EL ONCE IDEAL: Descubre las ONCE HABILIDADES que necesitas para potenciar TU NEGOCIO

Por ULISES SOLORIO y J. SANTIAGO POSADA

Así como para que un equipo de fútbol se encuentre completo en la cancha debe tener once jugadores, las personas de negocios necesitamos once habilidades que nos llevarán a jugar el partido más importante de la vida profesional: nuestra empresa, nuestro proyecto. A través de historias de este apasionante deporte podrás tomar conciencia de cómo emplear esas enseñanzas en tu día a día.
Las mentes de ambos autores, Ulises y Juan Santiago, se encontraron en el camino y al unísono sincronizaron un mismo propósito: combinar de una manera creativa y auténtica la pasión por el balompié con las habilidades para llevar los negocios o iniciativas a otro nivel.
En estas líneas encontrarás ejercicios y técnicas que podrás llevar a la práctica para experimentar y mejorar tus competencias. Disfruta del viaje, recuerda buenos momentos, toma lo que resuene para ti, permítete fluir, aprende de una manera simple.

• Idioma: Español
• Editorial: NPQ Editores
• Fecha de lanzamiento: 24 ago 2023
• ISBN: 9788419440235

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EL once IDEAL

Juan Santiago Posada

Ulises Solorio

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El once ideal

© Del texto: Juan Santiago Posada y Ulises Solorio

© De esta edición: NPQ Editores

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ISBN: 978-84-19440-23-5

El once

ideal

Descubre las once habilidades

que necesitas para potenciar tu negocio

Así como para que un equipo de fútbol se encuentre completo en la cancha debe tener once jugadores, las personas de negocios necesitamos once habilidades que nos llevarán a jugar el partido más importante de la vida profesional: nuestra empresa, nuestro proyecto. A través de historias de este apasionante deporte podrás tomar conciencia de cómo emplear esas enseñanzas en tu día a día.

Las mentes de ambos autores, Ulises y Juan Santiago, se encontraron en el camino y al unísono sincronizaron un mismo propósito: combinar de una manera creativa y auténtica la pasión por el balompié con las habilidades para llevar los negocios o iniciativas a otro nivel.

En estas líneas encontrarás ejercicios y técnicas que podrás llevar a la práctica para experimentar y mejorar tus competencias. Disfruta del viaje, recuerda buenos momentos, toma lo que resuene para ti, permítete fluir, aprende de una manera simple.

INTRODUCCIÓN

Existen muchos libros, publicaciones y artículos alrededor del fútbol, y es algo que no debería sorprendernos, pues es el deporte más popular del mundo. Los antecedentes del balompié son lejanos, inclusive algunos autores se remontan a la Antigua China, en donde se practicaba desde el siglo III a. C. También se tienen precedentes con los griegos y los romanos, los cuales tuvieron gran variedad de juegos de pelota, como el episkuros y el harpastum, algunos de ellos para jugar con manos y pies. En la Edad Media se presentaron algunas variantes del fútbol, pero los ingleses fueron los primeros, a finales del siglo XVII, en comenzar a establecer reglas al juego.

La historia moderna del fútbol, como en la actualidad se le conoce, data de 1863, cuando en Inglaterra se fundó la asociación de fútbol más antigua del mundo, la Football Association (FA), en la taberna Freemason’s de Londres. Así, y con un reglamento de trece normas, el balompié fue promovido y continuó su evolución hasta que, en 1904, en Paris, se fundó la Fédération Internationale de Football Association (FIFA). A partir de allí, ha tenido un crecimiento notable que lo ha llevado a estar presente en todos los rincones del mundo.

El fútbol nos ha entregado historias y momentos que remueven emociones y tocan fibras, nos ha hecho gritar y festejar, pero también nos ha robado lágrimas y partido el corazón. El fútbol es más que un deporte de veintidós jugadores con una pelota, son historias de éxitos y fracasos, vivencias de superación y liderazgo, con muchas lecciones y aprendizajes. A través de historias de este apasionante deporte podrás tomar conciencia de cómo emplear esas enseñanzas en tu día a día.

Así como para que un equipo se encuentre completo en la cancha para disputar un encuentro necesita once jugadores, las personas de negocios requerimos once habilidades que nos llevarán a jugar el partido más importante de la vida profesional: nuestra empresa, nuestro proyecto. Las competencias que se requieren comienzan con el autoconocimiento y pasan por adoptar un cambio de mentalidad, de entender lo que sucede fuera de la cancha, es decir, lo que ocurre más allá de nuestras operaciones.

El fútbol es un deporte de familia, de amigos, de barrio, en el que encontramos fanáticos y personas que no son seguidores. Sin embargo, todos conocen las reglas básicas y el principio del juego. Ambas mentes, la de Ulises y la de Juan Santiago, se encontraron en el camino y al unísono sincronizaron un mismo propósito: combinar, de una manera creativa y auténtica, la pasión del balompié con las habilidades para llevar los negocios o iniciativas a otro nivel. Ellos también hacen parte del elenco central que conforma estas líneas, ya que, desde su experiencia y camino recorrido, también narran historias de vida que complementan cada capítulo.

