La energía traicionada

Por Simone Malacrida

La energía, entendida en su totalidad y complejidad, es decir, en forma de estructura sociopolítica y económica, está tan presente en la vida de todos que es la prueba de la madurez del razonamiento holístico.
Desafortunadamente, los intentos de simplificación realizados por muchos partidos conducen a una verdadera traición a la naturaleza de la energía.
Este libro, en sí mismo incómodo e inquietante, tendrá como objetivo devolver la ideología y la explotación a su lugar, devolver la energía a su contexto natural.

• Idioma: Español
• Editorial: Simone Malacrida
• Fecha de lanzamiento: 29 nov 2023
• ISBN: 9798223009276

Simone Malacrida

Simone Malacrida (1977) Ha lavorato nel settore della ricerca (ottica e nanotecnologie) e, in seguito, in quello industriale-impiantistico, in particolare nel Power, nell'Oil&Gas e nelle infrastrutture. E' interessato a problematiche finanziarie ed energetiche. Ha pubblicato un primo ciclo di 21 libri principali (10 divulgativi e didattici e 11 romanzi) + 91 manuali didattici derivati. Un secondo ciclo, sempre di 21 libri, è in corso di elaborazione e sviluppo.

Vista previa del libro

SIMONE MALACRIDA

La energía traicionada

Simone Malacrida (1977)

Ingeniero y escritor, se ha ocupado de la investigación, las finanzas, las políticas energéticas y las instalaciones industriales.

ÍNDICE ANALÍTICO

INTRODUCCIÓN

CAPÍTULO 1 – LA VISIÓN GENERAL

CAPÍTULO 2 – LA TRAICIÓN DE LOS NEGADORES

CAPÍTULO 3 – LA TRAICIÓN DE LOS AMBIENTALISTAS

CAPÍTULO 4 – LA TRAICIÓN DE LOS CENTROS DE PODER

CAPÍTULO 5 – SUPERAR LAS TRAICIÓNES

CONCLUSIONES

La energía, entendida en su totalidad y complejidad, es decir, en forma de estructura sociopolítica y económica, está tan presente en la vida de todos que es la prueba de la madurez del razonamiento holístico.

Desafortunadamente, los intentos de simplificación realizados por muchos partidos conducen a una verdadera traición a la naturaleza de la energía.

Este libro, en sí mismo incómodo e inquietante, tendrá como objetivo devolver la ideología y la explotación a su lugar, devolver la energía a su contexto natural.

Esta colosal mistificación está destinada a proporcionar a la posteridad una fuente inagotable de burla hacia nuestra época.

––––––––

Arturo Schopenhauer

INTRODUCCIÓN

Este libro nació de una evidente, pero inesperada, rebelión de la razón ante los hechos de esta última década (en la fecha de redacción del ensayo, es decir, 2023).

De hecho, creía haber expresado todas las facetas posibles de los argumentos relacionados con las políticas energéticas y la energía en la trilogía de ensayos que publiqué entre 2009 y 2012 y que, resumidamente, podrían dividirse en tres grandes macrotemas: el mundo de energía y sociedad antes de la gran crisis de 2008, con el dominio indiscutible de los combustibles fósiles determinando la segunda revolución industrial y el atisbo de una nueva revolución energética, el período de transición que estamos viviendo, en el que ese dominio se ve mellado en números y en esencia es el objetivo final, aún por implementar.

Y, por tanto, ¿por qué, después de más de diez años, siento la necesidad de volver a lo expresado inicialmente de forma definitiva?

Por la abominación que se ha cometido, a todos los niveles y por casi todos, sobre la esencia misma de la energía.

Por eso hablo de traición.

Porque la energía fue literalmente traicionada por todos.

Por quienes se sitúan tras la más oscura tradición conservadora, negando la evidencia y los aspectos científicos.

Pero también por quienes deberían reformar el sistema, aportando nuevas perspectivas y dinámicas sociales correctas.

