Descubre millones de libros electrónicos, audiolibros y mucho más con una prueba gratuita

Solo $11.99/mes después de la prueba. Puedes cancelar en cualquier momento.

Lecciones de fútbol. Driblar-pasar-tirar
Lecciones de fútbol. Driblar-pasar-tirar
Lecciones de fútbol. Driblar-pasar-tirar
Libro electrónico232 páginas1 hora

Lecciones de fútbol. Driblar-pasar-tirar

Calificación: 0 de 5 estrellas

()

Leer la vista previa

Información de este libro electrónico

El que quiera jugar al fútbol con buenos resultados no puede prescindir de un perfecto dominio técnico de todas las fases. En este volumen aprenderá todo sobre el dribling, el pase y el tiro a portería. Aprenderá a driblar para superar a sus adversarios desorientándolos con todo tipo de fintas: con el cuerpo, con el balón y ¡hasta con la mirada! Conseguirá superar a los defensores como a los conos, utilizando el in­terior y el exterior del pie, asombrándolos con un túnel, un uno-dos, etc., y se liberará con facilidad de los marcajes más duros y asfixiantes. El pase ya no tendrá secretos: siempre sabrá tomar la mejor opción en función de las diferentes situaciones de juego, sirviendo balones precisos a los compañeros y mostrando una técnica impecable. Delante de la portería contraria cada jugada será una ocasión gol: con el pie o de cabeza, de volea o de falta, con potencia o de rosca, ¡los tiros se convertirán en una verdadera pesadilla para todos los porteros! Siguiendo paso a paso este volumen, aplicando con constancia los ejercicios propuestos y memorizando bien cada consejo: el camino para convertirse en un campeón no será tan largo.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento3 abr 2024
ISBN9781639198009
Lecciones de fútbol. Driblar-pasar-tirar

Lee más de Andrea Benigni

Relacionado con Lecciones de fútbol. Driblar-pasar-tirar

Libros electrónicos relacionados

Fútbol para usted

Ver más

Artículos relacionados

Categorías relacionadas

Comentarios para Lecciones de fútbol. Driblar-pasar-tirar

Calificación: 0 de 5 estrellas
0 calificaciones

0 clasificaciones0 comentarios

¿Qué te pareció?

Toca para calificar

Los comentarios deben tener al menos 10 palabras

    Vista previa del libro

    Lecciones de fútbol. Driblar-pasar-tirar - Andrea Benigni

    INTRODUCCIÓN

    En el fútbol, a pesar de que han sido muchos los que se han dedicado a la ardua empresa de estudiar nuevas tácticas, introducir métodos científicos de preparación o, incluso, de cambiar las reglas, lo cierto es que este deporte continúa apasionándonos porque, afortunadamente, el balón consigue siempre rodar libre, fuera de los esquemas de juego, empujado por la inteligencia, la inspiración y el talento de los jugadores, que siguen siendo imprevisibles aun cuando siguen las instrucciones del entrenador y se esfuerzan por aplicarlas.

    El fútbol se aprende gracias al instinto. Después, los entrenadores se encargan de convertirlo en una disciplina y los grandes campeones lo transforman en un arte. Evidentemente, el talento no puede nacer leyendo simplemente un manual de instrucciones, con el balón en los pies y el libro abierto en la mano, sino que debe desarrollarse con el ejercicio constante. Sin embargo, algunas lecciones de fútbol pueden resultar muy útiles para entender los delicados mecanismos que están en la base de cada recurso técnico y de cada solución táctica; son como un prontuario del que extraer las indicaciones que sirven para corregir los hábitos equivocados, lo cual es un buen motivo para afirmar que este manual, el enésimo sobre el tema del fútbol, no es, en ningún caso, innecesario, ni siquiera cuando se piensa que ya se sabe todo.

    El hilo conductor de este volumen, como el de los otros tres que lo acompañan en la colección (Lecciones de fútbol: El control del balón; El juego de ataque; La defensa y el portero; publicados por Editorial De Vecchi), es la descripción de diferentes técnicas, con referencias al reglamento, a la anatomía, a la salud física y atlética, a la historia y a los resultados actuales, siempre y cuando tengan relación con el tema que se trate.

    Presuponiendo que el lector ya es capaz de controlar el balón con suficiente habilidad, nos hemos ocupado específicamente del dribbling o regate, del pase y del tiro a puerta, para mejorar la técnica y el rendimiento general, tanto a través del conocimiento del propio cuerpo y de las propias habilidades como de los ejercicios para mejorarlos.

    La libertad de juego es muy importante, entendida como autonomía de expresión y posibilidad de escuchar el instinto. A pesar de que pueda parecer nuevo, en el fondo es un razonable regreso al sentido común. Los esquematismos y la obsesiva y agotadora búsqueda de la perfección atlética se equilibran con la revalorización de la inspiración y de la técnica pura. El entrenador debe ser consciente de la importancia de la espontaneidad y la rapidez de improvisación en el juego e inculcarla a sus jugadores.

