Aliento Deportivo: Aliento deportivo

Por Miriam Lopez Lujan

Herramientas y estrategias que lleven de la mano a adultos y niños a un proyecto deportivo exitoso, enocontrando el equilibrio emocional necesario , asi como prospectar carreras deportivas de largo aliento.

• Idioma: Español
• Editorial: Self Published Ink
• Fecha de lanzamiento: 2 dic 2022
• ISBN: 9786078738458

Miriam Lopez Lujan

Miriam López Lujan, Licenciada en Mercadotecnia Internacional y Maestría en Ciencias de la Familia, madre y deportista de alto rendimiento, eligiendo como disciplina de primer plano el deporte blanco.

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PRÓLOGO

Marco Antonio Pérez Garibay

Cuando los primeros acordes del Himno Nacional sonaron en la zona de podios del Gran Premio de Sakhir, en Baréin y vi las lágrimas de Sergio, fue que pude dimensionar la magnitud de la hazaña, no podía creerlo, el sueño se convertía en realidad. Lloré de emoción; no era para menos, Sergio Checo Pérez, mi hijo, había ganado su primer Gran Premio en la Fórmula 1, la competencia suprema y de mayor prestigio del automovilismo a nivel mundial. Era el 6 de diciembre de 2020; una pandemia todavía nos tenía confinados. Se cumplía una década del debut de Checo en el circuito de la F1. Un año después, el 7 de noviembre de 2021, no imaginábamos lo que iba a venir en el Gran Premio de la Ciudad de México, aunque teníamos enorme confianza en que Checo iba a hacer un gran papel, pero una cosa es la expectativa y otra lo que ocurre en realidad, y la realidad fue que Checo escribió su nombre en la historia del automovilismo mexicano. Ante más de cien mil personas que lo vitoreaban en cada vuelta, hizo una carrera increíble, muy disputada, consiguiendo un tercer lugar que lo convirtió en el primer mexicano en subir al podio de la Fórmula 1 en el legendario Autódromo de los Hermanos Rodríguez, en el mismo escenario donde en 1987 yo obtenía el campeonato nacional de la Copa Marlboro, mis hijos aún no nacían.

Cuando Checo cruzó la meta en su monoplaza RB16B, el corazón se me quería salir del pecho, estaba siendo testigo de la forma en que todos los sacrificios, los esfuerzos, los sufrimientos, toda la lucha obtenían su recompensa. Se me vuelve a enchinar la piel, al recordar la forma que celebramos mi familia y yo, vuelvo a sentir el cariño de la gente en sus aplausos y sus gritos de emoción. Ver triunfar a tu hijo no tiene precio, no hay nada con que compararlo, la emoción es mayor cuando lo hace en su propia tierra, México, mi país que amo, estaba siendo testigo de algo histórico, después de hacer enormes sacrificios, como cuando Checo tenía 14 años y nos fuimos a probar suerte a Estados Unidos, no teníamos dinero para pagar los hoteles y dormíamos en el automóvil que había rentado. Checo usaba su traje de piloto como almohada, dormía en el asiento de atrás y yo en el delantero. Teníamos un sueño, una meta clara por conquistar y Checo, antes de subir al podio, me dijo al abrazarlo: –Jefe, lo logramos–.

Estoy muy agradecido con la vida por haber podido estar en ese momento. Tras la carrera de aquel domingo, Charles Leclerc, el joven piloto de la escudería Ferrari, le llamó a Checo por teléfono, y le contó que había llorado al ver lo feliz que estaba mi familia, y que a él le hubiera encantado que su padre lo hubiera visto triunfar así, ya que había fallecido en el 2017 y no pudo verlo subir a un podio de la F1. De esas fortunas e infortunios está hecha la vida.

Esos dos momentos cumbre, donde vi triunfar a uno de mis hijos, y que guardo en mi corazón, me vinieron a la memoria al tener en mis manos y adentrarme en las páginas de Aliento Deportivo. En él encontramos las respuestas a diversas inquietudes que tenemos los padres que enfrentamos el desafío más importante de la vida, el de educar y formar a nuestros hijos en el ámbito deportivo y que deseamos para ellos un desarrollo integral. Es una historia con la que nos identificamos y también donde afirmamos la relevancia de una educación en valores.

Las personas que tenemos la oportunidad de ser padres sabemos que haríamos infinitos sacrificios para que nuestros hijos tengan éxito y sean buenos chavos, ciudadanos ejemplares. Lograr esta meta ha sido una de las carreras más importantes en las que he competido desde que inicié mi vida deportiva y como apasionado del automovilismo que mis hijos alcancen un desarrollo deportivo y profesional pleno, donde ganar no sólo sea un fin en sí mismo, sino el resultado del trabajo y del gozo que brinda dedicarnos a lo que nos apasiona.

Cuando miro hacia atrás reconozco que el camino ha requerido de sacrificios y de esfuerzos personales y familiares, de triunfos y fracasos, además de haber trazado una ruta definida que ha orientado nuestras decisiones, tal como lo advierte Miriam López en este libro.

Cada vez que Checo cruza la meta me vienen a la mente las difíciles decisiones que fuimos asumiendo en lo individual y en lo familiar, lo cual ocurrió desde el primer equipo que conformamos hasta su último gran papel realizado con la escudería de Red Bull en 2021. Aquel primer equipo fue también, y sin duda el que conformamos como familia, tal como lo describe la autora al recordarnos que es el núcleo básico de toda sociedad y a partir del cual será posible alcanzar nuestros sueños como escultores educativos.

En el recorrido de la formación de mis hijos, ha sido importante el apoyo de personas cercanas a la familia y de profesionales que han orientado nuestras decisiones. Al mismo tiempo, hemos tenido la brújula de saber que, en la formación atlética brindada, es fundamental seguir principios y valores como el respeto, la responsabilidad y la disciplina. Es difícil saber si nuestros hijos solo serán deportistas recreativos o si se dedicarán de forma profesional a la práctica, por ello reconozco, en diversos apartados del libro, la guía que nos ofrece la autora para detectar y dar información que nos lleva a conocer cada situación en particular, así como el rol que debemos jugar en nuestro proyecto de formación.

En mi caso, decidí que podían volar en manos de profesionales, tomando la decisión de que Checo se fuera a vivir desde muy joven a Europa bajo la tutela de Carlos Slim, quien siempre confió en su talento. ¿Fue difícil la decisión? Claro que sí ¿Fue la mejor elección? Ahora veo que sí. ¿Lo extrañé? Por supuesto. Pero el sacrificio valió la pena.

Al igual que en una carrera de autos existe un fino equilibrio