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Fútbol vivo: Entrenar desde el modelo de juego del partido (Bicolor)
Fútbol vivo: Entrenar desde el modelo de juego del partido (Bicolor)
Fútbol vivo: Entrenar desde el modelo de juego del partido (Bicolor)
Libro electrónico415 páginas2 horas

Fútbol vivo: Entrenar desde el modelo de juego del partido (Bicolor)

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El fútbol es un deporte que requiere rapidez en las acciones físicas y técnicas y además una alta velocidad en la toma de decisiones sobre el juego. El entrenamiento tradicional se centra en la mejora de las capacidades técnicas y tácticas, pero no suele enfatizar el entrenamiento de la capacidad de leer e interpretar el juego y tomar decisiones rápidas, por lo que todas las habilidades técnicas y tácticas son de escasa utilidad si no se relacionan con la lectura del juego.
Dirigido a entrenadores, monitores y padres de jugadores de categorías inferiores, este libro proporciona una nueva metodología de entrenamiento. Presenta un nuevo enfoque didáctico para utilizar las situaciones reales del juego para mejorar la técnica y la táctica específica del modelo de juego del partido. Explica cómo utilizar las situaciones del partido como modelo para el diseño de los ejercicios del entrenamiento y cómo crear un entrenamiento complejo y específico.
IdiomaEspañol
EditorialPaidotribo
Fecha de lanzamiento8 nov 2018
ISBN9788499107691
Fútbol vivo: Entrenar desde el modelo de juego del partido (Bicolor)

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    Fútbol vivo - Detlev Brueggemann

    EL APRENDIZAJE DE LA TÉCNICA BÁSICA ES EL CAMINO HACIA UN NIVEL SUPERIOR

    Los jugadores deben entrenar lo que necesitan, y tal como lo necesitan, durante el partido.

    Etapas del aprendizaje

    Las formas, contenidos y métodos del entrenamiento dependen de la edad de los niños. Todo esto debe basarse en su desarrollo fisiológico y psicológico actual.

    Las primeras experiencias para los niños deben ser divertidas y tener como objetivo que aprendan cómo jugar con el balón.

    Un aspecto esencial de cómo entrenar a niños de edad preescolar, de primer y segundo cursos consiste en dejarles jugar como deseen y limitarse a observar lo que aprenden durante el partido sobre ellos mismos (pensamientos y sensaciones).

    Una vez que los niños hayan tenido sus propias experiencias jugando al fútbol, puede iniciarse el entrenamiento sistemático de movimientos técnicos y tácticos sobre la base de estas primeras experiencias. Un entrenamiento sistemático conlleva explicar, demostrar y corregir individualmente mediante ejercicios relacionados con temas concretos y partidos con juegos en espacio reducido. El entrenamiento sistemático se caracteriza por analizar detalladamente, corregir y complementarse para mejorar la precisión con la que se juega, en especial en lo relativo a la técnica.

    Sólo cuando los jugadores aprendan a jugar el balón de forma controlada durante el partido —este nivel debe alcanzarse al comienzo de la pubertad—, los ejercicios podrán extenderse a juegos en espacio reducido con más jugadores y modificarse ejerciendo presión. En este sentido, presión significa más adversarios y menos espacio; es decir, menos tiempo para que el individuo utilice con éxito sus habilidades técnicas y tácticas.

    Aprendizaje de los jugadores en el fútbol

    Experiencias fundamentales

    (de 5 a 8 años de edad)

    Familiarizarse jugando

    •Obtener y procesar experiencias básicas en movimientos humanos y partidos (agilidad, utilizando un balón de fútbol)

    •Valorar situaciones (espacio, velocidad)

    •Llegar a conocer y familiarizarse con actitudes sociales (por ejemplo, cooperación, integración, inspiración, liderazgo, iniciación y actuación por sí solos)

    •Mejorar la capacidad de toma de decisiones

    Entrenamiento básico

    (de 8 a 12 años de edad)

    Entrenamiento detallado y sistemático mediante actividades

    •Estabilizar y desarrollar las habilidades y movimientos básicos con entornos apropiados de aprendizaje y asesoramiento (correcciones y consejos)

    •Mejorar la precisión y la aplicación variada de la técnica

    La tabla de la página anterior y la de esta página presentan la secuencia del desarrollo biológico del niño, centrándose en cómo los jóvenes jugadores mejoran con éxito las técnicas, actitudes y habilidades futbolísticas.