    El regate, por ejemplo, es la sal del fútbol, ya que desarrolla la creatividad. Por eso es preciso estimularlo entre los más jóvenes. Hay que dar alas a su imaginación, y conseguir que se atrevan a inventar y a descubrir. Desgraciadamente, existen entrenadores poco previsores, que se preocupan de enjaular el movimiento de los jugadores en rígidas geometrías para evitar cualquier jugada imprevisible. El nuevo despertar de Brasil recordó al mundo donde está la belleza de este juego, que es necesario retenerla en la memoria, de una vez por todas, y no olvidarla en cuanto sube al estrado el entrenador que cree haber inventado el deporte de la patada. ¿Hay algo mejor que contemplar el amago del atacante que se acerca al área y que, después de mirar a su alrededor, en vez de cambiar a un compañero, como se esperan todos los defensas, cambia el ritmo y se introduce, afilado como un cuchillo, entre la retaguardia para presentarse delante de la portería con el balón en los pies? El ataque ha sido por sorpresa, dejando de lado la tarea que se le había asignado y que hasta los adversarios se habían aprendido. Con todo, no estamos prescribiendo un comportamiento anárquico; sólo afirmamos que el orden —indispensable para la organización del juego— y la eficiencia física —que significa salud equilibrada— no deben perseguirse con fanatismo mediante tácticas férreas y exagerados ejercicios de potenciación muscular en el otro, sino que es preciso dejar espacio para la iniciativa. Los mejores jugadores no se conforman con ejecutar mecánica e impecablemente un plan, sino que saben interpretar, y por eso su estilo es completamente personal y deja huella.

    En este libro entramos en el mundo de la técnica examinando uno por uno los tres movimientos que componen la acción de un equipo y, en consecuencia, su avance hacia la meta para marcar el gol. Estos tres momentos son el dribbling, el pase y el tiro. Sólo este último tiene una situación precisa, pues es siempre el epílogo de la maniobra. Los otros dos se alternan y se completan en función de las necesidades del juego. Lo importante es no alternar la superficialidad y la rigidez en el aprendizaje, sino procurar que la inteligencia se mantenga siempre viva, hasta alcanzar esa madurez deportiva que permite decidir cuándo hay que respetar las órdenes y cuándo hay que desobedecerlas. Así, jugar a fútbol será una gran diversión.

    Algunas recomendaciones importantes

    Antes de empezar lo que para algunos puede resultar una especie de puesta al día y para otros un simple repaso, deseamos realizar alguna recomendación a los principiantes, los técnicos, los padres y todos los adultos, pero también a los clubes.

    En primer lugar, es necesario ser conscientes de que, además del gol, la meta más importante es el desarrollo personal no sólo de los jugadores, sino también de los que están en el banquillo y todos los aficionados.

    Practicar un deporte de equipo es importantísimo ya desde niños: además de divertir, es una válvula de desahogo, con una positiva influencia en el desarrollo de la personalidad y de la fantasía, un complemento para el estudio, una práctica saludable, la ocasión de relacionarse y de vivir una experiencia de grupo.

    Con el tiempo, el fútbol puede llegar a transformarse en una actividad que requiere dedicación constante, sacrificio y renuncia. Los jóvenes que practican esta disciplina deben ser conscientes de su importancia, desde un punto de vista lúdico y formativo, porque el fútbol ayuda al desarrollo físico y templa el carácter, mediante el respeto de las reglas, de sí mismo y de los demás.

    Un buen entrenador es aquel que posee dotes de técnico, de psicólogo y de educador; es aquel que no presta tanta atención a los resultados inmediatos como a la mejora gradual del jugador. Debe de tener un comportamiento flexible, adecuado a la edad de los alumnos, poseer un entusiasmo notable y mucha paciencia, para evitar la exasperación del juego y la especialización en la edad infantil. Es importante también que el tono de la voz sea sosegado y estimulante, y el comportamiento, tolerante y comprensivo.

    Los adultos deben ser conscientes de la complejidad de la tarea de los chicos y tratarlos con equilibrio y coherencia, de manera que lo que se espera de ellos no se convierta en una obsesión. Cuando se prepara un partido entre amigos todo está permitido, pero, en cambio, si se organiza un club de verdad, hay que tener una buena organización. El primer paso para evitar la improvisación, muy extendida todavía, es nombrar un responsable ejecutivo de las secciones inferiores, un dirigente competente para la actividad técnica y para la programación que sirva de mediador entre técnicos y directivos del club. La persona que coordina el trabajo de los empleados, los planes de actuación y los métodos de entrenamiento. La figura que sugiere los objetivos y se ocupa de los controles y las valoraciones.

    El responsable de la cantera está llamado a instaurar una relación de estrecha colaboración con todos los directivos y a pedirles un compromiso que vaya más allá de la administración ordinaria. Por otra parte, vigila el comportamiento de los socios, para no permitir que caigan en inútiles polémicas. Seguro de su buen sentido y de su carisma, interviene en relación a aquellas personas que expresan su propio malestar. Saber dirigir un grupo no requiere solamente tener capacidad operativa, sino fuerza moral, autoridad para convencer y habilidad para persuadir, siempre con formas agradables, claras y demostrativas. Prudente en los juicios y en los

    ¿Disfrutas la vista previa?
    Página 1 de 1