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Hora de decidir
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Libro electrónico191 páginas2 horas

Hora de decidir

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Paco Vázquez es empresario y árbitro olímpico de hockey. Ingeniero Eléctrico por la UPC, su formación clásica está suplementada con un Máster en Administración de Empresas por EADA. Además ha realizado Másteres en Coaching Estructural y en PNL e Hipnosis complementando así su formación con una vertiente más humana. Actualmente compagina su vertiente como conferenciante con la dirección de sus empresas, es socio de tres. Cree firmemente en el poder transformador de las decisiones y la importancia de aprender a decidir en un mundo de incertidumbre. Autor del libro Hora de Decidir - como un árbitro de élite.
Cuenta con más de 15 años de experiencia como directivo de empresas, especializado en PYMES, y 25 años como árbitro, 20 de ellos en la élite. Desde el 2014 se dedica a la consultoría y formación en empresas y organizaciones implementando en ellas intervenciones estratégicas y cambios de cultura. Pone su conocimiento a disposición de líderes que creen que las personas son los agentes de transformación en sus organizaciones a través de su liderazgo, su toma de decisiones y del compromiso con estas.
IdiomaEspañol
Fecha de lanzamiento21 oct 2020
ISBN9788418542770
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    Hora de decidir - Paco Vázquez

    © Derechos de edición reservados.

    Letrame Editorial.

    www.Letrame.com

    info@Letrame.com

    © Paco Vázquez

    Editado por KRATOS Consulting, S.L.

    Diseño de edición: Letrame Editorial.

    ISBN: 978-84-18542-77-0

    Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida de manera alguna ni por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de grabación, en Internet o de fotocopia, sin permiso previo del editor o del autor.

    Letrame Editorial no tiene por qué estar de acuerdo con las opiniones del autor o con el texto de la publicación, recordando siempre que la obra que tiene en sus manos puede ser una novela de ficción o un ensayo en el que el autor haga valoraciones personales y subjetivas.

    «Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47)».

    .

    A Núria y Javi por ser mis pilares en momentos de oscuridad.

    Prólogo

    CADA DECISIÓN ES UN PRONÓSTICO DEL FUTURO

    Me sigue deslumbrando lo poco que nos preparamos para hacer bien las cosas que más hacemos cada día. Cualquier persona toma miles de decisiones a diario y sin embargo rara vez se ha preparado para ello.

    Se calcula que una persona toma en promedio unas 2.500 decisiones al día, y que esa misma persona, en promedio, no se ha formado para poder tomar buenas decisiones.

    Hablemos claro: nuestra vida es la consecuencia de las decisiones que hemos tomado.

    Es la ley de la causa y el efecto: cada pequeña decisión da lugar a una consecuencia y la suma de esas consecuencias constituye tu vida. Cuanto antes lo entendemos mejor nos va: no hay pensamientos, palabras o acciones gratuitas.

    Cada decisión es un pronóstico del futuro.

    Somos lo que decidimos. Punto. Y lo que más hacemos cada día es decidir. Decidimos todo el tiempo, incluso cuando no decidimos. Somos máquinas de decidir. El problema es que no somos conscientes cuando lo hacemos.

    Si una persona desea vivir una experiencia realmente humana solo puede hacerlo decidiendo desde la responsabilidad y desde la consciencia. Cualquier otra manera de vivir se parece bastante a una vida, pero lamentablemente no lo es.

    Aprender a decidir es probablemente una de las habilidades más importantes que podemos adquirir para poder vivir con plenitud.

    Dicen que no se puede aprender en piel ajena. Pero no es verdad. Lo seres humanos siempre hemos aprendido de la experiencia ajena y en este caso la experiencia de Paco puede ayudarnos a tomar mejores decisiones.

    Alguien que ha tomado más de 200.000 decisiones como árbitro en cinco continentes y que además se ha preparado para ello tiene algo que compartir sobre cómo tomar decisiones importantes.

    En Hora de decidir aprenderás ideas tan importantes como que decidir bien en lo pequeño te permitirá decidir bien en lo grande o que elegimos mejor cuando elegimos para otros de manera que preguntarnos qué le diríamos a un amigo en esa decisión nos da mejores resultados que preguntarnos qué haríamos nosotros en esa circunstancia.

    Aprenderás también que el 50% de las decisiones importantes no llega a tomarse en las empresas, que el 30% de las empresas postergan decisiones importantes. También entenderás cómo funciona tu cerebro para que puedas tomar mejores decisiones.

    Hay varios temas importantes en la vida. Uno de ellos es cómo tomar decisiones. Y en este momento es Hora de decidir si quieres aprender a tomar decisiones. ¡Estoy convencido de que tomarás la mejor decisión!