Si eres un apasionado del fútbol y tienes un negocio o te encuentras con la intención de comenzar uno, este libro te ayudará a revolucionar tu pensamiento, a descubrir y redefinir en ti esas habilidades que harán que tengas un mayor foco en lo que te has propuesto, y, por lo tanto, alcanzar tus objetivos. También encontrarás ejercicios y técnicas que podrás llevar a la práctica para experimentar y mejorar tus competencias. Disfruta del viaje, recuerda buenos momentos, toma lo que resuene para ti, permítete fluir, aprende de una manera simple. Todo esto, con el objetivo de tener un impacto para tu negocio o proyecto.

Ningún jugador es tan bueno como todos juntos.

Alfredo Di Stéfano

Alineación - El once ideal

1. AUTOCONOCIMIENTO

De todos los conocimientos posibles, el más sabio y útil es conocerse a sí mismo.

William Shakespeare

De manera particular, el término autoconocimiento no aparece en la Real Academia Española (RAE). Sin embargo, esto no significa que no exista. Por el contrario, es una palabra compuesta por el prefijo auto, que refiere a lo que es propio o se lleva a cabo por uno, y por conocimiento, que hace referencia a entendimiento, noción, percepción o descubrimiento.

Ahora bien, el autoconocimiento es el conocimiento que una persona tiene de sí misma. Gracias a ello, logra diferenciarse del resto y de su entorno reconociéndose como individuo. Daniel Goleman, en su libro Inteligencia emocional, lo define como «conocer nuestros estados internos, preferencias, recursos e intuiciones». Esta habilidad permite conectarnos con nuestros sentimientos, pensamientos y acciones. También implica poder determinar cómo nos perciben otras personas. Quienes se conocen a sí mismos, logran reconocer con mayor certeza sus fortalezas y debilidades.

Y es que el autoconocimiento, en definitiva, permite responder a la pregunta existencial: «¿Quién soy yo?». Para abordarla, es necesario conectarse consigo mismo e ir al fondo del ser. Esto es clave para el bienestar del individuo, ya que aquellas personas que se conocen mejor saben lo que quieren en la vida, no solo en los negocios o proyectos, sino también en las acciones cotidianas del día a día.

Quizá te han preguntado más de una vez cuando eras niño: «¿Qué quieres ser cuando grande?». Cuando estamos en temprana edad, no sabemos a ciencia cierta qué queremos ser, porque apenas estamos formando nuestro criterio, valores y forma de apreciar la vida. Por lo tanto, no resulta extraño escuchar que un niño quiere ser médico, bombero, astronauta o futbolista.

Es interesante observar que, para el adulto, en realidad no es de importancia la respuesta. La mayoría de las veces se hace por curiosear y ver quién tiene el sueño o la idea más rebuscada. También se hace por diversión, sin darnos cuenta de que podemos estar dañando la mentalidad y creencias de una persona. Conforme van pasando los años, la pregunta sigue estando ahí, pero empieza a tomar otro enfoque y se parece más a: «¿Qué quieres ser cuando grande para que puedas escoger una u otra carrera de estudios?».

Pero el tema no para allí, detente un poco y reflexiona acerca de cuántas veces has escuchado alguna de las siguientes preguntas: «¿Qué sigue para tu empresa?», «¿Cuáles son tus planes para los próximos años?», «¿Qué harás mañana?». Siempre proyectando a futuro, y pocas veces paramos nuestro reloj interior y pensamos en lo que somos hoy, lo que nos ha hecho llegar al punto en el que estamos, qué nos gusta y disgusta. Parece que conocer a la persona que eres hoy no tuviera mayor impacto o influencia, pues estamos enfocados en el mañana.

Otro de los elementos que conviene destacar dentro del autoconocimiento es el propio modelo mental, donde surgen los pensamientos y se alojan los valores, las creencias, las aspiraciones y las prioridades, algo que en conjunto se conoce como personalidad. De esta manera, interpretamos la realidad que nos rodea y obtenemos nuestra propia perspectiva, subjetiva, por cierto.

Hemos querido comenzar con esta competencia, pues es la base y soporte de las demás, ya que comprende principios, valores, experiencias, mente y cuerpo. El jugador número 1, el portero, tiene la facultad de hacer cosas que ningún otro jugador en el campo de juego puede realizar dentro del marco del reglamento: jugar con las manos. Al igual que el guardameta, la habilidad de trabajar en tu ser es diferente al resto.

En los negocios y en cualquier iniciativa que persigamos, es necesario emprender un viaje y conectarnos con nuestro yo interior con la firme intención de descubrir el propósito. Alinear mente, cuerpo y alma, y tomar conciencia de nuestros actos, permitirá mayor determinación y fluidez en cada paso.

Entenderse a uno mismo es el inicio del conocimiento.