    En estas tablas de entrenamiento futbolístico que tiene en cuenta el desarrollo hay algunos aspectos importantes. Cada uno de los niveles se caracteriza por determinados objetivos esenciales de entrenamiento. Aunque no se mencione específicamente en las tablas, estos objetivos deben asentarse y mejorarse en un grado mayor también en el siguiente nivel. El aspecto esencial con que un jugador puede incorporarse al nivel siguiente depende del uso controlado de las habilidades que se han mejorado en el nivel anterior. Eso implica que si alguien logra una característica de edad de un nivel superior, pero aún no es capaz de jugar de forma controlada bajo presión, entonces debe seguir entrenando en el nivel inferior. Por ello, lo que debe tenerse en cuenta antes de pasar al siguiente nivel de entrenamiento no es la edad en sí, sino el nivel de desarrollo del jugador.

    Entrenamiento intermedio (I y II)

    (de 12 a 16 años de edad)

    Desarrollar y perfeccionar las habilidades bajo presión

    •Perfeccionar las habilidades coordinativas (agilidad), el uso de las habilidades técnicas y la táctica bajo presión en las situaciones del juego (máxima velocidad, espacios pequeños y uno o más oponentes)

    •Desarrollar y mejorar acciones más complejas relacionadas con el partido (esto conlleva entrenar con un número mayor de jugadores: de 5 contra 5 hasta 11 contra 11), y así, más dependencia de la capacidad para tomar decisiones y oportunidades para tomar decisiones más complejas

    •Mejorar la táctica jugando en espacios más grandes

    Entrenamiento avanzado

    (16 años o más)

    Mejorar y estabilizar, en concreto, la condición física

    •Estabilizar y perfeccionar las habilidades tácticas de individuos, grupos y el equipo, bajo elevada fatiga

    •Mejorar y estabilizar tácticas de equipo para el ataque y la defensa

    •Mejorar la condición física

    Entrenar a nivel avanzado se describe como algo que consiste principalmente en trabajar los aspectos físicos del fútbol, mediante ejercicios y prácticas especiales. No obstante, esto no significa que durante los niveles inferiores de entrenamiento no haya entrenamiento físico en absoluto. Debido a los requerimientos de adaptación vinculados con el juego, las habilidades físicas mejorarán de forma simultánea con cada ejercicio y partido con los juegos en espacio limitado, y en especial con ejercicios de secuencias más largas.

    No entrenar contradiciendo el desarrollo natural

    Normalmente, a los niños de cuatro a siete u ocho años les gusta descubrir su propio entorno. En esta fase del desarrollo humano, los niños crean sus propios juegos, límites y normas. Al modo propio de los niños, repiten lo que han experimentado en combinación con sus impresiones.

    Por lo tanto, las expresiones típicas del mundo del niño deben considerarse un proceso natural del desarrollo. Implementar ejercicios de acuerdo con las exigencias de los adultos, en otras palabras, un entrenamiento sistemático en una fase excesivamente temprana del desarrollo biológico de los jugadores, conllevaría entrenar contradiciendo la tendencia natural. Esto puede generar una ausencia de desarrollo del importante proceso de autoidentificación dentro del entorno social. En consecuencia, esos déficits podrían generar problemas en el desarrollo de la personalidad y, en particular, de las actitudes sociales.

    Por lo general, los niños de cinco a siete años de edad hacen lo que los adultos quieren que hagan, incluso en el entrenamiento. Pero esto se debe a que admiran al padre, al profesor o al entrenador como modelo, a quienes quieren imitar, agradar y de quienes esperan sus elogios. Por eso realizan los ejercicios tal como se les exige. Sin embargo, la naturaleza de los niños solo les incita a jugar. Los niños necesitan jugar para asimilar lo que descubren y experimentan.

