo voy a averiguar, ¿te sientes triste con ganas de llorar? —preguntó Colaverde mirándola fijamente.

—No, no tengo ganas de llorar, siento algo en mi panza, pero no es dolor.

—Entonces, estás asustada, porque escuchaste algo que no entiendes y ves a tu mamá y papá hablando de lo mismo muy seguido y eso te da miedo.

—Mmmmm, sí, creo que sí, pero ¿por qué tengo esta sensación en mi panza?

—Porque tu cuerpo tiene que sentir el miedo en algún lado, y en tu caso lo hace con un malestar en el estómago.

Colaverde le tomó una mano y siguió preguntando:

—¿Has sentido miedo otras veces?

—Sí, pero el miedo lo he sentido cuando me espanto con un cuento en donde hay una bruja mala, o cuando en un video alguien malo lastima a un animalito y me da miedo que vaya a lastimar a más. ¿Crees que ahorita estoy sintiendo miedo?

—Tal vez, ¿recuerdas si en esas ocasiones también tenías la misma sensación en tu pancita?

—No, no me acuerdo —dijo Squishy.

—Bueno, lo que vas a hacer la próxima vez que te lean un cuento y sientas miedo es notar si lo sientes en la panza y así sabrás que esto que estás sintiendo ahora también es miedo.

—¿Y qué puedo hacer para que se me quite? —preguntó Squishy.

—Lo que tienes que hacer, y es muy importante, es preguntar a tu papá y mamá si hay problemas con el trabajo de tu papá, para que ellos sepan que estás preocupada y que ha pasado tantas veces, que ahora tienes miedo de que algo horrible pueda suceder —le aconsejó Colaverde.

—Gracias, enseguida iré a verlos para preguntarles.

Patarroja y Colaverde le dijeron que la verían al día siguiente para ver si le habían servido sus consejos y se volvieron a hacer muy pequeñitos.

Squishy de inmediato fue a buscar a sus padres y los encontró una vez más en la sala platicando del trabajo de su papá. Se sentó cerca de su mamá y cuando se animó le preguntó:

—Mamá, ¿está pasando algo con el trabajo de papá?

—Oh, Squishy, no te preocupes, estás muy pequeña para entender estas cosas. Todo va a estar bien —le dijo su mamá.

—Es que estoy asustada y cómo no me explican qué pasa, tengo mucho miedo.

—Mira, hija —le dijo su papá—. Lo que pasa es que estamos decidiendo sobre mi trabajo. Has oído cuando platicamos de esto y no pensé que te asustara, pero tienes razón. Cuando no sabes lo que está pasando puedes imaginar cosas que te asustan. El trabajo que me están ofreciendo es mejor, pero es un poco más lejos. Entonces, por eso lo estamos pensando. De hoy en adelante, siempre que tengas una pregunta la puedes hacer con confianza. Es muy feo tener miedo. Espero que al escuchar por qué estamos hablando tanto de mi trabajo y entiendas que no es algo malo, se vaya el miedo. Mamá te está abrazando fuerte para que te tranquilices y se vaya el miedo. Cuando sabes realmente qué pasa y dejas de imaginar otras cosas te sientes en paz. ¿Ya te sientes mejor?

—Sí, papá, gracias por explicarme.

Al otro día,