Ni siquiera ellos han sabido mantener la fe en la esencia misma de la energía y se han lanzado a campañas dañinas, cuando no se prestan a la explotación y a la mistificación.

¿Y qué pasa con los centros de poder, desde la política hasta los medios de comunicación, desde la economía hasta la industria?

Peor aún.

Nadie, o casi nadie, ha mantenido la fe en las implicaciones científicas y reales, mientras casi todos se han dejado seducir por el gran poder de las ideologías.

Aquí están las ideologías.

Los supuestos a priori, las tesis preconcebidas, el hablar con consignas y frases hechas, olvidando la realidad.

Esto ha manchado el debate y las decisiones.

En todos los niveles.

Y por eso hoy nos encontramos enredados en un lodo confuso, en un contraste maniqueo entre ideologías opuestas igualmente falaces.

Se puede decir que la humanidad ha fracasado en estos diez años.

No entendía el significado de las políticas energéticas ni el significado mismo del desarrollo y el progreso.

Con ello no se conseguirá nada.

Ni desde el frente medioambiental ni desde el social.

No será más que una mera repetición de proyectos antiguos y fallidos, incluso si se presentan desde una perspectiva verde o azul o con cualquier adjetivo que indique lo que debería ser innovador.

No hay nada innovador en esto.

No hay conciencia de los problemas reales y de las cuestiones reales, no hay lucha para cambiar los cimientos, sino sólo campañas selectivas e ideológicas, tan inútiles como dañinas.

Sí, porque la paradoja es que, a pesar de chocar a primera vista, las dos ideologías contrapuestas logran los mismos efectos.

Las de anular cualquier posibilidad de cambio real en la dirección correcta y la de decir tonterías sin conseguir nunca un objetivo real.

Ideologías que se alimentan sin aportar soluciones.

Por ello, la portada de este libro representa un agujero de gusano, diferente, en conceptos astrofísicos, de un agujero negro.

El agujero de gusano, más científicamente llamado puente Einstein-Rosen, debería, al menos en teoría, poner en contacto partes del espacio-tiempo que son difíciles de alcanzar debido a las distancias (en astrofísica, la distancia es tanto espacial como temporal).

¿Queremos entonces saltar por este puente para ver qué debería ser lo que ahora parece inalcanzable?

Subrayo, desde el principio, que este libro no tendrá muchos seguidores, ya que repartirá críticas de todo tipo a ambas ideologías.

Lo que pasa es que estamos acostumbrados desde hace demasiado tiempo a tomar partido por aquí o por allá, como entre grupos de fans opuestos.

Entonces los que se consideran de aquí piensan en teorías de conspiración climática, en negacionismos de todo tipo, en que podemos seguir así porque siempre se ha hecho así y la vida en este Planeta seguirá de todos modos, independientemente de nuestro compromiso.

Una forma siniestra y ciega de lavarse la conciencia a priori, sin preocuparse por el futuro, sino pensando únicamente en el egoísmo del presente, alimentado en gran medida por el deseo de obtener ganancias en el menor tiempo posible, sin preocuparse por los demás, ya sean personas. o el medio ambiente.

Y en cambio, aquellos que se consideran más allá, con cierto aire de superioridad, se lanzan a batallas universales sobre puntos tan controvertidos e insignificantes que pasan por falsos revolucionarios, sobre todo si luego predican pero en realidad viven como todos los demás, con los mismos excesos. y desperdicio.

¿Se trata de una tendencia o de un intento de ir contracorriente para ganarse el aplauso de un público sensible a las cuestiones éticas?

No es interesante investigar el motivo de esto.

Lo que importa es que ambas categorías están lejos de comprender la naturaleza real de la energía y lo que se debe hacer.

Los primeros, por comodidad e interés, los segundos por dificultades intrínsecas al querer abordar un tema complejo.

Complejidad, precisamente.

Este tótem que todo el mundo quiere evitar, pero del que necesariamente debemos partir.

Me dirán que la complejidad es enemiga del consenso, de los eslóganes, de la forma de atraer elogios fáciles.

Todo cierto.