    En lo relativo a los ejercicios futbolísticos para las edades más jóvenes, se sabe que los niños deben divertirse implicándose en entrenamientos y otros ejercicios implementados por los adultos. Esto suele llevar a la gente a suponer que a los niños les gusta realizar ese tipo de tareas. Sin embargo, solo les gusta agradar a los adultos. Este deseo interno supera sus propias intenciones y preferencias. La presunción de que entrenar de manera sistemática con niños de edad preescolar y de primer curso tendrá una influencia positiva en el rendimiento conlleva una hipótesis sobre el entrenamiento eficaz y exitoso que va contra la tendencia natural.

    ENTRENAR SISTEMÁTICAMENTE A NIÑOS DEMASIADO PEQUEÑOS PUEDE PERJUDICAR EL DESARROLLO DE SU PERSONALIDAD INDIVIDUAL

    Los años en que un niño se familiariza con las condiciones físicas, mentales y psicológicas, así como con el juego y el balón, deben diferenciarse de los años en que la naturaleza humana en sí misma presenta condiciones casi óptimas para ese desarrollo. Es el período de entre ocho y doce años de edad. Debido a la relación armónica entre el cuerpo y los músculos, y a una creciente curiosidad acompañada por un estímulo ausente de crítica, a este período del desarrollo se le suele llamar los años de oro del aprendizaje. En este momento, el desarrollo biológico del niño ofrece condiciones adecuadas para el entrenamiento sistemático, incluso para tareas de coordinación complicadas.

    Antes de este momento del desarrollo biológico, los niños deben desarrollar la motivación para jugar y seguir jugando al fútbol los años venideros. Démosles un balón y dejémosles jugar. Observémosles para aprender de su comportamiento. Ninguna exigencia, expectativa, corrección ni interferencia de ningún tipo. Aún nos encontramos en el mundo de los niños. Dejemos que lo descubran. Permitamos que desarrollen motivación hacia este juego. Demos a los niños la oportunidad de descubrir sus propias opciones para involucrarse en el fútbol.

    El balón (de fútbol sala) promueve la autoconfianza y la agilidad

    La mayoría de los científicos y expertos en fútbol defienden la teoría de que los niños pueden y deben jugar al fútbol ya en edad preescolar, siempre que sea a su propio estilo.

    Se trata de juegos en espacio reducido con pocos jugadores, con normas inventadas por ellos mismos y relacionadas con el número de jugadores y el entorno real. Los principiantes aprenden mediante la imitación, el ensayo y el error. Una introducción de este tipo al mundo del fútbol fomenta experiencias fundamentales sobre los componentes técnicos, tácticos mentales y, en particular, sociales, de este deporte (véanse las tablas anteriores). En gran medida, estas experiencias básicas determinan el nivel exitoso de mejora de todas las habilidades necesarias para el juego a lo largo de este período de desarrollo fisiológico. En resumen, el nivel de eficiencia y rendimiento del adulto depende de la calidad de las experiencias fundamentales anteriores a la fase de entrenamiento sistemático y específico.

    Las condiciones de desarrollo físico, mental y psicológico de los niños de entre ocho y doce años les induce a descubrir el juego de la misma forma en que observan a los adultos. Se ponen en el lugar de sus ídolos e imitan lo que observan (incluso movimientos difíciles), sin ningún temor al fracaso.

    Sin embargo, algunos expertos dicen que al fútbol se puede jugar solo después de haber adquirido técnica con el balón. Hacen referencia a la dificultad de estas técnicas y señalan el modo no organizado en que los niños juegan al fútbol. En efecto, el fútbol infantil se parece más bien al avance de un enjambre de abejas, tras lo cual sigue un disparo y una carrera. Esto se debe al problema básico del control del balón, en concreto, al hecho de intentar jugar con un balón de fútbol que da muchos botes. Una pequeña piedra que no se vea en el suelo puede impulsar el balón por el aire, o en una dirección distinta a la que el jugador quería que se dirigiera. Jugado con demasiada fuerza, el balón no llegará a su destino; con excesiva suavidad, no llegará a ningún

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