La terapia de Adelina: contos, #1

Por Ricardo Almeida

Descubre los intrincados caminos de la vida de Adelina, una mujer que se atreve a desafiar las expectativas impuestas por la sociedad. En el torbellino de emociones y desafíos, sé testigo de la búsqueda incesante de significado, amor y autenticidad. La narrativa nos lleva en un viaje emocional, desde la indiferencia y desilusión hasta la búsqueda constante de cambios en un ciclo repetitivo.

La trama se sumerge en los rincones de la mente de Adelina, una joven que desde temprana edad aprendió a enfrentar la vida sin padres. Con determinación, forjó su propio camino, destacándose como una talentosa diseñadora. Sin embargo, su vida toma un giro inesperado cuando conoce a Víctor, un hombre persistente que la hace cuestionar sus elecciones.

Las páginas se despliegan ante nosotros, revelando la complejidad de la relación de Adelina con Víctor, una danza constante entre el amor y la desilusión. A medida que la narrativa se desenvuelve, somos llevados a reflexionar sobre temas profundos, como el significado de la familia, el peso de las expectativas sociales y la búsqueda incesante de la felicidad.

En el escenario de viajes exóticos, deslumbrantes fiestas de bodas y fotografías que cuentan historias silenciosas, Adelina enfrenta la dura realidad de un matrimonio que se desgasta con el tiempo. La narrativa teje hábilmente entre momentos de alegría y tristeza, creando un retrato detallado de una mujer en busca de algo más.

Esta envolvente historia explora las capas más profundas del alma de Adelina, mientras enfrenta la dura realidad de un matrimonio que se desintegra lentamente. En un argumento lleno de emociones, busca respuestas a las preguntas que la atormentan, revelando la eterna lucha contra las cadenas que la mantienen prisionera.

"Entre Ciclos Cerrados: La Jornada de Adelina" es una narrativa rica y conmovedora que nos lleva a cuestionar nuestras propias elecciones y a reflexionar sobre el verdadero significado de la felicidad y la realización personal. Adelina, una mujer fuerte y compleja, nos guía por un laberinto emocional, desafiando las normas y buscando la autenticidad en medio de las expectativas impuestas por la sociedad. Una lectura envolvente y reflexiva que promete cautivar el corazón y la mente de los lectores.

• Idioma: Español
• Editorial: Ricardo Almeida
• Fecha de lanzamiento: 23 nov 2023
• ISBN: 9798223109754

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Tabla de Contenido

La terapia de Adelina (contos, #1)

Bueno, ¿por qué no quieres?

Te lo digo, no es nada difícil.

Solo trae los documentos.

Es el trabajo más fácil.

Realmente necesitas muchamente.

Adelina sacudió la cabeza con indiferencia.

A, entonces me llamas estúpido ahora.

Pues, genial.

Entonces en tu opinión no soy capaz de hacer nada más.

Excelente. Pensé que para ti no tenía ningún valor.

No, después de eso, definitivamente no.

Me voy.

No me esperes.

Volveré tarde.

Victor se puso la chaqueta, salió de la casa y llamó con fuerza a la puerta principal.

Adelina se sobresaltó por el sonido agudo.

Luego miró por la ventana.

El marido subió al coche, se abrieron las puertas automáticas y el coche tocó el suelo

con un silbido.

Partió con rumbo desconocido.

Volveré tarde en la noche.

Está sobrido, pero alegre.

Volveré a aparecer extraño.

Ella dirá que estaba molesta, se disculpará, la besará, la abrazará y luego se le asegurará

que volverá a pensar en sus palabras.

Adelina esperará varios meses.

Cuando ella vuelva a plantear este tema, volverá a apeliar.

Y otra vez irá a tocar a la puerta.

El círculo cerrado.

Este eterno círculo cerrado.

Y no hay forma de desbloquear estas cadenas.

Adelina se cansó, respiró hondo y salió de la ventana.

Ella se acercó al fregadero.

Debió haber metido los platos en el lavabajillas, pero Adelina abrió el agua caliente y empezó

a lavarlos con las manos.

Esto siempre la calmaba.

A menudo, cuando estaba muy alterada e inerviosa, lavaba los platos con las manos.

Últimamente esto ha sucedido cada vez con más frecuencia.

El agua caliente calentó sus frías manos.

Adelina suspidó a liviada.

Cuando estaba nerviosa, sus manos se volvían como hielo.

Ahora es un poco más fácil para ella.

Bueno, nada cambiará de todos modos.

Ella intenta cambiar la realidad todo el tiempo.

Después de todo, solo complica las cosas.

Adelina era demasiado joven para no tener padres.

Ella tenía 14 años.

Después el amuerte de su madre y su padre, su abuela la crió.

Murió cuando la niña tenía 18 años.

Acababa de ingresar a la universidad y se quedó sola.

Ella no tenía parientes.

Una chica inteligente y trabajadora.

Sabía que nadie se preocuparía por ella excepto ella.

Se ganó un lugar en la universidad por su propio esfuerzo y fue una de las mejores estudiantes

hasta el final de sus estudios.

Ella era una diseñadora nata.

Sus dibujos y obras ocuparon merecidamente un lugar honorífico en todos los créditos

y exámenes.

Se graduó con una licenciatura en por lo tanto, ni siquiera inició relaciones series.

Entonces, hubo, por supuesto, novelas pasajeras, pero todo esto no fue serio.

Adelina era para los demás algo extraña.

No fue percibida como una mujer para formar una familia.

No podía construir relaciones que tuvieran consecuencias graves.

A menudo se la utilizaba cuando era niña para pasar un rato agradable en compañía.

Pero ella no le ofrecieron casarse.

Y no esperaba poder alguna vez formar una familia.

Por eso Adelina puso todos sus esfuerzos en crear una posición material sólida.

No, ella no ganaba millones, aunque podría si quisiera, pero recibió un muy buen salario

por su trabajo para mantenerse perfectamente y vivir sin necesidades en buenas condiciones.

Y cada año su salario aumentaba más y más.

Vendió el apartamento de su abuela, que quedó como herencia.

Vendió una suma impaga y compró esta casa.

Luego compró un buen auto.

Luego abrió una cuenta bancaria.

Adelina no tenía con quien gastar el dinero.

Compró solo las cosas más necesarias para ella.

No iba a menudo a salones de belleza porque consideraba que era una pérdida de dinero sin sentido.

No compró diamantes para ella misma, ni siquiera sintió la necesidad de hacerlo.

Por eso ni siquiera viejo.

Por lo tanto, cada mes