    Sergio Fernández

    Emprendedor, Autor 7 libros y director en PensamientoPositivo.org, MasterDeEmprendedores.com y MasterDeDesarrolloPersonal.com.

    Introducción

    Nadie quiere ser árbitro de niño. Por lo que, cuando con poco más de quince años empecé a arbitrar, durante la temporada 91-92, ni mis padres ni mi entorno se mostraron especialmente ilusionados. Nunca habría podido pensar que algo que inicialmente causó tan poco entusiasmo iba a convertirse en uno de los motores de mi vida. Tampoco podía imaginar lo que, gracias al arbitraje, la vida me tenía preparado. En aquel tiempo, como buen Libra, era una persona altamente tímida, insegura e indecisa, que valoraba alternativas eternamente sin lograr decidirme. Me paralizaba a la hora de tomar una decisión, fuera buena o mala. Mi tendencia era a postergarla e intentar no pensar en ella, así la duda y la indecisión no se apoderaban de mí. No me estoy refiriendo solo al arbitraje, sino a todos los aspectos de mi vida. Arbitramos como somos, les repito a todos los árbitros noveles con los que trabajo. Esta afirmación es absolutamente cierta y extrapolable a la empresa: Lideramos como somos, cuando lideras, no puedes ocultar quién realmente eres.

    Hay algo que caracteriza a los árbitros: tomamos decisiones. Lo hacemos continuamente mientras dura un partido deportivo. Algunas estadísticas muestran que los árbitros, en función de nuestro deporte, tomamos entre 200 y 300 decisiones por partido. Eso sucede en un intervalo de solo dos horas. Ahí es nada. ¡Ah! Y para que conste en acta, el estudio demostró que nuestro nivel de acierto es superior al 99 %.

    De hecho, hace algo más de un año, quedé asombrado cuando después de hacer una evaluación 360º en la empresa en la que fui director general por nueve años, el núcleo duro del que fue mi equipo, Toni y Trini, destacaban como una de mis principales características la capacidad para tomar decisiones. ¡Si yo con quince años me paralizaba al tener que tomar una! ¿Qué había cambiado en este tiempo, aparte de tener menos pelo y más quilos?

    Evidentemente, a lo largo de los años, he adquirido experiencia y conocimiento, pero lo que ha marcado la principal diferencia es que he arbitrado más de un millar de partidos. He tenido que enfrentarme a más de 200.000 decisiones en los campos de juego. Y eso hace callo. Puedo, por lo tanto, afirmar que soy la persona que soy gracias al arbitraje. Además de enseñarme a tomar rápidas y críticas decisiones, me ha permitido mejorar mis dotes de comunicación, verbal y no verbal, y a saber trabajar bajo presión. Si a esto le sumas el poder viajar por los cinco continentes, conocer diversas y variopintas culturas y personas, hacer amigos por todos los lugares del mundo, el resultado es que me ha convertido en una persona diferente, mucho más segura de mí misma.

    Y tú, ¿cómo tomas decisiones? ¿Por qué haces lo que haces ahora mismo? Seguramente estarás apelando a tu intuición, y es que, bajo su paraguas, nos permitimos tomar decisiones casi involuntariamente. De esta manera es como si descargáramos nuestra responsabilidad para con ellas. Déjame dejarte una preciosa cita filosófica que dice: Todo acto voluntario es involuntariamente iniciado, y todo acto conscientemente iniciado empieza de modo inconsciente. Tú tienes mucho que ver con tu intuición, tu consciente puede enseñar a tu subconsciente; y eso lo vamos a trabajar en este libro.

    Creo firmemente en el poder transformador de las decisiones. Por ello he dedicado tiempo a analizar primero, y destilar después, el proceso de toma de decisiones que sigo en los terrenos de juego y que aplico también en mis empresas. No deja de ser fascinante descubrir que el método empleado, a la hora de decidir en un partido, es exactamente el mismo que aplico en el ámbito empresarial. En el fondo, de lo que se trata es de aprender a decidir en un entorno donde la incertidumbre impera. La buena noticia es que existen métodos que nos van a ayudar a tomar mejores decisiones inmediatas en el momentum adecuado. En tus manos tienes uno de ellos, el que empleamos los árbitros de élite.

    El objetivo de este libro es lograr que seas capaz de tomar decisiones difíciles de forma instantánea. A lo largo del mismo te voy a explicar, en primer lugar, cómo funciona nuestro cerebro cuando se enfrenta a tomar decisiones para después darte un método paso a paso que puedas seguir en todas aquellas decisiones inmediatas que tengas que tomar en tu empresa, o incluso en tu vida. El método AAA lo he aplicado, y sigo haciéndolo, en todas mis empresas y con todos mis clientes durante las mentorías de Estrategia y Toma de Decisiones, The Second Opinion, que ofrezco a empresarios y directivos. Tener un sistema probado siempre es de gran ayuda.