Sócrates

Pasemos ahora a ver, apoyados en historias de fútbol, ese deporte que nos hace vibrar de pasión, cómo se manifiesta esta habilidad del autoconocimiento. Para esto, tomaremos como referencia dos personajes contemporáneos que compartieron la misma posición durante su trayectoria como futbolistas, la de arquero.

José René Higuita: mejor conocido en el ámbito del fútbol como el Loco o simplemente Higuita. Nació en Medellín (Colombia) en el año de 1966. Era hijo de madre soltera y además la perdió siendo un niño. Sin embargo, René desde muy pequeño alcanzó a preguntarle a su madre si jugar al fútbol como profesión era lo correcto. Ella quería que su muchacho estudiara medicina, porque lo más preciado que los padres quieren dejarles a sus hijos es la educación. Con lágrimas en sus ojos le respondió «Tome usted la decisión».

Al morir su madre, fue criado por su abuela. Ella también se negaba a que René jugara por la difícil situación que vivían. Su infancia transcurrió en medio de grandes dificultades económicas, por lo que, desde niño, se vio obligado a trabajar. Fue vendedor de periódicos y realizó diversos oficios para ganarse la vida. El Loco salía de su barrio caminando a vender lo que pudiera y regresaba con la ropa sucia de jugar fútbol. A su abuela no le gustaba y le repetía: «Deje de jugar y agarre algún oficio».

Su inicio como guardameta fue muy anecdótico, ya que Higuita jugaba como delantero. En un torneo que se estaba disputando, el arquero faltó y en su lugar lo pusieron a él, convirtiéndose desde entonces en el dueño indiscutible del pórtico. En 1981 hizo parte de la Selección Antioquia sub-16, la cual fue campeona en Colombia. A nivel profesional, debutó con Millonarios en 1985, aunque su paso fue fugaz. Al año siguiente, regresó a su ciudad natal a jugar con el club de sus amores, el Atlético Nacional.

Uno de los años más emblemáticos en su carrera fue 1989. El Loco se transformó en héroe nacional para el fútbol colombiano al ganar por primera vez una Copa Libertadores para su país con el equipo verde y blanco. En una recordada final ante Olimpia de Paraguay, llegaron a la definición por penales. No solo convirtió el suyo, sino que también atajó cuatro disparos de sus rivales. Fue una noche de júbilo en todo el territorio cafetero, y en especial para todos los seguidores del «elenco paisa».

De manera paralela, a nivel de selecciones, Colombia regresaba a un mundial después de veintiocho años de ausencia. Higuita era el dueño de los tres palos gracias a sus destacadas actuaciones y su regularidad. En Italia 1990, el Loco atajó una pena máxima contra Yugoslavia, y tuvo una importante participación contra el equipo alemán, a la postre campeón del certamen. Con arriesgadas jugadas, increíbles atajadas y un estilo de juego único, Higuita se estaba convirtiendo en una de las figuras de la competición, realizando acciones que nunca se habían visto en un campeonato de este tipo.

Colombia clasificó a los octavos de final del torneo por primera vez en su historia y se enfrentó a Camerún. En ese partido hubo una acción en el segundo tiempo suplementario, cuando los africanos vencían 1-0. El defensor Perea le devolvió el balón a Higuita, este lo recibió y quiso amagar al delantero Roger Milla. Sin embargo, el atacante le robó el esférico y anotó el segundo gol, con el que Camerún eliminó a Colombia. Luego de esto, el loco fue señalado por algunos sectores de la afición y de la prensa como el directo responsable de la eliminación mundialista, pues sin su jugada aventurera el resultado pudo haber sido distinto.

Esta particular acción llevó a que en un congreso técnico celebrado ese mismo año, se comenzara a hablar del arquero-líbero y se llegó a la conclusión de que era necesario impulsar el uso de los pies en los porteros. Esto ayudó a que la FIFA estableciera la norma por la que, si un futbolista devuelve a su compañero arquero el balón con los pies, este no puede recibirlo o tocarlo con las manos. En caso contrario, se sanciona un tiro libre indirecto. Esta norma también es conocida desde entonces como la «ley Higuita»

La mayoría estaba acostumbrada a ver a un arquero dentro de los tres palos y no jugando con los pies.

René Higuita

Pasó por el conjunto español del Valladolid y, después de superar algunos temas personales con la justicia de su país, regresó a su querido Atlético Nacional. El título local en Colombia en 1994 y el subcampeonato de la Copa Libertadores en 1995 fueron dos de los últimos grandes hitos de su carrera. En semifinales de esa copa, debieron enfrentar a River Plate a doble partido. En Medellín, el conjunto verde se impuso 1-0 con un gol de Higuita de tiro libre, el cual el mismo René considera fue el mejor gol de su vida.

Al poco tiempo de haber disputado la final de la Copa Libertadores, fue convocado para jugar un partido amistoso con el seleccionado nacional, enfrentando a Inglaterra en el mítico estadio de Wembley. Allí, hizo una intervención que le daría la vuelta al