Pero si no tienes el coraje de hacer esas preguntas, ¿con qué derecho crees que puedes actuar para cambiar todo un sistema de manera tan radical?

¿Con alguna norma ad hoc que luego resulta contraproducente y distorsionante?

Por todas las razones explicadas, serán pocos los que se reconocerán en las páginas que siguen.

Aseguro a todo lector que se sentirá incómodo leyendo algunos párrafos o capítulos.

Precisamente por el hecho de no querer hacer descuentos a nadie y resaltar a quién y qué traicionó.

El punto de partida coincidirá extraordinariamente con el punto de llegada.

De hecho, las soluciones sólo pueden derivar de la visión global y la comprensión de lo que realmente está presente en el mundo de la energía.

Una última nota antes de comenzar.

No se presentarán números ni tablas, datos o referencias.

Este no es un libro técnico y luego se sobreestiman los números y lo digo como técnico e ingeniero.

Los datos, cuyo tamaño y complejidad merecerían otro libro por derecho propio, a menudo se manipulan con fines ideológicos y para demostrar las propias creencias a priori.

Más que datos, se expresarán ideas e interpretaciones de lo que la filosofía ha puesto en la base de muchos sistemas y formas de entender la realidad que nos rodea.

CAPÍTULO 1 – LA VISIÓN GLOBAL

Al comienzo del libro intentamos trazar un mapa que nos sirva de guía en el difícil intento de salir de los entresijos de la cuestión energética.

Este mapa siempre debe tenerse presente al abordar los diversos problemas de los capítulos siguientes.

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Complejidad y comprensión

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El punto de partida de cualquier tema relacionado con la energía es que se trata de un sistema complejo.

¿Qué quiere decir esto? ¿Por qué se caracteriza un sistema complejo?

Para ir directo al grano, un sistema complejo se compone de la presencia de todos los puntos siguientes:

Es un sistema multivariable.

Es un sistema en el que hay parámetros y variables ocultos.

Es un sistema en el que no se aplica el principio de linealidad.

Es un sistema en el que no se aplica el principio de causa y efecto.

Es un sistema en el que están presentes mecanismos de retroalimentación.

Es un sistema en el que no se aplica el principio de superposición de efectos.

Es un sistema de suma distinta de cero.

Es un sistema que no tiene efecto inmediato.

Es un sistema en el que no se conoce el tiempo de latencia, es decir, el tiempo en el que una determinada perturbación provocará su efecto.

Cada una de estas características desmantela pieza a pieza toda certeza determinista y estadística, configurando un sistema completamente diferente al que estamos acostumbrados a enfrentar.

En particular:

No existe una única variable que influya en el escenario energético (sistema multivariable). Esto se traduce en la imposibilidad de analizar un solo aspecto, ya sea técnico, económico, social o político. La energía debe tomarse en su totalidad.

Hay variables ocultas o parámetros latentes que se manifiestan sólo en un tiempo determinado desconocido y bajo efectos no conocidos a priori. Significa que es imposible predecir y parametrizar un sistema energético entendiendo sus evoluciones posteriores a partir de un estado inicial.

Es un sistema puramente no lineal. Grandes perturbaciones en algunas variables pueden producir efectos mínimos o nulos, mientras que pequeñas perturbaciones en otras pueden conducir a divergencias notables. Además, algunos parámetros pueden llegar a cero o infinito sin modificar los demás ni establecer valores finitos.

No hay efectos determinados por causas específicas, pero sí causas contributivas que también son efectos, más o menos simultáneos.

Ligado al punto anterior, está el mecanismo de retroalimentación, es decir, un efecto puede convertirse en causa de otra cosa e incluso de sí mismo. Los mecanismos de retroalimentación pueden cruzarse entre sí y vincularse y anidarse unos dentro de otros.

La unión entre la no linealidad y el abandono del principio de causa y efecto conduce a la derrota total de la superposición de efectos, es decir, no es cierto que sumando dos causas que producen dos efectos distintos, la suma resultante sea la suma de los sumandos.

El