    La vida consiste en tomar decisiones. Desde qué vas a comer, cómo vas a vestirte, si vas a ir en metro o en bicicleta… Evidentemente no podrás decidir sobre todo lo que te rodea, hay situaciones en las que tú no tienes nada que ver y simplemente suceden. A partir de ahora podrás pararte, evaluar pros y contras, ventajas y desventajas y, en esa situación imprevista, decidir para que afecte a tu vida o tu negocio de la manera más positiva.

    Yo nací en un pequeño barrio obrero de Barcelona. No pertenecía a la élite ni por asomo, eso yo no lo elegí. Sí pude elegir cómo iba a abrirme camino hacia mi vida deseada dentro de un colegio en el que se vendía droga (heroína en ese tiempo) a sus puertas. Mis armas fueron la educación y el deporte. Gracias a ellos pude perseguir mis sueños, conocer los cinco continentes, tener mis propias empresas y llegar a ser olímpico.

    Sin más preámbulo, ¡vamos a empezar! Al finalizar serás capaz de sistematizar y mejorar tu método tomando decisiones, y por ende, la calidad de las mismas aumentará. Te convertirás en un Decisionator. Estaré encantado de recibir información tuya sobre cómo te ha ayudado. Es mi primer libro, por lo que todo tipo de feedback será bien recibido.

    Me despido agradeciéndote que hayas decidido leer este libro y que de esta manera compartamos una parte importante de mi experiencia tomando decisiones. Feliz lectura.

    1.- Árbitro… ¿líder?

    El carácter de cada hombre es el árbitro de su fortuna.

    Publilio Siro

    El arbitraje me ha convertido en líder. Yo nunca me había considerado uno, más bien me transformé en uno a mi pesar. Recuerdo a una de las profesoras de instituto más empática, cariñosa y buena persona que he conocido, Carme Garcia. Un día decidió regalarme un libro: El juego de Ender. Cuando lo tuve en mis manos, lo primero que hice, y sigo haciendo con casi todos los libros que caen en mis manos a día de hoy, fue leer la contraportada. Explicaba la historia de un niño que desconocía que era un líder. Como tal, debía salvar a la humanidad. Le entrenaron para serlo a través de videojuegos sin él sin saberlo. Entonces le comenté a Carme: Pero si este libro habla de un niño que va a ser líder, ¿qué tiene que ver conmigo?. Y sonriéndome amablemente, me respondió: eso es lo que eres. Fue un preludio de lo que sería mi vida a partir de entonces.

    Y qué tiene que ver el arbitraje con el liderazgo, te estarás preguntando. Vamos a enumerar algunas de las tareas que se esperan de ti cuando eres árbitro, que son bastantes más de las que puedas estar pensando. En primer lugar, tienes que ser un pilar de solidez, debes formarte continuamente, tienes que responder ante situaciones imprevistas, ser un gran comunicador, una persona amable y educada, un saco inerte sobre en el que poder descargar tu decepción si las cosas no salen como esperas, tienes además que ser alguien dinámico, un juez duro pero justo, un diplomático y un santo.

    Porque lo que pasa cuando arbitras es que te conviertes en el responsable de un número de personas a las que tú no has elegido. Incluso puede que no te gusten, o que no tengan nada en común contigo. Posiblemente tú tampoco no les gustes demasiado a ellas. Ante este panorama, tu deber es convencerles de que, bajo tu dirección, las cosas van a ir bien. Durante lo que dura el partido eres el responsable de su seguridad física, e incluso algunos creen que también lo eres de la emocional y mental. Tienes que asegurarte de que no se hacen daño mientras están compitiendo, que ninguno se lesione. Tienes que favorecer un ambiente seguro en el que los jugadores puedan desarrollar su talento de acuerdo con todas las garantías del reglamento.

    Eres además responsable de facilitar que ambos equipos ofrezcan el mejor espectáculo deportivo posible. Algunas veces los equipos pueden comportarse como niños pequeños (y obviamente no puedes darles un cachete, a lo sumo sacarles una tarjeta). Esas personas que están en el campo de juego esperan incluso que conozcas sus nombres (ni se te ocurra llamarles por el número de dorsal). Por cierto, los árbitros tenemos que permanecer fríos y calmados —no podemos chillar, patalear, tirar cosas o tener favoritos—. ¿En verdad es tanto pedir?

    ¿Te resulta algo de todo esto familiar? Seguro que, si cambias a los jugadores por las personas de tu equipo, encontrarás muchas similitudes de las responsabilidades como árbitro a las tuyas como líder. Y es que sí, en el

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